Ahora evoco tu sonrisa entre esa profusión desmesurada de gente,

la vi desde de la señal de un mundo desconocido,

del sonido desapercibido que se confunde con el viento,

del latido unilateral de la fantasía.

Tu reflejo en ese instante me pertenecía, pero tu mirada ...

tu mirada solo estaba perdida en la ausencia de lo irracional.

Y lo defino como inexistente porque dudaba de lo que sentía real.

Sentí ser pincel contigo, ir por el lienzo sin sentido, 

sin definir los matices, sin ser oleo o acuarela, 

sin tan siquiera tener técnica o práctica.

Eramos arte contra mundo, vida contra ojos incapaces de imaginar.

Te comparo con la efímera existencia del olvido y la eterna estancia del recuerdo.

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Desde aquel día no volví a verte, sólo fuiste una ilusión que se disipó en el tiempo, que aunque persiste, sigue siendo parte del pasado.

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Para: Un reflejo.

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17/03/17