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Los días transcurrieron normales después de que Gladio regresase a la mansión. T/n ahora lo trataba mejor y Guzmán se había dado cuenta de eso.
Él le había dicho a Gladio que quería que la chica y el rubio fuesen amigos pero ahora algo dentro de él le decía que quizá los dos menores eran algo más que amigos. No le preocupaba ni se oponía pero tenía curiosidad.
—Oye Francine, ya te hablé de que un chico, Gladio se está quedando con t/n y conmigo ¿Verdad?—dijo Guzmán a su amiga apoyado en una pared con un grafiti de un grimer forma Alola a medio hacer.
Francine agitó un bote de pintura en spray verde y continuó el dibujo de la pared con cuidado.
—Si, el hijo de Samina. ¿Qué tiene?—ella no miraba al hombre, solo tenía ojos para su pintura.
—Pues últimamente estos dos se han hecho más cercanos y... Creo que tal vez puede que sean pareja y no me lo hayan dicho.
Eso hizo que Francine hiciera sin querer un rayón verde, arruinando parte del dibujo.
—Mierda, ahora tendré que cubrirlo de nuevo de pintura.
—¿Me estas escuchando?
—Que si. Si tanto te preocupa pregúntale tú directamente—dijo ella arrojando el bote de pintura verde a su bolsa y cruzándose de brazos, ahora sí, mirando a Guzmán—. No le des más vueltas o acabarás echando humo por las orejas.
El hombre sonrió, se separó de la pared y miró la pintura del grimer.
—¿Vas a tapar ese rayón verde?
—Vete al diablo.
En la mansión t/n y Gladio estaban en el cuarto de ella, sentados en el suelo, jugando con Gastly. Le arrojaban un juguete al otro lado de la habitación por turnos y el pokémon lo traía de vuelta mientras hablaban.
—Entonces, ¿Que otros pokémon tienes? A parte de código Cero—preguntó la chica arrojando el juguete.
—Tengo un golbat y un sneasel. Son mis fieles compañeros—dijo con una sonrisa.
Gastly recogió el juguete y alegremente lo dejó frente a Gladio. Él lo recogió y lo volvió a arrojar.
—¡Oh! ¿Puedo verlos?—volvió a preguntar t/n con curiosidad.
El rubio tomó dos pokeballs de su riñonera y sacó a los dos pokémon. Estos se abalanzaron sobre su entrenador para saludarlo.
—¡Golb!
—¡Sneas!
El de orbes verdes rió un poco y los apartó de encima suyo.
—Chicos cuidado—dijo él entre risas
La chica también soltó una débil risa.
—Parece que te quieren mucho—comentó acercándose a los pokémon. Estos la rechazaron.
—Golbat, sneasel, os presento a mi amiga t/n—dijo el rubio—, tratadla bien
Lo de amiga le dolió un poco a la chica, pero no lo dejó ver.
Ella alargó su mano para acariciar a sneasel, al inicio el pokémon no quería pero cuando vió asentir a Gladio se dejó querer por t/n.
—¡Es adorable!—admitió ella.
Al oír esto golbat se acercó a t/n para que lo acariciase con la mano libre. Y la chica así lo hizo. En un abrir y cerrar de ojos se había ganado la confianza de los dos pokémon de su amigo.
Gastly los miraba de lejos con el juguete en la boca. Parecía molesto por alguna razón.
A sneasel le rugió el estómago, haciendo que t/n dejase de acariciar a los pokémon.
—¿Tienes hambre?—preguntó Gladio.
Sneasel asintió.
—Ya voy yo a por un par de bayas—dijo t/n—, en seguida vuelvo.
Y tras decir eso se levantó del suelo y rápidamente salió del cuarto y fue a la cocina.
Gastly miraba con odio a los dos pokémon del rubio. Dejó caer el juguete y se fue a una esquina.
Poco después llega t/n con tres bayas meloc. Dió una a sneasel y otra a golbat.
—Gastly, ¿Quieres una baya?—preguntó ella.
El fantasma la miró de reojo desde su esquina.
—¿Le pasa algo?—preguntó Gladio.
—No lo se—t/n agitó la baya, como cuando le agitas el cuenco de comida a un gato para que te haga caso , pero el pokémon la ignoraba—. ¿Gastly?
Al ver que era ignorada, t/n dejó la baya en el suelo. Por si el pokémon al final de animaba a comer lo que le ofrecía.
Los pokémon de Gladio comieron alegremente las bayas.
—Al verlos comer me ha dado hambre a mi—dijo el rubio
—Ve a la cocina y toma algo del frutero. Yo cuido a los pokémon—comentó la chica mostrándole un pulgar arriba.
El de ojos verdes le devolvió el gesto, se levantó y salió de la habitación.
Varios segundos después de que Gladio se hubiese ido, gastly se acercó a sneasel y lo atacó con lengüetazo, paralizando al pokémon. Golbat se puso en guardia.
—¡No gastly! ¡¿Qué haces?!—exclamó t/n acercándose al fantasma. Gastly la miró feo—¿Qué te pasa?
Gladio apareció por la puerta.
—He oído un grito, ¿Qué pasó?
—Gastly ha atacado a sneasel y lo ha paralizado.
—¿Qué? ¿Se lo ordenaste?
—¡Claro que no!
—Creo que tengo un antiparalizador por aquí...—dijo él rebuscando en su riñonera. Sacó un pequeño bote y curó el problema de estado de sneasel.
T/n miró a su fantasma algo molesta.
—¿Por qué le has atacado?—gastly la miró feo de nuevo. Para evitar problemas t/n guardó a su pokémon en la pokeball— Lo siento Gladio, no se qué le pasa a Gastly, normalmente es muy dócil.
—Hum...No pasa nada. Un día malo lo tiene cualquiera.
Golbat y sneasel comenzaron a jugar con el juguete que había allí tirado.
T/n oyó como abrían la puerta de la entrada de la casa.
—Creo que ha vuelto Guzi.
También escuchó como alguien subía las escaleras.
—Creo que está subiendo.
Tras un corto silencio escuchó como alguien abría la puerta de su cuarto.
—¡T/n!—dijo Guzmán desde el umbral.
—Nomegrites
—Tenemos que hablar.—comentó el hombre serio.
Después de casi diez días sin actualizar estoy de vuelta.
No voy a dejar morir está historia, solo estaba sin inspiración (aunque había pensado en pausarla). Peeero, ya se me ocurrieron nuevas ideas y estoy lista para escribirlas.
¿Qué os está pareciendo la historia?
¿Ya tomaste agua?
Bueeeeno, no tengo más que decir solo que no olvides votar y comentar.
( ꈍᴗꈍ)
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