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T/n arrojó el bote de helado ahora vacío al otro lado del cuarto. Se hizo bolita en el suelo, hundió su rostro en sus brazos y comenzó a lamentarse.

No sabía si se sentía mal porque ya no vería a código Cero o sí era por qué ya no vería a Gladio.

—Gladio...—susurró para ella misma—Siento haberte tratado mal... Bueno tampoco te traté tan mal...

Sollozó un poco más mientras cerraba con fuerza los ojos.
Le dolía la cabeza por haber comido rápido el helado y quería ver a Gladio.

Entonces se le ocurrió una idea. Tal vez el rubio le había dicho a Guzmán donde se iba a quedar.
Así que se levantó con dificultad, se tambaleó y casi cayó al suelo, pero no. Abrió la puerta, salió y buscó a Guzmán por la casa. Lo encontró al abrir la puerta del cuarto de este, sentado en una especie de trono que al lado tenia un baúl lleno de insectostales z.

—¡Guzi!—exclamó t/n para llamar su atención— Tengo una pregunta.

—Si te has acabado el helado tira el bote a la basura, si no, guardalo en el congelador.—dijo el sin siquiera mirarla.

—Egh, no, no es sobre eso.

—¿Entonces que?

—¿Sabes a dónde ha ido Gladio?

Guzmán arqueó una ceja con curiosidad.

—¿Para que quieres saberlo?

Las mejillas de la chica se colorearon ligeramente de rojo.

—Tsk,—chasqueó ella la lengua con molestia— ¿Qué te importa?

—Soy quién se encarga de ti, aunque no soy tu tutor legal me preocupo por ti, así que quiero saber dónde vas.

—No se porque dices eso ahora.

—Da igual, ¿Sabes ese hotel que hay al lado del puerto en ciudad Malíe?

—Hm... Creo que si, aunque no me acuerdo del nombre.

—Vale, pregunta en la recepción por el. Pero no vayas con el uniforme del team o no te harán ni caso o llamarán a la policía.

—De acuerdo.

T/n regresó rápido a su cuarto y se puso una camiseta verde oliva y shorts negros, tomó su bolsa y fue a la entrada de la casa.

—NOS VEMOS LUEGO—oyó t/n gritar a Guzmán desde la otra punta de la casa.

Ella abrió la puerta y salió de la casa.

Saltemos en el tiempo hasta que t/n llegó frente al hotel.

Entró en el edificio y recorrió con su vista el lugar.
Era un hotel humilde y no muy grande.
Se acercó la recepción y trató de cambiar su habitual cara de pocos amigos por una sonrisa algo forzada.

—Hola señorita,—le dijo la recepcionista—¿Qué desea?

—Hm... Busco a alguien. Un chico, de cabello rubio que le tapa un ojo, los ojos verdes y así de alto—con sus manos estimó la altura de Gladio—, más o menos. Según sé, ha llegado hoy hace algunas horas.

—Lo siento, nuestra política de privacidad nos prohíbe decir nada sobre nuestros huéspedes.

T/n frunció el ceño y resistió las ganas de amenazar a la trabajadora.

—Mire, realmente necesito encontrar a Gladio. Tengo que hablar con él de algo importante.

—Como ya he dicho, no puedo decir en qué habitación se hospeda.

—¡¿Eso significa que si está aquí?!

La recepcionista se mordió la lengua.

Sin decir más, t/n fue hacia el ascensor, dispuesta a registrar una por una todas las habitaciones.

El ascensor estaba ocupado así que esperó.
Cuál fue su sorpresa cuando la puerta de este se abrió y apareció Gladio.

—¿T/n?—dijó el rubio confundido.

—¡Gladio!—gritó emocionada ella—¡Te estaba buscando!

—¿Buscándome? ¿Para qué? ¿Para ver a Código Cero?

Gladio salió del ascensor sin dejarla contestar y se dirigió hacia la salida. La recepcionista miraba el chisme con curiosidad.

—¿Qué? ¡No!—volvió a gritar t/n siguiendo al chico—¡Quería verte a ti!

El de ojos verdes se detuvo frente a la puerta de salida del hotel con los ojos muy abiertos. Ella tenía la respiración agitada.

—¿A mi?

—¡Si!

Entonces Gladio se giró y miró a la chica.

—¿Es una broma? Creí que todo lo que te interesaba de mi era mi pokémon.

—¡Lo siento! No debí decir aquello, y... Ahg, lo siento si herí tus sentimientos.

—No te preocupes, si me hiciste un poco de daño pero lo superaré—le sonrió con dulzura a ella.

T/n apartó la vista y apretó los dientes.

—Nunca creí que me disculparía contigo.

—Nunca creí que me buscarías al otro lado de la isla.

Las mejillas de ella se colorearon de rojo.

—Ajá, lo que digas. Por cierto, ¿A donde ibas?

—Iba a por una malasada a la tienda de la esquina. ¿Quieres venir conmigo?

—¡Cl-claro!

Caminaron uno al lado del otro. T/n tenía la tentación de tomarlo de la mano pero no se atrevió a hacerlo. Hasta llegó a alargar su mano para intentar agarrar su mano. Gladio se dio cuenta de eso y solo sonrió sin decir nada.

Llegaron a la tienda y se acercaron al mostrador.

—Una acidasada por favor—ordenó el rubio, luego miró a t/n—. ¿Tu que quieres?

—Hm... Una dulcesada—pidió la chica.

El dependiente de la tienda les entregó lo que ordenaron.

—Yo pago—dijo Gladio.

—Perfecto, yo no traigo dinero.

El de la tienda soltó una risa y cobró a Gladio.

Luego los dos salieron de la tienda, fueron a un parque cercano y se sentaron en una banca.

Cada uno dió un mordisco a su malasada.

—¿Puedo probar tu acidasada?—preguntó t/n.

Gladio se puso tenso.

—Oh, de acuerdo—dijo el tras tragar.

Le acercó la malasada y ella le dió un bocado. La saboreó e hizo un ruido de satisfacción.

—¡Está muy ácida! Pero está buena.

—Jajaja, es normal que esté ácida, de ahí su nombre.

—Buen punto.

Entonces las mejillas de Gladio se tiñeron de carmín.

—Ahora que lo pienso... Ha sido un beso indirecto...

Sus miradas se conectaron.

—¿Qué me miras tanto?—preguntó t/n—¿A caso quieres que te de un beso de verdad?

El de ojos verdes apartó la vista.

—No estaría mal...

Entonces t/n dejó su malasada en la banca, con su mano sujetó por el mentón a Gladio y lo acercó a su rostro.
Sus respiraciones chocaron, pero sus labios aún no se juntaban. El rubio tenía la respiración agitada.

—¿Estás nervioso?—preguntó la chica.

—No, que va—mintió él.

Entonces sin previo aviso t/n depositó un suave y corto beso sobre los labios del chico.

Al poco tiempo se separaron.

—¿Qué te ha parecido?—preguntó la chica soltando el mentón de Gladio y tomando de nuevo su malasada.

—Ha... Ha estado bien.

—¿Que tal beso?—preguntó de nuevo ella coqueta.

—Bastante bien, debes tener bastante experiencia.

—La verdad es que eres mi primer beso.

—¿En serio? Tú también eres mi primer beso...

—Siendo tan lindo creí que ya tendrías experiencia con más chicas.

Gladio se rascó la nuca.

—La verdad es que no, llevo bastante tiempo viajando y no he tenido tiempo de estar con chicas. Antes de eso las únicas chicas con las que estaba eran mi madre y mi hermana.

—Bueno, tampoco es plan de tirarte a tu hermana.

Gladio rió.

—Muy cierto.

T/n dio un bocado a su malasada.

—Bueno...

—¿Algo más que decir?

—Te va a sonar repentino, pero... ¿Podrías volver conmigo y Guzi? A la mansión de pueblo Po...

A Gladio se le iluminaron los ojos.

—Estaba esperando a que me lo dijeses—él se levantó del banco y con una sonrisa le tendió la mano a la chica—. Volvamos al hotel, recogeré mis cosas y volveré contigo.

T/n le tomó de la mano y los dos caminaron al hotel.










Ayooo holaa.

¿Qué tal estáis? Espero que ya hayáis bebido agua, y si no, no te olvides de hacerlo.

Estoy emocionada por esta historia, aunque ya no le queda mucho.

Bueno no tengo más que decir, solo no olvides votar y comentar ya que eso me ayuda a seguir.

Toma, un pan 🍞

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