—Tengo que salir un momento—dijo Guzmán dirigiéndose a la puerta de entrada.

Gladio asintió.

—Está bien, solo no tardes mucho.

El hombre abrió la puerta y se fue.
Gladio se dio la vuelta y fue a buscar a t/n. La encontró en su cuarto, sentada en la cama y acariciando a Pan-pan.

—T/n—trató el rubio de llamar su atención. La chica no lo escuchó—, ¡t/n!

Ella se sobresaltó y lo miró con los ojos muy abiertos.

—Ay carajo. ¿Qué quieres?

—Guz se ha ido por un momento.

—¿A donde?

—No se, solo dijo que iba a salir.

—Ahg, seguro se ha ido con Francine otra vez—gruñó la chica con molestia.

Gladio se sentó a su lado y también comenzó a acariciar al pokémon.

—¿Te molesta que se vaya con Francine?

—¿Molestarme? Bah, me da igual—mintió—, solo es que ella tampoco me soporta, al igual que el resto de reclutas.

—¿Y que suelen hacer ellos por ahí?

—Ni lo se ni me importa. Supongo que hacer el cafre o hacer graffitis o...

Pan-pan se estiró e hizo un ruidito.

—¿O qué?—preguntó Gladio curioso.

T/n se puso colorada hasta las orejas. Había imaginado una auténtica guarrada.

—¡Nada! No he dicho nada.

—¿Me vas a dejar con la intriga?

—Si. Mejor que no lo sepas.

Continuaron acariciando al pokémon.

—Por cierto t/n...—ella no le hizo ni caso. El chico tomó un poco de aire— ¡T/n!

La chica parpadeó rápido un par de veces y giró su cabeza hacia el.

—¿Qué pasa? Estoy algo mareada.

Gladio arrugó la nariz.

—¿Te encuentras bien?

—Solo tengo un poco de mareo. No es nada.

—¿Segura?

—Queeee siiiiii—aseguró ella alargando las palabras a propósito.

Se levantó dejando al chico y al pokémon en la cama y cuando iba a dar un paso se cayó de cara al suelo.

Gladio al ver como se caía rápidamente se levantó y fue a ayudarla. Le ayudó a levantarse y notó que ella se tambaleaba.

—No estás bien, te lo aseguro—dijo él—. Túmbate un rato y descansa—casi que la obligó a recostarse en la cama.

Pan-pan se hizo bolita a su lado.

—¡Qué no! ¡Qué estoy bien, te lo juro!—exclamó t/n levantándose y casi tirando a su pokemon al suelo por accidente.

—T/n, te lo ruego, hazme caso por una vez.

Ella resopló y agresivamente se tumbó en la cama.

—Ya está, ¿feliz?

—Si, ahora descansa. Si necesitas algo avísame. Estaré en la habitación de al lado—Él iba a salir del cuarto cuando la chica lo llamó—. ¿Qué quieres?

T/n hizo ojitos.

—¿Me das un beso?

Gladio no se esperaba ese pedido.

—Claro...

Caminó hacia la cama donde se recostaba la chica y se inclinó sobre ella. Se miraron por unos momentos, pero finalmente él depositó un corto beso en la mejilla de ella.

—Ahí no lo quería—dijo t/n con falsa tristeza. Gladio cerró los ojos y de alguna manera se atrevió a darle otro corto beso, pero esta vez en los labios. Cuando se separaron y él se colocó bien al lado de la cama t/n dejó escapar una sonrisa pícara—. Te portas muy bien rubito.

Al de ojos esmeraldas se le colorearon las mejillas.

—Bueno... Esto... Vale...

—Te pones tímido ¡Qué lindo!—dijo ella emocionada. Ahora Gladio parecía un tomate. No sabía cómo reaccionar así que se dejó caer sobre la cama al lado de t/n y Pan-pan.

La chica comenzó a acariciar el cabello rubio del chico con dulzura.

—T/n... Quiero decirte algo...—murmuró Gladio.

—Habla más alto que no te oigo.

—Que quiero decirte algo.

—Dime, yo te escucho.

—Al principio me caías bastante mal, pero poco a poco te has ganado mi corazón—ella no dijo nada, solo siguió escuchando en silencio—, pero no sé si tú sientes lo mismo.

—¿Eso es una declaración?—preguntó incorporándose. Gladio asintió, mirándola. Ella tomó la cara del chico entre sus manos y la acercó a la suya con cuidado—Me gustas—Y rápidamente lo besó. Eso tomó muy por sorpresa al rubio—, me gustas mucho rubito.

—Normalmente no lo demuestras.

—Yo, ahem, no suelo demostrarlo mucho, creo... Peero, si quieres puedo intentarlo.

Al chico se le iluminaron los ojos y sonrió tontamente.

Él la abrazó y ella le correspondió.

—¿Puedo hacer una cosa?—preguntó él.

—Depende ¿Qué cosa?

Rápidamente, Gladio tomó las mejillas de t/n y la besó apasionadamente. La chica le siguió el beso con gusto.

Entonces Guzmán, que acababa de regresar abrió la puerta del cuarto y los encontró besuqueándose.

—¿Qué me he perdido?—preguntó el adulto algo confundido.

Los dos menores se separaron y lo miraron.

—Creí que tardarías más en volver—dijo la chica.

—Estaba seguro de que si os dejaba más tiempo solos acabaríais haciendo cochinadas. Y parece que tenía razón.

—¡Guzi!—exclamó t/n—¡No seas idiota!

Uououououou nuevo capítulo.

Es un poco corto pero a mí me ha gustado y pienso subirlo así.

Bueno, espero que te esté gustando la historia. No olvides votar y comentar lo que te de la gana.

En fin, toma, unas uvas 🍇