T/n y Gladio pasaron el día en el bosque, combatiendo contra pokémon salvajes. Gladio fue el que más combatió, contra pokémons grandes y poderosos y t/n... Bueno, ella a penas y pudo derrotar a algunos pequeños y débiles pokémon bicho.

—Creo que deberíamos volver ya al pueblo-dijo la chica jugueteando con la pokeball de pancham, este estaba fuera de la misma, a lado de ella. T/n trataba de mirar al cielo pero los árboles obstaculizaban su vista—, se hará de noche pronto.

—Me parece bien—dijo el chico guardando a código Cero en su pokeball y comenzando a caminar.

—Hm... Gladio, por ahí no se sale del bosque—dijo la chica arqueando una ceja.

—Claro que si.

—No, es por aquí—comentó señalando al lado contrario al que comenzó a caminar el rubio.

—Nanay, por ahí no es.

—Te digo yo que si.

—Te digo yo que no.

La chica se cruzó de brazos, quería tener la razón y según ella, el camino que ella decía era el correo y el de Gladio era el incorrecto.
Y Gladio pensaba igual, él creía que su camino era el adecuado.

Saltaban chispas cada vez que cruzaban las miradas.

—Vamos rubito, hazme caso. Es por aquí.—dijo ella

—Hazme caso tu a mí—dijo él—, te digo yo que por ahí no es.

T/n miraba feo al chico. No le gustaba que le llevasen la contraria.

Pancham trataba de llamar la atención de su entrenadora, pero esta no le hacía mucho caso.

—Panch, ¡Pan!—decía el pokémon.

—Ahora no pequeñajo.—dijo la chica zafándose de él— Gladio, rubio de bote, rubito... Hazme casoooo yo sé por dónde es.

—No lo sabes, yo he pasado más tiempo en este bosque que tú y...

—No—lo interrumpió ella—, yo paseo por aquí a menudo.

—¿Lo haces?

—Si, aquí no hay reclutas que me tiren piedras o me insulten.

T/n comenzó a caminar por el camino que ella creía correcto. Pancham trataba de detener a su entrenadora pero ella lo ignoraba.

—Eh, nonono por ahí no es—dijo Gladio—, y a demás parece que pancham quiere decirte algo.

La chica resopló y miró a su pokémon.

—¿Qué quieres?

—¡Panch!¡Pan!—dijo el pokémon señalando a la derecha.

Gladio y t/n miraron en esa dirección.

—¿Qué intentas decir?—preguntó el chico.

Pancham miró a los ojos a su entrenadora. Ella sintió una conexión y entendió lo que quería decirle.

—Creo que quiere que vayamos en esa dirección—dijo ella mirando donde había señalado.

—¿Tu crees?

—Estoy convencida.

Los dos comenzaron a caminar, t/n y pancham delante y Gladio detrás, siguiéndolos.
Al poco tiempo llegaron al final del bosque.
Se detuvieron justo en el último arbol.

—Muchas gracias pan-pan—dijo la chica acariciando a su pokemon.

—¡Panch!

—No me lo puedo creer, tu pokémon sabía la salida del bosque.—dijo sorprendido Gladio.

—Él es del bosque—dijo t/n con una sonrisa—, él conoce el bosque.

El rubio miró y sonrió tiernamente a la chica aunque ella no le prestaba atención.
Él anhelaba su atención.

—Ahora si, regresemos al pueblo.

Caminaron hasta que llegaron a la mansión. Durante lo que duró el paseo Gladio trató de tomar la mano de t/n varias veces pero no dio resultado. O bien ella apartaba la mano sin darse cuenta o bien él se acobardaba.

—GUZIIIII—gritó t/n en cuanto traspasaron la puerta de entrada de la mansión— TENGO QUE CONTARTE QUE HA PASADO.

Guzmán apareció bajando la escalera.

—¿Ha pasado algo malo?

—Hm... Si y no—dijo Gladio

El hombre arqueó una ceja.

—Contadme.

Gladio y t/n comenzaron a hablar a la vez y muy rápido, contando lo que ocurrió con Gastly y como capturaron a Pan-pan.

Guzmán se quedó perplejo.

—¿Has entendido lo que te hemos dicho o lo repetimos?—preguntó la chica.

—A ver, creo que lo he entendido... Si no me equivoco, tú—Guzmán señaló a Gladio— derrotaste a un pokémon y tú—señaló a t/n— quisiste derrotar a otro pero Gastly se reveló y se fue. Entonces tú—volvió a señalar a Gladio—capturaste para ella un pokémon y luego os perdisteis y el pokémon os ayudó a salir del bosque—hizo una pausa—. ¿Lo he dicho bien?

—¡Si!—dijeron a la vez los dos chicos

La chica sacó de la pokeball a pancham.

—Mira Guzi, este es Pan-pan—ella se agachó y abrazó al pokémon—, es súper adorable.

Guzmán se acercó al pokémon y le puso la mano en la cabeza.

—Cuídala bien—dijo.

Pan-pan asintió.

—¡Cham!—dijo.

—Perfecto, si tenéis hambre he comprado algo de fruta.

Gladio, t/n y Pan-pan fueron a la cocina y comenzaron a comer, el rubio una manzana, la chica una baya aranja y el pancham imitando a su dueña otra baya aranja.

Pero se notaba algo en el ambiente que era extraño. Desde la ventana se podía notar una extraña fuerza que incomodaba a los dos chicos y molestaba a Pan-pan.

—¿Vosotros notáis eso?—preguntó Gladio algo incómodo.

—Si... Se siente raro...

—Panch

T/n se dirigió hacia la ventana y sacó la cabeza por esta. Miró a un lado y al otro. Todo lo que se veía era la piscina vacía y el patio lleno de charcos por la lluvia.

—Yo no veo nada raro—dijo ella extrañada.

Aunque por si acaso bajó la persiana y cerró la ventana.

Luego de comer y demás volvieron cada uno a su cuarto. La chica le enseñó su habitación a pancham. Colocó unos cojines en el suelo para que el pokémon tuviese una cama y luego se sentó en el suelo a jugar con él.
Mientras jugaban, t/n notó un débil olor a dulzón. Arrugó la nariz y trató de ignorarlo. Entonces comenzó a sentirse adormilada y en cuestión de segundos cayó desmayada en el suelo.

Al final he tardado más de lo esperado en acabar este capítulo pero es que he estado bastante ocupada.

Pero bueno al fin lo he terminado.

Lo importante es que a vosotros os esté gustando la historia, ¿Qué os está pareciendo? ¿Os está gustando?

Yo la estoy disfrutando aunque sea la escritora.

En fin, toma, te regalo una fresa 🍓

¡Hasta la siguiente actualización!