Cenaba con mi familia tranquilamente y en silencio cuando mi hermano habló.

—Quiero decirles algo—lucía emocionado pero a la vez serio.

—¿Que pasa, hijo?—preguntó mamá llevando un trozo de carne a su boca.

—¿Ya te casarás con Lina?—intenté molestarlo.

—¿¡Qué!?—exclamó mi padre.

—Nada. Yo...queria hacer un viaje a través de las montañas—dijo y todo pareció pararse; mis padres y yo lo miramos fijamente—Yo... escuché sobre un pueblo que tiene escasez de comida y como el invierno se acerca, no sobrevivirán—dijo con un toque de preocupación.

—¿Donde está el pueblo?—preguntó mamá.

—Casi en la cima de la montaña de al lado—dijo serio y mi madre cambió su semblante a uno preocupado.

—¿Estas seguro?—habló papá.

—Si—contesto firme.

—Bien, entonces...¿Cuándo te irás?—pregunté.

—Pensaba en irme...mañana—exclamó nervioso.

—Permiso—mamá se paró de la mesa y se retiró de la cocina, papá le siguió dejándonos solos a Skrael y a mi.

—Entonces...si te vas mañana aún queda tiempo de empacar mis cosas, ¿cierto?—pregunte tomándolo por sorpresa.

—No irás—dijo serio.

—¿Por qué no? Si tu puedes ir ¿Por qué yo no?—me quejé.

—¡Porque eres una niña!—dijo parándose de la silla de golpe.

—¡Tengo la misma edad que tú!—dije repitiendo su acción.

—¡Pero eres demasiado frágil!—exclamó—Es demasiado peligroso—dijo calmandose y sentándose en la silla de nuevo—No quiero que nada malo te pase, ¿ok?—repetí su acción—Eres mi hermana y no permitiré que nada malo te pase.

—Y yo no quiero que algo malo te pase a tí—dije.

—Mira—tomó mi mano en un intento de tranquilidad, lo cual no funcionó, claro está—Si algo malo me pasa, tu serás capaz de sentirlo y podrás avisar a nuestros padres—dijo.

—¿Y si no lo siento?—pregunte preocupada—¿Y si... y si algo te pasa por mi culpa?—volví a preguntar.

—Tu lo sentirás. Lo prometo. ¿Recuerdas esa vez que me caí y me raspé la rodilla?—preguntó él trayéndome recuerdos.

—Sí—dije riendo—fue gracioso verte tropezar con tus propios pies por ver a mi mejor amiga—terminé burlándome.

—Oye, no te rías—dijo fingiendo enojo—Además, no la estaba viendo a ella, estaba viendo el árbol nuevo—terminó y se cruzó de brazos.

—Ajá, si claro.—Pero, voy a ir quieras o no—cambie mi semblante a uno serio para convencerlo.

Hubo un largo silencio.

—Bien. Si no hay de otra, irás—dijo y una sonrisa se dibujó en mi cara.

—Ok, prepararé mis cosas—dije emocionada—¡Qué ni se te ocurra irte sin mi, Skrael!—le grité, ya que lo conocía muy bien.

—¡No se me ocurrirá!—exclamó de vuelta—¡Me matarías!

—¡Exacto!

Entre a mi cuarto para preparar mis cosas. Guardé una lampara, ropa bastante caliente y abrigada para el frio, cobijas y muchas otras cosas para sobrevivir. Cuando terminé de empacar las cosas de mi habitación, bajé a la cocina por recursos para el pueblo.

< A la mañana siguiente >

Skrael y yo nos encontrabamos con nuestros padres y amigos en la entrada/salida del pueblo despidiendonos; mi madre lloraba, mi padre la consolaba, mi mejor amigo me abrazaba mientras Skrael lo fulminaba con la mirada, una chica –que estaba enamorada de mi hermano desde hace 10 años– lloraba por Skrael y yo solo le susurraba a mi mejor amigo en el oido que todo iria bien.

—LiLi, si algo te pasa no voy a sufrir tu pérdida por terca—dijo Grigg separándose de mí.

—Yo tambien te extrañaré, Grigg.

—Si claro, claro—exclamó y volvió a abrazarme.

—Li—dijo mi gemelo haciendo que no separaramos sin romper el abrazo—debemos irnos—finalizó apuntando detras suyo con su dedo gordo.

—Claro—hablé y le di un abrazo rápido a Grigg antes de separarme y correr hacia mí hermano—Adiós—me despedí de todos para luego caminar junto a Skrael hacia nuestra aventura.

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Buenas, he editado éste capítulo para que quedara un poco mejor, ya que es un poco viejo y no me gustó mucho.

Intentaré terminarlo pronto, pero no prometo nada.

La historia será la misma, así que por eso no se preocupen.

Palabras: 699.