Escuché la puerta de entrada abrirse, así que apagué rápidamente la televisión, sacudí un poco la cama de palomitas y cerré la puerta, corriendo a mi habitación para hacerme la dormida.

Mi puerta se abrió y rápidamente un ambiente fresco inundó mi habitación. Supe inmediatamente que no era Doux, pues ni siquiera escuché sus pasos subiendo las escaleras. Me giré para verlo con el ceño fruncido.

—¿Me quitaste de mi Netflix para esto? Qué poca alma, de veras.

—Mírate, limitándote a vivir como una humana cualquiera, cuando podrías acabar con el pueblo entero. Tu habitación ni siquiera se siente fresca.

Me levanté ofendida, sentándome a medias en la cama.

—Para tú información, me gusta esta vida, es cómoda y hay algo llamado Netflix. Y ya no se le llama pueblo, es una ciudad, tontuelo. ¿En qué época vives? ¿El siglo VII?

—Definitivamente, no una en la que tengas el mínimo de cerebro, hermana.

—Claro que tengo cerebro, Skrael—hice un puchero, sacándome las sábanas de encima para salir del cuarto.

—¿A dónde vas?—me siguió, dejando un pequeño rastro de nieve y aire frío a su paso.

—A ver Netflix. Pensé que eras Hisirdoux, idiota.

Abrí la puerta de su habitación y tomé los controles de la TV de nuevo, encendiendola y buscando mi querida serie.

—No puedo creer que me hayas confundido con ese tonto mocoso.

—¡Oye! Yo vivo con ese tonto mocoso, así que muestra más respeto, Skrael.

—Cosa que tampoco puedo creer. ¿Por qué elegiste un mocoso como compañero de vida, tonta hermana menor?

—¿Por qué eres tan fastidioso, tonto hermano mayor?

—Tch, cómo sea. Tengo que irme, o Bellroc se dará cuenta de que no estoy.

Se acercó a la ventana y, mirándome sobre su hombro, dijo:

—Nos vemos, hermanita.

Y saltó. Borrando casi todo rastro de su presencia.

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Antes que nada, quiero dar un aviso.

Ya casi llegamos a las mil vistas y quiero hacer algo especial.

—Pero, Ling, todavía faltan más de cincuenta.—

No me importa, yo quiero hacer mi especial, así que haré mi especial.

Y eso es todo, lamento haber estado tan inactiva, pero no me surgía el tiempo para hacer esto.

Bye, bye.
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