skirt boy
¿hyunjin era heterosexual? hagamos énfasis en "era", porque en estos momentos se estaba comiendo la boca de un pelirrosa que juraba odiar con toda su alma.
otra pregunta, ¿cómo terminamos en esta situación? bien...
viernes, 9:56 am.
hyunjin iba rodando sobre su skateboard con dirección a su universidad, a las 10:15 am empezaba la primera clase del día y vivía a unas cinco cuadras del lugar, así que iba haciendo un par de trucos y disfrutando la brisa de la mañana mientras terminaba de comerse un pan tostado.
una vez en la entrada principal de la universidad, frenó la patineta y se bajó de ella para agarrarla debajo de su brazo y entrar al lugar, silvando alguna canción que escuchó en tiktok.
al entrar por los amplios pasillos, lo primero que observaron sus ojos fueron unas esbeltas, hermosas y preciosas piernas de alguien dándole la espalda. subió un poco más su mirada hasta clavarla en el rechoncho trasero ajeno que apenas era cubierto por una mini falda plegada negra. una vista impresionante para el peliplata.
hyunjin tragó duro, sabía quién era: yang puto jeongin.
un chico un semestre menor que hwang, y alguien a quien odiaba con todo su ser. no quería ver esos ojos rasgados brillantes, ni esa sonrisa perfecta y mucho menos aquellos esponjosos labios rosados ni en pintura. odiaba que fuera tan perfecto.
hwang no era un matón, no iba por ahí haciéndole la vida imposible a jeongin solo porque lo odiara, pero prefería tenerlo de lejos, no dándole la espalda enseñándole sus atributos pecaminosos.
hyunjin cerró los ojos y contó hasta tres, respiro hondo cinco veces, se dio una pequeña cachetada, y siguió con su camino.
sus clases pasaron normales, y hyunjin agradecía a todos los santos que jeongin fuera menor y no compartieran clase ni por asomo, porque desde su "encuentro" (de la mirada de hyunjin con el trasero de jeongin), no ha dejado de pensar en eso. su mente jugándole malas pasadas al comenzar a imaginar cosas que no debería. estaba tan perdido en sus pecados, que en realidad no había prestado atención a su amigo jisung contándole soñadoramente de su cita con felix el día anterior.
hyunjin suspiró con alivio al escuchar la campana del receso, saliendo volado hacia el baño más lejano y abandonado del edificio, dejando a un jisung muy confundido.
llegó a su destino con prisa, un baño en la parte vieja de la universidad que nadie usaba. él iba ahí de vez en cuando a fumarse algún porro cuando los trabajos lo tenían hasta el cuello, aunque ahora lo quería para aliviar el problema entre sus piernas.
y, cuando iba entrando, se chocó con alguien más. nada grave, pero hyunjin jamás se había topado con una persona en ese lugar, así que fue extraño, y lo fue aún más cuando regresó su mirada hacia abajo, encontrándose con -nada más y nada menos- que yang jeongin. pero eso no era todo, el pelirrosa tenía el cabello despeinado, los ojos algo llorosos y dilatados, además de que sus labios estaban hinchados.
jeongin había hecho una mamada.
ambos simplemente se quedaron quietos, mirándose el uno al otro. hyunjin en shock y jeongin con algo de pena y confusión.
ahora que hyunjin veía de frente a yang, notaba lo bonito que se había puesto ese día. su cabello rosa soltaba algunos rulos y estaba despeinado (por la aventura, claro), una camisa blanca con un estampado en negro en conjunto con una corbata del mismo color. la falda le llegaba a la mitad de los muslos y unos legwarmers blancos abrigando sus pantorrillas. además en su rostro pudo notar un sutil delineado y un poco de brillo rosa en sus párpados, remarcando sus preciosos ojos rasgados; y aquel brillo resaltando sus pomposos y rosados labios.
yang sabía que él no era del agrado de hyunjin, cosa que le parecía algo triste porque realmente le llamaba la atención el más alto. no mentiría, incluso tenía algunas fantasías en las que hyunjin era el protagonista.
- lo siento. -fue el menor quien rompió el tenso silencio.
hyunjin lo intentó, realmente lo hizo, pero aquella imagen frente a él era tan parecida y hasta mejor de lo que había estado fantaseando unos minutos antes, su bulto ahora ahogándose firmemente entre sus pantalones, así que simplemente acortó los 10 centímetros que distancia que tenía con jeongin y atacó los labios foráneos con un beso lleno de anhelo y desespero, desencadenando sentimientos y sensaciones que ambos trataron de ocultar hasta desbordarlos.
era un beso sensual, dulce y salvaje. hyunjin trataba de borrar aquel sabor amargo de un semen ajeno con sus labios, no siéndole suficiente, pues pidió permiso con una sutil mordida para poder explorar la boca contraria con su lengua cosa a la que jeongin no de negó y aceptó con todo gusto la sinhueso del mayor.
hyunjin posó sus manos sobre el trasero de yang luego de un pequeño recorrido desde la nuca del pelirrosa hasta su tan deseado destino. en un inicio solo daba suaves toques casi imperceptibles, pero hwang estaba cansado de contenerse, así que bajó un poco más sus largas manos hasta colocarlas debajo de la falda de jeongin, notando que este usaba una diminuta tanga de encaje que lo único que hizo fue prenderlo más.
sin pudor, hwang agarró y amasó los glúteos ajenos a su gusto, tragándose los jadeos y gemidos de jeongin en aquel beso que solo subía de tono y no tenía intenciones de descender. sus labios eran como unos imanes que se negaban a separarse, y yang sentía que sus piernas eran unas gelatinas.
así pegados como chicles, perdidos en la saliva ajena, con jeongin aferrándose al cuello del más alto y hyunjin maravillado con el culo contrario, fueron dando pequeños pasos tambaleantes hasta entrar de lleno al baño. hyunjin cerró la puerta de un golpe con sus pies sin preocuparse por ponerle seguro. a estas alturas, lo único que le preocupaba es lo bien que se sentía estar así con yang jeongin. maldito hijo de puta.
ahogándose en el beso, hwang agarró firmemente los muslos del menor para levantarlo y sentarlo en el lavabo colocándose entre sus piernas, provocando un gemido en jeongin al sentir su piel caliente chocar con el frío mármol.
acabaron aquel beso al necesitar de aire, un hilo de saliva uniéndolos con picardía, sus miradas volviéndose a encontrar chispeantes y llenas de deseo. sus alientos chocando y entremezclandose.
hyunjin volvió a cortar la lejanía, pero ahora comenzando un camino de besos húmedos y mordidas territoriales desde el apetitoso cuello del pelirrosa parando un rato en sus clavículas marcadas.
- sácate la camisa. -habló hwang por primera vez, su tono de voz más grave de lo habitual generando una corriente eléctrica que atravesó placenteramente la espina dorsal de jeongin, quien obedeció sin rechistar.
carajo, a hwang se le hizo agua la boca ante aquella espléndida vista del torso ajeno. era un tanto delgado, la verdad estaba algo tonificado, sus abdominales marcándose sutilmente, su cintura estrecha y sus brazos trabajados. era simplemente una delicia, y hyunjin no desaprovechó ni un solo bocado, lanzándose directamente a los botones marrones del pelirrosa. con su lengua y dientes jugueteaba con un pezón, mientras del otro se encargaba su mano derecha. su mano izquierda estaba muy animada acariciando el abdomen del menor, quien se sostenía a duras penas con un brazo apoyado en el lavabo y la otra mano jaloneando los cortos cabellos del peliplata, su cabeza echada hacia atrás.
los jadeos y gemidos de jeongin no fueron retenidos en ningún momento, yang ni siquiera lo intentaba. era dulce música para los oídos de hyunjin a decir verdad.
dejó los hinchados botones ajenos y comenzó otro camino de besos húmedos por todo su torso hasta llegar al inicio de la mini falda, un poco más abajo de la cintura. jeongin estuvo a punto de sacarse la prenda, pero la mano de hyunjin se lo impidió, volviendo a conectar miradas.
- déjate la falda, se te ve linda. -gruñó hyunjin, y jeongin juró tener un orgasmo, simplemente sonrojandose descomunalmente, sacándole una risa algo tierna al mayor- muy lindo. -fue lo último que dijo antes de volver a su labor.
ahora colocaba sus manos sobre los suaves y firmes muslos del menor, subiendo lentamente hasta llegar cerca de su entrepierna, sintiendo el lugar algo húmedo. agarró un poco sus muslos internos para abrir más las piernas de jeongin y tener un mejor acceso.
le dio una corta mirada a jeongin, que veía todo con atención y deseo, antes de posicionar su rostro bajo la corta falda negra, haciendo un camino de besos húmedos y mordidas en los muslos internos ajenos, marcandolo a su gusto hasta llegar frente a su húmeda erección. tomó el elástico del encaje y lo bajó un poco, con ayuda de jeongin logró bajarle el interior hasta sacárselo por completo y regresar a su escondite bajo la falda.
apareció el buen tamaño del pene ajeno. hyunjin jamás en su vida había estado con un hombre de ninguna manera, y tampoco se le había cruzado la idea hasta que se topó con yang jeongin, un maldito desgraciado que lo llevaba al borde del abismo. tragó un poco antes de, con su derecha, comenzar unos suaves toques en el falo de jeongin, apenas acariciándolo, con algo de miedo había que admitir.
jeongin era muy sensible, hyunjin lo notó cuando dejó un pequeño beso en la punta de su glande y el pelirrosa tembló como si fuera un terremoto, sumado a que el pre semen salía sin resentimiento. entonces hyunjin saboreó la esencia de jeongin y en ese mismo instante juró darle 3 estrellas michelin a su pequeño festin. estaba totalmente fascinado con el sabor, así que se aventuró a más.
ahora metía el miembro ajeno de lleno en su boca provocándole unas cuantas arcadas de placer que le encantaban a jeongin. el pelirrosa estaba impresionado por la habilidad del mayor, pues para ser la primera vez que lo hace jeongin puede decir que ha sido de las mejores mamadas que le han dado.
los largos dedos de hyunjin jugando con los testículos ajenos y acariciando lo poco que su garganta no alcanzaba a devorar.
- hyunjin. -susurró apenas jeongin cuando sentía que estaba llegando a su límite, y hwang entendió, por lo que, con tristeza, soltó el miembro ajeno para bajarlo con cuidado del lavabo y darle la vuelta, dándole una pequeña nalgada al tener sus glúteos exhibiéndose.
colocó su zurda en la cintura ajena y con la derecha agarró algunos mechones rosados para presionar la mejilla y pecho de jeongin sobre el mármol, haciendo que se sienta cohibido mienttas evitaba mirar al espejo. hyunjin sonrió al darse cuenta y se posó sutilmente encima, su torso apresando el ajeno, y se acercó al oído del menor.
- eres mi perra, ¿entiendes eso, yang? -susurró demandante, jaloneando los cabellos ajenos para alzar su rostro y que se viera frente al espejo en aquella posición comprometedora, y el gemido que dejó escapar jeongin mientras asentía lo enloqueció.
hyunjin acercó la mano que tenía en la cintura de jeongin a su boca, empuñando el meñique y el pulgar.
- chupa. -ordenó hwang y jeongin acató rápidamente, simulando una mamada a los largos dedos ajenos. hyunjin los quitó una vez sintió que era suficiente, para luego llevar esos tres mismos dedos a la entrada del menor, jugueteando un poco antes de entrar su dedo medio al interior de jeongin.
el pelirrosa se quejó un poco por la intromisión, pero rápidamente se acostumbró. hyunjin metía y sacaba el dedo corazón para, luego de unos segundos, ingresar un segundo dígito, provocando otro gemido de queja en yang. aún así, prosiguió dilatando la entrada, haciendo tijeras y rascando la próstata apenas la encontró, sacando gemidos de placer al menor, quien sin dudar alzó más su culo en busca de más contacto.
cuando el tercer dígito ingresó, jeongin jadeó del dolor placentero que le brindaban aquellos movimientos en su interior. hyunjin disfrutando la vista de sus dedos trabajando, el culo de jeongin alzado solamente para él, al igual que aquellas pequeñas lágrimas que empezaban a acumularse en los bordes de los orbes ajenos. un par de minutos después hyunjin decidió que era suficiente y liberó sus falanges del interior del menor, quien se quejó con un jadeo ante la sensación de vacío.
entonces, jeongin escuchó cómo el contrario se sacaba el cinturón y abría el cierre de su pantalón para dejarlo caer sobre sus pies en el suelo, donde también terminó su camisa. jadeó ante la anticipación.
hyunjin ahora usó su zurda para abrir y apretar los glúteos rosados de jeongin, para así facilitar su entrada. jeongin podía ver por el rabillo de su ojo el gran tamaño de hyunjin y tragó duro para después sacar un gemido. sus piernas temblaron de anticipación al sentir la punta del falo ajeno rozar su interior, buscando acomodarse antes de ingresar lentamente así mismo la punta.
- avísame si te duele. -hyunjin se había acercado al rostro ajeno para limpiar una pequeña lágrima rebelde y dejarle un beso en la mejilla buscando calmarlo.
se volvió a poner firme y siguió enterrando su miembro en el estrecho agujero de jeongin, despacio y con cuidado, provocando varias lágrimas en el sonrojado rostro del menor. le dolía, pero lo estaba aguantando bien. hasta que por fin logró meter todo su falo dentro, ambos soltaron un suspiro de satisfacción. hyunjin sentía que su pene se ahogaba en aquel lugar, y era tan jodidamente bueno. y estuvieron quietos unos cuantos minutos, esperando a que jeongin lograra acostumbrarse del todo.
- hyun... -aquel susurró agudo fue lo último que hyunjin necesitó para comenzar a embestir sensualmente a jeongin, empezando con un ritmo lento y certero que estaba enloqueciendo al menor.
las lágrimas de placer caían sin control por el rostro de jeongin, sintiéndose en el paraíso.
- más, por favor... -pudo pedir apenas el pelirrosa.
y hyunjin no rechistó, acelerando el ritmo de sus embestidas, admirando la hermosa vista trasera que tenía del menor. regresó su vista al frente, viéndose al espejo para luego sonreír socarrón y jalonear los mechones rosados y húmedos por el sudor de jeongin, alzando su rostro del mármol para que también tenga una vista a través del espejo de la situación que estaban viviendo. y jeongin no renegó, su aliento chocando contra el cristal del espejo logrando que se empañe.
la acústica del lugar ampliaba los obscenos que salían de los labios del menor y de la pelvis de hyunjin chocando con los glúteos de jeongin. para hwang era el mejor concierto que ha escuchado.
unos minutos después, jeongin gimió más alto.
- ¡ahí! -gritó el pelirrosa, sintiendo desfallecer. hyunjin había dado con el punto.
hyunjin se desató, maltratando la próstata de jeongin, penetrando una y otra vez, arremetiendo contra el lugar sin ningún tipo de freno ni remordimiento. sus manos aferrándose a la cintura del menor con tal fuerza que estaba seguro de que dejaría marcas.
los gemidos y jadeos de ambos se entremezclaban, el sitio se sentía caliente y el pequeño espejo ahora estaba completamente empañado por la temperatura.
estaban llegando al clímax, sus vientres cosquilleaban y sus visiones se ponían borrosas. hyunjin volvió a apresar el torso ajeno debajo suyo, apoyando sutilmente su pecho que quemaba ante el tacto de la sudorosa espalda del menor.
entonces, jeongin no aguantó y gimió alto, consiguiendo su liberación, tocando aquel anhelado clímax para dejar ir chorros de semen en el mármol y manchando su falda. hyunjin embistió un par de veces más y llenó a jeongin con su esencia, sacándole otro gemido ahogado a jeongin. ambos se sentían en las nubes.
estaban jadeantes, tratando de recuperar el aliento que se perdió entre gemidos. aún no se movían de sus posiciones, sintiéndose tan bien así que querían quedarse así por siempre. y, carajo, se hubieran quedado así más tiempo de no ser porque la campana sonó sacándolos de su burbuja de deseo.
hyunjin gruñó en desacuerdo, pero de todas maneras salió despacio del interior de jeongin, quien gimió lamentando el vacío que ahora sentía dentro suyo, pero no puso mucha queja al sentir de igual manera el caliente líquido chorrear por sus muslos desde su entrada.
una vez hyunjin estuvo bien erguido, no pudo evitar darlo una nalgada al menor que aún seguía con su culo levantado al aire y no pudo contener el gemido ante el toque.
- precioso. -le dijo a jeongin sonriente, quien lo regresó a ver con timidez, levantándose de la incómoda posición en la que estaba, sintiéndose adolorido, especialmente por el titán que casi lo rompe en dos hasta hace unos minutos.
en un silencio cómodo, comenzaron a colocarse y arreglarse nuevamente sus prendas y cabello hasta estar lo más presentables posibles. una vez listos, ambos se quedaron embelesados en la mirada ajena.
- creí que me odiabas... -fue jeongin quien volvió a romper el silencio, algo avergonzado por la apariencia que debía tener, aún así mirando fijamente con un mohín al más alto. hyunjin sintió un flechazo.
- lo hago. odio que seas tan jodidamente hermoso y perfecto. -le respondió con un puchero hyunjin, agarrando las sonrojadas mejillas de yang, quien estaba sin habla- no sabes lo mucho que me pusiste con esta maldita falda. -lo soltó únicamente para apuntar con rencor la corta prenda ajena- eres tan malvado, ¡me causaste muchos problemas! -ahora el peliplata reprendía al menor con un puchero enojado apuntándolo con su dedo- ¿me pasas tu rutina de piernas? porque, wow, son las más hermosas que he visto en mi asquerosa vida. ponte falda todos los días- ¡no, no! no lo hagas, solo yo quiero tener el privilegio de verte esas preciosas piernas que, de hecho, me encantaría follar algún día. -fue lo último que dijo antes de suspirar, había hablado muy rápido.
jeongin estaba todo tieso, pareciendo un tomate de lo rojo que estaba de la vergüenza. es la primera vez que le decían algo así, y se lo decía el mismísimo hwang hyunjin, ¡el dueño de sus fantasías y quien juraba que lo odiaba! simplemente no sabía cómo reaccionar, aún estaba procesando el hecho de que habían cogido y que había sido la mejor sesión de sexo de su vida. además, qué carajos, por qué hyunjin estaba haciendo un puchero tan lindo. a estas alturas jeongin sentía que era un simple sueño.
- yo... -fue lo único que pudo decir. en verdad, sin palabras.
hyunjin rió por la ternura que le causó ver así al menor, avergonzandolo un poco más, pero al menos contagiandole la sonrisa.
- lindo... -le susurró hyunjin antes de volver a agarrar el pequeño rostro ajeno entre sus manos y darle un pequeño beso. y, antes de siquiera poder separarse, jeongin lo volvió a jalar hacia él para comenzar un beso, pero ahora era más tranquilo y dulce. fue corto, pero lindo sin dudas.
- si quieres te paso mi rutina de piernas, o me puedes ver hacerla. y, tranquilo, de ahora en adelante usaré faldas única y exclusivamente para tu deleite. -respondió tardíamente yang, ahora sonriente, aún con el rubor en sus mejillas. y antes de que hyunjin vuelva a hablar, dejó un pequeño beso en el pómulo del alto y se fue como si fuese un niño huyendo luego de una travesura.
hyunjin solo rió como tonto lanzando manotazos al aire de la emoción, un poco sonrojado por la despedida del menor.
ese fue solo el comienzo de muchas chocoaventuras de hyunjin y jeongin. todo por una falda y un par de lindas piernas.
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