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Capítulo 48

— Tu madre llegó a un trato con Juliena-san, Kyoko.
Kyoko estaba impactada, al fin dejaban de estar en personajes. Al fin la confrontaría como el mismo y no como Caín.

Efecto instantáneo, Kyoko dio empezó a titubear mientras torpemente daba dos pasos atrás. Su rostro estaba insanamente rojo mientras parpadeaba frenéticamente y tenía la boca abierta en una extraña  mueca de pánico.

— Ah... Kyoko, por favor... Ah...

Entonces Kyoko se quedó estática cuando él posó su frente en su hombro mientras tomaba la mano de ella y la puso sobre su pecho. Ella se dio cuenta de que él también estaba demasiado sonrojado y sintió como su corazón latía tan rápidamente que parecía más que estaba zumbando y no latiendo. Entonces ambos se quedaron en silencio, sentados en la banca cerca a él famoso puente parisino de los candados de amor.

— ¿Por qué hiciste eso? —Kyoko soltó de repente con una voz serena pero con un tono de amargura.

Kuon comprendía perfectamente lo que pasaba por su mente.

— ¿Acaso lo que dijiste fue...?

— Fui totalmente serio con mis declaraciones en ese video, Kyoko.

— No lo has demostrado como deberías.

— Lo sé.

De nuevo un silencio, pero esta vez Kuon se apartó para mirarla a los ojos con una expresión apenada y de sincero arrepentimiento. Kyoko estaba por perder esa expresión de dureza, pero se enorgulleció de sí misma y de su resistencia cuando terminó por reafirmarla.

— Con todo lo qué pasó, permitiste que yo pueda interpretar que estabas jugando conmigo.

Kuon lo entendía, pero escucharlo era frustrante y doloroso. Ahora su odio por Fuwa había crecido mucho más... No, ahora era demasiado. Oh, la expresión dolorosa de Kyoko ahora aumentó mil veces más el nivel de su odio justamente ahora.

— No fue algo que tengan que ver con lo nuestro...

— ¿En qué momento se decidió que había un "lo nuestro"? —interrumpió Kyoko, le dolió decirlo pero se le salió y no se arrepintió de decirlo.

Ahora ella comprendía que si quería que las cosas no vuelvan a tomar un rumbo que la deje a ella en una posición inadecuada, las cosas debían de darse de a pocos y con acuerdo mutuo. Tenía que hacer que su voz sea la última palabra desde incluso antes de comenzar, si no, ¿dónde quedaría ella? Lo amaba demasiado, era cierto. Pero no podía seguir posicionando a la gente que amaba en un pedestal y solo seguir con una sonrisa el camino que ellos decidan.

— Lo lamento, Kyoko —suspiro—. Tienes razón.

Y entonces Kyoko sintió una punzada, esperaba que él le propusiera algo no que simplemente le dé la razón. Sí, estar enamorada era complicado. Pero verlo arrodillado ante ella la sacó de sus pensamientos.

— Kyoko... ¿Me permites formalmente ser tu pretendiente? No me refiero a que seas mi novia, simplemente a que me permitas cortejarte... Aunque siempre lo he hecho, espero que ahora que sea abiertamente tú puedas permitirme esperar a que tú decidas si quieres ser mi novia.

Si Kyoko no hubiera estado sentada se hubiera desplomado. Muchas demonios inocentes fallecieron, mientras las ángeles cantaron tan alto que hasta Kuon las escuchó, en serio.

"¿Y ese canto... ? ¿Habrá una ópera cerca?"

Se preguntaba Kuon mientras esperaba la respuesta, aunque al ver la expresión de ella sabía que tenía que esperar. Parecía una computadora que se había trabado y necesitaba un reinicio en el sistema. Sonrió ligeramente, de todos modos la esperaría ahí arrodillado a que ella respondiese. Sin embargo, tenía que admitir que todavía las cosas no estaban bien... Justamente por eso no se atrevió a pedirle que fuera su novia ahora. Sin embargo, todavía no se sentía listo para revelar al mundo quién era, quería decírselo a ella, pero Sho todavía lo tenía amenazado. Prueba de ello es que Reino lo observaba con una sonrisa siniestra, posado en un poste a algunos metros de distancia.

"Ya verán infelices..."

— Espera —el corazón de Kuon se detuvo, había un frío en el ambiente a partir de qué Kyoko pronunciará esas palabras, esa voz que le salió era tétrica, de inmediato Kuon pensó en Mío—... ¿Tú acaso no querrás decir que justo ahora no estás seguro de querer algo conmigo?

Kuon la miró con atención, le dolía que piense eso pero no podía culparla, puesto que en su vida tantas heridas la hicieron razonablemente desconfiada. Él mismo reconocía que lo que estaba haciendo Justo ahora sería una táctica muy de tipos como Kijima, o peores.

— Justo ahora estoy más que seguro que eres la persona con la que me gustaría incluso pasar el resto de mi vida —ella se quedó en blanco mirándolo al escuchar eso—. Sí, Kyoko, durante todo este tiempo que estuve enamorado de ti y no parabas de rechazarme sin prestar atención a mis señales he considerado seriamente que si te tuviera en mis brazos no tendría que pensarlo mucho antes de pedirte que seas mi esposa. Sin embargo tengo muchos pendientes que resolver y tengo mucho que revelarte antes de que realmente pueda atreverme a pedirte ser mi novia... Muchos secretos y, tengo que admitirlo, mentiras que necesito confesarte, Kyoko. Es solo que ahora no puedo y en serio te pido perdón por eso, si quieras darme tiempo hasta que pueda decirte todo lo que debes saber... Yo en serio te dire absolutamente todo con sinceridad y entenderé si tú quieres alejarte de mí... Pero espérame un poco, te suplico. Pero en verdad no puedo decírtelo ahora, no puedo. Hay cosas que escapan a mi control justo ahora y yo no puedo decirte...

— Está bien —lo detiene Kyoko, estaba agotada mentalmente de todo esto—, escucha yo dejaré que me digas todo en su momento, pero mientras mantengamos una —se detuvo dolida—... Una distancia profesional.

Hubo un doloroso instante en el que ambos se miraron a los ojos mostrando lo rotos que estaban por tal determinación de Kyoko, pero a pesar de ello la mirada de ella mostró que no daría el brazo a torcer al respecto. Bien, no había marcha atrás Kuon, debías de ser al menos honesto en esa parte.

— Entiendo —respondió—. Entonces rechazas mi propuesta.

— Creo que es lo mejor, de ese modo yo no tendré mucho más dolor del que ya tendré cuando me digas todo lo que ocultas y en todo lo que me has mentido... Podré pensar las cosas más fríamente y tú también.

— ... Comprendo.

Kuon se levantó y se alejó un poco.

— ¿Te llevo de nuevo al...?

Entonces sintió que Kyoko lo abrazaba por la espalda.

— Te agradezco que de todos modos hoy hayas sido honesto conmigo... Aunque sea un poco.

Kuon se volteó y la abrazó mucho más fuerte. La amaba tanto, y le dolía hacer cosas que lo hacían cada vez menos merecedora de su amor.

— Tengamos una distancia prudente, un poco menos que la que tendríamos de tener solamente un vínculo profesional... Pero prudente.

— Está bien.

Kyoko se reprendió a sí misma por ser tan débil, pero no podía dejar las cosas así. No aguantaría tanta distancia de él luego de haberlo extrañado tanto tiempo cuando él desapareció.

— Volviendo al punto —Kuon se apartó—... Tu madre aceptó con la condición de que solo estemos en papel cuando sea necesario, es decir... Cuando nos presentemos al casting como marido y mujer. Ya no tendrás que ir al hotel a hospedarte conmigo para actuar de esposos. Te quedarás con tu madre a dormir. 

Kyoko lo miro intrigada. Y asintió mientras comenzaba a caminar hacia la moto a lado de Kuon.

— Es por ello que te secuestre... Para que Caín y Setsu puedan disfrutar de un día juntos como recién casados. Claro... Si es que quieres...

— ¿Ya no te esconderás y volverás a la producción?

— Volveré oficialmente como Tsuruga Ren mañana mismo. Esa es una buena noticia que esperaba darte más tarde...

— Veámonos mañana... Tsu... Tsuruga. 

Kyoko se despidió con una reverencia, ante todo pronóstico se apartó de la moto y se subió a un taxi. Kuon suspiró viéndola partir. Las cosas no habían salido como lo había esperado, pero era lo más justo. Por otro lado volvió a ver si Reino estaba cerca, ahora este se encontraba en un auto oscuro que arrancó no bien ambos hicieron contacto visual. Al menos ya estaba ligeramente solucionado el asunto, sabía que con todo esto el espíritu de Fuwa seguramente se habría quebrantado considerablemente pero jamás considero que ese era el plan del presidente en primer lugar cuando lo mandó a Los Ángeles. A estas alturas ya nada debería sorprenderle cuando se trataba del presidente pero de todos modos, era impresionante. 

Kuon subió a su moto y llegó al hotel, ya no encontró nada de Setsu en el cuarto, se dio una ducha y terminó tirado en la cama mirando al techo mientras tomaba coñac. Entonces tocaron la puerta, él con dudas se acercó a esta y al ver de quienes se trataban no pudo hacer más que tragar saliva. Sus padres estaban ahí, juntos con una mirada determinada esperando a que abriera. No tardo en abrir, y aunque las cosas iban a ponerse intensas seguramente pues sabía que sería mucho peor si no se apresuraba a hablar con ellos. 

— Quiero saber qué pasó con Helena, o lo que seguramente no pasó, ¿cierto, Kuon? —lo observó con las cejar argqueadas y los brazos cruzados—. Espero que sea así. 


La mirada de su madre era intimidante, pero Kuon tenía prioridades que esperaba que sean tomadas en cuenta antes de llegar a las explicaciones. Pero de pronto se vio totalmente asustado por su vida cuando se fijó en su padre. 

— Casi te di mi aprobación, muchacho, explica las cosas correctamente antes de que decida acabar contigo. 

No hizo falta demasiado pagra que el matrgimongio Hizuri se siente cómodamente para comenzar con las explicaciones, o mejor dicho con el agresivo interrogatorio. 

Por otro lado Kyoko estaba en el cine con Sho, ella pensaba no aceptar pero no lo vería en mucho tiempo. Él se veía muy deprimido y ahora eran amigos. 

Se sorprendió bastante cuando este le contó todo lo que sucedió con Mimori, pero comprendía de cierto modo todo esto. Sin embargo la plática se deformó en una discución que solo se vio interrumpida por el inicio de la película y los reclamos de la gente porque se callen. La película de terror estaba entretenida, pero Kyoko se sentía bastante distraída. Eso empeoró cuando sintió a Sho abrazándola por los hombros, y cuando notó que él la miraba a ella mucho más que a la pantalla. Al salir de la sala de cine una sorpresa la esperaba. 

Los flashes no se detenían para nada, aún con Sho protegiéndola con su abrazo de todo ello. Escuchó voces, demasiadas... Tanto así que tardó en darse cuenta que hablaban en japonés. 

—————————— 
La cuenta regresiva comienza...

Muchas gracias por haber seguido este fanfic tantos años, en serio aprecio mucho que hayan llegado conmigo a este punto. Debido a que el final está cerca, puedo decirles a los seguidores de "Crazy in love: Mi amor en el olvido" que no se preocupen más, he leído sus peticiones y créanme que tenía toda la intención de darles el gusto. Pero, a causa de que mi tiempo solía estar demasiado copado, cuando podía escribir sentí que no le estaba dedicando el tiempo que merecía para darle calidad y estilo. Entonces decidí que me enfocaría en al menos llegar a los capítulos finales de este fanfic para así poder darle el esmero que se merece ese fanfic... Y pues llegó la hora. Pronto verán las actualizaciones de ese fic y de mi otro proyecto "Fiévre Rose", espero mucho que sea de su agrado.
Lamento la tardanza y en serio me pone muy feliz que disfruten de lo que escribo. Espero que tengan una cuarentena lo más amena posible, cuídense mucho.

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