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Capítulo 34

Why do birds suddenly appear
Every time you are near?
«¿Por qué las aves de repente aparecen
Cada vez que estás cerca?»
Just like me, they long to be
Close to you
«Como yo, ellas quieren estar
Junto a ti.»

Sus miradas eran intensas. Claro que no podían pronunciar palabra alguna, sí, no había palabra alguna pero sus corazones cómo se gritaban mil cosas a través de sus miradas.

Why do stars fall down from the sky
Every time you walk by?
«¿Por qué las estrellas caen del cielo
Cada vez que estás cerca?»
Just like me, they long to be
Close to you

Ella estaba hermosa, simplemente era demasiado hermosa... ¡Demasiado!
La luz del ocaso hacía que sus -ahora- cabellos castaños brillen y tenga algunos rayos dorados; y el viento, que con gracia estos revoloteen.

Él se quedó embobado por su belleza, pero... Aún así, la sorpresa por las acciones de ella era mucha como para dejarse llevar por su amor y permitir sin pensarlo que su cerebro tome un vuelo a la luna -como lo haría usualmente-. Pero sí, aunque estaba muy sorprendido, y por varios motivos razonables, su sorpresa no era tanta como su confusión, ni si quiera su desbordante amor por ella.

"En serio..."

Suspira y sonríe con resignación, hasta que al mirarla, al hacer contacto visual con su misteriosa mirada... Bueno, no tan misteriosa, era una mirada que cualquiera podría descifrar, aún más con las demás señales. Ella se estaba acercando más a su rostro, se estaba empinando lentamente para intentar alcanzarlo, y se aferraba aún más de su cuello. Cualquiera podría adivinar las intenciones de esa chica, pero... La confianza de Kuon en su propia lógica, al menos con ella, era nula. No podía darse el lujo de fallar.

"Realmente, tus misterios serían un reto hasta para Sherlock Holmes... "

Y en eso... ¡No puede ser! ¡¿Acaso quiere matarlo?! ¿Cómo es que... simplemente no se da cuenta de lo que causa en el interior de su acompañante? ¿Cómo es que no se da cuenta de lo que su pequeño gesto puede causar en... cualquier hombre que la viera?
Kuon estaba en su punto límite, ella estaba tan cerca de su rostro, sólo un pequeño balanceo y tendría el placer de aprisionar sus labios otra vez... Oh, claro que lo haría sin dudarlo, es más... ¡Lo hará... ! No, es cierto, no puede.

"Tsuruga Ren... Siempre fuiste la prisión de mi repugnante ser... Pero por este momento, te detesto por ello... "

Y entonces a Kuon se le ocurrió... ¿Por qué Kyoko acepta sus besos como Kuon... Y se pone tan histérica con sólo un beso en la mejilla de parte de Tsuruga Ren?

"Lo sabía... a él nunca se le ocurriría... besarme por su cuenta."

Kyoko intentó ocultar su rostro de decepción bajando la mirada a sus pies que estaban posados sobre la arena y que de vez en cuando eran acariciados por el mar... La marea iba subiendo. Y de repente, escuchó algo que la dejó helada, una frase que a él se le salió de sus pensamientos.

- ¿Por qué tienes miedo de besarme?

Kuon de repente se dio cuenta de algo extraño: Se escuchaba hasta su respiración, y justamente la música se había detenido. En eso, vio la expresión de Kyoko la cual lo puso nervioso al sacar su deducción: Ella lo escuchó.

En ese momento, ya no sabía qué hacer, entró en pánico pero al final tomó valor y decidió finalmente enfrentarlo todo y hacer algo arriesgado y definitivo, no iba a seguir dudando más: Tenía que de una vez por todas conseguir una respuesta a todas las interrogantes que esa chica le causaba y resolver finalmente todo el misterio que de por sí era Mogami Kyoko, su amada. Kuon dudó y lentamente se fue acercando, la miró a los ojos, ella parecía intentar responder a su pregunta... Pero cuando por fin un monosílabo iba a ser pronunciado por sus labios, estos fueron arrebatados y enteramente devorados por los de él. Ya estaba cansado de dudar, ella ya no era una niña y de eso se dio cuenta, ese mismo día, hace pocos momentos, tanto al hablar con ella como viéndola.

"¿Cómo es eso de que Corn aún no siendo tu novio puede besarte? ¿Cómo es posible que con Corn no te moleste la idea de ser "amiga con derechos"? Yo sólo te hice esa pregunta como una broma para avergonzarse... Y... Y lo peor de todo es que... ¡¿Cómo es posible que me haya puesto celoso de mí mismo y me auto-insulté diciendo que era un aprovechador de señoritas?!"

Kuon la cargó de las piernas, aún sin dejar de comerse su boca, y la sentó en una roca... Ella... ¡Correspondía! Torpemente, pero correspondía, así como cuando se besaban con él siendo Kuon. Ren no dejaba de besarla, ella se detuvo, él lo notó pero no podía frenarse ya, la abrazaba fuerte por la cintura, de repente su apasionado beso se trasladó a su cuello... Y fue en ese momento, por un pequeño y casi inescuchable gemido de susto, que se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Él, sorprendido se separó de ella, la miró, ella bajó la cabeza muy sonrojada, vio que... Oh sí, al fin le había dejado esa marca que como Caín no pudo dejarle a Setsu. La llamaba por su nombre para que ella lo mirase, pero no le hacía caso. Estaba preocupado, quizás fue muy apresurado... ¡No, no iba a seguir con este tira y jala! Ya habían conversado... Ya se dio cuenta que Kyoko aunque no lo aceptaba ya estaba consciente de todo, absolutamente todo.

- Mírame, Kyoko. -ordenó severo.

Hubo un silencio de muerte con esa orden, Kyoko se quedó paralizada, Ren no aguantaba esto, se acercó a ella y buscó su mirada, se inclinó para encontrarla pero ella al fin lo enfrentó.

- Tsuruga-san... ¿Por qué hizo eso?

"Así que ya no es Ren... Entiendo... ¿Quiere volver a poner distancia?"

Kuon resignado respondió.

- Porque pude y quise... -le contestó con desinterés, como si hubiera hablado de algo como comer un helado -aunque... ¡Vaya que sí se comió algo!- y lo dijo al tanto que se encogía de hombros, exactamente el mismo gesto americano que le hizo a Boo.

De repente notó que Kyoko estaba bastante tranquila, ni estaba sonrojada... Oh, espera... ¿Ahora estaba actuando?

- Bueno... -sonrió para después soltar un suspiro- Entonces supongo que ya que al fin probó mis besos ya dejaron de ser de su interés...

- ¿De qué hablas? -a Kuon esa pregunta se le salió inmediatamente.

- Usted mismo lo dijo... -lo miró directamente con una expresión monótona- Dijiste que no entendías por qué besaba a Kuon y a ti no... -se gira a ver el mar- Ren, tenías curiosidad de saber cómo eran mis besos sin actuación de por medio y en el ámbito privado. -declara como si fuera una conclusión definitiva y correcta- Ahora que ya los probaste... -Kyoko volvió su mirada de nuevo hacía él, y ahora lo miraba felinamente, como esa vez que en la gala de Dark Moon le preguntó «¿Quiere algo de mi?» - ¿Te gustó?

En ese momento el pobre chico de veintiún años de edad, no hace mucho tiempo cumplidos, ya perdió el rumbo de la situación y ahora él estaba confundido y sonrojado. Kyoko se aferró de su cuello y le dejó otra marca en el cuello... ¿Qué es esto?

Kyoko lo miró divertida mientras se limpiaba el labial que se había esparcido prácticamente por toda su cara debido al salvaje beso y también por la reciente salvaje acción suya.

- Para que vaya a juego, mi querido "Senpai"... -le murmuró en el oído y luego le besó la mejilla- Nos vemos luego...

Kyoko entonces empezó a caminar lejos, él seguía paralizado en el mismo sitio, entonces ella al darse cuenta de su oportunidad empezó a correr lo más rápido que podía, muy sonrojada y con ganas de llorar.

Cuando al fin pudo reaccionar, miró a su alrededor, ella ya no estaba ahí. Suspiró y se tiró en la arena... Fue demasiado arriesgado, pudo haberlos visto alguien, estaban incluso con sus vestuarios de la filmación aún.

"El responsable Tsuruga Ren... Ella ya lo destruyó... Incluso si ese sujeto fuese real, ahora lo que menos le importaría serían sus responsabilidades... En serio es increíble."

Kuon se tocó la marca, le encantaba sentir una de nuevo... Pero de ahí vino la tristeza.

"Ella de nuevo no me tomó en serio... Otra vez usó la actuación para evitar comprender la situación... "

Kuon sonrió resignado mientras a la distancia miraba la grabadora vieja, que nuevamente volvía a reproducir esa significativa canción de los Carpenters, y el balde lleno de conchas. No supo como sin pensarlo terminó trayendo a este lugar a Kyoko, pero fue extraña la suerte de que había alquilado el bungaló que estaba justo a unos metros de distancia de ese mismo lugar... Es más, quizás, inconsciente de lo que hacía por la desesperadion de ocultarla de todos, la intentaba llevar a su guarida. "Kuon" ya había tomado casi todo su ser, y pues necesitaba un espacio para ser él mismo de vez en cuando, un refugio para ser libre de todo, un lugar para estar en soledad de todas las personas que lo acosaban siendo "Tsuruga Ren".

"No sé qué hacer contigo... "

Decía para sus adentros mientras miraba las estrellas, que ya estaban apareciendo, y escuchaba la canción de fondo, que sólo lo motivada más a pensar en ella. Y todo eso mientras rememoraba y a la vez analizaba cada acto, expresión y palabra desde que sus impulsos de celos lo dominaron y los sacó a relucir sin cuidado o precaución alguna ya que no soportaba que otros devoren a ese manjar, su manjar celestial, aún si solo fuese con una pequeña mirada.

Todo empezó así... Ambos no sabían qué decir, en verdad que no lo sabían. Prácticamente habían huido de la filmación. Aunque... Bueno, ya había quedado todo bien y Ogata ya había dicho mucho antes que esa escena que filmaron era lo último del día y que todos podrían irse a descansar y a disfrutar de Guam el resto de la tarde pues necesitaban filmar en locaciones de Guam que no estarían disponibles si no en dos días... Por lo que incluso esos días podrían descansar.

- Tsuruga-san... -se dio cuenta de lo que dijo y que su (amado) senpai paró en seco su carrera por la playa, entonces sonrojada decidió corregir su error antes de tener que pagar las consecuencias pues... Recordó su última charla antes de su llegada a Guam- ... Digo... Re-Re-Ren-san... -Kuon se sorprendió por escuchar eso, pero soltó una sonrisa de satisfacción.

- ¿Sucede algo, Kyoko-chan... ?

Kyoko dio un respingo al escuchar su nombre de forma tan seductora con esa voz tan profunda y masculina... Y a la vez con un toque travieso y juvenil... ¿Corn? Sí, se sentía justo como Corn.

Por su parte, Kuon no sabía qué hacer, ya de por sí estaba nervioso, pues, cuando se dio cuenta, ya estaban en una parte de la costa que era prácticamente una playa virgen... ¡¿Corrió con Kyoko hasta el punto de salir de la propiedad del hotel?! Pues sí, sí lo hizo. Estaba un poco avergonzado, ni sabía cómo explicarle a Kyoko su ataque de celos causado por un impulso salvaje de querer ocultarla debido a su belleza y a lo -demasiado, en exceso, mucho, maldita y condenadamente- sexy que se ve -especialmente ahora con ese bikini de infarto- y no soportaba que otros -libidinosos- ojos la vean así.

Kyoko estaba sonrojada, con duda y finalmente -con algunos, es decir, demasiados titubeos- se atrevió a decir lo que quería decir desde hace mucho rato ya.

- Pues... Ren-san... -tragó saliva, estaba un poco demasiado avergonzada pues recién se daba cuenta que: primeramente estaba en un bikini demasiado revelador por lo que, ahora, en ese mismo instante, su piel chocaba directamente con a piel de él; y segundo ya que seguía siendo cargada como un saco de papas, es decir, al hombro, y las manos de él sostenían sus desnudos muslos para evitar una caída... Definitivamente ese contacto de piel era mucho para su corazón- Esto... Si quería llevarme a la heladería... Pues... -y volvió a titubear cerrando los ojos fuertemente para evitar pensar en el contacto descarado de sus carnes, claro que este fue un intento inútil, se abochornó mucho más- Hace rato la hemos pasado... Es... ¡Es más! Salimos del hotel y estamos en una playa desconocida... -A Kyoko se le fue la vergüenza pues miró a su alrededor dándose cuenta de la situación y ahora sólo estaba confundida.

- ... Ya... Ya lo sabía... -respondió Kuon, sorprendido de haber tartamudeado, y lo peor es que de repente estaba un poco más avergonzado y nervioso... Definitivamente nunca había pasado por algo así.

- Entonces... -Kyoko dudó, y pausó para de nuevo mirar a su al rededor confundida, luego continuó con su pregunta- ¿Usted quería traerme aquí... ?

-... Eso mismo... (?) -Kuon en verdad quería darse de cabeza contra alguna de las rocas con las que chocaba el mar, pues es el mejor actor de Japón y aún así... ¡¿Cómo podía responder de una forma tan poco convincente que ni si quiera a un niño le daría confianza?!

- Oh... -Kyoko satisfecha por la respuesta se quedó en un silencio aliviado, que duró poco porque volvió a darse cuenta de la extraña situación y se confundió- ... Pero... ¿Por qué... ?

Kuon no podía verle el rostro pero se imaginaba su rostro confundido con sólo escuchar el tono de su cuestionamiento, suspiraba, miró de nuevo a su al rededor, lo hizo varias veces intentando encontrar una excusa que no lo deje como un idiota o un loco. Y en eso se dio cuenta, miró más lejos y... ¡Sí! Era justamente su bungaló.

-Quería que conozcas esto... -le apuntó al frente y Kyoko con sus ojos siguió la dirección del dedo de su senpai.
Habían muchas palmeras así que Kyoko se asomó un poco más para ver entre ellas. Y entonces, pudo observar, no muy lejos, un hermoso y lujoso bungalow que venía con piscina incluida, una enorme y fabulosa piscina, ella se hubiera quedado viendo con asombro el lugar pero entonces una risita masculina y sexy la distrajo... Ella se giró y vio su sonrisa, luego ve que él le extiende la mano.

- ¿Me acompañarías a mi humilde morada, hermosa doncella?

Kyoko estuvo en una expresión indescifrable por unos eternos -para él- cinco segundos, y luego sonrió y asintió.
Kuon con ese silencioso permiso, tomó con delicadeza su mano y la encerró con la suya, luego la llevó a su destino.

"Mi corazón... Querido corazón no me traiciones ahora, por favor... "

Kyoko suplica a su corazón que no exponga de más sus sentimientos, pero era demasiado inútil ahora que estaba sonrojada y con una sonrisa «de estúpida» y que además... Él era totalmente consciente de estos gestos.

Kuon apartó su mano cuando llegaron a la puerta, luego le sonrió y sacó una tabla de surf, que estaba colgada en la entrada, y sacó una tapa que había en ella para descubrir la llave del lugar.

Entraron y todo simplemente era precioso, pero tenía un estilo muy diferente al que se esperaría de su senpai. La decoración y todas las cosas eran muy veraniegas y juveniles... Era lo que se diría: el departamento de un jovencito de dinero recién salido de la adolescencia, o incluso aún en ella. Para nada era maduro, formal o adulto... Era simplemente, sencillo y juvenil... Ah, pero eso sí, de buen gusto y lujoso. Aunque aún de cierto modo Kyoko no se sentía muy sorprendida, en el fondo siempre supo que "Tsuruga Ren" era una máscara y es por eso que Kyoko... se siente muy feliz y afortunada, porque, queriéndolo o no y aún si "nunca llegará a ser alguien del que su senpai se podría enamorar", sabía que ella era una de las pocas personas con las que su senpai era "él mismo" y que poco a poco le mostraba más de sí mismo. Confía en ella, lo sabe. Con ella no usa máscaras, y aunque ella sabe que le oculta muchas cosas no le importa porque él poco a poco se las dirá, en el momento preciso, y ella solo esperará pacientemente.

- ¿Sabes surfear?

Kyoko no pudo evitar que esa pregunta se le escapé de la punta de la lengua porque no sólo se encontró con una tabla para dicho deporte en la puerta, si no que habían como cuatro más dentro del lugar.

- ... Bueno... Cuando estaba en la secundaria a veces me gustaba escaparme de todo, tomar el auto de mi papá e irme al mar...

Kuon respondió automáticamente y con mucha sinceridad, su tono al decirlo tenía melancolía y cierta diversión aunque también tristeza. Y él sólo se dio cuenta de lo que dijo cuando se encontró con la mirada de ella.

- ... Vaya... -Kyoko sonrió apenas se recuperó de su expresión preocupada, supo al instante que algo de eso tenía que ver con «la oscuridad» que ya vio muchas veces consumir a su amado, así que decidió llevar el tema por otro camino- Veo que tenía una idea muy equivocada de ti cuando eras adolescente...

Kuon sonrió, supo lo que ella intentaba así que decidió seguirle.

- ¿En serio? -se acercó y le sonrió ladinamente- ¿Y cual idea era esa que tenías?

- El típico ñoño correcto, responsable y estudioso sin vida social que a todo el mundo le cae mal y al que siempre ponen de presidente de la clase...

Kyoko con eso intentó bromear pero se arrepintió cuando vio que la expresión de su senpai no reflejaba ni una pizca de diversión.

- Vaya, Kyolo-chan... ¿Desde cuándo te volviste tan irrespetuosa?

Kyoko de repente se transformó en una ardilla asustada.

- Lo... ¡Lo siento! Sólo... -Hace puchero- ¡Sólo era una broma! ¡NO quise prenderlo!

Entonces sintió que Ren ya estaba muy cerca a ella, mirándola fijamente con una sonrisa siniestra, de quien planea matarte sin piedad.

- ¿En serio? -sonrisa ladinamente- ¿En serio lo sientes? -Kyoko lo miró aterrada.

- Sí... -exclamó en un gritito desesperado pero bajito.

- Pues... -pone su rostro frente al de ella y la mira directamente con un toque de travesura infantil en los ojos- Creo que aún no lo suficiente...

En eso Kyoko de repente se vio siendo cargada al hombro de nuevo y en un instante sintió su cuerpo chocar con el agua.

Kyoko se levantó y vio a su senpai junto a ella riéndose y totalmente mojado.

- ¡Hubieras visto tu rostro! - empezó a reír en una carcajada limpia- Parecía que pensabas que estaba a punto de asesinarte o algo así -volvió a reír hasta quedarse sin aire.

Kyoko hizo un puchero el cual fue suficiente para que Kuon se deje de reír y se derrota por lo linda y abrazable que se le hacía Kyoko en ese momento. Se encargó de abrazarse a sí mismo e intentar poner una expresión neutral para no saltarle encima.

- Eso... ¡Eso no fue divertido! -se cruzó de brazos- ¡Fuiste muy malo, Ren-san...! -tenía el ceño fruncido y la expresión de toda una niña haciendo rabieta- ¡Pensé que te habías ofendido!

- Bueno, Kyoko-chan... -Kuon suspiró y con una sonrisa burlona le respondió- A mí difícilmente me molestan los insultos de niñitas como tú... -le sacó la lengua y Kyoko se quedó asombrada y más cuando él terminó agregando- Además lo que dijiste era exactamente lo que tu eres en realidad -se encogió de hombros y se rió.

Kyoko se quedó asombrada por unos segundos, frunció el ceño y luego se quedó inexpresiva al darse cuenta por sus memorias que eso era verdad. Kuon empezó a reírse más pues sabía exactamente lo que ella estaba pensado, estás risas sacaron de sus recuerdos a Kyoko y la hicieron "enojar" pero luego sonrió maléficamente.

- ¿A sí... ? -lo miró desafiante y él solo rió mientras hacía un baile retador con la cejas- Pues... -se prepara- Una niña ñoña... - «varemos quien ríe último, querido senpai» -¡¿Haría esto?!

Kyoko le disparo con una pistola de agua, lo que Kyoko no se superaba era que de la pistola de agua salga pintura. Kuon estaba sorprendido hasta que recordó que la mañana anterior uso pistolas de agua para pintar porque estaba aburrido y que luego de eso se aburrió y se metió a la piscina dejando la pistola de agua, aún con pintura, a lado de la piscina.

- Per... ¡Perdón! -Kyoko entró en pánico y Kuon solo sonrió.

- No te preocupes Kyoko-Chan... -se acercó a ella- Yo simplemente me puedo quitar... -se quita la camisa mientras la mira sensualmente- la camisa... -Kyoko queda en shock y él queda satisfecho.

Kuon siempre se sintió con su figura satisfecho, pero nunca como en este momento en el que se dio cuenta que Kyoko al menos físicamente es consciente de él. En especial cuando empezó a mirar cada centímetro de su perfecto abdomen, Kuon se sintió feliz de tener qué mostrar y que al parecer a Kyoko le gusta lo que muestra... Aunque... Claro que... Bueno, es muy seguro que también eso le asusta y falta poco para que se moleste y le grite «¡Playboy pervertido!» pero si va a ser castigado con ese "insulto" después, al menos se encargaría de ganárselo como se debe.

- Pero tú, Kyoko-Chan... -aprovecha que está paralizada y le quita la pistola- No creo que puedas hacer lo mismo... -le dispara la poca pintura que quedaba directamente al bikini- ¿O sí... ?

Kyoko pasó por distintos colores de rojo, especialmente por esa mirada de Emoerador de la noche, luego su ceño se frunció y sí, lo hizo.

- ¡Playboy! -luego de gritarlo se volteó a otro lado "ofendida" pero a la vez muy sonrojada, mientras él empezó a reír.

-Lo siento, lo siento... -intenta parar de reír pero no puede, entones Kyoko le tira agua molesta y vuelve a voltearse, lo cual le da más risa entonces ella se cruza de brazos y frunce el ceño como niña resentida- Kyoko-chan... Perdona... -intenta que voltee a mirarlo peor ella evita su mirada, entonces la risa de Kuon se fue definitivamente, no quería que ella se moleste con él en serio ¡Era lo que menos quería!- Sólo quería darte un pequeño castigo por llenar mi boca de pintura... -ella vuelve a ignorarlo- Oye... -ojos de perrito abandonado- En verdad, lo siento si me pasé.

Kyoko por curiosidad miró de reojo y... ¡Cómo se arrepintió!

- ¡Está bien! Bueno... Aunque eso fue un accidente... -Hace puchero- ¡¿A quién se le ocurre llenar una pistola de agua con pintura Ren-san?!

Kuon se rió y se encogió de hombros.

- Estaba aburrido y vi en Internet que un artista pintaba cuadros usando pistolas de agua así que... Simplemente lo intente...

Kyoko se quedó en silencio, él también y de la nada ambos empezaron a reír.

- Esto es tan... -Kuon suspiró y cuando iba a terminar, ella completo la frase por él.

- ... Extraño... -Kyoko lo miró con una sonrisa nerviosa.

Y entonces ambos volvieron a reír incómodos.

- Bueno, Kyoko-chan, disculpa por la broma... -ella se dirigió a él con una sonrisa disimulada y una mirada a media persiana- Perdona y... Puedes subir al segundo piso a cambiarte puedes usar lo que sea que encuentres en el closet.

Kyoko asintió y salió de la piscina mientras Ren sólo observaba intentando no pasarse con las miradas a su amada.

Kyoko se sintió extraña al entrar a la habitación: la cama estaba destendida, pero no tanto en realidad, y habían cosas fuera de su lugar, no era un desorden excesivo pero era el típico que esperarías de un muchacho que vive solo, un desorden digno de un mortal y no de "Tsuruga Ren".

Kyoko observó atentamente todo, luego suspiró y sonrió, comenzó a ordenar todo, que no demoró más de tres minutos, y luego miró su armario... Ropa casual, deportiva y sin ninguna marca que ostentar. Kyoko suspiró y en eso vio una foto, sí ya sabía todo en el fondo y fue mucho más que una gran sorpresa pero... Ni estaba lista para enfrentarla. Ella ignoró la foto y tomó una de las poleras que encontró, pudo sentir su aroma tan embriagador y una lágrima se le escapó, se abrazó a si misma, sonrió y salió de la habitación y se encontró con la mirada de Kuon. Él la esperaba con un polo deportivo y un short, y además, sosteniendo dos baldes, con palas dentro, en las manos.
Kyoko sonrió y miró con curiosidad los baldes, le preguntó con la mirada qué era lo que pretendía, él sólo le respondió con una mirada misteriosa y una sonrisa, luego abrió la puerta y salió del lugar, Kyoko se quedó mirándolo desde la puerta y él se acercó al mar y sintió la brisa; luego se giró con una sonrisa y una mirada que la invitaba a acercarse, y ella sin duda aceptó esa invitación, corrió hacia él, y él de la mano la llevó a enfrentar a una ola.

Juntos se mojaron y rieron mientras jugaban a las atrapadas en el mar. Kyoko estaba muy emocionada no podía evitar sentirse tan especial, era como lo que dijo el director y otros autores sobre la escena de Katsuki, Tsuruga Ren estaba mostrando a ella -¡A ella!- lados de él que nunca había visto mostrar a alguien más... ¡A nadie más que a ella!

Por su lado Kuon estaba resignado dejar de pensar mucho y dejarse llevar por ese misterio que se llamaba: Mogami Kyoko. Él, antes de que Kyoko bajase ya estaba preparado para dar todas las explicaciones que ella seguro iba a pedir y para contar toda la historia, desnudarse ante ella -claro que metafóricamente hablando, pues eso de desnudarse en sentido literal... Lo dejaría para algún futuro, futuro que lamentablemente no da esperanzas de ser muy pronto- y revelarle todos sus secretos. Él al propósito la hizo entrar en su habitación, él sabía que ella vería... Todo.
El bungaló iba a ser comprado por él, ese lugar se había convertido en algo importante, su escondite para ser libre, así que sólo faltaba una paga para que ese lugar se convierta en su propiedad, esa iba a ser la guarida de Hizuri Kuon. Entonces, poco a poco fue instalando cosas suyas, trayendo sus pertenencias que estaban escondidas del mundo en un rincón de su viejo mundo, el hogar Hizuri. Los empleados de Lory sacaron todas sus cosas de la mansión Hizuri que eran de Kuon y mandaron a Guam para que Kuon disponga de ellas. Así que, no era sorpresa que todo ese bungaló tenga todos sus secretos ahí, expuestos, principalmente su cuarto que en la mesa de noche, junto a un gran espejo, tenía colgadas fotos, fotos de toda su vida, de cada parte de ella, y obviamente también de él con su familia.

"No entiendo... "

Es obvio que al ver esto Kyoko iba a darse cuenta de todo en un instante pero simplemente actuaba como si nunca lo hubiera visto pero él sabía que era imposible que eso sea así, ella tuvo que haberlo visto, estaba en un lugar visible, ¡muy visible!
Kuon ya no quería seguir intentando tener la respuesta a todo, quizás sólo le quedaba esperar a que ella quiera hablarlo; pues intentarlo, intentar resolver su misterio, sería algo tonto de hacer si aquel misterio no desea ser resuelto.

- ¡Ren, cuidado! -Kyoko despertó a Kuon de sus pensamientos, muy tarde pues una ola lo tumbó, y por su intento fallido de salvarlo, la feroz ola los tumbó a los dos.

- ¡¿Estás bien?! -ambos al unísono le gritaron, es decir, preguntaron al otro al instante de recuperarse del impacto selva caída y de asegurarse que arena no entró a sus ojos.

- Yo... -ambos al unísono respondieron, y luego se quedaron mirando, analizando el estado lamentable del otro y entonces, de nuevo al unísono, empezaron a reír.

Kyoko estaba sentada sobre él riéndose y él de repente dejó de reír sólo para quedar embobado con su risa, no era esta vez una risa como las que alguna vez ha tenido frente a Tsuruga Ren, incluso nunca había reído tan abiertamente y ampliamente con Kuon, era una risa descarada y hasta con ronquido incluido, una que sólo mostrarías a madre o a tu mejor amiga de mil años. Para Kuon esa sensación, esa sensación de que había llegado a ser alguien muy importante en el pecho de ella, fue muy refrescante y le llenó de dicha.
Kyoko de repente paró de reír, se dio cuenta de la sonrisa de él, tan simplemente...

"¡Asesino!"

Kyoko estaba paralizada pero luego se recompuso y sonrió, un poco sonrojada.

- Ay... Tsuruga... -paró cuando se dio cuenta que él negaba con el dedo y con el ceño fruncido- Ren-san... Disculpe, qué horror... Yo le mostré una risa muy...

- Hermosa... -completo él con una sonrisa que de nuevo casi la mata.

- Bien... -Kyoko respondió y se quedó en silencio.

- Entonces, Kyoko-chan... -le acaricia el rostro poniéndola nerviosa- ¿Vas a quitarte de encima o... ? -se acerca más a su rostro- ¿... Hay algo más que quieras hacer mientras estás sobre mí?

Kyoko se sonrojó y de un salto se quitó de ahí. Kuon suspiró para sus adentros y sonrió, agradeció haber hecho eso porque quién sabe que incómodas cosas hubieran sucedido si Kyoko seguía ahí.

"Quiero controlarme para no asustarla y respetarla... pero su inocencia hace que ella misma lo haga difícil, demasiado... "

De la nada noto que Kyoko le extendía la mano, ahora ella le mostraba las dos cubetas con palas, pues con la caída casi se las lleva el mar, y mientras Kuon se perdía en su mente ella fue y las recogió.

- ¿Entonces qué haremos con esto?

- Bueno, quiero hacer un castillo de arena... -se levantó y le agarró de la mano- Y necesito una princesa...

Kyoko sonrió y empezaron a construir el castillo. Al terminar, empezaron a caminar por la playa y, a sugerencia de Kyoko, comenzaron a recolectar conchas y piedrecitas de mar que se veían muy bonitas.

- Ya va a anochecer... -Kyoko mencionó en un suspiró mientras miraba al horizonte, parecía que lo dijo para sí misma pero, como toda la concentración de Kuon se centra en ella, al igual que su mundo, él también escuchó- Esto es perfecto...

- No, no es perfecto... -Kyoko volteó sorprendida a verlo, pues seguro no se esperaba que sus pensamientos se le hayan salido de nuevo, y menos que sean escuchados- Aún falta algo...

Kuon sacó una radio, algo antigua, y puso un disco, luego la música empezó a sonar... Era música en inglés algo -bastante- antigua.

Kyoko sonrió y él la llevó a sentarse frente al más en una sala de estar exterior al bungaló, y prendió la fogata, que se situaba al centro de los sofás de esa sala de estar sin techo, junto a al piscina y frente al horizonte.

- Mi madre ama mucho esa música... -dijo de repente con una sonrisa divertida mientras le servía un vaso con jugo de piña- ¿Sabes... ? Yo creo que principalmente porque con esa música aprendió inglés, la pronunciación de los cantantes de ese entonces era sinceramente mucho mejor es esa época que ahora... -suspiró- aparte que mi abuela era fan de Frank Sinatra y la música de esa generación...

- Oh... -Kyoko asintió con una mirada tierna aunque sorprendida, no esperaba que él empezará a charlar de repente sobre él, y mucho menos con esos gestos que le decían que él estaba algo afectado.

- Mi abuela murió cuando mi madre era una adolescente... -Kuon expresó una sonrisa de tristeza- Mi madre siempre fue una chica muy hermosa por lo cual mis abuelos la "sobreprotegian" porque tenían miedo de que por su belleza aparezcan muchos lobos... -suspiro- La última vez que mi madre vio a mi abuela fue cuando discutieron porque mi mamá quería ir a una fiesta... Mi mamá se fue a la fiesta de todos modos y cuando volvió... Mi abuela ya no estaba.

Kyoko se sintió muy triste, ella sabía lo que era tener una madre a la que no le interesa tu existencia y aún así la ama mucho -y más cuando ahora su relación se volvía cada vez más ¿normal? Bueno, sí, normal y cariñosa- Y ahora de sólo pensar en el dolor de la madre de Kuon al perder a una madre que la quería demasiado. Y más triste se puso de imaginar los sentimientos de culpa y el dolor de que la última vez que viste a una persona amada haya sido en medio de una pelea. Despertó de su ensoñación cuando sintió una caricia en el hombro, ahora tenía una lágrima luchando por no salir, esta vez por la tristeza reflejada en la sonrisa de Kuon.

- Mi abuelo era un hombre increíble... -dio un trago a su jugo- Él me enseñó a surfear... -sonrió- Él fue el único que notó cuando la oscuridad se sembró en mí... O estaba en proceso de hacerlo... -bajó la mirada- Y también la última vez que me vio, lamentablemente, sólo se preocupó por mí pues notó que esa semilla oscura empezó a germinar en mí...

Kyoko estaba muy sorprendida, no entendía cómo de repente él estaba contándole cosas tan íntimas y con tanta sinceridad.

"No sé... qué decir... "

- No tienes que decir nada, Kyoko-chan... Yo sólo quiero aprovechar esta oportunidad para sinceramente contigo... Tú eres muy especial para mí, demasiado, yo quiero que conozcas todo de mí... Así como quisiera que un día tengas la confianza de contarme todo de ti...

Kyoko se sonrojó, por milésima vez en el día, y asintió con una sonrisa. Y es así... Con ese paisaje del sol ocultándose de a pocos tras el inmenso océano, y en ese cómodo y precioso espacio con esa música tan bonita de fondo, Kuon empezó a contarle a Kyoko su historia, bueno, no del todo, por el momento la historia de su origen, y claro que, aún con la máscara de Tsuruga Ren, pero eso era sólo por el momento, pues cuando lleguen a Tokyo él se quitará la peluca y el disfraz de Tsuruga Ren y le dirá todo más claramente y más sincero que nunca.

- ... Entonces mi abuelo se enamoró perdidamente de esa chica que conoció en Kyoto, la conoció por accidente, él simplemente estaba caminado por un parque y la vio con un traje tradicional... Un kimono precioso -rió- Le preguntó si ella era geisha... -Kuom miró a Kyoko on una sonrisa divertida y ella le respondió con una sonrisa también- La abuela decidió ignorarlo pero él le pidió que lo dejase pintarla en acuarela...-Kyoko tenía los ojos brillantes, ya se imaginaba la preciosa abuela de Tsuruga Ren en traje tradicional, seguro era una belleza japonesa divina y surrealista, como una princesa- Mi abuela tenía un pequeño complejo de Narciso porque era muy guapa y todos le decían lo mismo desde siempre... Entonces, con la idea de presumir que era tan preciosa que un artista extranjero decidió pintarla, pues ella sólo accedió.

- ¿Y entonces por la pintura que tu abuelo hizo de tu abuela fue que ingresó a la Universidad de Artes?

- Sí, y eso que mis bisabuelos estaban como locos porque no querían que él sea artista, querían que se encargue del negocio familiar...

- Es sorprendente...

- ¿El qué... ?

- El destino... -suspiró pensativa- Tu abuela paterna pudo no haber salido de su casa a caminar por el parque esa tarde... -deja su copa en una mesita- Y así tu abuelo nunca la hubiese visto... Y nada hubiera ocurrido, de nuevo a sus vidas monótonas y solitarias... -sonrió- No hubieran vivido el amor de sus vidas.

Kyoko pensaba todo eso y no sólo se refería al caso de los abuelos paternos de «Ren», si no también de ella misma... Todo simplemente se arregló para que fuera posible para ella conocer a ese hombre que tenía frente a ella... El amor de su vida.

- ¿Kyoko-chan, qué piensas del amor?

- Que es una suerte que no todos tienen, sólo unas pocas personas nacen con el don de lograr hacer ese salto de confianza y no caer estrellados contra la realidad... -sonrió y lo miró para que sepa que no está triste, intentando inútilmente de disimular que en verdad lo estaba- Y creo que no soy una de esas personas...

- No es cierto. -severo respondió.

- Lo es... -suspiró y lo miró para explicarle mejor- Yo no soy del tipo de chica que llama la atención de los hombres... Al menos no cuando soy yo misma, Kyoko Mogami, yo... -Kyoko sonrió- Y aún si fuera una chica atrayente siendo yo misma... Probablemente sólo estaría rodeada de superficiales que no ven más allá de mí, solo me verían como un objeto... -se abraza a sí misma- Y es que, ese es el problema con las chicas hermosas y con las que no lo son pues... Las ven como objeto pero indeseable... -Kyoko inconscientemente lleva la mano de Kuon y la entrelaza con la suya- Cuando era niña solía pensar en cuentos de hadas, solía creer en muchas cosas, incluso hasta hace poco seguía pensando así, pero progresivamente, mientras fui ampliando mi mundo, me di cuenta que esa es una fantasía... -da un trago y deja la mano de Kuon en su pierna- El amor puede no llegar tanto a mujeres bonitas como a mujeres feas, aunque de estas dos es más posible que lo consiga la segunda porque los que se acerquen a ellas serán al menos con sentimientos puros y sinceros como amistad, a las bellas es probable que sólo sea por deseo... -volvio a sostener la mano de Ren-Tsuruga-san... No soy fea, lo sé, ni soy preciosa sin la «magia» del maquillaje... Soy solo una chica corriente, ordinaria, y tanto en forma externa e interna no soy especial, ni nací con una buena estrella, ¿Cómo alguien como yo conseguiría la bendición de ser amada?

Ren rió con sarcasmo, y ella se giró sorprendida.

- ¿Cómo puedes decir eso cuando yo... ? -Kuon suspiró y contuvo lo que iba a decir- Yo... sé muy bien, de tu propia boca, que Corn dice que te ama...

Kyoko se sonrojó y se levantó y se puso a mirar el mar, dandole a él la espalda. Ren la llamó con duda y se acercó y lo vio, lo vio, ¡lo vio!

"Esto... "

Era una sonrisa... ¡Una sonrisa! Una sonrisa ilusionada y de enamorada. Kuon quedó desconcertado y meditada el significado de esto... Y el resultado le alegró y a la vez enfado un poco.

"¿Se enamoró de Kuon... ? Oye... No, espera, ese soy... Soy yo... ¿Por qué tendría que estar celoso? Eso es... Enfermo"

Mientras tanto Kyoko pensaba en sus momentos con Corn, que también se mezclaban con momentos con Ren -¿Quién sabe por qué?-, y entonces se entristece.

- Eso no cuenta, Tsu... Ren-san... -Kyoko se giró a verle con melancolía- Él es alguien que está mucho más allá de lo extraordinario... Sus sentimientos son lindos pero quizás sólo este confundido... -suspira con una sonrisa- Alguien como él... -luego se giró y dijo más bajo para que Kuon no lo escuché pero aún así lo leyó en sus labios- Alguien cómo usted... -se volvió de nuevo a Kuon quien poco a poco se molestaba más- No, no se fijaría seriamente en alguien como yo... -se va a sentar de nuevo y él la sigue absorto con la mirada- Yo no me ilusionaría... Porque un ser tan deslumbrante... Me tenga compasión o confunda el cariño y la amistad con amor... Porque, es fácil confundir amistad o admiración, agradecimiento e incluso la pena con amor... Lo sé por experiencia.

Kuon se quedó callado, estaba totalmente enloquecido por varios motivos y principalmente porque no sabía qué hacer ahora... Molestarse y decirle que eso no era cierto, o preguntarle por qué decía que lo sabía por experiencia y si es que se refería a Fuwa Sho, aunque sabía bien que se refería a él, pero quería saber qué era lo que exactamente significaba eso, porque con Kyoko Mogami ya no se sabe nada.

- Kyoko... -la tomó fuerte del brazo, no se estaba conteniendo y lo sabía, Kuon intentaba mantenerse bajo control pero le fue imposible y mucho menos cuando la vio triste- ¿No puedes comprender acaso que Kuon es un hombre enamorado como cualquier otro? ¿Por qué no puedes entender que te ama?

Kyoko estaba sorprendida por la forma tan intensa y apasionada que se lo dijo, entonces él la soltó y sonrió, le hizo gestos indicándole que ya era momento de sentarse de nuevo en el sofá y tomar otro trago, pero en eso empezó una canción.

Kuon suspiró con una sonrisa mientras Kyoko, a juzgar por el brillo en su mirada, con sólo escuchar esas trompetas del principio y esa tonada ya sabía qué canción era esa, y ya empezaba a ver en su mente el vídeo Ren cantando de nuevo.

You're just too good to be true
I can't take my eyes off you

- Bueno, ya te hablé, al menos a grandes rasgos, sobre la historia de amor de mis abuelos... -agarra su mano la trae a su pecho para llamar la atención de ella, y cuando ella se la concedió, le besó delicadamente la mano- Ya es turno de que te hablé de mis padres...

You'd be like heaven to touch
I wanna hold you so much...

La invitó a levantarse, ella accedió y él se levantó y entró por un instante al bungaló, trayendo en brazos un cuaderno. Kyoko lo miró curiosa, con la mano la jaló y la hizo sentarse muy pegada a él. Ella con la mirada e preguntó de qué se trataba y él abrió el cuaderno mostrándole su contenido, habían muchos dibujos, pero principalmente llamaban la atención y eran más repetitivos unos dibujos a lápiz de una mujer muy, muy hermosa, parecía un ángel.

- Este cuaderno era de mi padre... Mis padres siempre fueron muy ocupados... -sonrió- Siempre fueron muy amorosos y... Simplemente grandiosos... -suspira- Ellos no tienen la culpa de... -sonríe- Lamentablemente ser tan asombrosos que no tenían tiempo de estar conmigo...

Kyoko no sabía qué hacer, estaba preocupada, se notaba que había tristeza y resignación, había dolor, una herida dentro y que, aunque había cicatrización, aún dolía. Ella apoyó su cabeza en el hombro de él y con la mano le daba caricias en el cabello.

- Mi padre es un actor muy famoso, demasiado, todo el mundo lo conoce... -la mira- Tú lo conoces... -suspira- Mi mamá es una super modelo rusa que ha sido nombrada una de las mujeres más bellas del mundo... -sonríe- se conocieron para un trabajo en Japón, para la revista Heaven... -le da a Kyoko el cuaderno para que ella explore cada página del cuaderno de dibujos a su placer- No se soportaban... Ambos de cierto modo son competitivos en el trabajo pero terminaron comprendiéndose y se volvieron amigos... -ríe- Me recuerda a nosotros...

Kyoko rió y se sonrojo a la vez, aunque también se sintió dolida, su corazón interpretaba algo que sería obvio para cualquiera pero que para ella no podía ser verdad: que eso era un clara insinuación.

-

Se volvieron a encontrar después de mucho tiempo en una fiesta de Dimitri, pues ella es su mejor amiga, por lo cual siempre quiere que le diga tía... -le soba la cabeza a Kyoko cariñoso- En esa fiesta mi padre le dedicó esta canción y le pidió a mi madre que fuese su movía, ella aceptó y pues... -sonrió mientras se señalaba a sí mismo- Heme aquí...

Kyoko rió y él le acarició el rostro.

- Ya hablé mucho... ¿Y ahora tú... ? Tienes algo que contar, lo sé...

Kyoko se tensó y él se acercó más.

- Dilo... -tomó un trago- No hemos podido hablar desde que llegué aquí... -intentó reprimir decir eso con desagrado por sus recuerdos de cómo Kyoko y él no pudieron tener un sólo momento a solas gracias a Fuwa Sho y a Karen que no se le despegaba para nada- Y pues no me contaste nada sobre lo que pasó con Kuon... -sonrió- ¿Lograron encontrarse?

Kyoko lo miró con una sonrisa y asintió, y así le fue contando todo lo que pasó con Corn, claro que Kuon lo sabía todo, obviamente, él estuvo ahí, pero le interesaba escuchar cómo lo contaba ella, le interesaba ver más allá de su perspectiva, quería saber su versión y de alguna manera tratar de intuir sus sentimientos.
Kyoko narraba cada detalle, cada evento con sus comentarios y risas, le sorprendió cómo es que de cierto modo al fin ya sentía el avance en su cercanía con Kyoko, pero no se imaginaba por qué a veces se notaba algo triste cuando ella lo miraba mientras él se perdía en ella con una sonrisa boba.

"Él... A él no parece molestarle en nada las cosas que... Hice con Corn... Por su sonrisa sincera veo que hasta le alegra... "

«Síntomas de la zona de amigos...
No le molesta ni incomoda saber de tu cercanía con otros hombres... »

"Es cierto... Me ve como una amiga... Bueno, yo... No podría esperar nada más de él... ¿Verdad?"

Kyoko terminó de contar todo lo acontecido y entonces él sirvió una copa.

- ¿Lo ves, Kyoko-chan, con esa historia cómo puedes decir que no tienes a alguien en tu vida?

Kyoko agarró la copa algo intimidades porque de repente eso se sintió como un reproche, y mientras miraba la ironía encarnada en su sonrisa ella tomaba un sorbo nerviosa preguntándose qué había hecho ahora para hacerlo, aparentemente, enojar. ¿Podría estar celoso?, se preguntó por un instante pero en ese mismo instante lo descartó con un:

"ya quisieras"

- Pero ya se lo explique, Corn y yo sólo somos amigos... -Kyoko se asustó cuando su senpai se acercó a su rostro justo como el día de San Valentín cuando le dio ese matador beso en la mejilla.

- ¿Amigos que se besan? -preguntó con esa mirada de emperador de la noche que a Kyoko la deja totalmente deshecha.

- Bueno, sí pero... Son besos de amistad... -Kyoko no sabía ni lo que estaba diciendo.

- ¿Kyoko-chan... Tú y yo somos amigos también... ? -Kyoko no sabía qué hacer así que torpemente asintió- Entonces... bésame.

Kyoko soltó un grito ahogado escandaloso mientras retrocedía de un brinco con asiento incluido.

- ¡Tsuruga-san!

Kuon le dio un beso en la mejilla y le murmuró en el oído.

- Ah, ah, ah... -sonríe ladinamente- Mi nombre es Ren.

Kyoko estaba paralizada y Kuon suspiró mientras se servía un trago, la recomposición de esa máquina podría tardar.

"Y yo que pensaba que ya habíamos progresado... "

Kuon suspiró cansado, entró y guardo el cuaderno, luego regresó y se sentó a la vez que ponía en la emesa de centro paquetes de comida chatarra y dos pizzas recién alentadas en el microondas.

- La relación entre Corn y yo es rara, lo sé... -inesperadamente, ella habló- Nosotros no tenemos una relación más que amistad pero él... Insiste en que me ama y yo... No creo que amistad... -se sonroja- sea lo único que quiero de él...

Kuon estaba en silencio, Kyoko paró, no entendía como de repente podía ser tan sincera con el hombre a su lado, cómo sin darse cuenta tenía la confianza de hablar de estos temas con él... Quizás amistad es lo máximo que conseguirá de él, no, de ellos.

- Nos besamos sí, él quiere besarme y yo no puedo rechazar sus besos... -suspira- Yo los disfruto... Pero lo nuestro no podría ser nunca algo como... -tose nerviosa e intenta enfríar su cabeza con la copa que tenía en su mano- ... como una relación romántica...

- Eso quiere decir que ves a Corn como... -sonríe como emperador de la noche- Un amigo con derechos...

Kyoko se giró algo escandalizada a mirar a su senpai, luego su mirada se convirtió en una de duda, para finalmente suspirar y sonreír con resignación.

- Se puede decir que... es algo como eso...

Kyoko luego se sirvió otra Copa mientras ahora era Kuon quien se quedó escandalizado por esa respuesta.

- Entonces tú... Te entregas... -para y suspira- Le entregas tus besos a él cuando ni si quiera están en una relación...

Kyoko se sorprendió cuando vio a Ren algo molesto.

- Disculpa, Kyoko-chan, pero... -ríe con ironía- No puedo evitar pensar, ahora, que Corn es un aprovechador de señoritas...

Kyoko se molestó un poco pero se le pasó y luego ella suspiró.

- Creo que si fuera por él ya estaríamos en una relación, Ren-san... -respondió con firmeza- No malinterprete a Corn, por favor... -se levanta y continúa mientras camina mirando al suelo frente a su senpai- Él, como ya dije, insiste que me ama... Pero no puedo ilusionarse con eso, yo misma sé que... -se sonroja de nuevo- no soy indiferente a sus sentimientos...

- ¿Pero... ? -Kuon interrumpió ese pequeño silencio que ella hizo después de lo que declaró.

- Tengo miedo.

Kuon se acercó a ella y le ofreció la mano pero ella lo miró con temor en los ojos y luego se giró, empezó a caminar en sentido contrario.

- Nosostros somos de mundos diferentes, tenemos diferentes formas de pensar, diferentes formas de ver la vida, hemos asado por vidas distintas, somos diferentes... -suspira y se gira a verlo con una sonrisa con pena- Pero al mismo tiempo somos tan iguales... -vuelve a mirar al suelo con una amarga sonrisa- Nadie podría comprenderlo a él como lo haría yo, y nadie podría comprenderme como lo haría él...

Kuon la abrazó por la espalda, él comprendía eso, es cierto, ni él mismo en sus pensamientos románticos antes de dormir lu pudo haber dicho mejor.

- Y es justo por eso, justamente por que es especial para mí que no quiero arriesgar nuestros corazones... Él, no siempre estará conmigo, no quiero volver a sentirme abandonada... -suspira- Si me dejo envolver por la calidez de Corn, sería como un suicidio sentimental... ,-sonríe- Además si es que la vida no nos separa podría ser que un día se de cuenta que no le gusto más, se de cuenta de su error, que en realidad no me amaba y yo no quisiera que siga a mi lado, que siga luchando por estar a mi lado por compromiso, quiero que sea libre...

"¡¿Libre?! Tienes cada parte de mi atrapado por tu encanto... Soy tuyo... ¡Te amo! ¡¿Cómo puedo hacer que entiendas?!"

Kuon la abrazó más fuerte, estaba muy triste y frustrado de que su amada considere la posibilidad de amarlo como... ¡Como un suicidio! Y no sólo eso, que piense que un día sus sentimientos se acabarían, podría ser que quizás algo de razón tenga, las relaciones pueden terminar, Kuon mismo solía pensar de esa manera con respecto a as relaciones, en su pasado escuchar esto se le haría lo más lógico y razonable del mundo; pero ahora, él sentía esas palabras como las más dolorosas y a la vez surrealistas, él lo sentía, esos sentimientos que en su corazón guarda por esta señorita... No se podrían extinguir ni si quiera con su muerte.

"Por favor, entiende mis sentimientos... Hago lo posible pero es inútil si no quieres entender..."

- Además, yo, como ya dije, sé que no me es indiferente, no lo quiero sólo como amigo... Me gusta, Corn me gusta... Me gusta mucho.-Kuon se quedó helado por esa declaración- Pero no lo amo, aún si decido cometer un suicidio sentimental e intentar arriesgarme a dejarme llevar con Corn... Yo no podría, no tendría el corazón como para aceptar los sentimientos de Kuon cuando yo aún estoy confundida respecto a lo que siento...

- ¿A qué te refieres con confundida? -esa pregunta saltó sin permiso de la garganta de Kuon Hizuri, casi como un vómito verbal, uno que salió sin freno, uno que saltó desesperado sin que ni él mismo medite sobre lo que sus labios articulaban- ¿Te refieres a que también te gusta al... ?

En eso empezó a sonar una canción, que todo el mundo conoce de cierta forma por aparición en series y películas, una canción muy famosa, la canción de los Carpenters, Close To You.

Kyoko agarró las dos manos de Ren y las entrelazó con las suyas.

- Ren-san, hablando de la fiesta de Dimitri... -Kyoko lo miró fijamente a los ojos y sonrió- Vamos a ser pareja y pues... -rió- hay un inconveniente... -lo guiaba hacia el mar- No sé bailar... -pone las manos de él en su cintura- ¿Me enseñarías?

Kuon estaba sorprendido y totalmente desesperado porque no le dejó hacerle la pregunta y librarse de esa duda que ahora lo carcomanía más que cualquier otra duda que el "Misterio Kyoko Mogami" le haya dejado antes:

«¿Con duda te refieres a que también te gusta alguien más?»

Y así fue cómo llegaron a esa situación actual, tan confusa y desesperante. Kuon se levantó de la arena y decidió ir a su bungaló, metió todas las cosas, lavó las copas y se comió las dos pizzas, ya que ni pudieron comer, y se metió a la bañera.
Por su lado, Kyoko estaba en el cuarto de Chiori, con un revuelo de emociones y algo triste.

- Tsuruga-san... Me besa y me toca como si nada... Yo, no sé qué hacer...

- No lo dejes vencer, Kyoko... -le respondió al fin después de mucho rato de haberla escuchado.

- ¿Ah? -Kyoko no se esperaba respuesta alguna, en principio porque ni había notado la presencia de la huésped de dicho cuarto.

- Véncelo en su propio juego, Kyoko-senpai... -decretó con fuerza- Él está haciendo esto para confundirte y poder manejar mejor sus escenas de romance... Es como un desafío, Kyoko-senpai, ahora te has convertido en alguien de su confianza... Él no haría esto con otras actrices porque sabe que caerían a sus pies y se volverían una molestia después... Pero tú te convertirse en alguien quien, a su parecer, puede confiar, Una gran actriz que los sentimientos no los involucra en su vida, sólo los capta en el aire para usarlos después...

- Lo sé... -asintió mientras tomaba otro trago- Pero...

- ¡Pero nada! No puedes huir de un hombre, aún si se te está insinuando es estúpido huir como si fueras una niñita, Kyoko-senpai, eres ya una mujer, tienes que enfrentar todo tipo de problemas y con valentía... Eres valiente para cosas más intensas que estas pero si Tsuruga-san se te insinúa huyen como si fueras amenazada de muerte...

- Es que...

- ¡Enfréntalo! -le cortó severa- Él te admira, confía en lo grande que eres... No vas a defraudarlo, ¿verdad?

Kyoko se levantó, más animada, eso sí, y a la vez más destrozada. Era un orgullo para ella pensar que su mayor admiración la veía casi comí a una igual, pero le dolía que nunca podría ser vista por él con otros ojos más que con los de "hermano mayor" orgulloso.

- Tienes razón... -suspira- No seguiré siendo estúpida, Amaniya-san... Voy a crecer.

Kyoko salió violentamente de la habitación y corrió hasta el bungaló. Ren, es decir, Kuon estaba en calzoncillos y no se esperaba por nada del.mundo encontrar a Kyoko, Kyoko Mogami, ebria tocando la puerta.

Kuon la dejó entrar y la abrigó, para ese momento él no notaba que estaba sin peluca ni sus lentes de contacto oscuros.
Kyoko sólo empezó a decir mil incoherencias, se subió misma a sus brazos y rió casi enloquecida hasta que quedó dormida ni bien él la tiró en la cama. Después de eso, Kuon sólo se dedicó a cuidar su sueño mientras le acariciaba el cabello y hasta lo olfateaba.

- Kyoko-chan, creo que ya lo sabes pero Corn y yo tenemos un secreto... -le beso un mechón mientras se recordaba a su lado, abrazándola delicadamente-Este secreto... Ambos lo compartimos, Corn y yo... Te mentimos, Kyoko-chan, mucho tiempo...

- Lo sé... -reía.

Kuon se sorprendió, ella había despertado de repente, ella lo escuchó, estaba asustado.

- Lo sé, lo sé... -reía- Lo sé todo... se lanzó sobre él- Pero ni tú ni yo estamos preparados para que lo digas... ¿No es cierto?

Kuon se quedó en silencio, no sabía qué decir o que reacción tener ante ello, ella se dio vuelta y estaban cara a cara, entonces ella sonrió y tomó los labios de él, era un beso cariñoso, no apasionado, sólo Casto, sólo una caricia de sus labios pero eso sí, duradera y poderosa. Luego de eso, ella se separó y cerró los ojos con una sonrisa.

- Tú eres un sueño, no quiero disfrutarse para después despertar y sentirme más miserable de lo que era antes...

Eso fue lo último que escuchó de ella en toda la noche pues quedó profundamente dormida, y él ni si quiera pudo salir a tomar aire fresco porque ella se aferró a él como un oso perezoso a un árbol y entrelazó sus piernas con las suyas. Kuon se resignó y la abrazó de la misma forma y, aún cuando estaba haciendo mucho esfuerzo de contener a un monstruo en él que quería despertar, quedó dormido como un bebé abrazando con amor a su peluche, que vendría a ser Kyoko, su pequeña mujer amada.

"Ella aún quiere a Corn... Se lo daré... Pero cuando lleguemos a Tokyo será el momento de acabar con esto"

Una alarma sonó, ella seguía dormida, él se levantó, pues de milagro durante la noche ella lo había soltado. Se fue al baño, somnoliento y a la vez relajado, tomó una ducha; luego, con toalla a la cintura, se fue a la cocina y se tomó un enorme vaso de leche chocolatada; volvió al baño, se lavó el rostro y de dio cuenta... ¡Estaba como Kuon!

En ese instante para aumentar su desesperación escuchó la voz de Kyoko y por un instante, por el reflejo del espejo del baño que daba a la cama, pudo ver como ella somnolienta y con los ojos entrecerrados se levantaba... Y en eso hicieron contacto visual.

"Fxxk!"

Como si su vida dependiera de ello, cerró la puerta del baño. Escuchaba que Kyoko afuera se levantaba, y mientras él desesperadamente y hasta torpemente se ponía el disfraz de Tsuruga Ren, y digo «torpemente» porque la peluca se le cayó seis veces y los lentes de contacto casi se los puso mal.

Kyoko necesito tres minutos para recordar que era humana, dos para recordar su nombre, cinco y medio para recordar su vida, uno para recordar el día anterior y un segundo para darse cuenta de que no tiene ni idea de cómo llegó a su situación actual, lo lo que pasó la noche anterior después de salir del cuarto de Amamiya-san camino al bungaló se su senpai.
Confundida y nerviosa se levantó y fue a la cocina, desde la cocina se podía ver el mar... Y flashes de la noche pasada vinieron a su cabeza.

- Shotaro... -gruñó en voz baja mientras pensaba y a la vez, inconscientemente, preparaba el desayuno.

No recordaba claramente pero en sus flashes podía ver esa sonrisa ladina que para ella era totalmente familiar. Entonces sonó la campana que indicaba que los wafles estaban listos, Kyoko se dio cuenta que hizo mecánicamente el desayuno, sonrió porque a pesar de ello se veía muy rico, luego sonrojada llamó a Ren.

- Tsu... -sonrió sonrojada- ¡Ren-san... El desayuno está listo!

Kuon la escuchó desde el baño, se preparó y salió y se puso una camisa y un short cómodo.

- Buenos días, Kyoko-chan... -sonrió incómodo, asm que nada por osl nervios y por cómo le dejó la resaca a su linda Kyoko- ¿Te duele la cabeza o tienes náuseas? Yo...

- Estoy bien, no se preocupe... -En eso vio su reflejo y soltó un grito, luego fue corriendo al baño.

- ¡Espera... ! -suspiró cuando Kyoko azotó la puerta del baño.

- ¡Por favor olvide cómo me vio! -Kuon sonrió con ternura al escuchar la desesperación en esta frase.

- Aún con resaca eres de las chicas más bonitas que he visto en mi vida... Si no es que eres la más bella de todas...

Kyoko se sonrojó y sólo optó por prender la ducha y empezar a bañarse. Y Kuon, al escuchar el sonido de la ducha en acción, rió con resignación y fue a comprar pan y más cosas para el desayuno, cerca había un establo así que leche y yogurt natural y delicioso no podía faltar en la mesa.

Kyoko salió totalmente desnuda a buscar ropa pues la desesperación hizo que olvide entrar con ropa limpia para cambiarse, y en eso escuchó la puerta abrirse. Kyoko soltó un grito bárbaro mientras frenéticamente se puso lo primero que encontró, y él sólo se tapó los ojos mientras repetía que no vio nada. Kyoko se tapó la cara con sus manos y él, apenado, decidió bajar y esperar en la cocina que la tensión baje.

Kyoko recordó lo que dijo Amamiya, no tenía que ser cobarde, una actriz no podía ser una cobarde, aún si la vio desnuda ella no tiene por qué avergonzarse de su cuerpo, es sólo un cuerpo humano... Ah, pero cuando has vivido en un hogar que te inculcó el recato de vieja -quizás demasiado vieja- escuela es difícil dejar de lado algunos tabú. Finalmente, ella bajo silenciosamente y sin mirarlo ni decir nada se sentó frente a él a la mesa.

- Gracias por el desayuno, yo traje más cosas para compartir contigo... -suspira- Yo suelo estar sólo aquí y no suelo comer mucho así que por eso el refrigerador está algo vacío... -rió nervioso y ella lo miró de reojo, al parecer estaba... ¡Sonrojado!

Kyoko al notar eso dio un brinco y se acercó a él, logrando que él se asuste.

- ¿Sucedió algo? -preguntó alterado por la inesperada acción de Kyoko y en ese momento estaba tan cerca y lo miraba de forma intensa, como analizando su rostro, y eso era exactamente lo que estaba haciendo.

- ... Nada... -de pronto se intimidó y volvió a su asiento muy avergonzada por lo que acababa de hacer sin pensar.

Kuon rió y ella también y así sin darse cuenta de cómo el momento incómodo se terminó y dio paso a un paseo por la playa. Horas después Ogata llamó desesperado preguntando dónde se habían metido y anunciando que ahora tenían que filmar muchas escenas pues hubo un ligero contratiempo con las escenografías y las reservas de wstas ya que ahora por fin estaban disponibles pero que próximamente no lo estarían, así que tenían el tiempo muy apretado y tenían que aparecer ¡Ahora!

Kyoko y Ren corrieron como si no hubiera un mañana, pero aquí está el detalle importante, corrieron de la mano... Y no se soltaron hasta que aparecieron frente a todo el mundo, los cuales al darse cuenta de ese detalle no dudaron en empezar a sacar sus... "Propias conclusiones".

Cuando empezaron a filmar no hubo tiempo para más que escenas, cortes, maquillaje y dormir. Kyoko quería volver al bungaló con Ren pero de cierto modo el mundo parecía maquinaria en su contra, estaba harta, mas... No podía expresarlo. Por su parte Shotaro hacía lo imposible por no despegarse de Kyoko, y a la vez ideando cada detalle de su plan, y no, no haría que Kyoko se entere del engaño de Kuon Hizuri, no, eso sería como dudar de sí mismo.

- Yo la haré regresar....

Se decía Sho mientras Kyoko lo miraba con una sonrisa burlona a la distancia pues, tampoco se podría decir que él no este ganando ventaja de cierto modo... Sin darse cuenta, con bromas pesadas e insultos aparte, se empezaba a notar que poco a poco la vieja cercanía y familiaridad estaría por resurgir.

Pero a pesar de que Sho pudo evitar que Kyoko y Ren se reúnan en la intimidad, no pudo evitar que se reúnan más que nunca,al menos, por el guión. Sho no podía hacer nada contra el poder del "papelito", y es que en este arco de capítulos en "Aruba" no sólo trataba de un pequeño salto en el desarrollo de la relación de Sora y Kei,si no que, el desarrollo principal y más importante se daba con Sora y Jun, pues este al fin acepta que podría ser que guste de Sora, o peor aún, esta empezando a enamorarse más y más de ella. Por ese motivo este arco termina con una escena tan importante que no sólo marca este arco, marca que el drama en su totalidad.

- Pero miren lo que tenemos aquí... -Kei ríe mientras Sora y Jun se separan- Disculpen la interrupción, tortolitos...

- ¿Shinnoke...? -Sora murmuró pero al final cayó desmayada en los brazos de Jun.

- Kei, yo... -Kei le dio un golpe, un puñetazo en el rostro y luego procedió por arrebatarle a Sora de sus brazos.

Jun y Kei se miraban intensamente, entonces fue cuando nació la discordia entre dos amigos que de alma se consideraban hermanos.

- ¡Corte! -anunció Ogata totalmente agotado y aliviado pues la escena tuvo algunos errores pero al fin quedó bien- Mañana temprano regresamos a Tokyo así que descansen bien...

Todos soltaron un suspiró agotado y cada quien se fue a su cuarto, menos Ten pues esa misma noche tenía que irse a Los Ángeles, y eso ya de por sí le dio dolor de cabeza de paso.

Kyoko nerviosa se acercó y se despidió de su senpai tiernamente; y pues, cómo no podría estar nerviosa si no sólo tenía que enfrentar al hombre que la volvía loca también sintió que las miradas de todos se dedicaban en ellos. Kuon también se dio cuenta pero ni modo, no tendría por qué esconder más sus sentimientos, la abrazó ignorando los murmullos y luego se fue de ahí. Kyoko entonces, cuando él desapareció del lugar se fue rápidamente a su habitación y quedó dormida, de milagro.
Al despertar, se encontró con Yashiro quien la acompañó en su viaje a casa. Y cuando al fin llegaron a Tokyo, antes de que entre al Daruma-Ya le hizo entrega de algo.

Pasaron algunos días, Kyoko estuvo muy ocupada y casi ni pisó el Daruma-Ya, pero recibió un mensaje de Kuon quien estaba por volver a Japón en unas horas.

«¿Llegaste a abrir lo que te entregó Yashiro después de volver de Guam? ;-;»

Kyoko al principio no entendió a qué se refería, pero bastaron tres segundos para que ponga una cara de horror al recordarlo.

«¡Lo siento, Ren-san, pasaron tantas cosas que olvide abrirlo! ¡Disculpame! T-T»

Al instante Kyoko recibió respuesta.

« LOL No te preocupes, pero sólo espero ver que lo uses cuando regrese a Japón... Si no en serio me molestaré ;-; »

Kyoko pregunto qué era pero él sólo le dijo que lo averigüe por su cuenta con un emoji de un coqueto guiño al final. Entonces, ni bien terminó su trabajo, corrió al Daruma-Ya, entró a su habitación y lo abrió.

Ahora ella estaba omoc na estatua mientras miraba incrédula a la nada... ¿Qué quería decir esto? No pensó mucho cuando recibió el sobre, ni pensó mucho en cuando lo recibió junto a una rosa y una cajita de regalo muy bonita de parte de Yashiro-san, solo pensó que podría ser un obsequio de su bastante consentidor senpai, o mejor dicho pretendiente oficial porque eso era lo que Kuon Hizuri, perdón, Tsuruga Ren era de Kyoko, su pretendiente, aunque claro, para todos era obvio menos para la misma Kyoko... ¡Pero qué es esto! Ella simplemente no podía comprender qué clase de insinuación era está... Estaba buscando mil formas de no interpretarlo como cualquier persona normal lo interpretaría, pero para su mala suerte era imposible.

- Ama, por favor... -decía una de sus demonios ha resignada a no ser escuchada por su ama- Cuando un hombre te da una copia de las llaves de su departamento... Hasta un niño de kínder sabría lo que significa...

- Bueno, con esto confirmamos una vez más, que ese hombre no tiene en su vida a ninguna otra mujer... Ni si quiera algo ocasional, porque si no fuese así... Pues no le daría las llaves de su departamento a la ama...

- Cierto y... -se rió con cierto tono pícaro- Mucho menos con esa nota...

Kyoko se quedó helada cuando leyó de nuevo la nota:

«Espero ver que la uses seguido, Kyoko-Chan... Eso me haría muy feliz»

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