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Capítulo 25

— Si no cierras la boca van a entrar las moscas... —decía con una sonrisa, mientras seguía ofreciéndole la bebida.

— Pa...

— Hizuri-san, para ti... —arqueó la cejas, supuestamente molesto, pero el brillo en sus ojos y su sonrisa delataban su alegría— Niño malcriado... —murmuró en ruso.

Kuon se recuperó de la sorpresa, arqueó las cejas al igual que su padre, y le respondió en el mismo idioma.

— Es extraño que digas eso cuando fuiste tú el que me crió...

Kuu se quedó pasmado, examinando al joven ante él de pies a cabeza, sencillamente no se lo creía, y una insensata lágrima se le escapó de los ojos, mientras más luchaban por hacer lo mismo.

— ¿Hijo...? —le preguntó, de nuevo, en ruso, y él solo le sonrió con una mirada rendida, y a la vez feliz.

Sí, eso para Kuu significaba lo que siempre deseó. Su hijo al fin se aceptaba a sí mismo, por fin se perdonaba y por fin dejó de detestarse... Finalmente volvió a ser su hijo.

— ¿Cómo es que al fin sabes ruso?

— Instinto de supervivencia... —suspira, relajando su conmovida sonrisa—Julie no dejaba de hablarme en ruso para castigarme por dejarte ir, así que aprendí...

— Lo siento...

— Ni lo digas... —suspiró con alegría.

—... ¿Qué haces aquí?...—agarró por fin la botella que Kuu le trajo y empezó a beber.

— Ah... ¿Tú qué crees? —se secaba las lágrimas y volvía a su estado normal, pero vio que su hijo seguía confundido— ¿En serio? ¿Ni si quiera cuando estás en privado te preocupas en saber en lo que anda tu padre...? —se entristece, haciendo que Kuon se ponga nervioso, pero luego sonríe y suspira— Es que este viejo está en una nueva película... —toma un trago—Y una de las locaciones es aquí.... —chocan botellas— La otra en Karuizawa, Guam, Tokio y Kioto... — lo mira fijamente— No te vas a librar de mí en mucho tiempo...

— Parece que sí... —vuelven a chocar botellas y siguen tomando en silencio, uno cómodo, ha pasado toda una eternidad desde que padre e hijo, ambos sueltan un suspiro.

— Aparte esta lo de la fiesta... —reacciona y se acuerda de algo, sonríe como quien tiene una idea— Yo también tengo preguntas que hacerte... —Kuon lo miró confundido y Kuu con seriedad— ¿Por qué aceptaste ir a la fiesta de tu tía Saori, es decir, "Dimitri"? —Kuon suspiró— ¿Es que...? ¿Por fin tú decidiste enfrentarnos? —lo mira ilusionadas, pero luego piensa más, ladea la cabeza— No... —lo reconsidera— Oh... —finalmente llega a una conclusión, y se vuelve a mirarlo con una sonrisa— Es por Kuon dos... ¿Verdad? —Kuon se tensó y lo miró sorprendido, pensaba que su padre no sabía, pues no dijo nada, nunca dijo nada, maldijo a Lory y cuando regresó de sus pensamientos se volvió hacia su padre, quien lo miraba con una sonrisa extraña, no era maliciosa, tampoco era burlona, era sinceramente extraña, como de resignación... No, era una mirada paternal y enternecida, como si estuviese a punto de darle un consejo, y era así, Kuu iba a decirle algo pero escucharon pasos.

— Ren... —Yashiro se encontró con ambos, vio a Kuu, e hizo una reverencia— Hizuri-san... —se volvió a levantar— disculpen si interrumpo...

— No, no se preocupe, Yashiro-san... —Yashiro se quedó helado, demasiado sorprendido de que el actor internacional supiese su nombre— Yo ya me retiraba... Fue una buena charla, Tsuruga-kun... —le dio palmadas en el hombro a "Ren", sorprendiendo más a Yashiro, mientras que disimuladamente le metía en el bolsillo una tarjeta— Nos hospedamos en el mismo hotel... —le susurró y luego se dirigió a Yashiro— Que tenga un buen día —le dedicó una reverencia, una sonrisa amistosa y luego se fue.

"Así que ese viejo no se queda callado..."

En su oficina, en Tokio, Lory sintió un escalofrío en la espalda, cerró las ventanas pero no podía evitar sentirse inquieto... Tenía el presentimiento de que su vida estaba el riesgo... ¿Por que sería?

En un auto Kanae se encontraba refunfuñando, mientras Kyoko dormía en su hombro, y recordaba y meditaba sobre todo lo que le contó su amiga, sobre el video con Sho, lo que Sho le dijo y sobre lo que le dijo Lory de no decirle nada a nadie, en ese momento sufrió mucho y tuvo Kanae tuvo que jurarle que no diría nada, tardó mucho en calmarla y fue agotador. Además de eso le comentó sobre los motivos que dijo Lory para hacerla hacer eso, también los que tuvo para meter a Sho a Demonds Heaven, pues hasta ese momento no habían hablado de ello... Sí, Kyoko le contó absolutamente todo, no, eso sería mentira, prácticamente no le contó nada pues omitió el verdadero y principal motivo de su preocupación: Su amor por Ren, el reto que Sho le hizo para que no se enamore de Ren, el miedo de que Sho se enteré de que ya le ganó, y el miedo de que Reino probablemente lo sepa todo y esté planeando algo... Kyoko se moría de miedo, y luego de contarle a su amiga lo que se pudo permitir a sí misma, se quedó dormida, pues era de esperarse que estaba por completo agotada.

Pero, volviendo a Kanae, a ella no le agradaba para nada la situación, no le agradaba nada esas pruebas de Lory... No entendía nada sus planes, y menos le agradaba Fuwa Sho, su ego al principio le pareció estúpido, y hasta le causó risa; pero luego le pareció irritante, más cuando lo conoció e intentó coquetearle, y ahora le daba dolor de cabeza de solo tener que verlo... Pero claro, no tanto como el presidente y sus juegos locos, que ya no sabía si era para unir a Ren y a Kyoko o para separarlos. Suspiraba cansada, movió a Kyoko para que deje de usar su hombro como almohada, pero al instante volvió a hacerlo, eso se repitió varias veces por lo que la pobre se rindió. Puso los ojos en blanco pues escuchó el tono de celular de Kyoko, justo como se lo esperaba, era esa canción de Disney, la de la Bella Durmiente, pero solo la melodía en piano... Aunque Kanae ya se podía imaginar a su amiga cantando la letra, a toda voz, con los ojos resplandecientes.

Eres tú
El príncipe azul...
Que yo soñé
Eres tú
Brillando en tus ojos...
El amor pude ver

Kanae suspiraba de resignación, y fue por el móvil, buscó en su bolso y se encontró con lo que inesperadamente se esperaba.

«Llamada entrante: Tsuruga-san»

"Hablando del príncipe azul ¿Eh?"

Kanae iba a contestar, pero antes lo reconsideró, pues se cayó en cuenta que tal vez, Ren, desde Corea había visto el programa y que, de ser así, seguro iba a pedirle explicaciones... Cosa que no le parecía muy correcto considerando que no era nada de su amiga aún, aunque comprendía si estuviese enfadado, lo comprendería... Pero... ¿Responder por ella o no? Dudó, pues pensaba qué tal vez no era muy apropiado, no le tenía miedo, pero era sensata... Y de repente se cortó la llamada cuando se había decidido a contestar. Suspiró, y se convenció que de todas formas podrían hablar en privado, pensó que tal vez, si es que contestase, de todas formas no importaría ya que Kyoko estaba durmiendo, y en caso de que la despertase ellos no podrían hablar con toda libertad pues estaba ella y su representante... Se despreocupó, dejó el móvil en su sitio y se dispuso a dormir porque extrañamente el tráfico parecía más infernal que de costumbre, y en eso volvieron a llamar. Kanae rodó los ojos, y fue a contestar, pero rememoró sus razonamientos y decidió no hacerlo, pero de nuevo volvió a llamar y para la tercera vez se decidió a contestar pues... Seguro el pobre hombre estaba desesperado.

— Mogami-san...

Kanae analizó la voz de Ren, era una voz... Sí, una voz necesitada y... ¿Aliviada? Sí, como la de un sediento al que por fin le dan agua... No, la mejor definición era: voz enamorada.

"Cielos, Mo, este hombre... Lo tienes muerto por ti que da miedo..."

Se asombraba y luego reaccionó, no parecía estar de mal humor por lo que se dio cuenta que no había visto el programa.

— ¿Mogami-san?

Kanae suspiró agotada y respondió.

— Buenas tardes, Tsuruga-san, le habla Kotonami... —le respondió con seriedad y respeto— lo lameto, siento decirle que ella está durmiendo, tuvimos un largo día de trabajo... Y estaba muy agotada.

— Comprendo... Y sí, vi el primer bloque del programa, hicieron un buen trabajo.

Sí, Kanae podía sentir la decepción de quien le hablaba del otro lado de la línea... Y lo confirmó él no lo había visto, no había visto la aparición de Fuwa.

— Siendo así, le diré que llamó... —le dijo un tanto incómoda, pensando en lo desagradable que será cuando lo descubran no solo lo del programa, sino lo del video.

Kanae se retorció de desagrado en su asiento, ya hasta, sin querer, se preocupaba por la salud del inconsciente de Fuwa... Y es que no había forma de no hacerlo, porque lo había visto, lo había notado, el instinto asesino de Ren cuando está celoso por Kyoko... Sí, sabiendo eso, solo podía pensar que Fuwa era o un idiota insensato que no temía por su vida o que era un suicida.

— De acuerdo, gracias de todas formas, Kotonami-kun...

— No hay de qué... —iba a colgar la llamada, pero antes de hacerlo suspiró y añadió una última frase— Y... Tsuruga-san... —Ren volvió a atender a la joven, pues ya estaba alejando el celular de su oído para cortar— Sea lo que sea que esté por ver, ella no tuvo elección... Nunca fue por su voluntad, piense en eso... —hubo un silencio tenebroso, que a Kanae le dio algo de temor.

— Fuwa fue el invitado sorpresa... ¿Cierto, Kotonami-san?

Kanae quedó en silencio por unos segundos, y luego le respondió, pero sin emoción alguna en su voz, con seriedad y naturalidad, de verdad era una actriz.

— Que tenga buena tarde, Tsuruga-san. —Kanae cortó la llamada al instante, sin dejar que en su voz salga las verdaderas dimensiones de la sorpresa y miedo, sí, esa voz le dio miedo.

Kanae lo sabía, Tsuruga Ren no tendría una buena tarde.

Ren lanzó el teléfono a su cama, hizo profunda exhalación, apretando sus puños con fuerza, y se fue a tomar otro whisky... No era alcohólico, pero, por alguna extraña razón, cuando se trataba sus frustraciones, solo las frustraciones de las que ella era causante, se le hacía muy tentador una copa o dos, tal vez tres, y ese era el máximo pues no se quería emborrachar... Está vez se sirvió cuatro. En su mente Fuwa Shotaro, había muerto de mil formas, porque ese silencio fue una afirmación para él, la corroboración de que lo que por un minúsculo instante vio en la laptop de Yashiro, lo cual explicaba el nerviosismo del mencionado y el porque estuvo tan callado en todo lo que quedó del día. Suspiraba, era momento de dormir, era la única oportunidad que tenía pues el resto de las escenas era en la noche y en la madrugada hasta el amanecer, pero con sus emociones y pensamientos así, ¿Cómo? Él estaba con la cabeza alborotada, molesto, frustrado y desesperado ¿Cómo podría dormir así? Dana vueltas por todos lados, la oscuridad iba a consumirlo, llegó al punto de darle patadas a todo lo que le rodeaba... Y así sin querer se le cayó algo del bolsillo, como una señal divina, lo recogió y era la tarjeta, la tarjeta llave del cuarto de su padre. Lo pensó, dudó, pero salió de su cuarto y sin pensarlo ya estaba ahí. Abrió la puerta, era una enorme suit, incluso un poco más grande que la suya, buscó en los espacios y por último llego a donde se supone que era la recámara, la puerta estaba cerrada así que la abrió ligeramente, por la rendija pudo ver al hombre que más admiraba de espaldas, tocó la puerta y el hombre se giró lentamente a verlo... Y sorprendentemente su progenitor no parecía extrañado por su visita, era como si lo hubiese estado esperando.

— Kuon...

Se acercó a él, lo abrazó por los hombros, le daba palmadas y lo sentó en un sofá frente a una pequeña mesa de centro en su balcón, luego fue a un mini refrigerador y sacó un par de botellas de Schweppes, la bebida gasificada favorita de Kuon y la única pues la Coca-Cola y otros nunca fueron una opción para Kuon ni en su infancia, las puso a ambas en la mesa frente a Kuon, y se sentó frente a él.

— Puedes comenzar... —suspira— ¿Qué sucedió con mi niña? —Kuon estaba sorprendido y lo miraba atónito— No te sorprendas, ni intentes negarlo... Esa mirada y ese tipo de frustración... —suspira de nuevo mientras se abre la botella— Solo las puede lograr una mujer... Bueno, en este caso una jovencita... —alza la botella, brindando por lo dicho, dio un trago y continuó— Y aunque el jefe no dijo mucho... ¿Soy tu padre, no? Bueno, en realidad soy el padre de ambos, y te advertiría que no le hagas daño, pero creo que el que corre más riesgo de corazón roto eres tú... —Kuon suspira y da un trago a la botella— Y lo sé porque nunca te he visto así... —toma un trago y deja la botella en la mesa— Tal vez has tenido muchas relaciones, pero ella es la primera que de verdad te enamoró... Ya lo sé...

Kuon terminó su bebida gaseosa y golpeó la botella con fuerza en la mesa, luego enterró su cabeza en sus manos, se despeinó, suspiraba y luego se volvió hacia su padre, quien esperaba ansioso, deseoso por escuchar la historia, y él iba a satisfacer ese deseo. Le contó todo a su padre, con mucha sinceridad, desde el principio, el verdadero principio, cuando él lo llevó a Kioto para que conociese sus raíces, sin esperar conocer algo mucho más especial, fundamental y mágico. Kuu lo escuchaba atentamente, aunque, claro, en la primera parte sus ojos se humedecieron y resplandecieron con ternura y emoción, estaba muy conmovido y como no tenía a su "Kuon dos" cerca abrazó un cojín en su representación. Le contó los principales problemas de Kyoko, su madre, y no hizo falta esperar mucho para escuchar un: "Arpía, madre desnaturalizada..." Y entonces vino la raíz del problema actual, Fuwa. Cuando llegó a esa parte, Kuu se sentó más atento, y lo miraba inexpresivo, y mientras más avanzaba la historia su rostro se tornaba de forma atemorizante, hasta que le dio un golpe a la mesa. Y entonces llegó a la parte de su encuentro, su segundo encuentro, Kuu lo miraba serio y de vez en cuando arqueaba las cejas o suspiraba, y cuando le contaba lo duro que fue con ella le dio un toque en la frente con seriedad, signo de desaprobación, aunque de todas formas le daba la razón, así que luego lo invitó a seguir y este continuó hasta la parte en la que se enamoró de ella, o al menos la parte en la que considera que la semilla empezó a germinar, pues, en algún ha momento que no sabía identificar aún, la semilla del amor ya había sido sembrada inadvertidamente. Kuu lo miraba enternecido, conocía esa mirada, era como verse a sí mismo cuando conoció a Juliena, no, era como verse a sí mismo actualmente. Kuon siguió con la historia y narró la noche del ensayo de Katsuki, la noche en la que le dijo a Kyoko que lo ayude... Se ganó una reprimenda severa, y eso que omitió algunas partes convenientemente, como por ejemplo el: "Necesito que me prestes tu tiempo y tú cuerpo para esta noche" Y es que... ¡Ja! Seguro que si hubiese contado esa parte, tal vez no hubiese podido continuar con la historia. Y entonces llegó hasta la vez que Sho casi se le declara a Kyoko, su padre refunfuñaba y fruncía el ceño muy seguido, pero se calmaba y le decía que prosiga. Llegó a la parte de Guam, omitiendo lo demos hermanos Heel ya que... No era para nada conveniente.

"Hay algunas cosas que por mi bien, padre, me llevaré a la tumba..."

Para esa parte de la historia, Kuon se ganó palmazos en la frente de parte de Kuu, quien le reclamaba, aclarando que no estaba molesto, por alimentar así sus ilusiones, también se rió un poco y enterneció... Aunque en la parte del "beso de salvación se ganó un jalón de orejas"... No hace falta decir que no mencionó el beso final.

"Por ahora no... Claro que no..."

Y de ahí se saltó a lo de Demonds Heaven, convenientemente porque no quería saber cómo reaccionaría el hombre frente a él si le contase lo omitido considerando su reacción por lo de Katsuki y el "beso de salvación", y le contó lo sucedido en ese día, lo que lo tenía así.
Kuu, al terminar de escuchar, se quedó absorto viendo a la nada, pensativo, con el ceño fruncido, luego se relajó y soltó un silbido largo, como diciendo: "Menudo lío en el que te metiste"... Y, ciertamente, eso era lo que Kuu pensaba. Luego se levantó de la nada, fue al bar y sacó una botella de coñac, dos copas y más de la mencionada soda, se sentó frente a su hijo, mezcló las bebidas y sirvió el producto de la mezcla en las copas, ambos tomaron un trago.

—  ¿Y eso fue todo lo que pasó...? —Kuu arqueó las cejas y Kuon se tensó.

"Definitivamente me lo llevaré a la muerte..."

— Sí... 

—  Bien... 

 y comenzó la charla... La que hace tiempo se debían.  

Kyoko despertó cuando llegaron al fin al Daruma-ya, se emocionó cuando se dio cuenta que Mouko-chan y ella durmieron apoyadas en la otra como las mejores amigas de las películas. Se despidieron al instante, Kanae como siempre algo seca, y Kyoko corrió al Daruma-ya arrastrando a Kanae para que tome algo antes de irse. Kanae tomó a gusto su café y Kyoko la acompañaba con una sonrisa... Pero en su mirada se notaba la preocupación, y Kanae lo notaba y se preocupaba también, pues sabía que lo que le dijo su mejor amiga no era lo único, no, ni si quiera era parte en sí del problema y odiaba conocerla así de bien como para no poder creerle y hacerse la desentendida, simplemente no podía. En el momento en el que Okami-san se fue, por fin le pudo hablar.

— Mo...

— ¿Sí, Moko-chan...?

— Si ya me lo dijiste a mí... ¿Qué problema habría si se lo dices a él?

—  ¿De qué...? ¿A qué te refieres, Moko-chan? —miró a Kanae quien estaba cruzada de brazos y mirándola muy obvia, por lo que se dio cuenta que negarlo era inútil— ¿Lo crees? 

—  En el camino te llamó, Kyoko, te llamó tres veces... —Kyoko se sobresalto por lo que escuchó y al instante buscó su bolso— De verdad quería hablar contigo... No le dijiste lo del video ¿Verdad?

—No... —Kyoko sonrió con tristeza y suspiró— No le dije... Pero, no creo que esa información sea de su interés después de todo... —cerró su bolso de nuevo al terminar de decirlo. 

"¡¿Qué no será de su interés?! ¡Si no le dices y lo descubre viéndolo va a arder Roma y esta vez no te salvaré!" 

Kanae suspiraba frustrada, ya se estaba estresando, se maseajeó el cutis porque no quería tener arrugas antes de tiempo, eso no era bueno para una actriz, y se giró a Kyoko, intentando que algo de sensatez le entre a la cabeza.

— Pero... ¿Quieres decirle de todos modos, no? —Kyoko bajó la cabeza y asintió ligeramente, luego la miró con duda, con la mirada le preguntaba cómo era que lo sabía y Kanae antes de que pregunte algo, suspiró agotada y le respondió a la interrogante de su amiga— Sé que aparte de nosotras... Él es importante para ti... ¿A que no?

Kyoko dio un respingo antes esa afirmación de su amiga y estaba por negarlo, pues si lo dejaba así sabía lo que podría a dar pie el aceptarlo, pero, antes que llegue a hacerlo, entró la señora trayendo bocadillos, Kanae tomó uno, se levantó, agradeció por la atención y se fue dejando a Kyoko con las ganas de "explicarle". 

Kyoko se quedó pensativa, sonrió para los señores y los ayudó con la atención, se cambió y con su ropa común no fue reconocida, aunque los clientes de siempre le felicitaban por su trabajo, algunos sí sabían. 

Subió a su cuarto y meditó sobre lo que Kanae le dijo, lo pensó y decidida fue por su móvil y, por fin, lo llamó. 

— ¿Sí...? —se escuchó del otro lado de la línea, su voz, su tono no era el usual, parecía algo oscuro, Kyoko se puso algo nerviosa y se quedó muda, titubeando qué decir porque su mente quedó vacía y las palabras no salían de su boca, entonces escuchó un suspiro resignado, sí, resignación era lo que se notaba en ese suspiro, incluso estando del otro lado de la línea— Mogami-san... —se sintió el cambio, su voz se tornó suave, dulce, cariñosa—Buenas noches... 

—  Buenas noches, Tsuruga-san... 


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¡DE VERDAD QUE ODIO MI NUEVA TABLET JAJAJAJA SE ME VOLVIO A PUBLICAR ANTES DE TIEMPO! ¡JAJAJJA BUENOOOO! AHORA YA ESTÁ COMPLETO... QUE LO DISFRUUTEN


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