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Capítulo 22

Cuando el beso sucedió, Nick se quedó impresionado. Al procesarlo mejor, sintió lástima por Ren, y la situación empeoraba con los murmullos y chismes, que no se hicieron esperar. Y es bien sabido que los rumores, especialmente los que son como esos que inevitablemente  se iniciarían con este incidente, se esparcen imparables y mucho más rápido que las plagas. Pero, en el momento en el que se dejaron de besar, por la expresión de Kyoko y por esa exclamación, por ese ensordecedor grito de terror... Lo supo. Nick estaba seguro, por completo seguro, de que Kyoko, como escuchó alguna vez sobre los actores profesionales, se sumergió tanto en la historia y en su rol que dejó en olvido completamente la realidad... Y no pudo ser más acertado. Por su parte, Sho no prestaba atención a lo que pasaba alrededor pues estaba absorto, disfrutando su aparente victoria en el corazón de ella.

"Me correspondió... Je... Me correspondió, lo sabía... Ja... ¡Esta niña tonta!"

Pensando en eso, de que por fin la tenía devuelta a la palma de su mano, y ya nada podría quitarle esa sonrisa de niño travieso... Excepto esa persona que lo miraba no muy contenta a la distancia. Oh, sí... Su sonrisa desapareció cuando vio esa expresión letal de Shoko, quien le agarró de las orejas y lo hizo girar hacia Kyoko.

— ¡Ay, Sho, mira lo que hiciste! —le susurraba con severidad, mientras Sho al ver el estado de Kyoko, se empezaba a sentir un poco mal, algo culpable — ¿Estás feliz? —se giró a mirar a Shoko, con un atisbo de sonrisa, como diciéndole un "ni que fuera tan malo", pero al instante fue intimidado por la mirada desaprobatoria de Shoko, y ella al ver que lo hizo comprender lo soltó y luego dio un suspiro— Ay, ya no puedo contigo...  —se dio media vuelta y empezó a caminar.

— Shoko... ¿A dónde vas?

— A traerle agua a Kyoko-chan... —arquea las cejas— Lo mínimo... ¿No crees? —volvió a caminar y fue a comprar agua de la tienda.

Sho se rascó la cabeza nerviosamente, miró a Kyoko y quiso decir algo, pero no... No iba a mostrar culpabilidad.

¡Sho! —Asami se acercó a toda velocidad al aludido, y cuando llegó frente a él le dio una palmada en la frente, logrando que él exclame por el dolor, y se cruzó de brazos— ¡¿Qué te había dicho de controlarte?! ¡¿Eh?! ¡¿Qué te había dicho?! —Asami le reclamaba a Sho, luego se dirigió a Kyoko y le iba a decir algo, pero miró a su alrededor y se dio cuenta de que todos cuchicheaban y miraban curiosos o impactados, así que decidió que iba a parar con el escándalo y les hizo señas a los del staff, para entonces anunciar— ¡Todos, gracias por su buen trabajo! ¡Ya no hay nada que ver aquí, así que retírense por favor!

Al escuchar lo dicho por la directora, los trabajadores comenzaron a expulsar a todos del lugar —a excepción de los involucrados— y guiarlos a sus remolques y camionetas para que vuelvan a Tokio, pues el club en el que estaban se ubicaba a las afueras de la ciudad. Como era de esperarse, todos se fueron a regañadientes, pues querían ver en qué acababa el asunto... Pero hubo alguien quien burló las miradas de todos, incluyendo la de su representante, y  se escondió entre los arbustos, ese era Nick.

Kyoko estaba arrodillada en el suelo cubriéndose el rostro, ocultando una expresión de terror. Ella estaba totalmente en pánico, pensaba en él ¡¿Qué iba a decirle?! ¡¿Qué le diría ahora?! ¡¿Con qué valor podría llamarle ahora?! ¡No podía creerlo! ¡Lo volvió a hacer! ¡Volvió a romper su promesa! ¡¿Qué pensaría él de ella ahora?! ¡Ya le perdonó una vez, dos, tres...! ¡Pero eso ya era el colmo! No la perdonaría... ¡¿La odiaría?! ¡¿Se alejaría de ella?! Ella estaba totalmente frustrada, pensando en lo peor, que justamente él la desprecie.

"¡No! ¡¿Cómo...?! ¿Cómo demonios dejaste que eso pasará?! ¡Eres una idiota! ¡Estúpida! ¡Estúpida!  ¡Estúpida! ¡Eres completamente idiota!"

Se culpaba a sí misma mientras se despeinaba frenéticamente, asustando a todos aún más.

"¡Eso te pasa por quedarte como una estúpida fantaseando mientras trabajabas! ¡Eres una tarada!"

Asami se puso de cuclillas y su mano dudaba si tocar o no a la trágica princesa "Luz de Luna", quien al parecer no tomó muy bien el beso del que alguna vez fue el dueño de su corazón... Y para Asami eso era de esperarse, ya que para ella era casi seguro, o totalmente seguro, que Kyoko veía en Sho a alguien más, que fantaseaba con alguien más, y de ser así ese debía de ser Tsuruga Ren, pues lo que alguna vez su amigo Ogata le contó lo tenía muy en mente. Al principio fue solo un presentimiento, pero a medida que iban filmando las escenas notó algo que probablemente muchos no. Esa mirada enamorada e ilusionada, durante la filmación, que brillaba con ilusión dirigida a Sho, en el momento en el que se acababa la escena se transformaba automáticamente en una indiferente y sin ninguna emoción, a pesar de que seguía siendo dirigida la misma persona.

"Sho... Niño... Ya no creo que tengas esperanzas..."

— ¡Kyoko-chan! ¡¿Estás bien?!
Sho no sabía qué hacer o qué decir, pero más que nada se empezaba a preocupar por Kyoko y empezaba a buscar respuesta para su estado... Hasta que luego le llegó una idea a la cabeza: Kyoko se sentía frustrada porque no pudo contener sus sentimientos por él. Y con ese pensamiento no pudo evitar soltar una risa... Una risa que al ser escuchada por Kyoko la regresó a la realidad, pero no de buena manera.

"Espera... Esto... ¡Esto no es mi culpa! ¡No! Yo solo hacía mi trabajo... Solo me metí en el papel... Todo esto... ¡Es culpa de ese estúpido bastardo! ¡Volvió a jugar conmigo! ¡Shoooootaroooo!"

Entonces los hombros de Kyoko empezaron a temblar. Asami, Sho, Nick y Shoko pensaron que tal vez, estaba por llorar... Pero qué error.

— Kyoko-chan... —se le acercó Asami, para consolarla, en lo que Shoko ya estaba llegando con el agua embotellada.

Pero sin que nadie pueda prevenirlo, Kyoko se levantó sola con una sombría mirada, una de muerte. Shoko dio un salto para atrás por esa eléctrica sensación y Asami se quedó en la misma posición, de cuclillas.

— Tú... —Sho sentía que esa mirada asesina lo asfixiaba, mientras Nick tragaba saliva de lejos— ¡Tú, bastardo! ¡Te atreviste a besarme de nuevo, idiota! ¡¿Cómo maldita sea pudiste atreverte a hacerlo?! —se acercaba de a pocos, con pasos firmes, enfrentándolo y encarándolo con fiereza.

Nick en ese momento se deshizo del temor y empezó a contener esas imparables ganas que tenía de reír.

"Esa chica sí que tiene carácter... Pequeña pero de temer... Jujuju Si Ren se la quita definitivamente a este chico... Creo que ya sé quién va a llevar las riendas ¡Ja!"

No pudo evitarlo, sacó su móvil y empezó a filmar tan extraña escena. Sho al principio estaba en verdad asustado, y algo le decía que si apreciaba su vida tendría que disculparse sí o sí... Pero entonces recordó la conclusión a la que llegó: Que la razón por la que Kyoko  Mogami estaba molesta era porque su orgullo no le perdonaba haber disfrutado tanto su beso... Y el ego habló antes que su cerebro.

— Je... ¿Hablas en serio? —Sonríe ladinamente— Lo dices como si no me hubieses correspondido... —le da palmadas en la cabeza como si hablase con un niño— ¿Por qué no dejas de actuar como si no te hubiese gustado?

Troya ardió en ese instante, nadie lo pudo haber imaginado... ¡Nadie! Sho cayó sentado al suelo, tocándose la cara, sobándosela y sintiendo el ardor que la inesperada bofetada le dejó. Estaba incrédulo, totalmente incrédulo de lo que acababa de suceder, no se esperaba que ella lo hiciese... Sabía que había provocado de más a la fiera, pero no hasta que punto. Kyoko se comenzó a sacudir la mano, pues tal impacto le dejó un cosquilleo en la palma de esta, mientras miraba con desprecio desde arriba al oxigenado de sus pesadillas.

— Eso fue muy bajo... Incluso demasiado bajo para ti... —se agacha y lo agarra del cuello de la camisa y lo mira fijamente, con una furia incontenible, que lo estremeció, e incluso ya estaba esperando otra bofetada— ¡¿Cómo pudiste aprovechar que me encontraba metida en el papel, para hacerme víctima de tus juegos?! ¡Yo creí que si eras un payaso, al menos lo eras fuera del trabajo! Pero veo que eres un... —alza la mano y todos cerraron los ojos esperando escuchar un segundo golpe, pero ella suspiró y bajó la mano— ¡Imbécil!... ¡Mira lo que me haces hacer! Y yo que pensaba que habías madurado... Que podríamos trabajar juntos... Que al ya no tener más sentimientos por ti podría trabajar en paz... ¡Ya no puedo contigo! —lo dejó tirado en el suelo y empezó a caminar al estacionamiento en el que estaba su remolque.

— Kyoko... —Sho estaba totalmente sorprendido— ¡Kyoko, espera!

Al escuchar esto, Kyoko paró en seco.

— Nunca... Nunca vuelvas a tratarme como si fuese un objeto... ¡Nunca! —Se gira a verlo— Si me vuelves a llamar por mi nombre, le voy a dar lo que le toca a la otra mejilla que tienes...  —Kyoko volvió a tomar rumbo a su remolque y se encontró frente a frente con Shoko, que aún seguía estática, con el agua embotellada extendida.

— Para... Para ti, Kyoko-chan... — le ofreció sin moverse aún, con los ojos aún bien abiertos por la sorpresa.

— Gracias, Shoko-san... —le sonrió a medias y siguió con su camino.

Por su parte, Sho estaba embobado en todo lo que le escuchó decir a Kyoko, meditando en lo que recién había sucedido y nadie podía creer. Recién cuando se fue, Shoko y Asami empezaron a reaccionar y se acercaban a Sho.

— Sho... Sho... —Shoko empezó a sacudirlo— ¡Sho! ¡¿Estás bien?! —le revisó la cara, afortunadamente no había más daño que la mano de Kyoko tatuada con rojo en la mejilla derecha  de Sho— ¡Sho! Ay, Dios... Está ido... ¡Sho! —Sho no respondía pero de pronto empezó a reír, asustando a su preocupada representante.

— ¡¿Sho?!

Sho no lo pudo evitar, esas expresiones, esa forma tan apasionada de enfadarse, lo sedujeron, lo emocionaron... Se sentía revitalizado y excitado.  Se acarició la cachetada que ella le dio y se emocionó en sobre manera.

"Esta agresividad... Eres divertida, Kyoko, demasiado... Je... Tu violencia solo me hace ver con más claridad lo apasionada que te pones por mí..."

— Ay, no... —Asami sacó un cigarrillo— Ya se volvió loquito...

— ¡Sho!

Nick se mataba de la risa viendo esa escena, pero más estaba impresionado con Kyoko. Cuando se fue del lugar no pudo evitar silbar mentalmente por ese caminar que era incluso más agraciado que el de cualquier modelo que haya conocido hasta el momento, le pareció bastante interesante, excitante y divertida.

"Tienes buen gusto, Ren... Sigue siendo pequeñita... Pero es una en un millón..."

Entonces dejó de grabar, guardó el móvil, y con sigilo se fue en la misma dirección... Al estacionamiento.

— ¡Sho! ¡Recupera la compostura, por favor, o completo lo que hizo Kyoko-chan!

— ¡Agh!  —se levanta y se suelta de Shoko— Deja de gritar así, Shoko... —sonríe ladinamente— Vuelve a Tokio con Asami-san... Yo tengo una cita...

— ¡Espera! ¡¿Qué?! ¡Alto ahí, Sho! —le gritó, pero para ese momento Sho ya estaba bastante lejos.

— Ay, pobre muchacho... Lo peor es que le van a dar calabazas... —suspiró Asami, la directora, con lástima por ese chico que ya consideraba como un hermano menor— Ay, lo peor es que si yo fuese Kyoko-chan definitivamente me quedaría con Tsuruga Ren... ¿Y tú?

Shoko al principio intentó decir algo diferente, pero luego ladeo la cabeza, suspiró y con la mirada baja asintió.

— ¡Ja! Sí, lo sé... —Asami le invitó a Shoko un cigarrillo y ambas mujeres adultas se fueron al auto de la mencionada directora.

Sho corría lo más rápido que podía, pero no sabía dónde estaba el estacionamiento, así que estuvo perdido buscándolo por un buen rato. Justo cuando llegó a estar algo cerca y podía ver de lejos la entrada al estacionamiento, pudo ver a Kyoko saliendo de este, ya cambiada con su ropa usual, dirigiéndose a la puerta principal del club para, seguramente, esperar a su transporte.

— ¡Kyoko!

Kyoko caminaba rápido, sin mirar atrás, con un dolor de cabeza irritable para ella, tan irritable como esa voz.

— ¡Kyoko!

Kyoko se detuvo y se giró con violencia, se acercó a él amenazante.

— ¡¿Qué acaso eres estúpido?! ¡¿Qué no te dije que no me volvieras a llamar por mi nombre?! ¡¿Eh?!

— No actúes tan dramática... —Kyoko lo miró con desprecio, se volvió a girar y comenzó a cminar más rápido— ¡Oye! No actúes como si no te hubiese gustado... ¡Oye!

— ¡Cállate y aléjate!

— ¡Kyoko! —Sho la alcanzó y la tomó del brazo, ella se soltó con violencia y lo miró fulminante— Tú también me correspondiste... —se pasa el dedo pulgar por los labios, con sonrisa socarrona a Kyoko— No lo puedes negar... —la empezó a acorralar contra la pared— ¿Por qué? ¿Por qué me besaste? —Se acerca a su oído y le susurra— Sabes que no puedes mentir, te conozco muy bien...

Kyoko al instante recordó su fantasía, bajó la cabeza sonrojada, casi de forma automática.

«Siempre estaré contigo, mi princesa.»

Sho no pudo evitar darse cuenta de esa reacción, y entonces una maliciosa sonrisa nació en su rostro.

"Perdiste, Tsuruga... "

Kyoko en eso reaccionó y entro en pánico.

"Espera, espera, espera... ¡Espera! ¡¿Po-podrá ser que?! ¡No! ¡¿Podrá ser que Shotaro...?! ¡No! ¡No! ¡¿Podrá ser que ya lo sepa?!"

Kyoko empujó con fuerza sacada de la desesperación y se alejó lo más que pudo, mirándolo fijamente, intentando confirmar si lo que suponía era cierto. Él solo la miraba con una sonrisa victoriosa, triunfal, pero por otros motivos, muy distintos a los que la pobre Kyoko imaginaba.Y así quedaron en un silencio en el cual solo intercambiaban miradas, ambos malinterpretando la emociones y los pensamientos detrás de las del otro.

— Déjame tranquila... —Kyoko miraba hacia el suelo, frustrada, algo atemorizada pero no dispuesta a darse por vencida, a fin de cuentas no importaba lo que pudiese decir Sho, pues aún si es que lo supiese no tiene pruebas— No tienes nada que puedes usar para atraparme... —se dio la vuelta y se disponía a mirar si su transporte ya llegaba.

Sho estaba muy confundido por esas palabras, y al darse cuenta que a pesar de sus intentos no se le ocurría nada y además ella se estaba escapando, él le jaló del brazó hacia él y se quedaron mirando cerca, bastante cerca.

— Suéltame.

— No.

— Suéltame.

— No.

— ¡Suéltame! ¡Qué me sueltes, bastardo! —Kyoko comenzó a forcejear violentamente pero no la soltaba.

— No, no lo haré hasta que me digas... —se acerca a su rostro, y sus narices casi se tocaban— La verdad.

Kyoko retrocedía para alejarse de él, al tiempo que forcejeaba pues ambas manos fueron atrapadas por él, pero en un momento su espalda chocó con la pared y se quedó sin escape.

— Kyoko... —Sho iba a decir algo, pero en la luna de la ventana de la cabina de seguridad de la entrada del club, pudo ver el reflejo de una persona que lo miraba fulminante, una persona cuya mirada le causó un escalofrío tremendo recorrerle la piel.

—  Cuanto tiempo, Fuwa-kun... —su voz era fría, aparentemente seria, serena y de tono moderado, pero un gran odio se podía sentir en el ambiente, uno aterrador.

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