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Capítulo 17


Yashiro corría mirando a todas las direcciones, no había rastro y eso le preocupaba.

"Ay... ¡María-chan! ¡Por favor aparece de una vez! "

Yashiro estaba preocupado, no era nada seguro dejar sola a una niña entre tanta gente, se golpeó en la cabeza por impotencia y entonces sintió una mano que le tomaba el hombro.

-Yashiro... -el aludido se giró para encontrarse con  Ren- iré al puesto de maid café por allá... -le dijo con seriedad- Tú ve por los puestos de psíquicos y hechiceros por ahí... -dicho esto, se fue corriendo por donde acabó de anunciar.

Yashiro asintió y emprendió su búsqueda. Pasó por varios lugares, corriendo como si su vida dependiese de ello. Se metió en una piscina de pelotas y terminó siendo atacado por los niños que ahí se encontraban. Luego, por escapar de los pequeños demonios, se tropezó con un coche y cayó sobre una señora voluminosa a la vez que, lamentablemente para él, sus manos, por evitar el impacto, quedaron en las pruebas de la femineidad de la ya mencionada mujer de grandes medidas.

-¡Pervertido! ¡Desgraciado!

-¡Espere, señora! ¡Le juro que fue un accidente! ¡Disculpe por favor!

-¡Accidente fue como te tuvieron tus padres! ¡Ahhh! -la señora se acercaba más para golpearlo sin piedad.

Por evitar el golpe de esa mujer, retrocedió sin mirar atrás y, accidentalmente, le pisó la cola a un perro que le persiguió por todo el parque, por lo que lo único que le quedó hacer fue subirse a un árbol y ser victima de las burlas de la gente.

"¡¿Por qué, María-chan?! ¡¿Por qué?!"

Al final, bajó del árbol cuando el perro se había aburrido de esperar, vio a lo lejos unas bancas y decidió ir a descansar de todo ese ajetreó que a pesar de parecer eterno sucedió en apenas un lapso de quince minutos. Y entonces, en una de las bancas pudo ver a una niña con un inconfundible vestido de diseñador, no muchas niñas visten así.

Corrió a la velocidad luz, muy aliviado, pero al llegar a estar atrás de ella recordó lo que los trajo a esta situación.

"Bien Yashiro, esta niña acaba de tener su primer corazón roto... es la nieta del que te da prácticamente de comer... -suspira para darse valor- Así que... ¡Prepárate para dar la charla motivacional de tu vida! ¡Tú puedes!"

-Ma... ¡María-chan... ! -la agarró de los hombros y la volteó hacía él, para encontrarse con algo inesperado, un globo rosado que se reventó en sus narices. Parpadeó por la sorpresa tres veces y entonces todo tomó sentido. María estaba haciendo globos con su goma de mascar y por la sorpresa del agarre de Yashiro lo reventó en su cara.

-Yashiro-san... me sorprendiste... -le sonrió con una mirada serena, impactando a Yashiro.

-¿María-chan? Qué... ¡¿qué es lo que... ?!

"¡¿Qué es esto?! Yo pensé... yo pensé... verla... no sé... ¡¿Triste?!"

María suspiró y despertó a Yashiro de sus pensamientos.

-¿Pensaba que estaría triste verdad, Yashiro-san?- volvió a mascar su chicle mientras Yashiro se ahogaba con el aire.

"¡¿Esta niña es adivina?!"

María se rió al ver su cara.

"Seguro piensa que soy adivina o algo así"

-¿Desde cuando lo sabía... -pausa para continuar con sarcasmo- "Tío Yashi" ?

"¡No! ¡Esta pregunta es peligrosa! ¡Muy peligrosa! ¡¿Qué debo contestar?! ¡¿Qué tal si a mí también me tiran a la piscina de tiburones?!"

《¡¿Así que lo sabías y no dijiste nada, Yashiro-san?! ¡Traidor! 》

《¡Espera, María-chan, por favor ten piedad!》

《La traición no se perdona...》

"¡No!"

-Parece que desde hace mucho tiempo... -hizo un globo, lo reventó y volvió a hablar- ¿Sabe algo... ? -suspira con una sonrisa resignada- Yo también... Creo lo sabía desde hace mucho...

-María-chan...

-Yo sabía que era imposible... La diferencia de edad entre Ren-sama y yo... Sería muy egoísta y absurdo forzar o esperar que Ren-sama no se enamore para cuando yo si quiera tenga la edad de Onee-sama... -se ríe.

-Entonces... no estás molesta... -comentó con duda y hasta con un toque pequeño de temor- Eso quiere decir que Ren es libre de tener un romance...

-¡Ay no! No te confundas Yashiro-san, a pesar de eso no podría dejar que cualquiera me arrebatase a Ren-sama... -le dijo con mirada fulminante, logrando así que Yashiro trague saliva- Pero Onee-sama es diferente a todas esa mujeres... Ella es especial... Y entiendo porqué Ren-sama... la mira como lo hace... -sonríe con ternura mientras recuerda lo feliz que es su amado Ren cuando está junto a su "hermana mayor".

"Je... Esta niña es mucho más madura de lo que imaginaba... Se esta convirtiendo una gran mujercita... Al parecer solo exagero, al fin y al cabo es una niña adorable, no creo que pueda llegar al punto de ser una psicópata, creo que Ren tenía razón con lo de mi excesiva imaginación... "

Yashiro sonríe enternecido.

- Pero eso sí... Ella para mí es la única a la altura, la única que puede cuidar y ser la mejor para Ren-sama de no ser yo... la u-ni-ca -aclara convencida que deletreando va a  dar más énfasis y con una mirada letal- Nadie más... Na-di-e... va a ser aprobada por mí, nadie...

"Parece que hable pronto..."
Yashiro tragó saliva ante esa declaración de guerra de la pequeña Takarada.

-Oh... desdichada quien quiera separar a Ren-sama de Onee-sama... Uy... rogarían por estar muertas...

Mirar a María en ese momento era como mirar a una pequeña Mío.

"Cielos... a veces se podría pensar que tiene el mismo ADN que Kyoko-chan... "

-¡María-chan!

María, al escuchar esa voz, automáticamente cambió su sonrisa malévola por una angelical que derretiría un glaciar.

-¡Ren-sama!- corrió a su encuentro.

Ren la atrapó y la cargo.

-¡Me preocupaste mucho! -le increpó con seriedad.

-¡Perdón Ren... -se corrigió al recordar que estaban en público- Tou-san no lo vuelvo a hacer lo prometo!

Ren la abrazó, en ese momento al ver los ojos ámbar de María, llorosos por el arrepentimiento recordó a Kyoko y no aguantó pensando en que si en un futuro Kyoko y él llegasen a donde tanto sueña llegar con ella, su hija podría tener esos ojos. Por otro lado Yashiro los mira enternecido, pensando que agradecía mucho haber nacido hombre, porque sino probablemente estaría como todas esas mujeres a su alrededor que miraban la escena totalmente anonadadas y emocionadas en sentidos insospechados para una dama japonesa, por lo menos para una tradicional.

《¡Es un padre tan tierno y sexy!》

《¡Ojala y me haga un hijo!》

《¡¿Quién es la desgraciada con suerte, cómo habrá conseguido a ese hombre para padre de su niña?!》

Yashiro quería morir de la risa al escuchar esos comentarios.

"Si Kyoko-chan escuchace... -se da cuenta de algo- ¡Kyoko-chan! "

Yashiro iba a decirle a Ren para que vayan por Kyoko pero, cuando reaccionó, Ren ya estaba adelantándose a largas zancadas, con María en brazos, y desde lejos le hacía señas para que le siguiese.

Llegaron al lugar, totalmente abarrotado de gente, justo a tiempo, ya empezaba el evento.

-¡Damas y Caballeros! ¡Muy buenas tardes, les habla Mimiko Fujiwara, organizadora del Shojo Fest y les doy la bienvenida a este concurso tan esperado... El Miss Cosplay! -aplaudieron todos y luego de carraspear en el micrófono continuó- Ahora, por favor, denle la bienvenida a nuestras bellas concursantes.

 Chicas muy bonitas, con disfraces muy bien elaborados, modelaron, de una a una, hasta que llegó el turno de la última.

Ren, como vio que Kyoko aún no aparecía revisó su celular y encontró algo que inesperadamente llegó rápido: las fotos que el Michael Jackson  le prometió enviar a su correo. Miró todas las fotos  entonces encontró una que se ganó su total atención. ¿Podría se cierto? ¿Cómo no se dio cuenta antes? Esa mirada de Kyoko, esa mirada llena de brillo y tal vez... ¿Amor? ¿Era posible? No, no quería saltar a conclusiones... ¿Pero y si sí? Ilusionarse era lo que menos quería, ya había aprendido de malas, y no estaba seguro si lo que estaba era real o simplemente sus sentimientos jugandole una broma, haciéndole ver lo que quería... Pero algo en su corazón le decía que no lo ignore, que compruebe por sí mismo, que se atreva. Miraba mejor todas las fotos y se quedaba en un estado fuera de este mundo, el cuerpo de Kuon estaba ahí, pero su cabeza estaba en las nubes.

-Te lo dije, Ren -Yashiro le susurró al hombre embelesado que se encontraba a su lado- las niñas crecen más rápido... Y se convierten en hermosas mujeres... -Ren se giró hacia donde Yashiro, embobado, y él le señalaba el escenario, vio donde le indicaba el cuatro ojos,para quedar impactado- justo frente a tus ojos...

En sus labios no habían más que intentos de pronunciar palabras que pudiesen ayudarlo, menos un pensamiento coherente, estaba perdido y acabado. Yashiro le dio tres palmadas en la espalda, e inconscientemente se empezó a adelantar, poco a poco, para llegar al pie del escenario. 

"¿Qué... pasa? ¿Será que... ? ¡¿Tan rara me veré?! ¡Ay! ¡Sabía que era mala idea!"

Una insegura figura salía al escenario, con pasos pausados. El silencio y las miradas solo se dirigían a ella, y esta estaba intimidada por completo, nunca había pasado por algo así. Sus bellos estaban de punta.Sí tan solo supiera a que se debía ese silencio.

"Ojala el premio valga la pena... " 

Ella entonces decidió no dejarse vencer por los nervios, tenía un objetivo y María, que desde abajo le miraba con ojitos brillantes, confiaba en ella. Entonces continuo, ahora con más seguridad en su andar y modeló brillantemente. Entonces lo vio, él allí, mirándola y se quedó perdida en sus ojos... Así el mundo desapareció a su alrededor, y en esos momentos, al menos solo para ellos, eran los únicos habitantes del universo. Todo hasta que ella regresó tras bambalinas y él se quedó mirando al viento, mientras María lo observaba con atención. Entonces la presentadora comenzó a hablar, mientras Ren simplemente observaba sin ver, estaba pensando y pensando, pero entonces unas frases a su alrededor lo hicieron despertar y lo invitaron a mirar a su alrededor con atención y se dio cuenta.Todos estaban amontonados frente a ese escenario, y con todos debemos decir que principalmente hombres, si es que se les puede llamar así a unos adolescentes de hormonas revueltas y pasión por el anime. Ren cayó en cuenta que se había alejado del grupo y decidió regresar, se abría paso entre ellos como podía, no necesitaba hacer mucho, su aura asesina ayudaba de sobra ¿Por qué de ese humor? Ahora Ren recordaba cómo estaba Kyoko en esa pasarela , luego miró con fastidio a su alrededor y entró en la cuenta de que todos los ojos masculinos del lugar la vieron así, y no le gustaba la idea. No, en realidad la odiaba y mucho. No quería, no debía permitirlo, que esos críos vean justamente lo mismo que él vio y lo dejó sin aire. No, Kyoko no podía mostrarse así frente a todos esos chiquillos que recién salían de la pubertad. No, no era posible para él permitirlo.

Luego de la pasarela inició el verdadero juego. Las señoritas participantes pasaban por diferentes retos que eran muy divertidos de ver y de participar, aunque a Kuon no le parecía muy divertido de ver que todos los que le rodeaban mirasen a su Kyoko-chan como lobos a la carne fresca, no era aceptable, era totalmente inadmisible. Y angas no le faltaban de ir, subir al escenario, tomarla en sus brazos y llevársela lejos, muy lejos, para poder ser el único espectador de su belleza, sinceramente sería capaz, pero no, no era una opción... Lamentablemente. Ya tenía que acostumbrarse y hacerse a la idea, pues él lo sabe muy bien:  Un artista no vive sin fanáticos. Y Kyoko era una artista, ambos lo eran y tenía que comprender. Solo le queda conformarse pues de todos modos aunque llegase a ser lo que él tanto quería ser de ella -su novio, su amante, su hombre, su esposo, su propiedad, su dueño, y para resumir y ser más prácticos, su todo- tendría que compartirla con el público. Yashiro ahogaba sus risas, pues esas miradas asesinas de su representado dirigidas a diferentes direcciones no eran para nada desapercibidas para él, y María miraba atenta a todo, preguntándose cómo no se había dado cuenta antes, ahora entendía los extraños cambios de humor de su Ren-sama cuando se trataba de su Onee-sama, ahora entendía todo, lo comprendía al fin y se preguntaba cómo es que no lo había notado antes.

"¡¿Dónde estaba mi cabeza mientras esto paso?! Esto... es tan obvio..." 

-Muy bien... ¡La última prueba! -anunció la presentadora- Ambas señoritas, según entendemos, vinieron acompañadas... -guiñó el ojo al público al tanto que le daba un notorio énfasis sugerente a esa última palabrita- ¿No es así? 

Ya solo quedaban dos chicas, pues poco a poco se fueron eliminando participantes hasta que la situación tomó esta forma. Ambas asintieron, una más tímidamente que la otra, una sonrojada hasta los huesos y la otra fresca como lechuga, no hace falta decir más para saber quién era quién. Kyoko estaba sorprendida de haber llegado hasta ese punto, la final, se había ganado a un público en vivo, nunca había pasado por algo igual, y tenía que admitir que aunque esa experiencia fue vergonzosa, se divirtió mucho.  

-Entonces de esto trata este juego para definir a la ganadora... ¡La manzana de la discordia! -todo el mundo comenzó a silbar y a aplaudir- El juego, para quien no lo conoce, es en parejas, trata de que dos personas, atadas a las manos del otro, intenten terminar juntas de comer la manzana que cuelga de esa cuerda... ¡La pareja que acabe primero es la ganadora! 

Kyoko enrojeció más que las manzanas que estaban colgando del techo del escenario.

-¡Iniciamos luego de un descanso! ¡Good Luck! 

Todos se dispersaron y ambas finalista, Kyoko y la otra chica, intercambiaban palabras y sonrisas.

-Ay... Creo que esta vez tú ganarás... -hace puchero.

-Ay... No diga... Usted tiene mayor posibilidad, Fujiwara-san... Yo nunca había estado en estos concursos...

-¡¿Usted?! ¡¿Fujiwara-san?! -se comenzó a reír- ¡Vaya que eres formalita! -le da una palmada en el hombro- Llámame Aome-chan ¿Okey?  -le guiña el ojo.

Kyoko estaba por responder a su nueva a miga, pero una voz masculina se le adelanta. 

-Aome...

-¡Darling! -gritó para luego abalanzarse del escenario a los brazos de su novio. 

Cuando sus cuerpos se unieron, se besaron intensamente, sin importarles la gente.

"Vaya... para tener catorce años... "

Kyoko estaba asombrada de como incluso sus menores eran más atrevidas de lo que ella se imaginaria ser algún día, y eso a pesar de que pronto culminaría la preparatoria. Inconscientemente se preguntó como sería estar en eso y entonces una pequeña imagen mental le sacudió el pecho, pero no, era imposible y, luego de concientizarse para ni si quiera imaginarlo, ella miró al frente, ahí estaba Ren, con su disfraz que afortunadamente era muy bueno, un ojo verde y el otro chocolate, ocultos tras unas gafas y una gorra cubriéndole la cabeza, con unos pantalones vaqueros blancos, muy sencillos, y una camiseta de los Guns n' Roses. Estaba tan diferente a lo de siempre, pero seguía siendo tan condenadamente perfecto, tan él. Mientras tanto él miró a la pareja de al lado y por un segundo tuvo la esperanza de que Kyoko imitase a su compañera, pero se le pasó cuando Kyoko se bajó por sus propios medios y con la cabeza gacha se acercó a él. 

-Lo haré... -le dijo sonriendo.

-Pero... no dije nada... -Kyoko estaba sorprendida ¿Acaso su senpai leía mentes? 

-No hacía falta adivinar... 

-Pero... 

María, quien estaba en medio, observaba atentamente a ambos, y por cada respuesta miraba a Kyoko y luego a Ren, como si fuese testigo de un partido de tenis y la pelota pasará de uno al otro. 

-Está bien, lo voy a hacer y se acabó. -declaró rotundo.

-Pero... 

-¿Pero qué? -se acerca lentamente mientras se inclina para estar a su altura- No es como si no... -le susurra bien despacio al oído- hubiésemos hecho cosas peores...

La cara de Kyoko era un poema, miles de recuerdos de sensaciones y sobre todo de tentaciones pasaban por su cabeza, su alma se le salió del cuerpo. 

-Bueno... -se aleja un poco, pero solo un poco, para que sus rostros queden mirándose- Voy a comprarle un algodón de dulce a María... ¿Tú quieres algo?- finalizó con una sonrisa triunfal.

Kyoko se giró inmediatamente, no quería que la viese así con su nueva tonalidad de piel, un rojo más intenso que el de una manzana.

-N... no... Si me... disculpan me voy al tocador...

Kyoko se dirigió al tocador a zancadas casi comparables a las de Ren y eso considerando que es bastante pequeña en comparación. No quería que Renle viese hacer un movimiento en falso, él no lo debía saber, nadie lo podía descubrir, lo que guardaba en su corazón no sería expuesto, de eso se encargaría hasta el final.

Ren se quedó mirando su silueta alejándose, su sonrisa decía mucho más que mil palabras, pero a la vez era complicada. María lo quedó mirando, analítica, pensativa. Ren reparó en la mirada de la pequeña y entonces, luego de volver a la realidad con un suspiro, la llevó al puesto de dulces, pero el transcurso fue silencioso, demasiado silencioso para tratarse de María, y extraño, muy extraño debido a esa mirada interrogante.

María estaba en un dilema muy complicado. 

"¿Pregunto o no pregunto?"

Esa era la cuestión que no la dejaba tranquila, y cuando creía que llegaba a una conclusión, a último momento cambiaba de parecer. Ren lo notó y estaba preocupado, y de regresó, donde Yashiro los esperaba, no soportó más y le habló.

-María... ¿Hay algo que te moleste...? ¿Tienes algo qué decir? 

-¿Ehhh? No... Para nada, Ren-sama...

En ese momento Ren frunció el seño, y María por primera vez en su existencia tragaba saliva. Sí, ya había visto a su Ren-sama molesto, y si de algo estaba segura era de que no quería una segunda vez. Con valor suspiró para darse aliento y lo hizo. 

-Ren-sama... ¿Desde cuando están saliendo? 

-¿Eh?

-Tú y... Onee-sama... ¿Desde cuándo son novios? 

Ren al principió se sorprendió, luego suspiró con decepción, y finalmente la miró con ternura.

-¿Por qué nunca dijeron nada? -suspira- Yo hubiese guardado el secreto... -hace un puchero.

"¡Ojala! ¡Ojala fuese cierto!" 

-No, María-chan... Tu Onee-sama y yo solo somos senpai-kohai... 

María se quedó mirandolo, en silencio, inexpresiva, como quién dice: ¿Es en serio? Me estás mintiendo. Pero lo que resalta aqui es que no era una mentira, él estaba diciendo toda la verdad, y su mirada sincera le dio valides.

-Pero... ¡Ren-sama!  -María está completamente sorprendida- Creí que ya eran pareja... Eso... es sorprendente...  ¿Cómo puede ser así, si te gusta? ¿Por qué no están juntos todavía?

-¿Ehh? ¿De qué hablas María-chan... yo... ?

La mirada de María lo decía todo: Ni intentes negarlo, es inútil. 

"De tal palo... Tal astilla... " 

-Bueno... a fin de cuentas, tampoco es que quiera que sea un secreto... -suspira- pero por ahora es nuestro secreto... ¿De acuerdo? -le da palmaditas en la cabeza con cariño. 

María meditó algo por un momento, y al final con una sonrisa aparentemente inocente le dio la mano, en señal de "Trato cerrado"

"Yo voy a ayudar, Ren-sama, para que esto no se quede así... Es una promesa"





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CHIIICAS UN PROBLEMA CREO QUE WATTPAD BORRO LA EDICION DE ESTE CAP ASI QUE VOY A  IR ARREGLANDO EL CAPI 

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