Capítulo 15
Kyoko estaba con el corazón por salir de su boca y la temperatura de su cuerpo ascendiendo sin control, mientras Ren estaba en las nubes sosteniéndole de la mano a ella, guardando en su memoria la sensación de tener esa suave y pequeña mano atrapada en la suya, solo para él.
"Ojalá esto durase para siempre..."
Pensaban ambos, pero inevitablemente se acabó cuando María encontró la sección de la feria dedicado especialmente a «Love Witch» y en este se encontraban puestos y tiendas dedicados solo a ese anime. Al verlo a la distancia María dio un grito de emoción e inesperadamente saltó intrépidamente de los brazos de Ren, jaló la mano de Kyoko y se fue corriendo con ella, dejando a Ren lelo. Por supuesto, aunque estaba bastante emocionada no llegaba a estarlo al punto al que llegó cuando recibió el muñeco aterradoramente realista de Ren.
Kyoko al inicio estaba sorprendida, pero luego comenzó a reír al ver la sonrisa de María.
Ambas corriendo de la mano y sonriendo era un escenario muy encantador, tanto así que Ren, mientras las alcanzaba muy fácilmente debido a la enorme diferencia de estatura, no podía evitar mirarlas embelesado. Tal vez, también imaginando algo que esperaba tener en un futuro con la dueña de su corazón, algo que esta situación evocaba inevitablemente.
Llegaron al lugar y miraban emocionadas todas las mercancías y las decoraciones del lugar, con tema de magia, encantamientos y hechizos. Kyoko sentía que vivía la infancia que nunca pudo vivir a plenitud mientras miraba la sonrisa de María preguntando por los precios de cada "poción", "escoba voladora" y cada "libro de encantamientos" idénticos a los de la serie anime. Ren las seguía observando de no muy lejos, adorando las sonrisas de ambas... Hasta que los murmullos de la gente, no, de los hombres para ser más precisos, lo despertaron de su paraíso personal.
— ¡¿Viste a esa chica?!
— Sí, es... ¡Parece modelo!
— ¡Lo sé! —exclamó emocionado.
— Sí, incluso podría decir que es —la mira mejor—... ¡Es idéntica a Kyoko-sama! ¡¿Y si es ella?!
— ¡Tenemos que asegurarnos! ¡¿Qué tal si sí es?!
— ¡Sí! ¡Exacto! Pero primero... ¡¿Está sola?! —miran alrededor y no encuentran a nadie, Ren finge que solo revisa su celular— ¡Genial! ¡Parece que solo vino con su hermana menor!
— ¡Sí! ¡Está sola! ¡Hay que hablarle! ¡Hay que hablarle! —uno abraza al otro del cuello para dirigirse juntos hacia su muy distraído objetivo.
— ¡Vamos, hermano, a la march...! —antes de que el muchacho termine la frase, alguien se abrió paso entre ambos con brusquedad.
Ren caminó derecho hacia las dos señoritas, sin mirar atrás. Al llegar a ellas cargó a María y le dio un beso en la frente, acto seguido tomó a Kyoko por la cintura, la acercó a él y también le dio un beso en la frente. Ellas estaban confundidas, lo sabía, más porque de pronto lo veían con el cabello negro y con un estilo despeinado, con gafas y con los ojos verdes; no obstante, no era momento de explicaciones. Miró por segundos a ambos muchachos que estaban sorprendidos mirando tal escenario, les guiño el ojo y jugando con los ángulos visuales hizo parecer como si se estuvieran dando un beso apasionado.
— ¡Ren-sama...!
— ¡Tsu-Tsuruga-san!
— Shhh... Quédate quieta, Mogami-san...
El corazón de Kyoko ya no latía, más bien zumbaba de lo rápido que iba.
— ¿Qué-qué pasa...?
— Estabas a punto de ser descubierta —Kyoko hizo gesto de no entender—... Ya no puedes andar con la misma seguridad de antes, tu rostro esta por todos lados y tus admiradores están más pendientes... Un movimiento en falso y terminarás siendo acosada por este tumulto de gente —suspira—, al igual que yo, pues ya noté que probablemente las gafas de sol y la gorra no sean suficientes —se encogió de hombros—, qué bueno que llevaba la peluca de Cain, las gafas y los lentes de contacto en la mochila.
Kyoko miró a su alrededor, era extraño, a pesar de que era un festival de manga y anime shojo, habían mucho chicos alrededor. Ella estaba asustada ante la idea de ser rodeada por toda esa gente, pues hasta ella reconoce que los hombres no la dejan en paz. Aunque ella, al ser quien era, le atribuía la responsabilidad de ello a la princesa Rosa. Ahora estaba excesivamente sorprendida. La actriz nunca se imaginó que tan pronto llegase el día en el que ya no pueda salir tranquila a la calle sin preocuparse por ser reconocida. Era innegable que le hacía sentir muy bien estar cada vez más cerca a la cima y que haya comenzado a haber gente que le admire y que piense que es hermosa, aunque sea gracias a la princesa rosa; no obstante, a la vez estaba con algo de temor ante lo que podría suceder o a lo que se podría enfrentar a causa de todo esto.
— ¿Qué sugiere que hagamos? —preguntó nerviosa a su sabio mentor.
— Solo sigueme la corriente —mira a Kyoko con una sonrisa digna de un rey de la seducción, luego se dirige a María—, y tú María-chan... No dejes de llamarme Tou-san...
— ¿Eh? —María miró confundida a Ren.
"Al parecer no era tan mala idea, Yashiro-san"
Bufó para sus adentros y prosigió a responderle a la niña con una sonrisa que expresaba tanto determinación y desafío, como confianza en las habilidades de esta.
— Esto va a ser como un entrenamiento para ustedes...
Con la mirada de Ren, de alguna forma ambas entendieron a qué se refería, y, también por medio de sus miradas, ambas le hicieron saber que aceptaban el desafío.
— ¡Muy bien! ¡Gracias a todos por su presencia en este «ShojoFest», esperamos que se diviertan! —se escuchó una voz en los parlantes que mencionaba cada atracción que se encontraba en el lugar, causando emoción en las chicas presentes, al igual que a María y a Kyoko— ¡Y por último! ¡El evento de cierre! ¡El que muchos esperan! ¡El Miss Cosplay! —muchos chicos presentes se emocionaron ante tal mención— Esta vez los premios son muy especiales así que no se los pueden... ¡Perder! ¡El reclutamiento comienza a las cinco de la tarde! ¡Qué se diviertan!
"Creo que he ahí la razón de la cantidad inesperada de chicos por aquí..."
Kyoko suspiró con ello en mente, no es que pensara que los hombres no sufrieran de acoso, ella misma ha visto cómo de complicado es cuando Ren o Shotaro tienen que enfrentarse a las fans... Pero es que le intimidaba bastante lo que podría pasar si es que le sucedía de nuevo algo parecido a lo del episodio de terror en Karuisawa, solo que esta vez con muchas más personas. Kanae y su madre anteriormente ya le dijeron algunas cosas que la dejaron intranquila; ahora, viendo la reacción de Ren, y la preocupación en su rostro pensativo, estaba empezando a preocuparse mucho más.
— ¡Yo quiero participar! —exclamó María con entusiasmo, sacando de sus pensamientos a ambos cuidadores.
— Pero no nos podemos quedar hasta muy tarde, María —protestó Kyoko maternalmente, porque aunque estuviera perdida en sus pensamientos ella definitivamente se había estado metiendo en el papel—... Además creo que deberíamos dejar descansar a tu —titubeó solo un poco, por menos de un segundo, y continuó—... Pa...
— No hay ningún problema por mí —interrumpió Ren—, así podemos practicar un poco más.
— ¡Gracias, Re...! —se interrumpió de inmediato y se corrigió con rapidez— ¡Tou-san! —se vuelve a Kyoko con ojos suplicantes— ¡Di que sí, por favor, Kaa-san!
Kyoko miró la mirada tierna de María, luego miró la de Ren para ver si este le ayudaba, grave error. En vez del apoyo que esperaba, se encontró con la "cara de cachorrito abandonado" de Nii-san, incluso diez veces más potente de lo que recordaba por el apoyo de la pequeña a su lado.
"¡Rayos, Tsuruga-san...! Oh, Dios, no me quiero imaginar que tipo de padre consentidor será usted... Tal vez sería peor que Ku... Digo, padre..."
— Ah, está bien... ¡Perdí! —suspira y se gira para ya no tener que verlos—... Ya que a Tsuruga-san no le molesta, creo que no estaría mal que nos quedemos un poco más.
— ¡Sí! —exclamó María emocionada— ¡Entonces vamos a pasar el rato! —los jaló a ambos, Kyoko y Ren, para aventurarse sin rumbo fijo hasta que sea la hora del concurso.
Ya habían recorriedo gran parte del parque, aunque todavía había muchos lugares muy divertidos para visitar y los tres estaban ansiosos por igual de visitarlos. Aunque antes, decidieron hacer una pausa, pues a María se le había antojado un milkshake de fresa. Entonces, luego de un consenso "familiar", decidieron ir a un maid café muy bonito que se encontraba a los alrededores de la feria.
Ren y Kyoko discutieron acaloradamente sobre quién debía ser el que invite. Kyoko alegaba que es gracias a que trajo a María el que se encontraran ahí, mientras que Ren decía que además de ser el mayor también era el que insistió para quedarse, además de que en verdad quería invitar.
No obstante, grande fue su sorpresa cuando se dieron cuenta que mientras discutían María había sacado su billetera y se disponía a pagar toda la cuenta. Sus quijadas calleron por sí solas del impacto que fue ver el contenido de esa billetera, solo bastaba una mirada para notar que llevaba solo en efectivo, y sin contar la enorme cantidad de tarjetas de crédito doradas que ahí habían, mucho más dinero del que se podría encontrar en la cuenta bancaria de Kyoko y Ren en conjunto.
"Si las propinas que le da a su nieta son así, no me quiero imaginar como será la billetera del mismo presidente"
Pensaron ambos.
Después de salir de la cafetería continuaron su divertido paseo.
María y Ren se subieron a los carros chocones mientras Kyoko solo los miraba embelesada desde la distancia, ella quiso darle tiempo a María con su "padre". No obstante, fue bruscamente sacada de sus fantasías cuando escuchó los susurros de las mujeres, ya adultas, que admiraban al hombre frente a ellas.
— Mira a ese hombre de lentes... Ah... ¡¿No es delicioso?!
— Es la gloria, y diganme loca pero siento que se parece algo a Tsuruga-sama...
— ¡Sí, maldición, es perfecto! —asentían otras— Aunque él parece que es extranjero porque... ¡Mira sus ojos verdes!
— ¡Son preciosos!
— Aunque esté llevando gafas puedes ver como brillan desde aquí...
— ¡Oh es cierto! —se mordió los labios la desconocida— ¿Vino solo?
— Parece que sí, solo está con esa niñita... ¡Oh! ¿Tal vez sea padre soltero?
— No lo sé, pero cuidando así a la niña... ¡Es tan ardiente!
Kyoko estaba en un estado en el que se debatía entre avergonzarse por los descarados comentarios de las mujeres a su alrededor o molestarse porque sentía... No, no va a decírlselo ni así misma.
"No... No... No... No tienes porque sentirte así, de todas maneras todas las mujeres han pensado así de Tsuruga-san, seria inutil molestarse por los pensamientos de las mujeres en general de Japón..."
Kyoko respiró hondo y decidió ignorar las palabras de esas personas, al final no es nada nuevo.
— ¡Genial, ya terminó el turno! ¡Vamos a hablarle!
Algo en Kyoko se movió sin su permiso, y así terminó teletransportandose hasta donde estaban Ren y María. Ellos la miraron confusos un instante, pero no les dio tiempo de decir nada y les sorprendio dándole un beso a cada uno, a María en la frente y a Ren en la mejilla, casi rozandole los labios. Ren se quedó paralizado por lo inesperado del gesto, por lo que ella le susurró:
《Estubiste a punto de ser descubierto》
Al final los jaló a ambos a seguir su recorrido por el lugar.
En un momento, sin darse cuenta ya estaban en una cabina de fotos, de la cual salieron riendo.
— Saliste muy raro en la última, Re... Tou-san —María no paraba de reír.
— Al menos no salí como tu madre —a Ren le dolía el estómago de tanto reirse de la cara de Kyoko en la foto en la que le besa la mejilla derecha mientras le mancha con helado la nariz.
— ¡Tú, trampozo...! —negaba con la cabeza reprimiendo la risa.
De pronto terminaron columpiando a María mientras caminaban, sin motivo aparente, solo por la alegría del momento.
"Agradezco a Dios este lindo día, a lado de mis personas favoritas"
Pensaba María mientras los miraba a ambos, sus supuestos padres.
Inesperadamente, entre el ruido de las risas y la música que ambientaba el momento, se escuchó el obturador de una cámara, vieron al frente y ahí se encontraba Yashiro.
— Ya... ¡Yashiro-san! —Kyoko se inclinaba para hacer su reverencia, sorprendentemente nerviosa.
— Yashiro, qué sorpresa —Ren se acercaba a su amigo y representante.
— Sorprendido estoy yo —mira a Ren con picardía—... Parece que disfrutan mucho de la tarde...
— ¡Sí, Yashiro-san! —habló María— Pero debemos ser cuidadosos para que no descubran las identidades de... Ren-sam —se calla, niega con la cabeza y se corrige—... De Tou-san —apunta a Ren, quien quería evitar que María hable pero ya fue muy tarde— y de Kaa-san —apuntó con la cabeza hacía Kyoko que aún se sonrojaba demasiado cuando hablaban así de su situación.
La cara de Yashiro al escuchar esto era todo un poema.
Primero estaba sin expresión y repitió las últimas palabras de María.
— ¿Tou-san y Kaa-san? —preguntó pausadamente.
— Mhm —María asintió con la cabeza.
Yashiro los miró a ambos sin expresión, volvió a mirar a la niña y de nuevo miró hacia la pareja. Entonces, al verlos una vez más, recién pareció que su cerebro acababa de procesar lo que acababa de informarle María, y en ese mismo momento la expresión en su rostro cambió completemente al tiempo en el que su sonrisa maliciosa por fin apareció, dirigida especialmente a su representado.
"Ay, no..."
Ren suspiró.
"Ya es tarde"
No hacía falta palabras para adivinar lo que esa cara de Yashiro decía.
"Ren~, me debes una explicación~"
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