Capítulo 12
"¡Jajaja! ¡Tipico! ¡Invitas a la chica que te gusta a tu departamento y ella viene acompañada! Ay pobre Ren... me da lastima pero al mismo tiempo... ¡Jajaja! "
Yashiro tomaba un café en las instalaciones de LME intentando no atorarse con el a causa de sus carcajadas contenidas y organizando unos papeles a la vez que recordaba con gracia la noticia que descubrió hacía hora y media atrás. Él caminaba muy tranquilo esa mañana como todos los días en LME... No, esa sería una gran mentira, andaba totalmente sumergido en su imaginación de fan número uno de la pareja "solamente sempai-kohai", con una sonrisa de diablillo adornando su rostro, bastante parecida a la del gato sonriente de Alicia en el País de las Maravillas.
-¡Ese muchacho! -celebraba casi brincando por los pasillos aprovechando que la compañía estaba casi vacía- ¡Por fin hará un movimiento decente! ¡Por fin! ¡Gracias al cielo! -alzaba los brazos agradeciéndole al ser superior mientras en su mente sonaba un coro de ángeles.
~ ¡Aleluya... ! ¡Aleluya... ! ¡Aleluya, aleluya... ! ~
Pero entonces la celebración se detuvo cuando un pensaminto fugas pasó por su mente.
-¡Es... Espera... ! Y... ¡Y si... ! -se queda en silencio por un segundo en el que sus parpados se abren exaltados y su respiración se detiene- ¡¿Y si se pasa con el movimiento?! -exclamó mientras su imaginación comenzó a volar.
Miró hacia arriba, como si sus pensamientos pudiesen proyectarse en el techo, y ahí la increíble imaginación del representante más molestoso y amado de todos comenzó su jugada...
-¡Muy bien, Tsuruga-san! -felicita con una sonrisa- ¡Terminó su comida! -recoge la vajilla, la lava y la pone en la alhacena- Qué bueno que mejoró con lo de su apetito pequeño... -sonríe tiernamente- No es bueno que se salte sus comidas...
-Entonces... meresco postre... ¿No es así?
-¡¿En serio?! ¡¿Incluso desea postre?! ¡No se preocupe! ¡Voy a preparar uno enseguida... !
-No... No es necesario -la jala del brazo y la acorrala en la pared- con este es suficiente...
-¿Qué... Qué...? -ella está sonrojada como nunca, acorralada sin salida.
-Shh... -pone su dedo índice en sus labios- Solo voy a probar un poquito...
-¡No! -de un palmazo puso una mano en cada mejilla imitando la pose de El grito, soltando de golpe todas las cosas que llevaba en sus brazos- ¡No! ¡No te la comas! -exclamó de la nada y agradeció que estaba solo en el corredor.
Yashiro amaba a la pareja pero también veía a Kyoko como una hermana pequeña y no podía evitar sentirse preocupado. Claro hasta que recordó quién era su representado.
Yashiro mirando entre enfadado y divertido en dirección a una publicidad en la que Ren sale modelando una marca de relojes cuyo lema era "atrévete ahora... el tiempo no vuelve..." .
"¡Ja! Vaya... Notese la ironía..."
Con esos pensamientos se sumergía en un no tan lejano recuerdo.
-Ren... Tú eres el hombre más deseado del país... Con solo una sonrisa cualquier mujer se derrite ante ti... Y a veces me pregunto cómo es que un hombre como tú... hasta ahora... ¡No ha hecho nada! ¡Hombre, tu lentitud me asombra! ¡¿Cuándo avanzaras con Kyoko-chan?! ¡¿Luego de la boda de mis nietos?!
-Je... -sonrió irónicamente- no sabía que tus nietos estaban por casarse Yashiro-san... Felicitalos de mi parte... -dijo él, obviamente haciendo uso de su sarcasmo oculto tras su encantadora sonrisa.
- No sabía que tus nietis istaban por casirci Yashiri-sen... Filicitalis di mi parti... -imitó Yashiro a su representado con desagrado- ¿De verdad vas a dejarlo así?
-Nunca me dejarás tranquilo con eso ¿no?
-Ren... -se acerca amenazante- tú eres un mata-mujeres natural si tuvieras voluntad y usaras algunos truquitos imagina los resultados... Kyoko-chan es una niña dulce e inocente, sin experiencia en citas... -se acerca con cara de quién planea un crimen- haz que te ame...
Ren solo suspiró cansado para finalmente sonreir resignado y responder.
-Yo no puedo arriesgarme a que se aleje de mí...
Fin del flash-back...
-Ah... ¡Es cierto...! -se calmó y luego puso cara de decepción- Aburrido sin remedio... -murmuró de mal humor alzando un puño mostrando su reclamo.
Siguió caminando hasta que escuchó débilmente la voz de la involucrada, se acercó más hacia la dirección desde donde venía y descubrió la noticia que le iba a hacer el día.
-Muy bien... Mogami-kun ya tienes mi número, te llamaré para cuando aterrice en Japón... va a ser un viaje corto por lo que estaré de vuelta esta misma noche...
"¡Ja! ¡Pero que suerte tienes muchacho! ¡Ay Mogami-kun tú si que eres digna de ser la primera miembro de la sección love me! ¡Jajajajaja!"
Lory luchaba para que sus carcajadas se conserven en su mente.
-De acuerdo, presidente... -Kyoko hacía una reverencia.
"¡¿Cómo no te das cuenta que ese chico prácticamente te ha pedido una cita?! ¡Jajaja! -suspiro mental- bueno Kuon... supongo que tus viejos truquitos para seducir a mujeres americanas no te van a funcionar con ella... pero... supongo que tú también lo sabías de antemano... "
-Pero Mogami-kun... Hay algo que me inquieta... ¿De verdad está bien... ? -ella hizo ademán de querer hablar pero Lory la interrumpió antes de que saliese algún sonido de sus labios y continuó- y no te hagas la desentendida pues estoy seguro de que sabes a qué me refiero...
Kyoko se quedo unos segundos en silencio, totalmente congelada, dejando al pobre Yashiro en incertidumbre.
"¡¿Qué?! ¡¿De qué están hablando?! ¡¿Qué es eso que Kyoko y el presidente guardan en secreto?!"
- Es justo por eso... -suspira y mira hacia el suelo- que es lo mejor...
-Mogami-kun... -iba a decir más pero fue interrumpido por uno de sus asistentes.
-Señor... el jet privado ya aterrizó y lo está esperando...
-Bueno Mogami-kun me retiro... cuida bien de María por favor...
-Así lo haré...
"Ay... pobre Ren... "
Yashiro, en ese momento no sabía si sentir pena o reírse por eso, lo que sí sabía es que tenía con que molestar a Ren de vez en cuando.
Volviendo a la actualidad, en ese momento, Yashiro rememoraba con una sonrisa esa jugosa información, él estaba totalmente divertido con la situación tomando su café.
"Tengo dos opciones: Avisarle a Ren que la mesa no va a ser para solo para dos o dejar que la sorpresa llegue por sí sola..."
Yashiro luego de masajearse la barbilla para pensarlo mejor culminó con una maqueavélica sonrisa.
"Yo... no escuche nada... "
Decidió, finalmente.
"Ay... Ren supongo que debes de estar muy sorprendido pero... los niños, aunque sean tan maduros como María... siempre... Siempre se duermen temprano... -risa pilla- ¿Qué harás entonces Ren? ¿Podrás evitar no querer jugar al papá y a la mamá?"
En ese mismo momento, al otro lado de la ciudad sucedían cosas que ni la exagerada cabeza de Yashiro podría imaginar.
"¿Por qué... ?"
-¿Qué... Qué estás... ?¿A dónde... ?
Ella no recibió respuesta en cambio la miro de forma incompresible con sus orbes cafés que dejaron a su pobre corazón al borde de un paro.
"¿Por qué... ?"
-Suéltame...
Él la ignoro y entonces abrió la puerta de la habitación con violencia y la dejó en el sofá para luego subirse sobre ella.
-Espe... ¡Espera!
-Esto no puede esperar más... -le dijo con una mirada inexpresiva mientras se quitaba la camisa para luego romperla.
Ella dio un gemido cuando escucho el sonido de tela rompiéndose apretando bien los parpados y aferrandose con las uñas al sofá.
-Shh... -posa su dedo índice en sus labios- solo voy... a tocarte un poco...
En ese instante sintió como si un golpe en el estómago la hubiese dejado sin aire en los pulmones y su mirada no podían dejar de centrarse en los suyos.
"¡¿Por qué tenemos que ensayar esta escena ahora?! "
-... ¡Idiota! ¡Fukushima! ¡Pervertido! ¡No lo digas de esa forma tan extraña
"¡¿Acaso no tienes piedad con mi corazón Dios?! "
- ¿Quieres que te cure o no... ? - preguntó con desinterés.
"¡¿Por qué, Tsuruga-san?! ¡¿Por qué justo esta escena?! ¡Pudimos iniciar con las de menor contacto físico hasta la de mayor! ¡¿Por qué justo esta al principio?! ¡¿Es alguna especie de prueba divina?!"
-¡Yo... ! -suspira para calmarse- Yo no pedí tu ayuda...
-Pero la necesitas... -la miro de una forma que dejaría sin palabras a cualquiera y entonces Ren comenzó la exploración por sus piernas mientras con el retazo de tela de su camisa limpiaba las heridas imaginarias para la escena.
"Resiste Kyoko... ¿Cómo estaría Sora ahora? ¡¿cómo estaría ella ahora... ?!"
Ren suspiró, alarmando a Kyoko y se fue al baño a lavarse el rostro con el pretexto de remojar el retazo de tela.
"Eso... ¡¿Ese fue un suspiro de decepción?! "
Se preguntaba ella, pero no era eso. Ren estaba tomandose un respiro, no podía más con eso, sentía que si continuaba en cualquier momento podría estallar en él algo que no quería.
"El castigo para ella se convirtió en uno para mí... "
Ren suspiró recordando como esa idea al final fue en su propia contra.
-Tsu... Tsuruga-san... ¿Te... tenemos que iniciar ne... cesariamente... con esta escena... ?
A veces no sabía si sentir autocompasión o reirse de sus desgracias, que aunque no le gustaba admitirlo eran muy comicas si no eres quien las sufre. Entre suspiros recordó ese momento en el que abrió la puerta, estaba muy sorprendido cuando se encontró con una acompañante extra.
Esa mañana él estaba esperando, esperando su llegada y esperando llevar a cabo sus traviesas trampas para capturar su corazón, así como ella ya había capturado el suyo. Entonces el timbre interrumpió sus pensamientos.
-Kyoko...-susurra con una sonrisa.
La vio desde el otro lado de la puerta, ella estaba parada al frente de ella, esperando. Su cabello llevaba algo de extensiones y su ropa la lucia como modelo de revista ¿Por qué estaba tan guapa? Bueno, al Romeo de ese entonces eso era lo que menos le importaba.
Tomó aire, no la dejaría esperando más.
-Mogami-san... -abrió la puerta recibiéndola con esa sonrisa a la que ninguna mujer dejaría tranquila, la sonrisa de un dios de la sensualidad.
Ella se sonrojó automáticamente y alzó la vista las orbes de él, entonces el mundo se redujo a solo ellos en tan solo un segundo.
-Tsuru...
-¡Ren-sama! -exclamó la pequeña María Takarada, apareciendo sorpresivamente desde detrás de Kyoko para colgarse de la pierna de Ren de forma que ni un tornado podría separarla de su "Ren-sama".
"Inesperado... Totalmente inesperado..."
Ren se lavaba la cara y al verse al espejo pudo verlo a él, incluso Kuon se estaba riendo de eso.
"En verdad... esta chica es sorprendente... "
-¡Kyaaaa! ¡Oh my god! ¡Es la primera vez que veo el cuarto de Ren-sama! ¡Oh my god justo como lo esperaba! ¡Oh god! ¡Es la cama de Ren-sama! -gritaba con mucha alegría la pequeña y más grande de las fanáticas de Ren mientras recorría la casa de este en total locura, mientras Kyoko le sonreía nerviosamente y de vez en cuando se sonrojaba por las ocurrencias de la menor.-¡Mmm! ¡El perfume de Ren-sama! Nadie puede volver a ser el mismo luego de haber inhalado un perfume tan sublime...
"Mmm... Tengo que admitir que en eso... Tiene razón... "
Pensaba Kyoko.
- Yo... no pude quedarme con los brazos cruzados... Además al escuchar que vendría aquí María me pidió insistentemente que le permitiese acompañarme y... No podía negarme... -lo mira temerosa-¿No será molestia verdad?
"Ay... Sorprendente... En verdad eres sorprendente... ¿Alguien podría reclamarte con esa mirada?"
- No hay ningún inconveniente Mogami-kun... -sonríe divinamente.
- ¡¿En serio?! ¡Gracias y disculpe por las molestias Tsuruga-san! -aliviada hace sus respectivas dogaimas.
-No hay nada que agradecer... -desvía la mirada hacía el piso, con una nueva idea en la mente de la cuál se está arrepintiendo, al tiempo en el que habla va dando vueltas al rededor de ella, como tiburon por cazar a su presa. -sin embargo... -se acerca a su oído y susurra, como rey de la noche, seductor- creí que... nuestras escenas eran para mayores de 13...
En ese momento Kyoko se dio cuenta que eso era cierto y se quedo inquieta.
- No se vayan a preocupar... En realidad incluso leí todo el manga... Así que ya sé todo lo que podrían y van a hacer... ¡Ensayen nomás! -insistió la menor de los Takarada con una extraña carita, como de falsa inocencia y claro, una cámara filmadora mal escondida detrás de ella.
Eso fue lo que la pequeña, pero no tan inocente María les dijo, pero a pesar de eso sería muy incomodo para ambos representar esa escena sugerentes frente a una chiquilla de apenas ocho años de edad. Es por eso que, aprovechando que María estaba encantada ya que era su primera vez en el departamento y la influencia de Ren en ella, mientras ella estaba absorta en la exploración del cuarto de Ren, la dejaron ahí, muy encantada y maravillada, y cerraron la puerta de la habitación para irse a un lugar donde esten más a solas y así tener más privacidad para ensayar.
Al terminar de calmar sus calores se refresco y salio del baño, con una expresión más relajada mientras ella lo esperaba, un poco más seria y como que afligida. Sí, ya estaba totalmente consumida por el papel.
Se subió sobre ella de nuevo, en el sofá, y aunque se notaba que en el fondo estaba escandalizada y quería escapar, se notaba en su mirada que no quería perder. Él comenzó acariciando su rostro para curar las raspaduras imaginarias en sus mejillas y luego se dirigió a un lugar peligroso y tentador, sus rosados labios blandos, titubeantes y firmes, estaban temblando nerviosos, igual que toda ella. Hay un silencio, un silencio de intensidad y lleno de miradas que dicen mucho.
- No me hagas esto... -ella corta el silencio con olor a peligro y comienza a seguir las líneas, en las que al no recibir respuesta de su "salvador" continua- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué haces cosas por las que no te podré pagar... ?!
"¡¿Lo estaré haciendo bien... ?!"
Se preguntaba Kyoko, pues al estar tan cerca de ese hombre perdía totalmente la cabeza.
- Ni aunque pudieses pagarme me serviría de mucho...
-Yo... -se queda hipnotizada por su mirada, suspira y luego mira hacia otro lado, evitando más contacto visual con él... No quiere volver a caer en su hechizo- Simplemente no... no entiendo...
-... Yo... -la coge del mentón para que lo miré a los ojos- tampoco me entiendo...
Estando en esa posición ambos pueden sentir el calor de la respiracióndel otro y sentir como sus corazones con tan solo esta cercanía brincan de una forma nueva para ambos, así con la única vista puesta en las orbes del otro quedan como hipnotizados, pasmados y solo de una manera se pudieron despertar.
- ¡Ah! -se escuchó un grito ahogado infantil desde detrás de la puerta.
Ambos se giraron sorprendidos y vieron como unos ojos ambar los observaban desde detrás de la puerta y un rubor muy marcado en la dueña de ellos.
- ¡Ma... María-chan! ¡¿Desde... desde cuando... ?! -Kyoko estaba muy avergonzada y cubría su cara con un cojín.
- Yo... Yo solo quería... el control remo... to... para... ver TV... -asegura de una forma poco creíble- además... La cocina ésta llena de humo...
- ¡¿Qué?! -gritó y (de manera incomprensible) de un tirón se libró de Ren y se puso en marcha hacia la cocina gritando desesperada - ¡Nooooooooooo! ¡El arroz! ¡El arroz!
Ren aún estaba sorprendido pero cuando se recuperó del shock se entretubo mirando como Kyoko sufría por la comida quemada y como María le consolaba. Entonces mientras disfrutaba de aquel cómico cuadro recibe una llamada.
Llamada entrante:
Yashiro
-Moshimoshi...
- Jejeje Hola, Ren... Jejeje
- ... Hola, Yashiro-san...
- Jejeje... ¿Cómo van las cosas con Kyoko-chan? ¿Eh? ¿Eh? ¡No me digas... ! No contabas con una pequeña y amorosa sorpresa ¿No?
- ¡Espera! ¡¿Cómo supiste lo de María-chan?!
- Ya deberías saberlo... -respondió con burla y un tonito muy fácil de malinterpretar- ¡Seguro ya están jugando a la casita... ! María-chan, la retoño y... -sacando su lado oscuro- Kyoko-chan y tú son el papá y la mamá...
- Voy a colgar...
- ¡No! ¡Espera Ren!
- ¿Y bien... ? Me llamaste por algo importante... ¿Verdad?
- Aburrido... -dijo con un puchero que aunque Ren no pudo ver se lo pudo imaginar muy bien- bueno, siento ser aguafiestas pero... Ernesto Corleone tiene que irse a Escocia y Nueva Zelanda para otra sesión de fotos y no puede esperar más así que sí o sí la sesión tiene que ser para hoy... Pero tranquilo, conociéndote no tardarás más que hora y media y podrás estar el resto del día jugando a las muñecas...
-... De acuerdo... Voy para allá...
Ren colgó cansado y suspiro.
"Lo que faltaba... "
Kyoko sufría porque el perfecto almuerzo que estaba preparando se hecho a perder, todo porque de la nada a Ren se le ocurrió ensayar mientras María estaba distraída saltando sobre su cama y llenando sus fosas nasales de su perfume. Pero en parte estaba bastante aliviada.
"Qué bueno que traje a María-chan... "
Kyoko desde un principio pensó en la crisis por falta de niñera como un milagro caído del cielo. Desde el día anterior estaba muy nerviosa, sus sentimientos se incrementaban por minuto y eso era peligroso ¿Sería capaz de poder ocultarlo? No se sentía segura de eso, pero haría lo necesario, pues para ella esa era la única forma de permanecer cerca de él. Esa mañana incluso ideó una forma de hacerlo, de burlar a sus sentimientos para que no le hagan una mala pasada.
"Recuerda, esto es como un nuevo personaje, su nombre es Mogami Kyoko y NO está estúpidamente enamorada de su senpai... NO está enamorada de su senpai... NO está enamora... "
"Qué bueno... que traje a María-chan..."
Era más fácil para Kyoko mantener la compostura y el valor para seguir intentando que esos sentimientos no se le escapen, por nada de este mundo deberían ser expuestos, pero estando a solas con él era mucho más difícil.
-La ama ya está bien muerta por él y se acabó... -decía una de las demonios.
Volviendo a la realidad, notó que algo andaba mal, él acababa de colgar el teléfono y al instante soltó un suspiro muy inquietante.
-¿Sucede algo... Tsuruga-san? -pregunta ella preocupada.
- Surgio algo inesperado...
Luego de dicha esa frase comenzó la verdadera locura...
-Si... si es así debería irme y dejamos esto para después...
Kyoko se sentía entre decepcionada y aliviada, estar con ese hombre no era bueno para su salud mental o emocional y a la vez era la mejor medicina.
-De hecho... no voy a tardar mucho... ¿Les gustaría acompañarme? -pregunta en dirección a María.
-¡Por su puesto! -respondió al instante María.
-Entonces está dicho...
Kyoko estaba por negarse pero María la interrumpió antes de que articule palabra y no tuvo de otra.
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