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21. Sobre protector

—Bien, repasemos. Mamá quiere que vayas con ella, al parecer quiere que la ayudes a escoger tu regalo de unión; ya sabes que es algo sagrado para ella. Luego Papá quiere llevarte de caza, cree que es el momento perfecto para salir con otros Metkayina y que interactúes con tu prometido.

Absurdo. Todo tan absurdo como siempre.

Lo último que me entraba en la cabeza era tener que soportar fingir que estaba contenta con la decisión de mi padre; Tonowari. Debía mostrarme agradecida con mi padre ante el pueblo, al parecer, por escoger lo mejor para mí y para el clan.

Daba igual cuántas veces tratara de imaginarme mi futuro, no veía a otro Na'vi que no fuera Neteyam. Aún no podía creer que fuéramos pareja, que yo le gustara y que nos quisiéramos. Era tan su realista el hecho de que vino por casualidad y acabó siendo el mejor aspecto de mi vida.

Estaba muy segura de que al principio solo era atracción, además de puntos de vista parecidos, pero luego pasó a un gran aprecio mutuo; hasta que nos dimos cuenta de que nos queríamos con locura. En todo el tiempo que habíamos pasado juntos solo nos había acercado lo suficiente para llegar a sentir algo mucho más allá de lo que nos habíamos imaginado.

Mi vista se desvío un momento hacia el exterior, encontrando cerca de la orilla a los hermanos Sully jugando entre ellos. Vi a Neteyam fingir que se caía para que así su, ya cansada, hermana pequeña pudiera lanzarse sobre él y de esta forma ser ella la que huyera de su hermano mayor.

Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios ante la escena y sentí como mis latidos comenzaban a acelerarse. Me consideraba realmente afortunada de que alguien como Neteyam me amara con tanta profundidad. Era su forma de ser, tan única, la que me hacía sonreír al darme cuenta de que realmente él estaba dispuesto a cualquier cosa por mí y que sus ojos solían buscarme con frecuencia entre la multitud; siempre queriendo asegurarse de mi bienestar y felicidad.

Ya le había dicho que lo amaba, pero aún debía decirle mucho más. Necesitaba confesarle que no solo le amaba, sino que estaba completamente enamorada de él.

Quería que él supiera la forma con la que mi corazón latía ante su presencia, como la calma y la felicidad me inundaban cuando él estaba cerca, el simple alivio de verlo bien.

Sentía que él debía saber cuán enamorada estaba realmente; que supiera que no dudaría ni un solo segundo en entregarle toda mi vida, renunciar a todo por su sola presencia en mi vida, y de incluso sacrificar mi propia vida para que la suya estuviera a salvo.

Su ausencia me devastaría a un punto inimaginable. Él me hacía ser yo, él sostenía a Ngayä; nadie más me convertía mí misma excepto él.

Alguien chasqueó sus dedos frente a mí rostro y aparté la mirada de los Sully para mirar con molestia a mi hermano; Aonung.

—¿Me estás escuchando?

Para nada.

—Por supuesto.

Aonung me miró poco convencido pero resopló, sabiendo perfectamente que si realmente no estaba escuchando no se lo admitiría bajo ningún concepto. Mi orgullo era algo que me tomaba muy enserio, al igual que mis palabras. Si algo había salido de mi boca, por muy erróneo que fuera, lo defendería con esmero; todo antes que aceptar que estaba equivocada, y mucho menos frente a Aonung.

—De acuerdo. Sígueme entonces hermanita —Aonung pasó uno de sus brazos por mis hombros, para comenzar a caminar.

Le miré con los ojos entrecerrados. Aonung y yo éramos prácticamente de la misma edad, con la diferencia de que yo había llegado al clan Metkayina unos pocos días antes que él naciera. No me gustaba sonar como la mayor, pero tampoco que me viera como la pequeña. Siempre habíamos acordado ser, ante todos, como nacidos el mismo día.

Suspiré por lo bajo. No tendría sentido ponerse a discutir por los muy originales apodos de mi hermano, por lo que se lo dejaría pasar por esa vez.

Nos paramos frente al lugar donde descansábamos todos los de mi familia y se acercó a mí oído para susurrar:

—Voy a darte un consejo, hermana. Cuando mires a Neteyam, procura no quedarte embobada haciéndolo.

Me guiñó un ojo con diversión y se dio la vuelta antes de que pudiera reprochar por sus palabras. A veces Aonung podía llegar a ser realmente exasperante.

Tras respirar profundamente unos cuantos segundos, me armé de valor para entrar en el lugar; donde ya me esperaba mi madre junto a dos de sus mejores amigas.

Suspiré por lo bajo al darme cuenta de lo horrible que iba a ser el día. Las tres eran prácticamente iguales en cuanto a personalidad, por lo que compartían sus mismas opiniones; las cuales yo siempre me mostraba reacia a aceptar.

—Pero mírala, que mayor está.

Las tres me miraron con una mirada de nostalgia y les sonreí forzadamente, incómoda por sus intensas miradas que evaluaban cada rincón de mi cuerpo y rostro.

—¿Ya sabes que le regalarás el día de la unión a tu prometido? —La amiga de mi madre me miró emocionada, expectante por mi respuesta.

Mi madre parecía algo incómoda por lo que sospeché que no había compartido con ellas mi profundo deseo de cancelar semejante compromiso, con el cual no estaba nada conforme.

—¿Qué me decís de unas plumas? ¿Qué acto hay más bonito que el llevar en tu lanza las plumas regaladas por tu pareja?

Fruncí ligeramente el ceño, descartando completamente la idea. No entraba en mis planes que mi supuesto prometido llevara algo mío enseñándolo por ahí como un trofeo. El único que podría llevar un objeto mío iba a ser Neteyam, el Na'vi al que realmente deseaba regalarle algo que pudiera ser el símbolo de nuestra futura unión.

Nada me hacía más ilusión que la llegada de ese día. Al igual que nada me hacía menos gracia que el tener que entregarle un obsequio a mi supuesto prometido.

—Tal vez sean mejor unas hojas, ¿no creéis?

—O flores acuáticas, son una preciosidad.

—No sé si aguantarían las condiciones de una batalla.

Las tres se debatirán por el obsequio mientras mi paciencia comenzaba a agotarse al oír su irritante discusión.

—¡Eh tú, joven! ¿Podrías aconsejarnos un momento?

Levanté la cabeza confundida ante las palabras de una de las amigas de mi madre y me giré hacia la entrada del lugar. Sentí como el alma se me caía a los pies al ver a quien había llamado.

¿Enserio? ¿Tenía que ser él el que pasara justo por delante?

—Eres uno de los hijos de Sully, ¿verdad?

Miré a la mujer con escepticismo, sin poder creer que de verdad hubiera hecho semejante pregunta.

No, si te parece es otro Na'vi del bosque. Como hay tantos en esta isla.

Rodeé los ojos y al levantar la mirada de nuevo me encontré con la divertida de Neteyam. Por lo que aproveché para mirarle con súplica para que me sacara del lugar. Si tenía que aguantar mucho más tiempo tantas estupideces estaba segura de que me suicidaría.

—Tú eres chico, tal vez podrías decirnos que crees que te gustaría más que te regalase tu futura pareja.

Las miradas de todas se dirigieron a él y noté como se puso algo tenso ante la pregunta. Sin embargo, pareció darse cuenta de para quien iba a ser ese regalo de unión.

—Estamos entre hojas, flores acuáticas y plumas. ¿Qué opinas?

Neteyam pareció pensárselo por unos momentos.

Yo sabía que era lo que él preferiría, lo tenía muy claro, pero quería ver si daba su propia idea para el chico con el que competía para que no le robara a su pareja.

Una sonrisa apareció en los labios de Neteyam al ya tener su respuesta y le miré confundida.

¿Qué dirá?

—Flores acuáticas, sin duda.

Una sonrisa orgullosa se escapó lentamente de mis labios. Él sabía perfectamente que eran la peor elección para escoger, tanto porque a los jóvenes Metkayina no les apasionaba demasiado como por la razón de que estas acabarían marchitandose con el tiempo o incluso destrozándose en una batalla.

Mi madre dio unos pasos hacia él, con los ojos entrecerrados. No era tonta, lo sabía, por eso trataría de dejar las intenciones de mi pareja en evidencia.

—¿Y se puede saber porqué estás tan seguro de tu elección?

Todas giramos la cabeza en su dirección buscando algún indicio de vacile ante sus palabras. Sin embargo, este no se inmutó si quiera y aguantó su mirada con la cabeza alta.

—Porque son las favoritas de Ngayä —aclaró con firmeza—. Si él es el indicado para ella, la amará con tanta devoción como para que los detalles menores no posean importancia y lo unico que importe sea que ese preciado obsequio provenga de ella y de su más profundo aprecio. Eso es lo verdaderamente importante en una unión.

Todas nos quedamos paralizadas ante sus palabras profundas. Mi madre se había quedado totalmente de piedra.

Mi boca se abrió levemente cuando terminó de pronunciar su declaración y le miré con sorpresa y agradecimiento. Él sabía valorar lo realmente importante, y me demostraba cada día que lo único que le importaba realmente era yo, nuestra relacion; no los detalles o los regalos, si no las muestras de amor puro procedentes de palabras, miradas y acciones.

Una mirada valía mucho más que mil regalos para mí. Por eso estaba completamente segura de que jamás nadie podría llegar a mirarme de la misma forma en la que Neteyam lo hacía. Solo existe un amor verdadero, tu alma solo tiene otra gemela.

—Ahora, si me disculpan, me gustaría hablar con la prometida. A solas, por favor.

Su mirada se dirigió a madre, buscando una reacción negativa por su parte, pero esta solo le observaba con una mirada mucho más suave que antes. Me miró por un instante antes de volverse hacia él y asentir; sorprendentemente sin poner ninguna objeción. Las palabras del joven debían de haber calado mucho en ella como para que no le importase dejarnos a solas.

Las tres se retiraron del lugar y en cuanto lo hicieron abrí la boca mirándole, mostrándole lo sorprendida que estaba.

—¿Qué? —Sé acercó riendo hasta dónde estaba sentada. En una especie de rama algo elevada, lo suficiente como para estar a la misma altura que él.

—No me puedo creer que hayas dicho eso —le miré muy sonriente y rodeé su cuello con mis brazos para acercarlo más a mí.

—¿No te ha gustado? —Observó detenidamente mi rostro con suavidad y acarició mi mejilla con una sonrisa.

—Me ha encantado —aproveché que estábamos solos para acercarlo a mí y así poder juntar nuestros labios en un lento y pausado beso—. Realmente me encanta como tratas a las chicas. Como si sus sentimientos fueran algo muy especial.

Rió sobre mis labios y dejó un casto beso sobre estos antes de mirarme burlón.

—No te equivoques, amor. Son tus sentimientos los únicos increíblemente especiales e importantes para mí —pasó sus manos por mi pelo, acariciándolo en el proceso, y le miré con una sonrisa tímida.

—Eres un cursi —golpeé su pecho, sonrojada, y él rió por mi tímida reacción. Era realmente débil a sus halagos—. Hablas de mí como si fuera una diosa.

Le miré con reproche tratando con todas mis fuerzas de disminuir mi sonrojo.

—Que el resto del mundo no lo vea no significa que no lo seas. Solo que soy el único con la suficiente visión para verlo.

Abrí la boca pero de esta no salieron las palabras. Odiaba como era capaz de dejarme muda, sin ningún maldito argumento.

De nuevo sentí mi rostro sonrojar y bajé la cabeza para golpear su hombro varias veces, muy avergonzada.

Al ver que comenzó a reírse le empujé para alejarle, cruzándome de brazos. Intentaba verme sería, pero su risa y mi sonrojo no ayudaban.

—Te odio, Neteyam Sully —entrecerré los ojos en su dirección al ver como se acercaba con una sonrisa de suficiencia en la cara.

Arrogante...

Di un pequeño grito de sorpresa cuando agarró mis piernas, bajándome de la rama para obligarme a rodear mis piernas alrededor de su cintura. Rodeé también mis brazos alrededor de sus hombros y le fulminé con la mirada.

Daba igual que lo negara, él siempre conseguía lo que quería. Al fin de al cabo, no era como si pudiera negarselo.

—Puede, pero eso significa que tus sentimientos son muy fuertes. Es la forma que tengo de saber que me amas —me volvió a sonreír de lado y me rendí, dejando que uniera nuestros labios en un suave beso.

Ambos sonreímos en medio de este e hice presión en mis manos sobre su cuello al sentir como este también la ejercía sobre mis muslos. Mi cola instintivamente se colocó alrededor de su antebrazo y sentí como la suya hacia lo mismo con mi pierna.

—Odio que te tengan tan ocupada con lo de la unión —se separó unos centrímetros de mis labios y su aliento rozó mis labios con cada ronca palabra que salía de su boca—. Siento que me vuelvo loco si no estás cerca.

—Lo sé... Me alegra que estés cerca ahora —acaricié su sien provocando que abriera sus ojos para mirarme—. Yo también te extraño.

—Veámonos más. Aunque solo sea un momento a escondidas —juntó nuestras frentes y su cola dejó suaves caricias en mi pierna—. Solo un momento... Es lo único que te pido.

Le sonreí con dulzura y acaricié su nariz con la mía, asintiendo.

—Vale —besé su mejilla, sacándole una sonrisa—. Sabes que puedes buscarme siempre que quieras. Podría hacerte un hueco entre mis responsabilidades.

Le miré divertida, separándome un poco y él me acercó con cuidado para empezar a dejar suaves besos por cada rincón de mi rostro, haciéndome reír por las cosquillas.

Por último dejó uno en mi nariz y luego en mis labios, prolongando este un poco más, hasta el punto de que mi espalda golpeaba contra la rama por la presión de su cuerpo contra el mío.

Esa posición hacía que estuviéramos bastante pegados.

—¿Sabes que te amo con locura verdad?

—Como para no saberlo —me reí ante sus palabras, recordando lo intenso que era a veces—. A veces me preocupa que te vuelvas loco.

Bromeé y él me sonrió divertido para seguirme el juego.

—¿Incluso siendo tú la causa?

—Aún más sabiéndolo —deposité un casto beso en sus labios y me miró con reproche al haber sido tan corto—. Yo también te amo con locura.




AHHHHH me estoy aficionando a esta pareja os lo juro. Amo sus personalidades cuando están juntos, me matan 😍

Espero que os esté gustando la estética de estos capítulos, quería hacer unos pocos centrados en ellos antes de volver a entrar en la recta de acción.

Pero no os preocupéis los que os gustan los otros tipos de capítulos con más tensión y misterio, pronto volverán a aparecer. Solo que con la diferencia de que estas escenas tan bonitas de ellos comenzarán a ser más recurrentes.

Es su forma de apoyarse en el día a día, al fin de al cabo tienen que estar unidos en secreto, y eso les resulta muy duro.

¡Ojalá os haya gustado!

Dejadme vuestras opiniones y comentarios 💙✨

¡Os leo siempre!

Atte. Venus.

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