2. Nuevos lazos
Me encontraba ayudando a mi madre, la tsahik, junto con una de las hijas de Sully; Kiri. Ambas estábamos comenzando a llevarnos bastante bien, dentro de lo poco que llevábamos juntas, pero sentía que nos haríamos grandes amigas.
—Así que... ¿nunca te dejan salir a nadar al arrecife? ¿Con tus hermanos?
La pregunta de Kiri me tomó por sorpresa, ya que no esperaba tener que dar explicaciones sobre eso tan pronto. Es más, mi madre me tenía terminantemente prohibido hablar sobre eso con alguien, era un gran secreto familiar.
—Digamos que nunca llegué a familiarizarme del todo con el agua —carraspeé, algo incómoda por el rumbo que estaba tomando la conversación.
Kiri pareció entender mi negativa a hablar sobre el tema y dejó de insistir. A lo lejos escuchamos los gritos de nuestros hermanos lanzándose al agua. Sentí una punzada de celos al oírlos divertirse pero la paré al instante, recordándome mi lugar en la tribu.
Miré a Kiri, descubriendo que ella estaba mirando hacia sus hermanos con una sonrisa. Podía leer en su cara que estaba deseando irse con sus hermanos a nadar.
—¡Eh, Kiri, ven! —La llamó uno de sus hermanos a lo lejos, el cual aún no sabía su nombre.
La mencionada me miró apenada y sonrió con tristeza.
—¿De verdad no puedes venir con nosotros, Ngayä?
Noté un destello esperanzado en sus ojos ante la idea de que fuera con ella a la orilla. Algo en mí se removió como en una especie de sensación de que debía ir con ella; necesitaba ir con ella.
Mi madre se había ido hacia ya un rato por lo que si me iba con ellos ella no tendría porqué enterarse.
—De acuerdo, iré. Pero solo por un rato.
Kiri sonrió emocionada y me agarró del brazo para correr a la orilla. Ella sin pensárselo se lanzó al agua mientras yo miraba esta con mucha cautela, como si temiera que siquiera rozarla me quemaría la piel.
Todos salieron a la superficie para recibirnos, aunque mi aparición había sorprendido mucho a mis hermanos, que me miraban con temor en sus ojos.
Aonung y Tsireya se acercaron hasta la orilla para hablar conmigo, sus caras de auténtico nerviosismo.
—¿Estás segura de que quieres hacerlo, Ngayä? Mamá nos matará si se entera de que has venido al arrecife con nosotros. Además, no sabemos como te afectará el mar después de tanto tiempo... —Tsireya no estaba nada contenta con la idea de que fuera con ellos, sabiendo los peligros que esa decisión conllevaba, pero también era consciente de cuánto necesitaba relacionarme y poder divertirme con los demás de mi edad. Si alguien realmente merecía poder estar con los recién llegados del bosque, era yo.
—Estaré bien, Tsireya, te lo prometo —le guiñé un ojo y suspiré antes de lanzarme al agua de cabeza.
Cuando salí a la superficie sentí una oleada de adrenalina recorrerme el cuerpo. Después de tanto tiempo volvía a sentir esa sensación de estar bajo el agua.
Sonreí cerrando los ojos mientras sentía el frescor del agua.
Tsireya y Aonung se acercaron a mí nadando y con ellos todos los demás.
—¿Qué os parece si les enseñamos a montar en Ilu? —Aonung nos miró con malicia en sus ojos y reí levemente al notar sus perversas intenciones.
Los hermanos del bosque estuvieron de acuerdo con aprender así que nos dispusimos a enseñarles.
Aonung y Tsireya se acercaron a uno de los hermanos, el que al parecer se llamaba Lo'ak. Tsireya se acercó para ayudarle y Aonung para poder reírse de él.
Cuando Lo'ak lo intentó no logró mantenerse sobre el Ilu, como era de esperarse, cayendo estrepitosamente por el agua.
Aonung no tardó en reírse y, aunque tratamos de evitarlo, Tsireya y yo acabamos riendo también.
Llamé a otro Ilu y me acerqué a Neteyam, el cual había observado con diversión el fracaso de su hermano con la montura.
—Tu turno, Neteyam —me acerqué a él sosteniendo al Ilu para que él pudiera forjar el vínculo. Cuando lo hizo, el Ilu pareció alterarse un poco; pero logré calmarlo al instante.
Neteyam se subió al Ilu con cautela, mirando nerviosamente hacia abajo tratando de posicionarse.
—Solo recuerda mantener una buena posición y agarrarte bien para no soltarte. Recuerda que eres tú el que dirige —le susurré, tras ver a Aonung hablando sobre lo lamentable que sería también el intento del hermano mayor.
El mencionado calló al ver como Neteyam comenzaba a avanzar rápidamente hasta que se sumergió. Al igual que su hermano pequeño, el mayor tampoco aguantó, pero resistió más que su hermano.
—¿Qué me decís de una carrera? —Aonung se dirigió a Tsireya y a mí, ambas mirándonos indecisas.
—Aún están aprendiendo, es muy pronto —reprochó nuestra hermana. Sin embargo, Aonung no pareció hacerle mucho caso ya que llamó a un Ilu para subirse en él.
—Iremos en parejas, ¿bien?
Antes de que pudiéramos decir algo, Aonung se acercó a mí ofreciéndome una mano. Siempre que hacíamos carreras en parejas cuando éramos críos iba con él, pues ambos éramos grandes jinetes.
Lo'ak, Neteyam y Kiri se acercaron a nosotros, esperando ver con quien les tocaba ir. Vi a Tsireya acercarse a Kiri para ofrecerle ser su pareja; dando por supuesto que Aonung y yo iríamos juntos.
Suspiré en dirección a Aonung pero una sonrisa apareció en mi rostro al ver a los hermanos Sully jugando entre ellos con el Ilu.
Tras notar la impaciencia de Aonung agarré su mano pero solo para dejarla nuevamente a su costado.
—Carreras en parejas suena bien. Deberíamos mezclarnos Metkayina y Omaticaya para poder ayudarles a sostenerse en el Ilu —a pesar de la decepción en los ojos de mi hermano, no pude evitar notar que tenía la atención de todos los demás puesta en mí—. Yo iré con el primogénito.
Sonreí en dirección a Neteyam quien me miró sorprendido para luego devolverme la sonrisa.
—Tu pareja es Lo'ak, Aonung. Ayúdalo a que se sostenga en la carrera, sé que no te gusta perder y la única forma de ganar es que llegue la pareja entera primero.
Aonung bufó pero se dirigió junto al Ilu hacia Lo'ak, mientras Neteyam comenzaba a acercarse a mí.
—Creo que te has equivocado con tu elección, no soy muy bueno en esto del agua —dijo Neteyam rascándose la nuca.
—Por eso te he escogido, Neteyam Sully. Yo tampoco lo era, y mírame ahora.
Ambos nos miramos a los ojos con una pequeña sonrisa, sintiendo lo agradable que era ver unos ojos de idéntico color a los tuyos; se sentía tan cercano y familiar...
—¿Preparados? —Oímos la voz de Aonung a lo lejos, quien ya estaba en su posición junto a Lo'ak.
Neteyam me señaló educadamente que subiera primero y noté un ligero rubor en sus mejillas. Sonreí abiertamente a la vez que subía, sintiéndome llena de adrenalina. Forjé el vínculo con el Ilu, sintiendo su fuerza al instante, y segundos después este se hundió un poco ante el peso extra de Neteyam. Giré la cabeza para mirarlo.
—¿Listo para ganar, Sully? —Le miré a los ojos a la vez que el Ilu se situaba en el punto de salida junto a los demás.
—Siempre.
—¡¿Listos?! —Anunció Aonung.
Me giré para mirar al frente con decisión y me tomé el atrevimiento de agarrar por detrás las manos de Neteyam atrayéndolas delante mío, para que pudiera sujetarse.
El que él se agarrara provocaba que hubiera muy poca distancia entre nuestros cuerpos, y nuestras manos se rozaban a la vez que agarraban con fuerza la montura del Ilu. Sentí su cálido aliento en mi nuca debido a la cercanía y cerré los ojos notando como todo a mi alrededor se desvanecía.
Estaba a punto de tener una visión.
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