10. La llegada de los Tulkun
—¿Flotantes? —Abrí los ojos, impresionada.
—Las montañas Aleluya, un clásico —Neteyam me guiñó un ojo y le sonreí en respuesta.
Realmente los días se me pasaban volando desde que había accedido a ayudarle con sus habilidades para ser un futuro Olo'eyktan. Incluso, nuestro tiempo juntos también lo dedicábamos a que me contara todo lo que había vivido con los Omaticaya.
—Suena a que son impresionantes -le miré asintiendo, tratando de crear una imagen en mi mente; tal vez un recuerdo.
Pero nada.
Neteyam pareció notar mi frustración y revolvió mi pelo, devolviéndome a la realidad.
—Prometo llevarte algún día.
Aparté su mano de mi cabeza y abrí la boca con sorpresa.
—Bromeas —le miré muy expectante mientras él reía.
—Hablo enserio. Algún día prometo llevarte a verlas —Neteyam levantó su meñique y le miré confundida.
—¿Qué se supone que tengo que hacer con ese dedo?
Ambos reímos pero me detuve cuando él agarró mi mano y extendió mi meñique de igual forma que el suyo. Luego los acercó para entrelazarlos, bajo mi mirada curiosa.
—Mi padre me lo enseñó. Es algo que hace la gente del cielo cuando se hacen promesas. Es una forma de jurar que cumplirás tu palabra.
Levanté la mirada a sus ojos, escuchando sus palabras con atención.
A veces olvidaba que Neteyam era mestizo. Se le veía tan igual a nosotros, que no lograba ver nada que le diferenciaba. Excepto, por supuesto, a veces sus acciones o formas de hablar. Sin embargo lo veía mil veces más como una ventaja.
—Me gusta que seas mestizo —comenté, dejándolo en shock. Conectó nuestras miradas con sorpresa y le sonrei—. Así puedes enseñarme cosas.
Su postura se relajó y me devolvió la sonrisa.
—¿Te gustaría aprender sobre ello?
Sus ojos me miraron con emoción y me estiré sobre mi sitio, fingiendo pensarlo.
Amaba la actitud juguetona que adoptaba siempre con él, me sentía yo misma.
—Me encanta como hablas de ello, como me cuentas todo lo que tu padre te enseña y te cuenta; se nota que le admiras —junté nuestras manos, que antes tenían sus meñiques unidos, y fingí entretenerme con ellas—. Así que si eso no responde a tu pregunta, sí, me encantaría.
Neteyam bajó la mirada a nuestras manos y las movió con normalidad.
—Eres la primera a la que le interesa —murmuró, devolviendo su vista a mis ojos.
Sonreí divertida y me acerqué a él, juguetona.
—Bueno, entonces me alegra ser única en tu vida —bromeé, guiñándole un ojo, y me tiré encima suyo para revolverle el pelo.
Él realmente odiaba que le hicieran eso.
Forcejeó, tratando de quitarse mis manos de su pelo, pero el estar sobre él me daba ventaja.
Ambos reímos cuando él consiguió agarrar mis brazos y comenzamos a rodar sobre el suelo, quedando uno encima del otro.
El sonido del cuerno nos hizo detenernos quedando yo sobre él.
Miré hacia el frente, tratando de ver si desde esa altura se veía algo y podía saber a que se debía el sonido.
—Vaya... Pesas un poco —murmuró, gracioso.
Regresé mi vista a él y le miré con indignación, antes de darle un golpe en el hombro.
—Skawng —bufé y entrecerré los ojos hacia él al verlo reírse—. Oh, no. ¿Cómo lo diría la gente del cielo? Imbécil.
Neteyam se restregó los ojos, como si estuviera llorando de la risa.
Sus acciones solo me dejaban más que claro que era un... ¿imbécil?
Ni siquiera estaba segura de si se decía así.
El mismo Na'vi frente a mí me lo había enseñado.
—Vale, vale, fiera —levantó las manos al aire, en señal de rendición—. Pero si quieres hacerle daño a alguien así te recomiendo algo que llamamos puñetazo; solo golpea cerrando el puño.
Hice lo que me dijo pero directo a su abdomen, quitándole el aliento, y vi cómo su cara cambiaba a una de dolor.
—Oh, mierda... Pero ahí no... —Habló casi en un suspiro, debido al dolor.
Me reí por lo mucho que se notaba su vocabulario de mestizo, y me quité de encima para incorporarme.
Mientras Neteyam se reponía, me acerqué al borde del lugar para ver porqué tanto revuelo y respiré con emoción cuando vi de que se trataba.
—¿Qué? ¿Qué pasa ahí abajo? —La voz de Neteyam aún salía débil debido a que seguía sin aliento.
Me acerqué a él corriendo, con una sonrisa emocionada.
—¡Son los Tulkun! Han vuelto —miré de nuevo hacia abajo, donde los Metkayina comenzaban a reunirse, sin controlar el entusiasmo—. Tenemos que bajar, Neteyam. Ya quiero presentarte a mi hermana espiritual.
Me giré hacia él, viendo que tenía a su Ikran al lado.
Algo que no había mencionado era que estábamos en lo alto de la montaña. Se había vuelto una especie de tradición entre ambos el subir hasta allí.
—¿Vas enserio? —Miré al Ikran emocionada, pues no había vuelto a tener la oportunidad de subirme otra vez en él.
—No querrás llegar tarde, ¿no?
Formó el vínculo con el Ikran y me esperó, con una sonrisa que mostraba sus colmillos.
Me acerqué a él corriendo entusiasmada y le abracé por impulso.
—Eres el mejor, ¿lo sabías? —Me separé un poco para mirarle a los ojos y él me sonrió de vuelta antes de ayudarme a subir en el Ikran. Él subió después de mi y alzó el vuelo.
—¿Lista para divertirte?
Colocó al Ikran y descendimos en picado por la montaña.
Grité emocionada a la vez que oía a Neteyam reírse de mi entusiasmo.
Cuando solo quedaban unos pocos metros para llegar al suelo, enderezó al Ikran y sobrevolamos la aldea.
Ya podíamos ver a lo lejos a los Metkayina junto a los Ilu encaminarse hacia los Tulkun.
Al ir por el aire, sobre ellos, les adelantamos fácilmente. Por lo que pude ver la sorpresa y molestia de mi madre al verme sobre un Ikran y tan cercana a Neteyam. Tampoco pude pasar desapercibida la sorpresa de los padres del joven Sully. Pero francamente, en ese punto no me importaba la opinión de ninguno de ellos, era feliz y eso era algo que valía la pena.
—¡Mira! —Le señalé al grupo de Tulkun que entraban al arrecife, saltando sobre el agua, mostrando su gloria.
—¡Esto es una pasada! —Neteyam gritó de asombro cuando un Tulkun saltó sobre nosotros, permitiéndonos ver sus marcas inferiores.
Eso ha sido una auténtica pasada.
—¿Realmente acabamos de pasar debajo de un Tulkun? —Neteyam se giró para mirarme boquiabierto y le mostré la misma expresión.
—Eso creo.
Ambos reímos por nuestras caras, pero algo a lo lejos me hizo apartar la mirada.
Mi rostro emocionado hizo que Neteyam se girara hacia el frente, en busca de lo que me había alegrado.
—¡Hermana!
Un nuevo Tulkun saltó, pasando por encima de nuestras cabezas. Solo había una diferencia, ese Tulkun no era desconocido para mí.
—¿Esa es tu hermana espiritual? —Neteyam me miró sorprendido, viendo el tamaño de la Tulkun que hacía unos segundos se encontraba sobre nosotros.
—¡Sí!
Sin esperar respuesta, salté desde el Ikran directa al agua, donde ya me esperaba mi hermana espiritual.
Nada más sacar la cabeza del agua mi hermana Tulkun se acercó a mí, aleteando con alegría.
—Oel ngati kameie, Tsmuke (Te veo, hermana)
«Me alegro de verte»
Me respondió.
Vi a Neteyam descender para quedarse más cerca nuestro. Sabía por su cara que él no había entendido a mi hermana Tulkun.
De nuevo mi hermana emitió un sonido, comunicándose, y le sonreí para después mirar a Neteyam.
—Dice que si quieres puedes dejar al Ikran sobre ella. Promete no sumergirse cuando se apoye.
—¿La has entendido? —Me miró sorprendido y asentí con una sonrisa.
A pesar de su sorpresa, hizo lo que le pidió y posó al Ikran sobre la Tulkun.
—Vete, amigo mío.
Deshizo el vínculo y el Ikran voló de vuelta a tierra firme.
Aproveché que Neteyam observaba a su Ikran marcharse para acercarme más a mi hermana y susurrarle.
—Él y su familia vinieron hace poco, desde entonces nos hemos vuelto más unidos.
«Es guapo»
Reí en bajo por su respuesta y sonreí ilusionada.
—Lo sé. Tiene algo...
«¿Te interesa?»
La miré algo vergonzosa y me mordí el labio.
—Tal vez —me separé rápidamente de ella, viendo de reojo a Neteyam tirarse al agua.
Salió cerca nuestro y se acercó, saludando con respeto a la Tulkun en el proceso.
—Soy Neteyam. Neteyam Sully —se presentó.
Mi hermana y yo nos miramos algo cómplices y le sonreí cálidamente.
«Un gusto»
Como saludo, mi hermana Tulkun nos roció con agua a ambos y reí divertida para mirarle.
—Le caes bien —le traducí, acariciando a la Tulkun.
—Me alegro. Me habría preocupado no caerle bien —me miro con diversión, para después continuar mirando, aún asombrado, a la criatura frente a él.
—Es una preciosidad —murmuró, completamente embelesado.
«¿De donde lo has sacado? Sabe como ganarme.»
Golpeé disimuladamente a mi hermana, agradeciéndole internamente a Eywa porque Neteyam no entendiera a los Tulkun.
—¿Qué ha dicho?
Miré con pánico a Neteyam y luego a mi hermana, que me miraba con una diversión genuina.
Esto te encanta, ¿eh?
—Bueno... digamos que es algo juguetona. Le gustan los halagos —traté de improvisar lo mejor que pude, mostrándome algo nerviosa en el intento. Solo esperaba que Neteyam no siguiera preguntando y se conformara con mis palabras.
—¿Ha dicho algo bueno de mí?
Suspiré.
Pues claro que no... ¿Cómo iba a conformarse? Es Neteyam.
—Algo así...
Su expresión ahora era tan divertida como la de mi compañera, ambos estaban jugando muy bien en mi contra.
—Si te los hago a ti también, ¿reaccionarás de la misma forma?
Me quedé en shock por un momento, procesando sus palabras con detenimiento.
—No sé cómo crees que reaccionaría pero no se deben hacer halagos que no se piensan —contraataqué.
—Si te digo todos los que pienso no me creerías —murmuró, aún con una mirada cargada de diversión.
Me quedé completamente inmóvil, impresionada con sus palabras.
¿En qué momento hemos pasado de la amistad al tonteo?
No iba a quejarme, llevaba algo de tiempo sospechando que nuestra relación seguiría creciendo y quizás... transformándose.
—Tiene tu misma energía —su voz me sacó de mis pensamientos y le observé con una pequeña confusión—. Tu hermana Tulkun. Tiene tu misma esencia.
—¿Eso es bueno o malo? —Le miré con altanería, intentando descolocarle tanto como él lo hacía conmigo.
Pero eso no parecía posible.
—Bueno. Hablando de ti siempre es algo bueno.
¡¡¡He improvisado muchísimo este capítulo y dios me encanta el resultado!!!
Estoy súper feliz de cómo se está desarrollando la relación de ambos, es una auténtica genialidad.
¿Es posible enamorarse de tu propia historia? Porque me está pasando.
Creo que Neteyam es muy respetuoso con Ngayä incluso con sus bromas, realmente es algo que me encanta porque él siempre le demuestra que la respeta y la admira por encima de todo.
Estoy contentísima con el resultado, espero que os guste tanto como a mí y ¡Feliz fin de año!
Comentad mucho en este por favor. Quiero poder leer todas vuestras reacciones para saber si os ha gustado tanto como a mí o lo mío ha sido exagerado.
Responderé a todos los que escribáis, ¡Gracias por haber llegado hasta aquí!
¡Os leo! 💙✨🫶
Atte. Venus.
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