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Capítulo 25.

Por unos segundos se quedó sin saber que hacer o decir hasta que respondió a aquel abrazo durante un instante más para finalmente separarse de la mayor y contestar...

-Buen día señora Couffaine

-Luces cansada... —preocupada— ¿Cómo estás?... ¿Qué tal te sientes?

-Creo que mejor...

-No puedo creer que hayas vuelto a ser akumatizada

-Yo tampoco puedo creerlo... Me la he pasado evitando problemas o cosas que me afecten para comenzar a ser más... —pensó por un momento sus palabras—No tan voluble, pero al parecer es imposible con tanta gente odiandome de por medio...

-Chloé... ¿Te puedo decir algo?... Te admiro...

-¿A mi?... ¿Por qué?

-Porque creo que yo a tu edad con todo esto, no tendría la misma fuerza de voluntad que tú... No sé como estaría... Seguramente ya hasta estaría muerta, literalmente... Y de todo corazón quiero pedirte un gran favor...

-Claro, ¿cuál?

-Que a pesar de todas las cosas, sigas tratando de ser mejor y no te dejes derrumbar... Y si llegas a pensar que hacerlo por ti ya no es suficiente... Te ruego que lo hagas por la gente que te aprecia y que mientras haya una persona ahí, tú sigas avanzando contra todo...

-Si, señora... Lo prometo

-Gracias

La de cabellera gris le dio un corto abrazo antes de ver a su hijo que la veía con una sonrisa para entonces acercarse a él bajo la mirada de la rubia...

-Hijo

-¿Mande?

-Te arriesgaste mucho el día de hoy...

-Valió la pena

-Haber mostrado tu identidad va a tener un precio, lo sabes, ¿cierto?

-No me importa mientras ella esté bien

-Eso quería oír...

La de trenza se estiró y abrazó al de mechas azules quien respondió a su abrazo...

-Luka, estoy muy orgullosa de ti y estoy segura de que si tu padre estuviera aquí, también lo estaría... Con o sin miraculous eres un héroe y eso nadie te lo podrá quitar...

-Muchas gracias, mamá...

-Has hecho esto porque la amas tanto... —murmuró a su oído— Ahora puedes decirle lo que sientes con la seguridad de que tus sentimientos por ella son verdaderos...

Sonrió para entonces separarse del guitarrista y ver a ambos...

<Estaré arriba en cabina... Cualquier cosa no duden en decirme...>

Y sin más la de lentes subió mientras ambos chicos se quedaban viendo antes de que el azabache hiciera sentar a la Bourgeois en un sillón de la aala para luego sentarse a su lado...

-Así que me salvaste...

-Fui la carnada solamente

-No tengas miedo... ¿Quién eres realmente, Viperion?

-¿¡Qué!?... —sus mejillas se tiñeron de un carmesí— ¿Cómo lo supiste?...

-Tu mamá mencionó un miraculous, Ladybug igual, además de que Viperion tenía un gran parecido a ti...

-¿Entonces ya lo sabías?

-No exactamente... Sólo lo llegué a sospechar

-¿Qué te hizo pensar que era él?

-En que ambos eran caballerosos, lindos, él me transmitía una confianza especial que solo tú me das, los dos se me hacían muy guapos y es que si... Aunque no te lo diga, eres guapo...

-Gracias... —esbozó una tímida sonrisa— Tú también te me haces muy hermosa...

-Solo dije la verdad y ¿sabes?... Ambos han provocado en mi, cosas que nadie ha causado...

-¿Qué cosas?...

-Sentimientos...

-¿Qué tipo de sentimientos?

La rubia abrió la boca para hablar pero de ella no salió nada al recordar lo que hace varios minutos había pasado, dejando que un gran sentimiento de culpabilidad la llenara para entonces desviar la mirada hacia el suelo a la par que soltaba un pesado suspiro de cansancio para cambiar drásticamente de tema...

«No es momento...»

Dijo a lo que el de cabellera negra a pesar de realmente querer saber lo que la chica sentía por él, sonrió con algo de preocupación antes de poner su mano sobre la espalda de la de mirada azul zafiro...

-Lo siento Luka...

-¿Por qué?

-Por todo

-No te comprendo

-Desde que aparecí en tu vida te he causado muchos problemas...

-¿Cuales problemas?, no los recuerdo

-No los quieras ocultar... Fuiste akumatizado

-Tarde o temprano todos lo somos... Además esa no fue tu culpa, fue de Carl...

-¿Y cuando por poco Sunrise te atacaba por mi culpa?

-No lo ibas a dejar que me hiciera algo, además me salvaste, es lo importante

-¿Y cuándo te caíste y golpeaste la frente por mi culpa?

-Okey... No nos conocimos de la mejor manera, —ríe un poco— pero ambos quedamos en que los dos estábamos distraídos

-Tuviste que meterte a clases de patinaje por mi culpa

-Fue decisión propia... Además... No me arrepiento de nada... De no ser por ello no estaríamos aquí...

La Bourgeois lo miró por el rabillo del ojo con una leve sonrisa que casi de inmediato se esfumó al recordar las veces que Viperion la salvó...

-No es todo...

-No tienes la culpa de mis problemas, Chloé... No quieras culparte por ellos...

-Es que no es eso... Yo hice que perdieras algo que te gustaba mucho...

-¿Qué fue lo que me quitaste?... Yo te tengo a mi lado

-¿Qué?...

-Nada... ¿Qué fue lo que me quitaste?

-Hice que te quitaran tu miraculous...

-No lo hiciste

-Si bien entendí todo lo que escuché, yo fui la razón por la que Ladybug te retiró tu miraculous y ahora por mi culpa ya no podrás ser más Viperion

-No fuiste tú... Yo decidí renunciar a esto...

-¿Y por qué renunciarías a algo que amas hacer?

-No renuncié a hacer lo que amo...

-¿No te gustaba ser héroe?...

-Si, me gustaba... Pero no lo amaba...

-¿No?

-No... Ser héroe era una responsabilidad que me gustaba, pero era como un hobbie... Algo que disfrutas por tiempos... Hasta ahí...

-¿En serio?

-Si... Las cosas que realmente amo son tocar mi guitarra y patinar, porque así estoy contigo... Y aunque hubiera amado ser héroe, no me hubiera importado dejar de serlo con tal de verte bien...

El tono de ternura usado por el Couffaine hizo que el corazón de ambos comenzara a latir rápidamente al verse fijamente a los ojos mientras sonreían tímidamente antes de que uno de ellos hablara...

‹Chloé... Espera aquí... Tengo algo para ti...›

Miró como el de mechas azules se ponía de pie para ir directo a lo que supuso que era su recámara, para entonces verlo regresar e hincarse frente a ella mientras de su bolsillo sacaba los lentes de la blonda quien al verlos no pudo evitar sorprenderse en gran manera, comenzando a sentir sus ojos cristalizarse...

-Sé que no es momento... Pero esto es para ti...

-Mis lentes...

-Así es... Luego de que me contaras el valor que tenían para ti, supe que no podía quedarse así, entonces en cuanto te fuiste y regresamos a Liberty a su ubicación me encargué de sumergirme en el río Sena para conseguirlos de nuevo... Costó un poco de trabajo, pero lo logré y puedes verificar que son los originales puesto a que yo no tengo el dinero para conseguirte unos lentes exactos y originales...

-Muchas gracias, Luka... Aunque según yo, nadar en el río Sena es ilegal

-Lo es

-Lo dices con orgullo

-No es orgullo, pero me alegra verte sonreír...

-¿Sabes que te pudieron haber retenido en la cárcel por unas horas?

-Por ti soy capaz de todo... ¿Me permites ponértelos?... Te juro que ya los lave...

Dijo con una sonrisa a lo que la chica asintió con la cabeza dejando que el guitarrista le acomodara sus lentes sobre su cabeza como ella solía usarlos para entonces separarse y verla...

‹Estás perfecta... ¿Chloé?... ¿Por qué lloras?...›

Su sonrisa comenzó a desvanecerse para cambiar a un rostro de preocupación al ver a la rubia derramando un par de lágrimas que lo hicieron nuevamente agacharse un poco y verla de frente...

-¿Por qué lloras?... ¿Hice algo malo?...

-No...

-¿Entonces?

-Es qué todo esto qué estás haciendo por mi es algo muy lindo que jamás alguien había hecho... Y yo simplemente no se como agradecerte de que a pesar de todo, sigas aquí...

-No es nada... Y si quieres agradecerme, solo prometeme que vamos a ganar esa competencia de patinaje y después de haber ganado vamos a seguirnos viendo...

-Te prometo qué ganaremos... Sobre lo otro no es necesario, porque no pensé nunca si quiera en dejarte de ver...

-Gracias...

Puso sus manos sobre las mejillas de la de coleta acunando su rostro para secar con sus pulgares los restos de lágrimas y acercarse a ella venciendo sus temores, para darle un tierno beso en la coronilla qué solo hizo a la de cabellera dorada sonrojarse aún más hasta ver como él se separaba de ella para verla...

‹¿Tienes hambre?›

Sin poder gesticular siquiera una palabra asintió con la cabeza...

‹Vamos al comedor... Te mostraré mis destrezas culinarias...›

Y sin más ambos se pusieron de pie y caminaron hacia la cocina donde luego de una rica comida, juegos y risas, ya con la compañía de la de mechas moradas y la madre de los hermanos, la hora de partir llegó, donde ambos chicos tuvieron que separarse, no sin darse antes un gran abrazo.

Las horas pasaron y era mañana del siguiente día y todos los alumnos del Colegio Françoise Dupont entraban a su escuela para otro día más de clases pero un día menos para las vacaciones de invierno, para las cuales faltaban 2 semanas e igual 2 semanas para la presentación del patinaje artístico que la Bourgeois y el Couffaine estaban ensayando, estaban tan cerca que justo el día de hoy en la tarde se encontrarían con sus rivales para acordar ciertos puntos, lo cual tenía a la blonda con los nervios muy altos, pero lo que hacia que sus nervios aumentaran era el ver como los alumnos de su escuela entraban al edificio, cuando ella llevaba como 10 minutos desde que ya había llegado pero no se atrevía a descender del vehículo, por el temor a lo que le fueran a decir.

Ese día en la mañana le había pedido a Isabel (la chica de intercambio), que le dijera a las demás chicas que no la esperaran en la entrada como lo solían hacer e igual le había pedido a Sabrina que la esperara en el salón, ya que quería evitar que alguna de ellas saliera afectada en caso de que cuando ella entrara la empezaran a abuchear; pronto sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su chofer que la veía con preocupación por el espejo retrovisor...

-¿Madeimoselle?

-¿Mande?

-Faltan 10 minutos para que sus clases comiencen...

-Lo sé...

-¿Por qué no desciende?... ¿Se siente mal?... ¿Quiere que regresemos al hotel?

-No... Estoy bien... Solo pensaba un poco... Nos vemos al rato, adiós...

Y sin decir más, la chica abrió la puerta y descendió del vehículo para comenzar a caminar hacia la entrada del Colegio mientras sentía muchas miradas inexistentes sobre ella.

Pero al adentrarse al edificio todo eso cambio, pues ahora si un par de miradas se clavaron sobre ella.

Todas de agradecimiento al haberles advertido con que clase de persona trataban pero una de ellas de inconformidad y enojo, proveniente de cierto chico deportista que no dudó en acercarse a ella hasta ponerse en frente, haciéndola detenerse para verlo con algo de confusión...

-¿Kim?

-Hola, Chloé...

-¿Te puedo ayudar en algo?

-Si, sé que tu mamá es la crítica de modas más importante del mundo, así que quería ver si podrías darme una opinión sobre un atuendo, ya que supongo que sabes de moda y esas cosas...

-Sé un poco... Pero quien podría ayudarte más, sería Marinette... No yo...

-Lo sé... Pero me da pena pedirle ayuda...

-No te preocupes... Si quieres yo le pido de favor que te ayude a decidir...

-No... Es que... De seguro se negaría...

-Pffff... ¿Pero que cosas dices?... Por supuesto que no, eres uno de sus amigos, ¿por qué se negaría?

-Pero es que me urge

-Kim, es que llego tarde a clases

-Por favor ayúdame... No te lleva ni un minuto...

La de coleta lo miró por un segundo para entonces soltar una bocanada de aire...

«Bien... ¿Con que quieres que te ayude?...»

El Le Chien fingió una sutil sonrisa antes de fingir agradecerle y pedirle que lo siguiera a los casilleros hasta entrar...

«¿Con qué atuendo quieres que te- ¡Ay!»

Sus palabras se vieron interrumpidas al sentir como el de mirada grisácea la jalaba bruscamente del brazo haciéndola tirar su bolsa con sus cosas al suelo para acorralarla contra la pared y verla con una expresión de enojo...

≤No sé lo que hiciste ni como lo hiciste, pero ocasionaste que Lila tuviera que regresarse a Italia con sus padres por la mala fama y reputación que le causaste ayer, por lo que me las pagarás; me enteré que tú y un tal Luka son mis rivales para la competencia de patinaje... Así que vete o más bien, váyanse haciendo a la idea de que nunca tendrán ese trofeo, pues yo los haré, trizas... Espero que te haya quedado en claro, Bourgeois≥

Amenazó para entonces separarse y salir de los casilleros sin esperar una respuesta mientras la de mirada azul zafiro no lograba comprender lo que había sucedido y se separaba de la pared segundos después para agacharse, recoger sus cosas y caminar al salón hasta llegar casi a la puerta del mismo donde se detuvo...


"¿Crees que todo puedes y que con tus amenazas harás que te tenga miedo?... Pues que equivocado estás, porque yo soy una reina y una reina nunca se deja aplastar"

Pensó, al recordar las cosas que había hablado con el Couffaine el día pasado y entre todas ellas él se había encargado de hacerla ver que no valía menos que cualquiera por lo que no debía permitirse aplastar por nadie.

Sonrió de lado, se acomodó su bolsa sobre su hombro y con la cabeza en alto entró a su salón donde varios de sus compañeros se sorprendieron al no verla destruida como muchos imaginaban, mientras la azabache y el rubio la veían con una sonrisa; a ambos les alegraba que ella estuviera bien.

Se acercó a su lugar y miró a la castaña que desde que había llegado se sentaba a su lado...

-¡Hola, Chloé!

-Hola Is

-¿Cómo amaneciste?

-De maravilla, ¿y tú?

-Igual, bien, gracias...

-Me da gusto

-Vaya... Estás muy sonriente el día de hoy

-¿Cuál es el propósito de la vida?... ¿Siempre estar amargada?... Pfff... ¡Para nada!

-Me alegra verte así

-¿Qué te digo?... Me quité un peso de encima...

Dijo con burla mientras disimuladamente volteaba a ver al Le Chien que la veía furioso, cosa que la hizo reír internamente, pero sin querer su vista viajó a la pelirroja que veía algo desanimada la mesa, para luego ver el lugar del lado donde antes estaba la Rossi, que ahora estaba vacío, haciéndola regresar su vista a Isabel...

-¿Is?

-¿Mande?

-¿Te importaría si hoy no me siento contigo?

-Para nada, ¿a dónde te sentarás?

-Con Sabrina

-Está bien

-Gracias

-De nada...

La de cabellos dorados se puso de pie con su bolso y comenzó a caminar al fondo del salón a donde se encontraba su amiga, pero cuando pasaba por el lado del deportista, este le metió el pie, haciéndola caer el suelo para al instante comenzar a reír escandalosamente...

≤¡JAJAJA, que ciega, se cayó!≥

Comenzó a decir burlándose a la par que los demás esperaban a que la Bourgeois explotara en enojo mientras sus amigas se iban parando para ayudarla, pero antes de que lo lograran la de mirada azul zafiro se paró en tranquilidad, se acomodó su bolsa y sacudió su ropa para entonces reír un poco...

«Jajaja, que torpe fui... Con respecto a tu comentario Kim... Podré ser ciega, pero agradezco tener cerebro... Además, caer es de humanos... Levantarse es lo importante»

Dijo con una sonrisa para caminar hacia la Raincomprix y sentarse a su lado, dejando a todos boquiabiertos menos al de mirada grisácea a quien la sangre le empezó a hervir.

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