La rubia lo miró acercarse con algo de confusión mientras acomodaba su cabello, hasta ver como él se colocaba frente a ella, haciendo que ella retomara su postura...

-Pensé que estabas manejando el barco

-Así era hasta que llegó mi mamá y quiso navegarlo ella

-Ya veo...

-Wow... Jamás te había visto con el cabello suelto...

-Pocos tienen ese privilegio, deberías sentirte muy afortunado por ello

-Y me siento así... Pero es que... —sorprendido— Wow... Disculpa lo que te diré... Pero si con coleta te ves linda... Con el cabello suelto te ves realmente hermosa...

Dijo con una sonrisa que hizo a la Bourgeois sonrojarse al oírlo haciéndola tomar un mechón de su cabello para pasarlo detrás de su oreja...

-¿En serio piensas eso?

-¿Por qué mentiría?... Deberías usarlo así más seguido... Resalta tus grandes ojos zafiro

-Muchas gracias...

-¿Por qué?... Solo dije la verdad...

-Es que... Nunca nadie me había dicho algo así...

-Pues vaya bola de ciegos por no hacerlo cuando eres igual de brillante y hermosa que una estrella... Pero en fin... cambiando un poco de tema... ¿Por qué estás tan molesta con Adrien?

-Es que... Es que el muy idiota tiró mis gafas de sol hacia el río Sena y... Aggg... Piensa que con dinero podrá solucionar esto...

La de mirada azul zafiro caminó hacia el barandal que recorría todo el barco y se recargó en el, mirando hacia el agua, antes de sentir como el de mechas azules llegaba a su lado y repetía las mismas acciones que ella...

-Te gustaban mucho esas gafas, ¿cierto?...

-No es tanto eso...

-¿A qué te refieres?

-En que no es algo material... Si fuera así, sé que podría simplemente ir a cualquier tienda de gafas de sol y conseguir unas iguales e incluso mejor que esas... Pero las cosas no son así... Esas gafas pasaban más allá de algo material...

-Esas gafas tenían un significado sentimental... ¿verdad?

La rubia asintió con la cabeza mientras movía su cabello para ocultar su rostro, cosa que el Couffaine notó.

Él sabía que preguntar sobre ese tipo de temas era algo imprudente pero sentía que era algo de lo cual ella quería hablar, así que puso su mano sobre la mano de ella, sin importarle si atraía su atención o no...

‹¿Quieres hablar de ello?›

La de cabellera dorada asintió con la cabeza mientras ella giraba un poco su mano para tomar la de él, cosa que sorprendió al guitarrista pero decidió no decir nada y esperar a que ella hablara...

-Cuando era pequeña... Mi mamá era lo máximo para mi, amaba ver como hacía sus diseños, hablaba de moda y hacía de sus bocetos de ropa en algo real... Ella era la persona más genial que en mi vida conocía... Y yo anhelaba que ella quisiera jugar conmigo... Pero... Nunca tenía tiempo... Cada vez que la iba a buscar a su estudio para preguntarle si quería jugar conmigo, ella me decía... Ahora no Claudine, no tengo tiempo, estoy trabajando, ¿acaso no ves?... Esa siempre era su respuesta... Solo que cada vez cambiaba mi nombre... A veces me decía Chloé, otras Claudine, algunas Clotilde, etcétera, ella casi nunca me llama con mi nombre... Pero en fin... Ese no es el punto... Un día saliendo de mi cuarto escuché como mis papás peleaban en su recámara, pero no entendía que decían así que me acerqué para tratar de oír mejor pero en ese momento escuché como un par de pasos se acercaban hacia la puerta por lo que corrí hacia mi recámara y me metí, cuando en ese momento mi mamá gritó mi nombre, a lo que me asusté, pensando en que quizá habían peleado por alguna travesura que hubiera hecho y con miedo salí de mi cuarto, comenzando a caminar hacia donde estaba mi madre... Y...

-¿Qué más pasó?...

-Al llegar con ella lo primero que me dijo fue de que si tenía tiempo para ella, lo cual me sorprendió mucho pero asentí con la cabeza, después ella me dijo que fuéramos a jugar a mi cuarto y así fue... Toda la mañana y tarde estuvimos jugando al té, al maquillaje, a las muñecas y esas cosas... Hasta que cayó la noche que fue cuando ella se me acercó y me dijo que se iría a New York por un tiempo indefinido... Se quitó sus gafas de sol, se agachó y me las acomodó sobre mi cabeza y con un "mis gafas se te ven mejor a ti", se levantó dio la vuelta y se marchó...

-Y... ¿La volviste a ver hasta ahora?...

-Si... Y nuevamente se marchó... Esas gafas son lo único que ella me ha dado de corazón... Es por eso que tienen un gran valor sentimental para mi...

Dijo con la voz entrecortada a lo que el de mechas azules no dudó ni un segundo en girarla para hacerla quedar frente a él y rodearla con sus brazos...

‹No vayas a llorar... Por favor›

La chica inmediatamente respondió su abrazo, permitiéndose aspirar su olor, uno muy particular de él hasta después de varios segundos separarse poco a poco y verlo, notando que lucía un rostro muy preocupado...

-Tranquilo... No voy a llorar... Lo prometo...

-Gracias por confiarme esto...

-Gracias a ti por escucharme

-No es nada... Pero permiteme un momento...

Dijo antes de alejarse a un baúl cercano ahí y abrirlo para buscar unas cosas hasta sacar lo que buscaba e ir de nuevo con ella...

‹Ten...›

Mencionó extendiéndole un broche en forma de guitarra eléctrica...

‹Quizá no es algo muy caro o que pueda sustituir a tus gafas, pero quisiera dártelo...›

La chica miró el broche antes de tomarlo con una sonrisa y acercarlo a ella...

-Gracias, Luka...

-De nada... Oye... Cambiando de tema... ¿Qué te parece si ya que hoy no pudimos platicar bien... Mañana paso por ti a tu escuela y vamos a donde íbamos a ir hoy?

-Me parece muy bien...

Iban a seguir platicando cuando el movimiento en el barco cesó y una voz adulta se acercó a ellos...

<Luka, ¿no me vas a presentar a tu amiga?>

Ambos voltearon hacia el origen de la voz, encontrándose con la mamá del de mechas azules que los veía sonriente a la par que se acercaba a ellos quienes murmuraban entre sí...

-¿Ella es tu mamá?

-Si

-Te pareces a ella...

-Así es... Solo que ella es algo... Imprudente a veces...

-Mi mamá también, tranquilo...

El par calló cuando la de cabellera gris llegó con ellos y puso su mano en el hombro de su hijo...

-Hola

-Buenas tardes señora Couffaine

-Hola mamá...

-¿Quién es esta señorita Luka?... Jamás la había visto... O bueno... Si... Sólo por televisión... Ella es la señorita Bourgeois, ¿cierto?

-Así es... Ella es Chloé Bourgeois, la hija del alcalde de París, mejor conocida como la mejor heroína de todas, Queen Bee... Y Chloé, ella es Anarka, mi mamá...

-Un gusto conocerla señora Couffaine

-El gusto es mío, señorita Bourgeois...

-Dejemos las formalidades de lado y solo dígame Chloé... Claro, si es que usted se acomoda a llamarme solo por mi nombre

-Mucho mejor para mí, Chloé... No me gustan mucho las formalidades... ¿Desde hace cuanto eres amiga de mi hijo?

-¿Disculpe?

-Mamá... —apenado— No lo hagas por favor...

-Tranquilos, hijos... No lo vayan a malinterpretar... Solo preguntaba porque es algo extraño ver que Luka tenga amigos puesto a que siempre está enfocado en su guitarra, banda o canciones... Y no lo digo porque sea raro o algo, porque no lo es, solo que conozco a todos sus amigos y jamás ha tenido alguno que sea sofisticado como tú comprenderás...

-Mamá... Quizá y sea mejor que-

-No te preocupes, —dijo mientras reía un poco— está bien, solo es una pregunta

-No le des cuerda...

-Tan tranquilo que eres pero a veces te comportas demasiado dramático, rockero...

-¿Verdad que si?

-Claro, pero respondiendo a su pregunta... Ambos nos conocemos desde hace un mes más o menos...

La de mirada cerceta se sorprendió al escuchar eso, sabía que llevaban poco de conocerse pero no recordaba que fuera tan poco tiempo...

-Wow... Pensé que llevaban más tiempo de conocerse... Parecen ser inseparables...

-Lo sé... —soltó en un tono suave— Pero es que... No se como explicarlo,  es algo raro...

-¿Por?

-Porque yo lo conocí al hacer que se cayera, al día después nos volvimos a ver y ambos nos inscribimos a clases de patinaje... Lo cual es gracioso porque con tal de no compartir mi espacio, mentí un poco diciendo que era una experta patinando cuando no era así, a lo que hice un trato con su hijo con tal de que me enseñara a patinar y nos empezamos a ver para practicar y eso... Y cuando el señor Phillipe nos dijo que teníamos que planear una coreografía nos empezamos a ver más... Prácticamente diario

La Bourgeois hablaba sonriendo y con un leve rubor en sus mejillas mientras el Couffaine la veía realmente embelesado y sorprendido...

-... Pero desde que lo conozco le tuve una confianza que nunca había tenido con alguien, ni siquiera con Adrien que es mi mejor amigo, a quien conozco desde bebé por ser mi vecino... Y con su hijo cada que nos veíamos, hablábamos de muchas cosas que yo no sabía... Y no se como ha sido todo esto que hizo que Luka se haya metido tanto en mi vida, pero lo que si le puedo decir es de que su hijo es un gran chico, al igual que Juleka, de los cuales usted tiene la fortuna de ser su madre...

-Gracias por tus lindas palabras, Chloé...

-Es la verdad

-Yo... Yo... No... Quiero decir... Gracias...

-No es nada, Luka...

-Me alegra que Luka tenga a alguien como tú a su lado... Que afortunadas son las personas que te rodean...

-Eso quisiera que pensaran...

-Nunca es tarde para corregir tus errores... Un solo un minuto me costó para saber que eres una jovencita con un gran corazón, uno de los más puros que he conocido... Pero solo de ti depende el como vas a usarlo...

-Muchas gracias, señorita Couffaine...

-Gracias a ti... Ahora bien, tengo que ir a seguir navegando el barco para dejarte al ricitos de oro y a ti lo más cercano que pueda de tu hotel... Pero antes... ¿Puedo?...

Cuestionó con los brazos extendidos a lo que la chica asintió con la cabeza antes de acercarse a la mayor y abrazarla para después separarse...

<Bueno, jóvenes... Ahora vengo>

Dijo antes de comenzar a alejarse nuevamente hacia la cabina mientras ambos jóvenes volteaban a verse...

-Tu mamá es muy linda

-Si... Normalmente suele ser algo intensa... Pero...

-¿No lo fue conmigo?

-No... Bueno... Muy leve...

-No lo sentí...

-Creo que fue porque le agradaste

-¿En serio?

-Si, ella no es así con cualquier persona

-Me siento honrada...

-Estoy seguro que ella igual...

-¿Sabes?... Ahorita que me puse a hablar con tu mamá, me di cuenta de algo cierto

-¿De qué?

-De que un mes entero hemos estado en esto y no se como... Pero ya ocupas un gran lugar en mi corazón... Como si llevara conociéndote una eternidad...

-Opino lo mismo que tú... Me eres indispensable y ahora no sé como decirlo... Pero ya se me hace muy difícil el poder imaginar un futuro donde tú ya no estés presente...

-El tiempo funciona de maneras muy extrañas... ¿No lo crees?

-Concuerdo lo mismo...

El par de chicos siguieron hablando hasta que la hora de la despedida llegó y ambos rubios luego de despedirse de la familia Couffaine, salieron del barco para ir a sus hogares mientras el chico sonreía con ansias de que el siguiente día llegara para poder pasar la tarde con la Bourgeois, hasta sentir una mano en su hombro y al voltear darse cuenta que era su madre que lo veía sonriente...

<Hijo, esa chica es un tesoro... Definitivamente has encontrado a alguien que vale la pena.>