Al llegar al instituto Tanya estaba muy rara conmigo, me miraba mal y no me hablaba y todo por lo que pasó hace unos minutos.

Cuando las clases terminaron y cada uno se iba a su casa, esperé en la salida a Tanya para irnos juntas pero ésta no apareció por ningún lado, al parecer ya se había ido.

De camino a casa sólo me acompañaba el silencio de las calles y el olor a comida que salía de algunas casas con las ventanas abiertas, sí, me estaba entrando el hambre.

Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue coger el móvil para escribirle a Tanya, a ver si con un poco de suerte me respondía.

"Tanya, ¿sucede algo conmigo? Estás muy rara desde esta mañana y me gustaría saber el por qué, vamos, somo mejores amigas, se supone que nos contamos todo"-. Escribí a Tanya.

Mi madre me llamó para comer junto con mi hermano que había llegado.

La comida transcurrió tranquila, sin palabras, como a mí me gusta. Cuando acabamos de comer cogí el móvil, tenía un mensaje, me puse feliz porque creía que era Tanya, pero para mi desgracia, no era.

"¿Te paso a recoger hoy?- Me escribió Mark.

"¿Qué te parece si vienes a cenar hoy a mi casa? Mis padres se han enterado de que salgo contigo y quieren conocerte ♥"-. Le respondí.

"Vale, ¿como voy yo siempre o elegante?".

"Si puede ser, elegante".

"Vale, estaré allí a las nueve".

Mis padres saldrán corriendo en cuanto lo vean, no me cabía ni la menor duda.

Cuando iba a dejar el móvil miré si Tanya vio mi mensaje y sí, lo había mirado y no obtuve respuesta de ella, me rendí, se le pasaría.