Cuando estuvimos en el cuartel de la policía le enseñamos la carta y les entregamos el vídeo, mandaron a analizar la carta para ver si tenían huellas de actilares y poder coger al secuestrador, el vídeo lo vimos al instante con ellos aunque también se lo mandaron a un experto para que lo analizara.

- El secuestrador, al grabar el vídeo, ha escondido todo bien, lo que indica que es algo que lleva planeándo hace tiempo-. Dijo un inspector al ver el vídeo.

- Pero algo se ha tenido que dejar, alguna pista o algo que esté fuera de lo normal-. Dijo Mario.

- A simple vista no aparece nada raro o algo por el estilo, por eso vamos a mandar también a analizar, para que no se nos escape nada-. Contestó el inspector.

- ¿Qué pasa si no la encontrais o la encontrais demasido tarde?- Pregunté angustiada.

- Eso no va a pasar, estamos poniendo todo nuestro empeño en encontrar a su hija, sólo hay que tener paciencia, un caso así no se resuelve en dos días, ojalá fuera más rápido el proceso, evitaría muchos disgustos-. Contestó el inspector.

- Muchas gracias inspector, avísenos cuando sepa algo-. Dijo Mario mientras nos levantábamos de la silla.

- Va a ser lo primero que haré cuando sepamos algo nuevo-. Dijo el inspector mientras nos acompañaba a la salida.

Cuando salimos y estábamos en el coche empecé a llorar, no podía ocultar a mis lágrimas por más tiempo, ya ni me quedaban fuerzas para seguir en pie.

- Cariño, no te preocupes, la van a encontrar-. Dijo Mario mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad para abrazarme.

- Han pasado dos meses y no han encontrado nada-. Dije correspondiendo al abrazo sin dejar de llorar.

- Como ha dicho el inspector, "un caso así no se resuelve en dos días"-. Repitió Mario.

En ese momento sólo tenía la angustia de no poder hablazar a mi hija, de no verla crecer. Tenía miedo de no volver a verla.