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7 - why are you so afraid of?

—Entonces para llegar a esta fiesta tenemos que ir en un autobús hasta las afueras de la ciudad y se supone que es en el establo de una casa de campo —comienza Jinsol, observando a la mayor aplicarse mucha sombra negra frente a su espejo—. ¿Al menos es seguro?

—Claro que sí, solo están intentando recaudar dinero para hacer un concurso de bandas emergentes, pero no pueden hacer una fiesta y vender alcohol casero en el interior de Seúl.

—Todo suena muy alternativo —le responde la rubia, preguntándose si debería vestirse diferente. Decide que bastará con pintarse las uñas de negro, no es como si intentara impresionar a nadie.

—Lo sé, por eso Chaewon y Jiwoo nunca quieren acompañarme, pero tú te ofreciste completamente sola y eso me salva de un aburrido viaje en bus.

La mayor termina de retocar su maquillaje, dejándose los labios de un rojo muy intenso que hace juego con el color del vestido de encaje que lleva y contrasta con las botas negras hasta las rodillas que escogió para esa noche. Jinsol podía entender en cierta forma la razón por la que Jiwoo (aunque lo niegue) está en las nubes por su amiga; es ridículamente sensual y hermosa.

—¿Puedes? —se voltea la más alta, extendiéndole a la otra un collar.

Jinsol le ayuda a colocárselo, de una forma un poco torpe, la cual termina sacándole una risa maliciosa a la mayor que por suerte no está acompañada de ningún comentario. Al acabar de examinar en el espejo como le queda la pieza de joyería, Sooyoung sorprende a la otra tendiéndole un collar diferente que llevaba en su cartera y posicionándose detrás de ella para ponérselo.

—Este era por si no me convencía el otro —le dice, hablándole quizás demasiado cerca del cuello—, pero creo que completa tu outfit.

La rubia solo puede pensar que sería aún más atractiva si no hiciera tonterías a cada rato.



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—Creo que estoy enamorada de alguien, pero no es algo bueno.

Las palabras de Chaewon dejan fría a Jiwoo. Observa por el balcón a los transeúntes pasar y como el sol está comenzando a ponerse, haciendo que todo se vea un poco más depresivo, lo cual no le ayuda a encontrar palabras adecuadas para su amiga, que se ve totalmente devastada, como si en vez de estar enamorada, le acabaran de romper el corazón.

—Creo que eres la única a la que le puedo ser sincera sobre esto —admite la menor, intentando no mirar a los ojos a la otra—, no creo que nadie lo entienda mejor que tú.

Los pensamientos de Jiwoo comienzan a mezclarse hasta que dan con la respuesta, su mente revela para ella aquello que a Chaewon le cuesta decir. No puede evitar un fuerte dolor recorrerle la sien y se le aprieta el corazón. Por supuesto que la entiende.

—¿Hyeju? —pregunta con suavidad y la otra asiente.

—Desde aquella noche en que me besó fugazmente algo en mi cabeza hizo click y no puedo pararlo, es nuevo pero a la vez también lo siento como una completa obviedad —se explica y aunque Jiwoo busca su mirada, decide seguirla evitando—, siempre ha sido la persona que ha estado para mi incondicionalmente y a veces siento que es la persona que ve lo mejor de mi aun cuando yo no puedo ver nada remarcable.

Jiwoo no dice nada, deja que por un segundo Chaewon se recomponga ya que unas lagrimas se han aparecido en sus ojos. Le parece injusto como mientras busca las palabras adecuadas para expresar ese amor que siente, se desmorona, como si la verdad la abriera de par en par, sin cuidado y sin frenar.

—Y ella es tan bonita y única, no hay nadie más como ella, lo sabes —dice cuando recupera su voz y la mayor solo asiente—, y ahora mi corazón se acelera si estamos solas, si me mira a mi, si escoge hablar conmigo aun cuando sabemos que es de pocas palabras, me hace sentir especial y solo quisiera decirle lo mucho que adoro que me haga sentir así y que me deje hacerla sentir de la misma forma.

Los pensamientos de la mayor van a parar a su yo adolescente y como esas palabras le recuerdan a lo que sentía cuando se enamoró en aquella entonces de Sooyoung, todo se sentía tan nuevo y tan repentino pero tan claro, como un descubrimiento de algo que tenía en la punta de la nariz y estuvo obviando. Todo esto es la euforia de ponerle un nombre al repentino cambio dentro de ti y el total miedo de lo que conlleva.

—Soy una tonta porque probablemente este pensando todo esto muy rápido y dejándome llevar demasiado, pero los celos que me invadieron al pensar en ella junto a alguien más, de saber que tendrá una tonta cita, es demasiado para mi, siento que iba a explotar si no lo contaba.

—Gracias por decírmelo —le susurra la mayor, sin saber como manejar la situación aún.

—¿Qué hago? —pregunta la menor, su voz sonando rasposa y sus tristes ojos conectando con los de la mayor, buscando cualquier clase de consuelo en ellos.

—Creo que deberías decirle —aconseja, con el corazón estrujado dentro de su pecho—. Una respuesta clara de su parte te liberará para poder seguir adelante y no atascarte pensando en qué significa cada cosa que hace.

Chaewon no lo dice, pero sabe que ese consejo de Jiwoo surge de todo lo que le pasa con Sooyoung y cómo las cosas se están volviendo cada vez más difíciles de comprender para cualquiera. Parte de los miedos que tiene surgen de no querer complicar las cosas hasta ese punto. Sería demasiado para ella, es demasiado incluso para sus amigas.

—Pero este chico...

—Ya... tendrás que esperar hasta que eso pase —dice Jiwoo, refiriéndose a la cita de Hyeju.

—No la quiero estresar con más cosas en su cabeza en este momento.

—No creo que sea algo que suceda más de una vez —intenta convencerla la mayor.

Aunque esté mal, Chaewon decide aferrarse a esa idea. Una cosa es no ser correspondida y otra muy diferente es no serlo y que también haya alguien más. Al final es una injusticia cuan dolorosa son ambas opciones. No quiere ni imaginarse como ha sido para Jiwoo estar en medio de ambas opciones todo este tiempo.

—Todo estará bien, aunque duela un poco —le dice Jiwoo a la menor y le regala una tensa sonrisa.

La menor aprecia el esfuerzo que hace su amiga, aunque sea en pocas palabras. Sabe lo mucho que se guarda Jiwoo y lo mal que se le da ocultarlo tras esos grandes y carismáticos ojos, pero agradece que aún así la consuele un poco.

—No te estreses tú tampoco con tantas cosas en tu cabeza, unnie.

La mayor asiente, intentado mantenerse presente porque justo ahora esto no se trata de ella. Si últimamente lo siente todo tan bonito, debería dejar de estar asustada. Vuelve a mirar a su amiga, cuyos sentimientos son tan similares que desearía poder tomarlos en su lugar para que no pase por eso y al mismo tiempo tiene esperanza en su situación, en la cual encuentra en un hecho muy amargo: Hyeju y Chaewon son distintas a ellas.



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Las dos chicas se habían escabullido del ruido y de la gente bailando, logrando salir a la parte trasera del lugar en donde se celebraba la fiesta, buscando un poco de calma para que Sooyoung pudiera encenderse un cigarrillo. Había gente esparcida por el lugar, sentados en sillas improvisadas con el material de la pseudo granja, todos estaban relativamente cerca los unos de los otros, pero estaban en sus asuntos. La gente era tan distinta y pintoresca que al observarlos en pequeños grupos a Jinsol le recordaba al patio de la secundaría, pero con más piercings y botas de combates. Le hace cierta gracia como todo en la vida es similar a las experiencias de la escuela.

—La cerveza es buena, pero creo que tres en tan solo una hora y media está siendo demasiado —dice la rubia, observando el color naranja que se crea momentáneamente en la punta del cigarro de Sooyoung cuando le da una calada.

—La venta de las cervezas es lo que más les hace recaudar dinero. —Recuerda Sooyoung y reemplaza el cigarro por la boca de la botella en su mano durante unos segundos.

—Creo que me gusta la música y el ambiente es sorpresivamente mejor que el de una discoteca normal, me siento menos juzgada, por decirlo de alguna forma.

—Bien por ti, porque ahí dentro había un par de chicas que parecían querer asesinarme con la mirada —dice Sooyoung entre risas flojas.

Eso era cierto, Jinsol lo notó pero decidió no decir nada ya que se la estaba pasando muy bien. A Sooyoung se le daba bien conversar, parecía saber un poco de todo (y de todos), te mantenía entretenido y expectante; bailar también se le daba bien, por lo que la menor ni siquiera notó que habían pasado tantas canciones hasta que la otra le dijo que necesitaba descansar. Y otro buen detalle es que la hacía sentir incluida, la presentó con todas las personas que la saludaron e incluso les contó detalles sobre ella que no pensó que la mayor retendría en su memoria. Estaba siendo genuinamente divertido pasar la noche con ella.

—Te hace más gracia de la que debería romper corazones —comenta Jinsol ya que la otra había sacado el tema primero.

—¿Piensas que les rompí el corazón? —cuestiona la pelinegra y ríe otra vez—. Una de ellas estaba engañando a su novio conmigo y la otra es una chica random que comencé a ligarme en una de estas fiestas, pero al final estaba tan borracha que no tenía ganas de enrollarme con ella y la rechacé, lo cual la ofendió por alguna razón que no comprendo.

Jinsol no sabe muy bien que responder, lo cual le hace gracia a la mayor ya que no siempre podía ser tan mala como la hace parecer la gente en sus historias, algunas veces de verdad se encontraba con unos ejemplares de personas poco respetables. Sin embargo hoy le daba igual, con alcohol y una fiesta era menos molesto que la gente pensara lo peor de ella.

—Lo siento —se disculpa la otra pero Sooyoung le quita importancia y la toma de la muñeca para llevarla a bailar un rato más.

—No seas densa, solo bailemos más.



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Chaewon se encuentra viendo un drama totalmente ridículo para olvidarse de sus pensamientos. Jiwoo le sigue haciendo compañía (junto a un par de botellas de soju) aunque realmente no observa nada y solo se dedica a sorber fideos. Decir que se encuentran algo tristes es poco porque más bien se trata de un sentimiento de pesadez instalado en ellas que vuelve todo melancólico. En la mayor se hace particularmente más incomodo el sentimiento cuando ve en las redes sociales de Jinsol que se encuentra con Sooyoung en una fiesta.

—¿Quieres ver tinder conmigo? —pregunta de la nada Jiwoo, bajándose por impulso la aplicación.

—Me gusta juzgar superficialmente la apariencia de la gente en la comodidad de mi hogar —dice como afirmación la otra, acercándose más a la mayor—. ¿Haces esto por el fiasco de Soobin?

La mayor siente vergüenza ante la pregunta; no lo hace por eso sino porque en su interior le molesta ver como Sooyoung es capaz de poner sus sentimientos de lado por un momento para olvidarse de todo en una fiesta. No diría que siente celos pero definitivamente esto de probar el el estilo de vida de su mejor amiga es más difícil de lo que pensó y siente un extraño ardor en el estomago y dolor en el pecho cuando imagina lo fácil que es para ella "vivir el momento".

De verdad no lo llamaría celos pero prefiere no decir en voz alta lo que siente por miedo a que alguien más lo llame así. Solo se siente tonta y la única forma de dejarse de sentir de esa forma con la situación es cuando está entre los brazos de la alta, lo cual es simplemente injusto.

—No debí haber buscado experimentar con mi ex. —Se limita a decir para no tener que mentir.

La otra rubia no dice más nada, le emociona tener algo más en lo que pensar así que no lo va a cuestionar, además Jiwoo se merece hacer lo que le de la gana, justo como su compañera de piso.

Se dedican a escoger unas pocas fotos y a escribir una descripción decente que no se trate solo de su usuario de instagram, como hacen algunos. No saben si se trata del alcohol comenzando a hacer estragos en su sistema o si son sus ganas de huir de la realidad pero en cuanto comienzan a ver perfiles se comienzan a reír más y a decir tonterías que las llevan incluso a comenzar conversaciones con gente con la que Jiwoo hace match, lo cual sucede sorpresivamente rápido.

—Te dije que tomábamos una buena decisión al colocar solo fotos tuyas en donde ya estás rubia.

—¿Qué se supone que voy a hacer cuando alguien quiera salir conmigo? —pregunta la otra y Chaewon comienza a negar mientras se sirve otro vaso de soju—. No sé cómo manejar la atención.

—Si alguien quiere salir contigo, sales y te lías con esa persona, ya está, seguro eso libera tu tensión —le dice la menor, quitándole importancia a todo.

Jiwoo, sintiéndose harta de pensar las cosas, asiente eufórica, dándole la razón. Iba a hacer las cosas mejor esta vez, sin ex novios de por medio y sin temer que Sooyoung le quiera pegar un puñetazo a ese ex, de hecho, decide que la mayor ni siquiera tiene que saber de lo que sea que pueda suceder.

—Mira, te escribió esa chica tan bonita de la sonrisa tierna que tanto te gustó, apresúrate a responder.



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La fiesta sigue muy viva, la música sigue estando a tope y la gente parece que no para de llegar, pero Jinsol y Sooyoung hace un rato que habían decidido dejar de bailar, estaban agotadas y sentadas en una especie de barra improvisada en una esquina del sitio. Las cervezas no paraban de llegar y aunque la menor tenía más resistencia, a la otra se le comenzaba a notar bastante ebria.

—No puedo creer que a Jiwoo no le guste acompañarme a esto.

La rubia ríe porque Sooyoung siempre encuentra la forma de acabar hablando sobre su amiga en común. Aunque suene un poco manipulador, tal vez este es el momento perfecto para saber más sobre los sentimientos que tiene la mayor por Jiwoo.

—¿Cómo es que comenzaste a venir a este tipo de fiestas?

—La primera vez que vine me trajo una chica con la que salía en preparatoria —comienza a contar la mayor y se le nota cierta vergüenza en el tono—, en realidad era mi novia.

Jinsol ve esto como una oportunidad para preguntar más. En realidad nunca se le había pasado por la cabeza pensar en que en algún punto de su vida Sooyoung estuvo en una relación seria, no es algo que Jiwoo les hubiera compartido tampoco por lo que se volvía algo que la llenaba de curiosidad; normalmente la mayor hubiera evitado un tema de esa naturaleza.

—¿Acaso le rompiste el corazón? —bromea la rubia y Sooyoung niega con una sonrisa lastimera mientras intenta acomodarse su desordenado flequillo, Sus ojos comienzan a verse caídos y cansados.

—¿Me creerías si te digo que ella me lo rompió a mí? —le pregunta antes de llevar la cerveza a sus labios, Jinsol niega con sorpresa, arrugando el entrecejo—. Pues así fue, aunque es mi culpa, era una niña tonta de solo 15 años.

—Todos nos sentimos así con nuestra primera ruptura —le dice Jinsol a modo de consuelo al notar que el tono de Sooyoung abandona el humor que lo suele caracterizar y que siempre te da a entender que no pretende tomarse nada muy en serio.

—No tienes ni la más mínima idea de lo estúpida que fui, pero por lo menos me dejó buen conocimiento, como este sitio y el no aferrarme a nadie —comparte, haciendo obvio que ya ha cruzado esa línea en donde está tan ebria que no se da cuenta que está contando demasiado—. ¿Qué estaba pensando al salir con una persona cinco años mayor que yo?

La pregunta suena genuina aunque es clara la respuesta. La información es compleja y Jinsol no sabe como tomarla, solo hace cálculos; cinco años más dan como resultado 20 años. Era la formula para un desastre.

—Suena a que tomó ventaja de ti —le dice seria la rubia.

—Claro que sí, me abandonó cuando se acostó conmigo por primera vez —dice para luego reír de forma amarga.

Jinsol no tiene tiempo de pensar ni siquiera en la importancia de lo que acaba de decirle la mayor cuando esta ya está tomando de nuevo su cerveza, pero antes de que pueda llevarla a sus labios, se cae de sus manos, rompiéndose en el suelo y dejándola anonadada. Jinsol decide por ambas que es momento de irse a casa y al ponerse ambas de pie nota realmente lo borracha que se encuentra Sooyoung.

Claro que irse es una tarea que resulta menos sencilla de lo que la rubia imagina debido a las horas que son. Sooyoung medio coopera, dejándose arrastrar a cualquier lado mientras intenta entablar conversaciones banales que no llegan a ninguna lado y que solo suenan a que su lengua se atropella una y otra vez. Lo que resulta complicado es conseguir un medio de transporte que las lleve de regreso a la ciudad y al final tienen que terminar en la parte trasera de una camioneta de dos muchachos que supuestamente conocen a la mayor y que les han quitado el equivalente en dinero a las cervezas que se bebieron para poder dejarlas en la gasolinera más cercana a la casa de la menor.

Jinsol tiene que comprarle un café negro y de dudosa calidad a la otra en la tienducha de la gasolinera para conseguir que se pueda mover hasta su casa andando, aunque las energías solo duran lo suficiente como para que lleguen a la entrada del complejo de departamentos y casi se caiga de frente en las escaleras. En los ascensores lo único que puede hacer la otra es dejarla recostarse sobre su pecho y mirarla entre molesta y divertida. Realmente nunca puede decidir que emoción de esas dos predomina en ella cuando se trata de la amiga de Jiwoo.

—Fue divertido, Sooyoung, pero eres un caso de cuidado —dice, más para si misma que para la otra cuando logra pasarla a su hogar y la empuja hasta su habitación.

La medio desviste y la mete en su cama, contemplándola de lejos un rato, pensando en que a Jiwoo le faltan varios tornillos en la cabeza para estar tan perdida por Sooyoung, pero sin poder negar que de alguna retorcida manera, le entiende, aunque también se intenta decir a si misma que está más borracha de lo que cree.

Acaba metiéndose en la cama al lado de la mayor y apagando todas las luces, es hora de que la noche se acabe por fin, ya mañana podrá ver más lados de Sooyoung, por hoy ya ha sido suficiente de ella.

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