Extra 5
Extra 5
¿La familia de shizun y el emperador?
Shen Jiu se removió en la cama, incapaz de seguir durmiendo más. Era extraño, no hacía mucho que se había acostado a dormir y ya se estaba levantando. ¿Sería acaso por culpa de Fu-er y algún extraño animal que habría escondido en la casa? De solo pensarlo, abrió los ojos ya con un regaño preparado para salir.
Un regaño que tuvo que tragarse al ver el lugar donde estaba. La habitación era muy espaciosa, con muebles demasiado costosos y decoraciones en negros y rojos. También había algo de oro por algunos rincones, pero el rojo destacaba demasiado. No tenía sentido, ¿qué hacía en el castillo de Luo Binghe cuando, al quedarse dormido, lo había hecho en su casita de bambú? No creía que Luo Binghe hubiera podido cargarlo hasta ahí sin despertarlo, así que, ¿por qué estaba ahí?
—A-Jiu, veo que despertaste—dijo Binghe, ingresando a la habitación con una bandeja llena de comida—. A tiempo para el desayuno. Cuando termines, este emperador te preparará el baño. Tenemos un viaje que hacer al norte, para hablar con algunos funcionarios que están dando problemas.
—Binghe, ¿de qué hablas? Tengo que ir a dar clases, no a jugar al rey contigo—suspiró, quitándose las mantas de encima solo para descubrir que estaba desnudo.
¡¿Cómo fue que no se dio cuenta de que estaba desnudo?! ¡¿Por qué tenía tantas marcas en su cuerpo que no recordaba haber tenido el día anterior?!
—¿Clases? Amor—Binghe dejó la bandeja a un lado y se acercó, tomando su mano con gentileza—, hace años que no das clases en QingJing. Estás muy ocupado aquí, siendo mi esposo y mi emperatriz como para ir a dar clases.
...
¿Qué?
Shen Jiu miró a Luo Binghe para cuestionarle qué mierda quiso decir con eso cuando entonces vio a Binghe. La ropa de Luo Binghe no era ni siquiera similar a la que su discípulo solía llevar en su día a día. La ropa de este Binghe era la misma que llevaba en su primera vida, luego de ascender al poder y volverse demente.
Definitivamente Shen Jiu no estaba entendiendo nada.
Binghe sonrió, levantándose para besar su frente.
—Creo que tanta actividad nocturna te hizo daño, amor—dijo cariñosamente la bestia, acariciando su cabello—. ¿Quieres un tiempo para recuperarte? Mientras tanto, puedes desayunar y este emperador irá a preparar tu baño.
Shen Jiu asintió distraídamente, dejando que Binghe se fuera mientras él terminaba de procesar todo lo que estaba pasando.
Para empezar, se había ido a dormir, como cada día y como era su rutina diaria. Pero al despertar, en lugar de estar en la tranquilidad de QingJing, estaba en el castillo de Luo Binghe, donde ya no era maestro del segundo pico de CangQiong, sino que era el esposo de Binghe y la... ¿emperatriz? ¡¿Por qué mierda no emperador?!
¿Y si un sistema corrupto lo había secuestrado y llevado a otro mundo? ¿Cómo hacía para regresar a su mundo, a su tranquila vida? Este Binghe no se merecía estar con un Shen Jiu que no era el suyo. Eso sería demasiado cruel.
No tocó casi nada de su desayuno y Binghe lo notó, pero no dijo nada. Simplemente le dijo que el baño ya estaba preparado y que podía ir cuando deseara. Shen Jiu se apresuró a ir y meterse en el agua tibia para relajar sus músculos. También para calmar su mente, pero su mente no duró mucho tiempo en paz cuando sintió algo saliendo de su trasero.
...
¿Cómo es que podía tener tanto...tanta esencia demoniaca en su cuerpo y no sentirse mal del estómago?
Si no tenía una desviación de qi, entonces estaría cerca.
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Shen Jiu buscó ropa de su gusto en el enorme armario, pero todo lo que encontró era de color rojo, así que de rojo se tuvo que vestir. La tela de su ropa era sumamente suave y costosa, con decoraciones en oro y detalles de bordado que no cualquiera podría realizar. También su corona y sus...joyas, eran de muy buena calidad. Hasta se cohibía un poco de usarlos. Si bien tenía cosas de valor, nunca había tenido algo de tan alto valor.
Era demasiado.
Al caminar por los pasillos, buscando a la bestia para preguntarle más sobre este extraño lugar, escuchó unos pasos apresurados correr detrás de él.
—¡Papá!—gritaron y Shen Jiu reconoció la voz de Fu-er.
Se giró, al fin teniendo a alguien más a quien preguntarle qué mierda pasaba en este mundo. Pero cuando se giró a ver, se dio cuenta de que Fu-er tenía los ojos rojos como Luo Binghe y el sigilo en su frente.
...
Shen Jiu estaba seguro de que no entendía nada de nada.
Su hijo sonreía muy feliz, con sus túnicas costosas de colores rojos y negros. Un aura demoniaca se notaba a su alrededor y Shen Jiu solo podía pensar en el hecho de lo extraño que era todo eso.
Tomó el rostro de su hijo para verlo mejor, pasando sus dedos por el brillante sigilo que no estaba hecho de tinta, sino que parecía impregnado en su piel.
—Auch, papá, ¿qué haces?
—Esto en tu frente...
—¿Mi marca? Nací con ella, ¿ya lo olvidaste?
Ah, entonces tenía sentido que no estuviera hecha de tinta.
Un momento... ¡¿Cómo que nació con ella?!
—¿Naciste con ella?
¿Quién era la madre de Fu-er entonces?
—Sí, ¿por qué no la tendría? Papá es un demonio celestial, era muy obvio que yo terminaría siéndolo también.
—Entonces ¿quién es tu madre?
¿Con quién le había sido infiel Luo Binghe? En cuanto lo supiera iba a matarlo y el mundo demoniaco se quedaría sin emperador. Incluso si este no era su Luo Binghe. Lo haría en nombre del Shen Jiu de este mundo.
Shen Fu lo miró desconcertado antes de poner su mano en la frente de Shen.
—¿Papá está bien? ¿Cómo es que olvidó que fue él mismo quien tuvo a Fu-er?
...
—Eso es...imposible...
Shen Fu frunció el ceño confundido.
—No, bueno, no teniendo en cuenta la sangre de papá. Me dijo que fue un milagro que quedaras embarazado, pero que había sido muy feliz cuando eso pasó. Tú siempre dices que fui muy revoltoso e inquieto incluso desde que estaba en tu vientre.
...
Definitivamente tendría una desviación de qi.
¡¿Dónde estaba Luo Binghe cuando uno lo necesitaba?!
¡Shen Jiu iba a matarlo!
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Encontrar a Luo Binghe no fue fácil, pero al menos Fu-er supo guiarlo luego de mentirle diciéndole que no se estaba sintiendo bien y que la cabeza le dolía demasiado. Luego de eso, Fu-er no dijo más y, en su lugar, lo entretuvo en el camino contándole cómo estaba aprendiendo a manejar los sueños con ayuda de Meng Mo y todos los tediosos libros que tenía que leer para, algún día, suceder a su padre. Shen Jiu lo escuchaba y asentía, sin poder decir nada al respecto porque, para empezar, Shen Fu, el niño que él crio, no era hijo biológico de Luo Binghe. ¡Mucho menos Shen Jiu fue quien llevó el embarazo adelante!
No sabía dónde estaba, pero donde sea que estuviera, necesitaba escapar ya.
—Amor, ¿pasa algo? Fu-er me dijo que no te sentías bien. ¿Hay algo en lo que este emperador pueda ayudarte?
—Luo Binghe, sea lo que sea a lo que estés jugando, ya detente—dijo Shen Jiu, alejándose del toque dulce de Binghe—. Yo no soy tu esposo, no soy emperador de nada y no quedé embarazado de Shen Fu. Soy maestro del pico QingJing, tú eres o eras mi discípulo, Shen Fu fue hallado por Ning Yingying y Ming Fan durante una misión y no vivo aquí, en el reino demoniaco contigo.
Luo Binghe miró a Shen Jiu mientras este reclamaba. Cuando terminó, Binghe suspiró y acarició su cabeza con compasión.
—Mi dulce A-Jiu, ¿de qué estás hablando? Por favor, ilumina a este tonto emperador. ¿Por qué no vivirías aquí conmigo? ¿Cómo es eso de que Ning shijie y Ming shixiong hallaron a Shen Fu en una misión?
Shen Jiu le dijo entonces sobre la tortura por la que le hizo pasar, su muerte y su renacimiento en el pasado, donde cambió todo, donde este loco emperador lo siguió. Los problemas que enfrentaron, el descubrimiento de su identidad, el hallazgo de su madre que en algún momento fue parte de su harén, el asesinato del Viejo Maestro de Palacio Huan Hua, su segunda muerte y su milagrosa resurrección.
Binghe lo escuchó en silencio, prestando atención a cada palabra que decía, y, al terminar, tomó gentilmente su mano para acariciarla.
—Amor, veo que tuviste un sueño demasiado realista para ser verdad. Creo que pudo haber sido mi culpa, anoche, luego de todo lo que hicimos, mi poder se habrá descontrolado y, por error, te encerré en un largo sueño. Este emperador quiere disculparse por eso—acercó la mano a su rostro y la besó.
—¿Qué? No juegues conmigo de esa manera, Luo Binghe—bruscamente quitó su mano, Binghe no dijo nada al respecto.
—No estoy jugando, amor. Admito que sí hay cosas que realmente pasaron aquí, cosas de las cuales me arrepiento profundamente de hacerte a raíz de malentendidos, pero todo eso es pasado y para nada igual a lo que tú soñaste—Binghe estaba serio, acariciando el dorso de su mano con las puntas de sus dedos—. Este emperador sí te torturó y te hizo daño, pero nunca te arranqué ninguna parte del cuerpo. O bueno, sí pensé hacerlo, hasta que descubrí...la verdad, sobre lo que pasó el día de la Conferencia de la Alianza Inmortal. Luego de eso, este emperador te sirvió fielmente y te cortejó de manera correcta. No fue sencillo tener tu corazón, pero me alegro mucho de haberlo conseguido, para poder cuidar apropiadamente de él por el resto de nuestras vidas.
»Tu madre nunca estuvo en mi harén. Para empezar, mi harén no tenía a más de dos mujeres, Sha Hualing y Qiu Haitang. Luego de eso, no tuve más mujeres o esposas, y cuando te casaste conmigo, ambas fueron destituidas y casadas con otras personas. Tu madre, por otra parte, te encontró poco después de que te liberara, así que hasta ese momento yo no la había conocido.
»La secta CangQiong nunca fue destruida, el rencor era solo contigo así que no incluí a nadie más. Todos en QingJing estuvieron a salvo, incluso Yue Qingyuan. Sé que ellos tuvieron problemas con Huan Hua, incluso a mí me molesto el Viejo Maestro de Palacio, pero no fue nada que no pudiera manejar por mi cuenta con algunos demonios de mi lado.
»Y Shen Fu—Binghe suspiró—. Al parecer mi sangre es milagrosa. Sin darnos cuenta, procreamos a Fu-er. Pero si tengo que ser sincero, te veías adorable embarazado—Binghe sonrió, tomando con una mano su cintura para acercarlo y la otra la apoyó en su vientre—. O bueno, te volverás a ver adorable.
Era definitivo, Shen Jiu moriría por una desviación de qi.
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Su madre fue a verlo poco después de su charla informativa con Binghe. Ella al parecer había sido alertada por el emperador de que su hijo parecía perdido y a punto de explotar. Luego de saber que estaba embarazado otra vez, Shen Jiu casi se volvió loco. Lo peor fue que Binghe trajo al castillo a Mu Qingfan para confirmarle su embarazo y eso no hizo nada para calmar los nervios crecientes en el cuerpo de Shen Jiu.
—Jiu-er, cariño—dijo su madre tomando su mano—, Binghe me ha dicho que te estás sintiendo mal. ¿Pasa algo con el bebé?
Shen pensaba seriamente en que, si alguien volvía a decir la palabra bebé, iba a llorar.
—No, no es eso. Solo...no me siento bien. Siento como si no perteneciera aquí.
—¿De qué hablas, amor? Tú perteneces aquí. Aquí está tu familia, tu hogar, tu vida—Huaying sonrió dulcemente, acariciando la mano de Shen Jiu con delicadeza—. ¿Por qué crees que no es así? ¿Algún sueño que tuviste?
Shen Jiu quería contarle sobre su vida, sobre el sistema y todo lo que había vivido. Pero entonces se dio cuenta de que sería inútil. Todo lo que contara, no sería más que un elaborado y raro sueño que tuvo. Algo que solo pasó en su mundo onírico, algo que su mente creó, pero que no era real. A pesar de que Shen Jiu sabía que sí fue real, él sí vivió todo eso que contaba. Él sí pasó por todo ese dolor y ese aprendizaje. Él sí perdió a Qi-ge, él sí reconstruyó su relación con su hermano.
Él sí vivió esas dos vidas.
—Perdón, mamá, creo que estoy algo confundido. Quizás necesito descansar—suspiró, apoyándose contra las almohadas.
Tras la casi desviación de qi, Luo Binghe lo llevó la cama, olvidándose de la reunión que tenían con los funcionarios a los que debían ir a ver. Según él, su salud era primero.
—Lo entiendo, amor. ¿Quieres que te cante una canción para que duermas?
Shen Jiu negó, acomodándose en la cama para dormir.
—Solo apaga las luces al salir.
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Al despertar, solo había una vela encendida y una bestia sentada en el borde de la cama, acariciando su cabello. A pesar de que Shen Jiu quería golpearlo y mandarlo a volar con un estallido de qi, de igual manera quería seguir siendo mimado de esta manera. Las caricias eran suaves y cálidas, solo instaban a Shen Jiu a seguir durmiendo.
—No, cariño, ya dormiste demasiado. Es hora de la cena—murmuró grave y divertido Binghe, acariciando su mejilla y corriendo un mechón de cabello rebelde que le caía encima.
Shen Jiu se removió, abriendo los ojos y viendo al demonio que estaba sentado cerca de él, acariciando su cabello con dulzura. Se sentó en la cama, mientras los ojos rojos de Binghe lo miraban con adoración.
—¿Quieres que este esposo te lo traiga a la cama o quieres levantarte?
Shen Jiu pensó en levantarse e ir al comedor, pero no quería encontrarse con nadie más que le dijera algo que lo pusiera al borde del colapso. Así que para preservar su salud mental, eligió cenar en la cama.
Binghe no se vio disgustado ni en contra de la decisión, como si solo viviera para servir y ver feliz a Shen Jiu. Salió del cuarto, luego de encender unas velas más, y pronto regresó con una bandeja repleta de comida que olía deliciosa. El hambre no tardó en hacer sonar su estómago, causando una suave risa en Binghe.
Shen Jiu lo ignoró y pronto se encontró comiendo las delicias en su bandeja. Sin duda alguna todo lo había hecho Binghe, este sabor en su comida solo la había probado de él, como si su halo de protagonista trabajara también en ese aspecto y no solo en mantener vivo a Luo.
—¿Te gustaría que te preparara el baño? Quizás un baño de agua tibia te haga sentir mejor. Puedo darte un masaje también, tus músculos están tensos.
Quería negarse, después de todo olía las segundas intenciones de Binghe, sin embargo, realmente le gustaría todo lo que ofreció. Se sentía tenso y todavía el peligro de la desviación de qi no había pasado, así que un baño y un masaje eran sin duda alguna un gran ofrecimiento.
Asintió mientras terminaba de comer lo que Binghe le había llevado, mientras este se alejaba para preparar el baño.
Si la bestia intentaba algo, Shen Jiu siempre era capaz de frenarlo a tiempo.
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La vida en el castillo de Luo Binghe era pacífica. Luego de lo que le pasó, Binghe optó por ser él quien atendiera todos los asuntos gubernamentales mientras Shen Jiu descansaba en el castillo, acompañado de su madre o su hijo. La verdad sea dicha, Shen Jiu se sentía mejor de esa manera, estando tranquilo en su "hogar" tenía más tiempo para reflexionar qué estaba pasando y qué podía hacer al respecto para regresar todo a la normalidad.
Estaba seguro de que estaba en otro mundo, un mundo donde al parecer era la emperatriz, un título que sinceramente detestaba, y donde podía quedar...embarazado. Así que tenía que buscar la forma de volver a su mundo, de regresar con su Binghe, con su madre, con su Yue Qi, con su pico, con sus discípulos. Pero si no sabía cómo fue que terminó ahí en primer lugar, difícilmente sabría cómo regresar. Así que además de pasar tiempo con Fu-er y su madre, Shen Jiu también buscaba libros que hablaran sobre algo que pudiera serle útil.
Pero no sabía si esos libros estaban en otro lugar o qué, la verdad era que no encontraba nada que pudiera serle de ayuda. Había información de todo tipo, pero no de la que buscaba. Shen Jiu realmente no sabía cómo sentirse al respecto. Y lo peor de todo el asunto era que mientras más semanas pasaban, semanas que parecían pasar sin que se diera cuenta, más su embarazo iba creciendo. Ya su vientre no era del todo plano, había una suave curva que evidenciaba su estado, pero que todavía podía ocultar con las túnicas. Intentaba no pensar tanto en eso o estaba seguro de que moriría de una gran desviación de qi.
Para su fortuna, Binghe no había intentado nada con él, durante las noches en las que dormían juntos, simplemente lo abrazaba y mimaba, pero jamás pasaba el límite. Shen Jiu agradecía eso porque realmente no sabía qué sería capaz de hacer si Binghe intentaba avanzar sin su consentimiento.
Posiblemente el mundo se quedaría sin emperador.
Esa tarde, con la excusa de dar un paseo con su hijo, hizo que Fu-er lo acompañara a CangQiong para visitar a su tío Yue. Al menos eso era algo que no había cambiado con respecto a su mundo. Yue Qi todavía era el tío de Fu-er y Fu-er lo quería mucho. Necesitaba hablar con él, saber si su pasado aquí era igual al que había conocido en su primera y segunda vida. ¿Habrían sido esclavos en esta vida? ¿Qi-ge lo encontró en una zanja luego de que el maestro de palacio lo dejara ahí abandonado? ¿Fue víctima de Qiu Jianluo? ¿Hubo una promesa de regresar que jamás se cumplió?
—Papá—llamó Fu-er, sus piernas moviéndose de la emoción—, ¿estás feliz? Veremos a gege y jiejie también.
—¿Cuánto tiempo pasó de la última vez que los vi?
—Mm...unos ¿seis meses? Fue antes de enterarte del embarazo.
Shen Jiu asintió, mirando las decoraciones de su abanico, el traqueteo del carro moviendo su brazo. El camino debía estar lleno de piedras como para que el carruaje se moviera tanto. O quizás el conductor era un incompetente. Debería hacer que Luo Binghe revalúe mejor a las personas que contrataba para ese trabajo. O quizás debería hacerlo él, debió fijarse mejor en el conductor del carruaje que los llevaría a Cang Qiong.
Un momento...Shen Jiu no recordaba del todo el momento exacto en que el carruaje fue puesto frente a las puertas del castillo. Tampoco recordaba el momento exacto en que subió con Fu-er o en que el carruaje comenzó a moverse.
Si lo pensaba detenidamente, había cosas que Shen Jiu no recordaba, cosas simples que seguramente recordaría en otras circunstancias. Por ejemplo, subirse a un carruaje. Eso lo recordaría muy bien, pero en su lugar solo recordaba haber tenido la idea de viajar a CangQiong con Fu-er y, al momento siguiente, estaba en un carruaje con Fu-er de camino a CangQiong.
Había voces afuera, aldeanos que deberían estar caminando por el mismo sendero que ellos. Shen Jiu acercó una mano para correr la cortina de la ventana, pero su hijo lo detuvo, una sonrisa amable en su rostro.
—No lo hagas, papá. Los aldeanos se exaltarían demasiado si te ven, siempre se emocionan cuando tú o papá los visitan.
Fu-er estaba siendo amable, pero Shen Jiu olía algo más detrás. Una idea llegó a su mente, una idea que solo causaba que quisiera matar a Luo Binghe.
Zafándose de su hijo, corrió la cortina y se asomó, viendo a los aldeanos que caminaban por el sendero. Todos ellos con las caras giradas, mirándose entre sí mientras conversaban. Pero todos ellos tenían los rostros borrosos y uno de ellos, al fondo, ni siquiera tenía cara. Sus bocas tampoco se movían al hablar, en su lugar la voz parecía venir de algún sitio de sus cuerpos, algún lugar profundo que no podían alcanzar.
Esas no eran personas reales. Ninguna de ellas. Ni siquiera Fu-er.
Shen Jiu frunció el ceño y de una patada abrió la puerta del carruaje, saltando de su interior para escapar de ese lugar.
Definitivamente mataría a Luo Binghe.
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Cuando Shen Jiu se dio cuenta de todo, Luo Binghe buscó salvarse a tiempo. Sabía que no tenía mucho tiempo entre que Shen Jiu despertara y él lo hiciera también, así que debía ser veloz y salir corriendo antes de que su novio pudiera tomar represalias en su contra por haberlo encerrado en un sueño totalmente inventado por él con la idea de jugar un poco con su pareja. No quería hacerle daño, solo demostrarle lo lindo que sería un mundo donde ambos gobernaran y pudieran tener sus propios hijos. Lo maravilloso que hubiera sido que Fu-er fuera hijo de ambos.
Sin embargo, el gran emperador demoniaco, aquel que había conquistado territorios a diestra y siniestra, y cautivado miles de corazones de las bellezas más obstinadas del mundo entero, no fue capaz de escapar de la almohada de su pareja y antiguo shizun. Una letal almohada que fue depositada en su rostro con la finalidad de asfixiarlo hasta la muerte.
Si no fuera porque Fu-er fue a buscarlo para hacer el desayuno, encontrando a Luo Binghe luchando por respirar y escapar de la almohada, XinMo se hubiera quedado sin dueño.
Así que esa noche, mientras descansaba en su habitación en el castillo, solo en su inmensa cama donde permanecería las siguientes cinco semanas, Binghe hizo una nota mental: Nunca más volver a molestar a shizun en sueños.
—Ah, maldita sea...
Con lo lindo que hubiera sido ver a Shen Qingqiu embarazado.
Este extra en sí es como un """guiño""" al extra de SAVE donde Shen termina en el mundo onírico de Binghe por error y ve lo que pasó Binghe durante esos cinco años en que él estuvo muerto, solo que aqui no era necesario mostrar nada, principalmente porque ya hablé lo que pasó con Luo Binghe en sus extras y porque a Shen seguramente no lo hubiera conmovido. Decidí dejarlo más como un capitulo de comedia que otra cosa XD
El siguiente también está inspirado en un extra de Save, incluso lleva el mismo nombre si no estoy mal. El extra 6 se llama Regreso a la infancia
La gran diferencia acá será en que todo el pico QingJing querrá al pequeño Luo Binghe uwu
Ya sin nada más que decir, nos vemos mañana uwu
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