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Especial San Valentín XI

Especial San Valentín XI

Aventuras en Sistema de auto-salvación del villano escoria XI

Binghe tenía en su mano a XinMo, con los talismanes destruidos y restos de los mismos en la empuñadura. La doncella dramática se veía enojada y sombría, seguro por ser separado de su caballero sin su consentimiento. Al parecer, en la desesperación de ambos por regresar, habían destruido los talismanes que contenían a XinMo y la usaron para crear un portal y volver con ellos.

Shen Jiu se permitió dejarse caer al suelo, sosteniéndose de XinMo con una mano. Solo ahora, que sentía que podía relajarse un poco por la presencia de su esposo, sintió como toda su energía había sido consumida prácticamente por la maldita espada. Su esposo no solía tener problemas, él era algo así como una gran fuente de energía constante. Pero Shen Jiu no era igual a él, Shen Jiu tenía un límite.

Tan pronto los otros dos estuvieron ahí, comenzaron a enfrentarse de nuevo a Bingge. Shen Jiu entonces notó su alrededor. Muchos de los demonios que habían ido con Bingge habían sido derrotados. Sha Hualing había sido maniatada con cuerdas de unión inmortal y Mobei-jun estaba siendo controlado por...Mobei-jun. Los demonios más fuertes que quedaban estaban siendo derrotados por sus hermanos marciales y los más débiles estaban eligiendo rendirse para evitar ser masacrados por los cultivadores.

Esto dejaba solamente a Bingge como el único demonio con el que todavía estaban lidiando.

El odio que habría desarrollado luego de ser derrotado por primera vez en este mundo, habría sido tal que lo había hecho elevar su cultivo. Su fuerza no estaba pudiendo ser controlada por los otros dos Binghe y la espada en su mano parecía no querer despegarse de la misma.

"Sistema, necesitamos hacer algo para detenerlo. ¿No hay una manera de mandarlo de nuevo a su mundo?"

[Este sistema querría una opción así, pero el halo de Luo Binghe es demasiado fuerte y este sistema solo puede enviarlo a su mundo o a cualquier otro si él quiere. A diferencia de otros, no puede ser obligado a hacer algo que no desee.]

El impostor se acercó a él, tocando su hombro para pasarle energía espiritual y hacer que su brazo sanara más rápido. Shen Jiu siseó de dolor cuando su brazo se arregló mágicamente.

[Elemento del inventario usado: Sana, sana, colita de rana ('• ω •')

-0 puntos B]

Shen Jiu: ...

—Eso fue más rápido de lo que esperaba—murmuró el usurpador—. Como sea, no importa ahora. Necesitamos deshacernos de Bingge. Sus demonios fueron prácticamente subyugados en su totalidad. Solo queda él. Si tus discípulos ayudan, posiblemente podremos detenerlo antes de que las cosas empeoren.

—Lo sé, estaba pensando en lo mismo—dijo Shen Jiu mirando a su alrededor—. Pero su halo sigue siendo un problema para todos. Viste lo que pasa cuando lo enfrentan. Nadie puede ganarle si él no lo quiere.

—Es el halo del protagonista ayudándolo. Imagino que con los de Binghe y tu Binghe se anulan mutuamente.

—Por eso su pelea es más justa, por decirlo de alguna manera. Pero con nosotros no—Shen Jiu lo pensó un momento antes de volver a hablar—. Sistema, ¿hay alguna posibilidad de anular por un momento el halo de Bingge?

[Mm...deje que este sistema lo averigüe...

...

...

Bueno, es complicado. Podría anularse, pero al anularse el halo de Bingge, se anularía también el de los otros dos Binghes. Y en caso de anularse solo el de Bingge, sin que afecte el de los demás, solo sería por un segundo y medio.

Ni siquiera alcanza el tiempo para rezarle a Dianxia ಥ_ಥ]

No podían anular el halo de Luo Bingge, lo cual, bueno, era malo pero podría ser peor si no tuvieran a los otros dos Luo Binghe. Lo único que les quedaba era pelear contra él, siendo todos contra Bingge y esperar a que el cielo se apiadara de ellos y...un momento, ¿por qué ellos no podían ganarle y estos dos idiotas sí habían podido?

[Fue un extra del libro al cual pertenecen U-U, obviamente en él Bingge estaba en desventaja porque no era el protagonista de la historia.]

"¿Y ahora quién está siendo el protagonista de la historia?"

[Deme un segundo, querido usuario...

Protagonista de Sistema de Redención del Villano Escoria: Shen Jiu.

._.]

Shen Jiu: ...

"¿Y por qué mi halo no está funcionando?"

[Ehm...según esto...usted no tiene ._.

Haré la denuncia por usted, usuario Ù-Ú]

—Por tu cara imagino que no hay forma de anular el halo de Bingge—dijo el impostor, Shen Jiu había notado la preocupación en sus ojos al ver la pelea.

—En resumidas cuentas, no hay manera de anularlo. Pero todavía tenemos que buscar la manera de derrotarlo. No podemos dejar que solo ellos lidien con este problema.

—¿De qué manera peleamos contra alguien que es imposible de derrotar? Bingge nos destrozará, es el protagonista semental de una novela donde nadie podía contra él.

No, decir que nadie podía contra Binghe era estúpido. Si lo pensaba mejor, el peor enemigo de Binghe era...literalmente era Shen Jiu. En este mundo lo vencieron luego de que el impostor se sumara a la pelea. En su mundo, Binghe prácticamente se volvió loco tras su muerte y abandonó todo para ir por él. El peor villano, la única persona capaz de desestabilizarlo lo suficiente como para hacer flaquear su halo de protagonista, era Shen Jiu.

Pero si Shen Jiu se metía en la pelea ahora, si luchaba, posiblemente terminaría mal. Este Bingge estaba dispuesto a matarlo con tal de separarlo del lado de su esposo. Como si no pudiera aceptar que otros tuvieran lo que él no había tenido.

...

Mierda, jamás pensó tener tanto en común con su esposo.

De todas formas, guiarlo hacia él era lo mejor para buscar una pequeña ventaja.

—¡Ya ríndete de una vez!—gritó Shen Jiu—¡Tus demonios fueron subyugados y no te queda nadie! ¡Estás solo en esto!

—¿Solo?—Bingge rio, bloqueando uno de los ataques que le eran dirigidos—Es mejor que estar rodeado de basura, esos demonios solo eran estorbo, mejor si mueren.

—Ahora entiendo por qué eres tan lamentable—se burló su esposo—. Creyendo que puedes luchar solo contra todos nosotros, en verdad eres tan lamentable y patético.

—¿Lamentable? ¿Patético?—los ojos de Bingge se encendieron furiosos—¿En verdad confías tanto en ellos? ¿Qué tan idiota eres como para creer que ellos te quieren?—repentinamente, sus golpes se volvieron frenéticos y duros—Solo te tienes a ti mismo, solo eres tú contra el mundo. Confiar en los demás...confiar en QingJing...en Shen Qingqiu... ¡Eso solo lo hace un imbécil!

Los golpes de Bingge se volvieron mucho peores de lo que habían sido, haciendo retroceder a sus dos oponentes quienes evitaban los golpes mortales tanto como les era posible.

—¿Cómo puedes creer que es una buena persona? ¿Cómo puedes creer que te acepta por ser demonio? ¿Cómo puedes creer que te reconoció como discípulo? ¡¿Cómo puedes ser tan idiota de creer en él?!—Shen Jiu vio el dolor en sus ojos, detrás de la furia y el odio—¡Ese hombre no tiene corazón! ¡No es capaz de ser amable! ¡Solo es una escoria que está mejor muerto!

Los gritos de Bingge subían de volumen con cada golpe que daba, como si su paciencia y su tolerancia se hubieran desvanecido a lo largo de la pelea. Una pelea que habría planeado terminar pronto pero que, al final, se había alargado hasta el punto en que quedó él solo peleando.

Solo él contra una secta que había ido para proteger al hombre que más odiaba y a su versión de ese mundo. Una secta que, en su mundo, le había dado la espalda y había dejado que un hombre cruel abusara de él hasta el punto de corromper su mente. Siempre solo contra todos. Sin tener nunca un apoyo, una mano que sostuviera la suya, unos brazos que lo atraparan, un cuerpo que lo consolara. Siempre solo, teniéndose a sí mismo en todo momento.

En uno de los frenéticos golpes, Binghe bloqueó su ataque y el otro Binghe lo atrapó desde atrás, inmovilizando sus brazos para evitar que continuara moviendo a XinMo.

—Ya ríndete, no hay nada más que puedas hacer.

La carcajada desquiciada de Bingge erizó el cuerpo de todos.

—¿Estás seguro?

El suelo tembló bajo sus pies y, si no fuera por el impostor, hubiera caído al suelo por seguir con las piernas débiles luego de usar a XinMo. Nadie entendía lo que estaba pasando, ni por qué la tierra comenzaba a temblar con fuerza.

[¡El Abismo sin Fin!]

La doncella dramática soltó a Bingge y se alejó de él al momento de darse cuenta de que las cosas estaban mal. Su esposo solo se alejó unos pasos antes de ser atrapado por Bingge del cuello, justo en el momento en que la tierra comenzó a abrirse, dejando escapar el calor y los gritos que provenían del Abismo sin Fin. Una escena que retornó a Shen Jiu a la Conferencia de la Alianza Inmortal. Las dos ocasiones en las que había visto a Luo Binghe caer al Abismo sin Fin. Ambas circunstancias muy diferentes una con la otra, pero había hecho pasar a su esposo dos veces por la misma situación.

Había hecho pasar a un joven de diecisiete años por el infierno mismo, solo por egoísta.

El odio de Bingge hacia él estaba más que justificado.

XinMo cortó los tendones de la muñeca de Binghe, la sangre fluyó por poco tiempo, pero la finalidad del corte había sido que soltara la espada en su mano. Al conseguirlo, llevó a Binghe al borde.

—Si tanto te quieren, veremos qué son capaces de hacer por ti.

Y desde el cuello, lo empujó hacia el Abismo. El cuerpo de su esposo cayó al vacío infernal del Abismo por tercera vez en su vida, desapareciendo de la vista de todos. Shen Jiu, quien sentía la desesperación arañarle el pecho, quiso levantarse y salir corriendo para ir tras él. Pero entonces, el impostor tomó su muñeca y sintió un viento salvaje pasar por al lado de él. Un movimiento tan rápido que no tuvo tiempo de ver de qué se trataba.

Sintió a sus costados los pasos de varias personas acercándose. Al mirar, notó las miradas sombrías de sus discípulos, que veían a Bingge y el Abismo apretando los puños. No vio a Ming Fan entre ellos.

—¿Por qué esas caras? Solo devolví al demonio al lugar donde pertenece—dijo Bingge en el momento en que se giró y vio a los discípulos de QingJing prácticamente queriendo saltar sobre él.

—¿Al lugar donde pertenece?—Shen Jiu escuchó la voz de Ming Fan detrás de Bingge.

Entonces notó que, elevándose en su espada, estaba Ming Fan con Luo Binghe saliendo del Abismo. La furia en los ojos de su discípulo era demasiado notoria.

—La verdad no me importa el motivo por el cual estás haciendo toda esta mierda. No me importa si es una venganza o si simplemente estabas aburrido. Si tienes algo en contra de estas personas, entonces eso es problema tuyo. Pero meterte con mi familia, eso es algo que no perdono—la espada voló hacia donde estaba Bingge, quien no dejaba de mirar a las dos personas sobre la espada—. Sí, tu vida fue una mierda y fuiste una persona miserable. Sin embargo—repentinamente, Ming Fan saltó de la espada cuando habían llegado al borde y, con su puño, le dio en la cara a Bingge— ¡eso no te da derecho a hacer miserables a los demás!

Bingge se recuperó y se dispuso a golpear a Ming Fan cuando, de manera que nadie se había esperado, un fuerte golpe en la coronilla obligó a Bingge a dar la cabeza contra el suelo y soltar a XinMo. Nadie, ni siquiera Ming Fan, habían esperado que Yang Chen le diera con su guqin a Bingge en la cabeza.

—Tú, bastardo, ¡cómo te atreves a arrojar a shidi a ese lugar de nuevo!

Y de nuevo, le dio con el guqin, solo que esta vez en el mentón cuando Bingge se levantó.

Bingge se levantó otra vez, dispuesto a arrancarle la cabeza a Yang Chen, cuando un puñetazo llegó desde el costado, desestabilizándolo de nuevo.

—¡Que seas infeliz no te da derecho de hacer que los demás lo sean!—gritó Chen Mei.

Entonces una patada voló desde otra dirección.

—¡Te mataré por meterte con Luo shixiong!—gritó Ying Yao, tan enojado como sus demás hermanos marciales.

Y de manera que Shen Jiu no se había esperado, los discípulos de QingJing se enfrentaron a puño limpio contra Bingge, quien apenas podía hacer algo para evitar sus golpes. Estaba pensando en detenerlos, después de todo era peligroso que se enfrentaran de esa manera a Bingge, incluso si XinMo no estaba en su mano ya.

[Espere, usuario, no es necesario.]

"¿A qué te refieres?"

[He estado analizando la pelea y, a su vez, el enfrentamiento anterior de Bingge contra Shen Yuan y Bingmei. Y sucede algo inusual.

Al parecer, de manera inconsciente, Binghe es capaz de expandir su halo hacia las personas que él quiere. Cuando se enfrentaron Shen Yuan y Bingmei contra Bingge, Bingmei de manera inconsciente pasó su halo a Shen Yuan. Y lo mismo está pasando aquí. Binghe está dejando que su halo llegue a sus hermanos marciales.

Sinceramente, no sabía que esto era posible...]

Entonces, si Binghe pasaba su halo a sus hermanos, entonces ellos serían capaces de luchar contra Bingge sin sufrir mayores daños.

Si tan solo su esposo hubiera hecho eso antes.

Al final, luego de recibir una paliza por parte de QingJing, Bingge fue acorralado cerca del borde del Abismo sin Fin, con Binghe apuntándole con XinMo y la otra, que pertenecía a Bingge, en su mano libre para evitar que la tomara.

—Ya ha sido suficiente—dijo Binghe, sus hermanos marciales cerca de él.

—¿Por qué?—murmuró Bingge, su mirada perdida en el suelo.

Humillantemente arrodillado en el suelo frente a discípulos de QingJing.

—¿Hm?

—¿Por qué...? ¿Qué hiciste tú que yo no?—los hombros de Bingge temblaron, sus manos se clavaron en la tierra bajo él—¡¿Por qué mis hermanos marciales me odiaron tanto?! ¿Qué fue lo que no hice? ¿Qué hiciste tú para que shizun te quisiera? Para que ellos te respetaran. ¡¿Por qué yo no fui apreciado?!—gritó Bingge, sus sentimientos desbordándose de manera descontrolada—¡Fui bueno! ¡Acepté cada castigo! ¡Hice todo lo que me pidieron! Y aun así...y aun así...—una mano sucia con tierra fue a su rostro donde la sangre había fluido, la risa escapó de su boca, una risa que reflejaba el dolor en su corazón—Yo...nadie va a amarme jamás...porque soy una bestia...un demonio...no merezco ser amado por nadie...ni siquiera en todos estos años yo pude...—la risa subió de volumen, mientras Bingge se levantaba tambaleante—Yo solo quería...yo solo...—junto con la risa, Shen Jiu notó las lágrimas que descendían de sus ojos—Yo solo...estaba tan solo...shizun, ¿por qué tú no...? ¿Por qué nadie puede quererme? ¿Qué es...lo que hice mal?... ¿Qué fue lo que hicieron ustedes que a mí me faltó?... Shizun...¿en qué me equivoqué?

Tambaleante, Bingge dio un paso hacia atrás. Pero estaba tan cerca del Abismo que ese simple pasó lo desequilibró y provocó que cayera, de nuevo, al infierno mismo.

Abrió los ojos cuando su caída se detuvo. Su mirada no se despegaba del hombre que había evitado que regresara al Abismo. Shen Jiu, por su parte, se aferraba a la muñeca de Bingge, sosteniéndolo firmemente e intentando levantarlo.

—Vamos, ayúdame, niño tonto—dijo Shen Jiu intentando jalarlo hacia arriba—. ¿En serio quieres volver ahí?

—Tú... ¿por qué...?

—Solo sube de una vez.

Pero Bingge parecía lo suficientemente sorprendido como para no subir por su cuenta. Shen Jiu estaba por solicitar la ayuda de alguno de sus discípulos cuando el impostor apareció y tomó el otro brazo de Binghe para ayudarlo a subirlo.

Shen Jiu había simplemente actuado, yendo por Bingge en cuanto vio que estaba por caer. En el estado en el que estaba, sabía que el chico corría peligro de caer. Se notaba que Bingge había llegado a un límite y su mente se había roto. Estaba llorando, con la cara sucia con sangre y tierra, sumergido en los recuerdos de un pasado que jamás podrá cambiar. Memorias de un niño que perdió a su madre y fue a una secta a buscar un nuevo camino para su vida. Una secta donde solo fue golpeado y usado, maltratado por un maestro que no sabía ser maestro. Un niño que buscaba una familia y solo encontró soledad y dolor.

Luo Binghe fue un niño perdido que, al crecer, nunca encontró su rumbo. Un niño perdido que a pesar del poder, del dinero y las mujeres no dejó de ser un niño que buscaba su hogar. Un niño herido por un adulto que no sabía cómo lidiar con sus problemas.

—¡Shizun!—escuchó que gritaron detrás cuando lograron sacar a Bingge.

Al girarse, Shen Jiu notó una pared de energía azul que los separaba de los demás, dejando solo a ellos tres.

"Sistema, ¿eres tú?"

[Este sistema cree que necesitan algo de espacio. No se preocupe, ellos no pueden ver ni escuchar nada.]

—¿Por qué...me ayudaste?

—Te quiero fuera de aquí, no muerto—dijo Shen Jiu, viendo a Bingge en el césped, arrodillado y con la mirada perdida en algún punto del suelo—. Siempre y cuando no recuerde cómo lastimaste a mi hijo.

—¿Por qué?... ¿Por qué ustedes...? Yo... ¿qué hice aquí que no hice allá? ¿Por qué ustedes sí me aceptaron?

Shen Jiu lo miró, tan desolado y triste. Ya no se parecía al emperador prepotente que había llegado a este mundo a generar caos. Solo parecía el niño que llegó a CangQiong a los diez años en busca de una vida mejor.

—Esa pregunta, él no puede responderla, Binghe—Shen Jiu llevó una mano a la cabeza de Bingge, acariciando su cabello como hacía con sus discípulos cuando estos estaban tristes—. Porque él no es el Shen Qingqiu que tanto odiaste en tu mundo.

Bingge alzó la cabeza, su mirada lucía confundida, como la de un niño.

—¿Qué?

—No eres el único que puede viajar entre mundos. Solo que, algunas veces, las personas que viajan se apropian de cuerpos que no les pertenecen—Shen Jiu miró al impostor, quien bajó la mirada avergonzado—. Este Shen Qingqiu, no es el verdadero.

—¿Tú...?

—Mi verdadero nombre es Shen Yuan—dijo el impostor— y no pertenezco a este mundo.

Shen Yuan se arrodilló cerca de ellos, dejando que Bingge lo mirara, casi como si intentara entender algo. Shen Jiu mantuvo las caricias en su cabeza, sabiendo que, en este momento, este niño las necesitaba.

—Entonces... ¿solo así podría ser aceptado por shizun?—Bingge rio sin gracia, sus ojos reflejando dolor por el descubrimiento.

—No—Bingge lo miró—. Este Shen Qingqiu no es el maestro que buscas. Este Shen Qingqiu nunca te arrojó té caliente en la cabeza ni te castigo por cualquier cosa. No fue el que instó a su pico a molestarte, el que te dio un manual de cultivo falso ni intentó matarte al lanzarte al Abismo sin Fin. Este Shen Qingqiu no es la persona que te traicionó. Pero yo sí lo soy, Binghe—su mirada se dirigió a la oscura de Binghe, su mano tocó el sucio rostro del chico que seguía luciendo perdido—. Yo le arrojé té caliente en la cabeza a un niño de diez años solamente porque envidié el hecho de que hubiera tenido una madre. Yo castigué a un niño simplemente por haber entrado en la edad justa para cultivar. Yo intenté perjudicar su crecimiento en el cultivo solamente porque era mejor que yo. Yo fui quien intentó matar a ese mismo niño en la Conferencia de la Alianza Inmortal lanzándolo al Abismo sin Fin porque no era más que un hombre sumergido en el odio y el rencor. Yo fui quien maltrató a un niño inocente que solamente buscaba su lugar en este mundo.

La sangre y la tierra en el rostro de Bingge se mezclaron y formaron una extraña sustancia que Shen Jiu decidió limpiar con las mangas de su túnica.

—Entonces... ¿cómo...?

—La vida me dio una segunda oportunidad y este maestro simplemente decidió cambiar para no volver a cometer los mismos errores—su manga se ensució, pero Shen Jiu siguió limpiando la piel del niño—. Este maestro aprendió de sus errores y se dio cuenta de muchas cosas...—dejando de limpiar, observó por un instante silencioso a Bingge antes de abrazarlo—Binghe...este maestro quiere disculparse contigo por todo lo que te ha hecho. Tú no te merecías lo que recibiste, no fue tu culpa que yo fuera un idiota y te maltratara. Tú nunca hiciste nada mal, fue solo este viejo maestro que no sabía cómo lidiar con sus propios demonios. Tú eras un niño increíble, perdóname por haber arruinado tu futuro.

Las manos de Bingge se aferraron a él, sus manos apretando su túnica mientras devolvía el abrazo. Sintió el gran cuerpo del chico temblar mientras lo sostenía entre sus brazos, su hombro comenzó a humedecerse mientras Bingge lloraba silenciosamente contra él.

¿Cuánto tiempo habría esperado Bingge para que su maestro le dijera esto? ¿Cuánto tiempo le tomó a Shen Jiu darse cuenta de sus errores?

¿Por cuánto tiempo este niño vivió perdido en la incertidumbre?

Shen Jiu lo sostuvo, acariciando su cabeza para consolarlo, para darle el calor que tanto buscó sin éxito. Cuando el llanto mermó, Bingge se separó por iniciativa propia, con sus ojos rojos por el llanto.

—Yo...no quiero volver...—dijo Bingge, su voz estaba rota y su mano seguía aferrándose a la túnica de Shen Jiu—Quiero volver a intentarlo...quiero...entender a shizun...quiero hacerlo feliz...quiero ser feliz...

"Sistema... ¿hay algo que se pueda hacer?"

[En eso estaba usuario (⌒ω⌒) ]

"¿Encontraste algo que pueda ayudar?"

[Lo hice. Este sistema descubrió algo interesante que seguramente le gustará saber UuU.

Resulta que el alma del Shen Jiu de este mundo, no desapareció. En su lugar, terminó en otro mundo sin los recuerdos de este. Es decir, lo hicieron regresar para que retomara su vida desde cero. Por lo que este sistema podría abrir un portal para enviar a este Luo Binghe al mundo donde se encuentra el alma de este Shen Jiu. Lo único malo es que perdería todo su poder, pero conservaría sus recuerdos.]

Shen Jiu creía que era suficiente para un nuevo comienzo.

—Es posible volver a empezar si quieres—eso llamó la atención de Bingge y el impostor—. Solo que perderás tu poder y será como casi volver a empezar de cero.

—No importa. Solo...quiero ser feliz por una vez en mi vida.

Shen Jiu asintió y se levantó, tomando la mano de Bingge para que se levantara también. Shen Yuan se levantó, pero Shen Jiu no le dio importancia.

"Sistema."

[Enseguida, usuario.]

Un portal se abrió frente a ellos y Shen Jiu pasó las indicaciones que le daba el sistema. Los tres pasaron por el mismo portal, dando con una calle donde la gente iba y venía. Según el sistema, nadie podría verlos ya que eran como una especie de fantasmas que rondaban el sitio. El sistema le dijo que solo así podría ver el momento en que sería enviado Bingge para que pudiera advertirle. Shen Jiu no entendió a qué se refería hasta que lo vio. El pequeño niño sucio que estaba peleando con otros para demostrar que era dueño de ese territorio.

El impostor y Bingge se detuvieron a su lado, viendo la misma escena que él.

—¿Qué pasa?—preguntó el usurpador.

—Si quieres empezar de nuevo conmigo, Binghe, entonces ahí estoy—Shen Jiu se señaló, el niño que peleaba con otros.

Un niño pequeño, sucio y delgado que solo quería sobrevivir.

Bingge lo observó antes de sonreír.

—Puedo lidiar con eso.

—Dices eso porque no sabes lo desconfiado que era. Soy capaz de golpearte por cualquier cosa si me desagradas.

—No eres muy diferente a tu versión adulta—sonrió Bingge, mirando su versión infantil—. ¿Cómo hago para ir?

Shen Jiu esperó la indicación del sistema.

—Solo acércate a él.

—Bien. Gracias por ayudarme.

Antes de que se fuera, Shen Jiu lo detuvo luego de una advertencia del sistema.

—Hay cosas aquí que cambiarán con respecto a tu mundo. Pero hay cosas que no lo harán. Si ese es el caso, solo hay algo que quiero pedirte.

—Lo que sea.

—No dejes que los Qiu me compren.

Bingge lo miró, no pudo identificar la emoción que cruzaba sus ojos, pero no parecía ser nada malo.

—Lo tengo.

Shen Jiu asintió.

—Otra cosa más.

—Dime.

Shen Jiu le dio un puñetazo en la nariz.

—Eso fue por romperle la pierna a mi hijo. Ahora sí, vete. Buena suerte.

Cubriéndose la nariz y gruñendo molesto, Bingge se marchó, caminando decidido hacia el niño sucio que seguía peleando con otros. Con cada paso que daba, su cuerpo comenzaba a encogerse y su ropa dejaba de ser tan lujosa y oscura. Con cada paso que daba, Luo Binghe se convertía en un niño de ropas sencillas que no se parecía en nada al gran emperador que había conquistado y unificado el reino humano y demoniaco. El mismo niño que fue a CangQiong a los diez años en busca de una vida mejor.

El pequeño Shen Jiu notó al niño que se acercaba. Un niño limpio y bonito de su edad que lo miraba con curiosidad. El niño se cruzó de brazos, frunciendo el ceño.

—¿Quién eres? No recuerdo haberte visto antes.

—Am, soy Luo Binghe. Yo...soy nuevo aquí.

El pequeño Shen Jiu lo miró, analizando a este nuevo niño.

—Esta es mi calle, así que busca la tuya propia—advirtió, su postura tornándose peligrosa.

—¿Y si la compartimos?

El pequeño Shen Jiu frunció más su juvenil ceño.

—No, esta es solo mi calle. Vete y busca la tuya.

—Y... ¿si te pago por usarla también?

El pequeño Shen Jiu lo pensó un momento antes de estirar su mano.

—Si pagas ahora, te dejaré.

—Uhm...—Binghe buscó entre sus bolsillos sin hallar ni una sola moneda— no tengo nada conmigo ahora.

—Vete.

—Pero...

—Fuera.

—Pero yo...

—Largo—el pequeño Shen Jiu lo empujó, haciendo caer de sentón a Binghe—. Busca tu propia calle.

Binghe lo miró, el enojó comenzando a brillar en sus ojos antes de levantarse y devolverle el empujón.

—¡Tú no eres dueño de esta calle!

Antes de notarlo, Shen Jiu se le había arrojado encima para golpearlo.

Oh, bueno, Shen Jiu estaba seguro de que estarían bien.

—Volvamos—dijo al impostor antes de dar media vuelta y volver por el portal que el sistema había abierto.

Shen Yuan asintió, sonriendo al ver a los dos niños revolcándose en el suelo y jalándose el cabello en una tonta pelea por ver quién podía ser el dueño de la calle.  


Sí, esto era lo otro que quería reservarme para estos capitulos y que no quería adelantar uwu

El siguiente es el último :D

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