Especial San Valentín VII
Especial San Valentín VII
Aventuras en Sistema de auto-salvación del villano escoria VII
Lan-er era el único sistema en el que Shen Jiu podía confiar lo suficiente como para pedirle ayuda para esta situación. No sabía cuánto tiempo tardaría el molesto sistema del usurpador en encontrarlo, pero dijo que lo haría antes de terminar el día así que Shen Jiu solo tenía que ser paciente por lo que restaba de día.
Cuando ambos Binghe llegaron, los encontraron en silencio con el rostro sombrío. El llorón del impostor se acercó a su maestro y le preguntó cómo estaba. Su esposo, por otra parte, simplemente se acuclilló frente a él y tomó su mano, acariciando el dorso con el pulgar para darle apoyo. Shen Jiu acarició su atractivo rostro, pensando en cómo carajos este hombre lo consideraba la persona más hermosa del mundo, incluso más que todas las flores de su antiguo harén. Luo Binghe no estaba bien mentalmente.
Pero así loco y todo, Shen Jiu lo amaba.
—Cariño—murmuró Binghe entregándose a la caricia—, ¿cómo te sientes?
—¿Yo? ¿No debería preguntar eso yo? Tú eres el que usó sin descanso a XinMo—murmuró Shen Jiu también para mantener esa ridícula privacidad.
Los otros dos que estaban presentes eran dos cultivadores experimentados, iban a escucharlos por más que murmuraran incluso más bajo.
—Un poco de descanso y este Binghe estará como nuevo, pero A-Jiu no se ve muy bien. ¿Es por lo del nuevo visitante? No tienes que preocuparte, nos iremos antes de que él llegue.
—En realidad...pensaba quedarme a ayudar.
Al decir eso, Shen Jiu no pudo ver a su esposo, pero sabía que lo estaba mirando. No sabía cómo decirle que su ayuda era una forma de ayudar al Shen Jiu de ese mundo que ya no existía, una manera de mantener protegido al Yue Qi de aquí en su nombre. De cuidar una secta que alguna vez fue el hogar de su shizun. Sabía que Binghe tenía que saberlo, tenía que decírselo. Pero no sabía cómo hacerlo teniendo a los intrusos ahí metidos.
No fue necesario.
—Entonces, este Binghe se quedará contigo y te ayudará—Binghe tomó su mano y besó la palma—. Eres mi esposo, cualquier problema tuyo, es problema mío también.
—Incluso antes de casarnos te apropiabas de mis problemas—le recordó Shen Jiu frunciendo el ceño, pero sin quitarle la mano que Binghe besaba.
—Era solo que en mi mente, tú y yo ya estábamos casados—Binghe sonrió y se levantó, sosteniendo su mano para instarlo a levantarse también—. Lamentamos no poder compartir más tiempo, pero si quiero estar en óptimas condiciones para una pelea, debo descansar un poco.
—C-claro—carraspeó el impostor—, nosotros volveremos al palacio de Binghe, sería bueno que comenzara a preparar a su ejército.
Shen Jiu no le prestó mucha atención, simplemente se fue en compañía de su esposo a la habitación en la que había estado durmiendo estos días. Detrás de él, sintió la intensa mirada del otro Binghe, el llorón dramático, que parecía quemarle la espalda. Su esposo puso una mano en su cintura y lo guio hacia el dormitorio. Al sentir su contacto, Shen Jiu dejó de darle importancia a la tonta mirada del cachorro mimado del impostor.
Ya a solas y tranquilos, mientras estaban acostados en la cama mimándose mutuamente, Binghe preguntó contra su pecho (lugar en el que se había apoyado desde que se habían acostado).
—¿Cuáles son los motivos de A-Jiu para ayudarlos?
Shen Jiu acarició el cabello de Binghe distraídamente mientras pensaba en una manera de decirle esto a su esposo. Binghe, por su parte, hacía círculos contra su espalda, un juego de sus dedos que hacía a menudo cuando estaban abrazados de esta manera.
—¿Notaste algo extraño en este Shen Qingqiu?
Binghe asintió contra su pecho.
—Todo él parece extraño. No se ve nada como mi esposo—alzando la cabeza, Binghe dejó un beso en su mentón—. ¿No es porque olvidó su pasado? Tal vez así te hubieras visto tú de haber olvidado tu pasado.
—Yo...en realidad te dije eso porque no creía necesario revelarte la verdad—Shen Jiu pasó sus dedos por las suaves hebras de Binghe—. Este Shen Qingqiu es diferente porque... ¿recuerdas la pelea contra Qiu Jianluo? La pantalla azul y verde que se presentaron en un momento de la pelea—Binghe tarareó un sí—. Bueno... ¿recuerdas cuando te conté sobre mi sistema y todo eso extraño que me pasó?
Binghe alzó la cabeza, esta vez para mirarlo.
—¿Estás queriendo decir que ese Shen Qingqiu...es como tú?
—No, no como yo. Este Shen Qingqiu no es el verdadero Shen Jiu, sino alguien más que tomó su lugar.
—Comprendo...—Binghe se quedó un rato en silencio, sin detener los círculos que hacía contra su espalda—Entonces... ¿los estás ayudando...en nombre de este Shen Jiu que no está ahora?
—Bestia, ¿desde cuándo te volviste muy inteligente?
—Desde que cultivamos dualmente. La inteligencia de shizun se me pasó poco a poco—Binghe rio cuando Shen Jiu apretó su mejilla en reprimenda.
—Desvergonzado, ¿cómo te atreves a decir palabras tan audaces como esas?
—Eres mi esposo, se me permite ser más desvergonzado de lo que era.
—Binghe, tú nunca dejaste de ser un desvergonzado descarado mocoso.
Binghe rio contra su pecho.
—Yo...creo que no será fácil luchar contra este Binghe que viene. Si es como yo fui, entonces vendrá directo a matar y no escuchará de réplicas ni nada de eso. Solo se concentrará en su objetivo.
—Lo sé, por eso tengo que pensar en una forma de mantener esta mediocre QingJing y toda la secta en pie. Si nuestra CangQiong estuviera aquí, pelear no sería difícil. Ni siquiera se me ocurre un entrenamiento de emergencia para preparar a los discípulos de aquí para pelear—Shen Jiu suspiró—. Si fuera otro demonio, creo que podría idear algo, pero se trata de ti y de otro XinMo, no será fácil lidiar con algo así.
—Mn.
—Tal vez reforzar las barreras podría ayudar a darnos algo de tiempo, pero ganar tiempo solo para ganar segundos de vida no sirve de nada. Necesitamos ganar tiempo para preparar una trampa. Algo que te detenga lo suficiente como para quitarte a XinMo y mandarte de nuevo a tu mundo para que molestes ahí. Ya bastante creo que tiene este lugar con un solo Luo Binghe que parece que nadie quiere, salvo el idiota que se hace pasar por mí. Es un poco triste, ¿no lo crees? Sin familia más que ese falso maestro. Este Luo Binghe es lamentable, aunque no sé cuál de los dos sea más lamentable: si el que está aquí o el que viene. ¿Tú qué crees?
Luo Binghe: zzz...
Shen Jiu: ...
Se había olvidado que las caricias en el cabello hacían que su esposo se durmiera mucho más rápido.
Bueno, podía esperar a que se despertara para saber su opinión. Mientras tanto, simplemente se quedaría ahí acostado con él, pensando en un plan para que esa CangQiong no terminara prendida fuego...otra vez.
.
No se había dado cuenta en el momento en que se había quedado dormido hasta que abrió los ojos y se dio cuenta de que el cielo se había oscurecido. Para él se sintió como un parpadeo, en un momento el cielo estaba claro y brillante y al siguiente oscuro. Si no fuera porque Binghe estaba con él, abrazándolo desde atrás, no creería ese extraño suceso. Agradecía que hubieran cambiado de posiciones en la cama o de lo contrario su brazo ahora estaría inutilizado. Ya le había pasado un par de veces, con Binghe y con Fu-er. Fue el peor dolor que había sentido en toda su vida y si no fuera porque sabía que pronto pasaría, se hubiera amputado el brazo adolorido.
Se removió un poco y pronto el brazo de su esposo se afianzó más a su cintura. Maldita bestia posesiva, siempre hacía lo mismo cuando estaban durmiendo abrazados. Acarició el brazo que lo sostenía y este poco a poco perdió fuerza. Sí, ese era el truco para que Binghe cediera y lo liberara.
Cuando pudo levantarse, fue por un cepillo y peinó su cabello mientras miraba por la ventana. El cielo nocturno era un paisaje muy hermoso, tenía memorias muy preciadas relacionadas con el cielo.
Una de esas memorias estaba relacionada con Fu-er. El pequeño niño, al inicio de su estadía en QingJing, antes de cumplir los cuatro años, lo descubrió meditando afuera a la luz de la luna. Shen Jiu pensó que la noche era agradable así que por eso salió, pero Fu-er lo vio y salió. Escuchó sus pasos acercándose, así que abrió los ojos y se giró hacia él. El pequeño lo miró, de pie a su lado tenía la misma altura que Shen Jiu sentado, incluso era un poco más bajo.
—Tienes que dormir, vuelve a la cama, Fu-er.
Fu-er, como parecía ser algo que formaría parte de su personalidad, no lo escuchó y, en su lugar, se sentó sobre sus piernas cruzadas, acomodándose en el hueco y mirando el cielo. Su cabecita estaba apoyada en su pecho, mientras parecía concentrado en la luna y las estrellas.
Shen Jiu acarició su cabello suelto por un rato antes de volver a hablar.
—Tienes que ir a dormir, Fu-er—repitió.
El niño se giró a mirarlo, sus ojitos brillando intensamente antes de acomodarse, obligando a Shen Jiu a sostenerlo con sus brazos para que quedara acunado sobre él. Fu-er apoyó su cabeza sobre el pecho de Shen Jiu y apretó su túnica con su pequeña mano, comenzando a cerrar los ojos poco a poco.
Shen Jiu nunca lo admitiría, pero había sonreído con ternura al ver al niño así y sabía, aunque no quisiera decirlo en voz alta, que ese había sido el momento en donde el pequeño niño había comenzado a ganarse un lugar en su corazón como su hijo.
Otra de sus memorias tenía relación con su esposo, antes de que siquiera fuera su esposo. Ambos estaban sentados en el pasto viendo el cielo, era un día tranquilo y luego de todo el ajetreo de su día a día decidieron pasar la noche así, con Shen Jiu entre las piernas del demonio y apoyado contra su pecho mientras Binghe se apoyaba contra un árbol.
—¿Sabías que esas estrellas tienen una historia interesante?
—¿Vas a contarla o esperarás a que pregunte por la dichosa historia?—preguntó Shen Jiu mirando las estrellas.
El pecho de Binghe vibró con su risa.
—Dicen que a hace muchos, muchos años, vivieron un general y un erudito. El general era muy bueno liderando las tropas y el erudito era un experto estratega. Ambos eran amigos desde la infancia, inseparables desde que se conocieron, aunque en muchas ocasiones su relación no lo parecía en absoluto. Incluso hubo un tiempo en donde se odiaron mutuamente, pero luego de muchas aventuras, aprendieron a quererse y respetarse. Ambos eran el complemento del otro y todos decían que la unión de sus fuerzas podría llegar a arrasar contra quien sea que se les opusiera, después de todo, no había nadie ni nada en el cielo y en la tierra que se les comparara.
»Estos rumores llegaron a oídos del emperador el cual, temeroso de que se fueran en su contra, mandó al erudito a la otra punta del país y designó al general a una guerra que llevaba años sin terminar. De esa manera, mientras estuvieran por separado, no serían tan fuertes y podría asegurarse de que alguno de ellos muriera. Sin uno de ellos, el otro no tendría tanto poder y simplemente sería más fácil de manipular. Fue así como, en contra de sus voluntades, tuvieron que separarse y partir para no despertar la ira del emperador.
»El general, reacio a pasar mucho tiempo separado del erudito, se esforzó por terminar con esa guerra que llevaba años sin resolverse. El erudito, por otra parte, comenzaba a idear un plan para derrocar al actual emperador y poner en su lugar alguien a favor de ambos para que no volvieran a pasar por algo así. Ninguno de los dos sabía lo que el otro tenía en mente, pero, de alguna manera, sus ideas se complementaron y funcionaron perfectamente.
»Luego de meses, el general regresó con la victoria tras su espalda y, para ese momento, el erudito había conseguido alzar a la mitad del país en contra del emperador. Sus palabras eran elegantes y audaces, de manera disimulada apuntó al general y comentó que alguien capaz de terminar una guerra tan dura en pocos meses era más capaz de ser el emperador que el emperador actual que ni siquiera había conseguido lidiar con el problema apropiadamente. El pueblo lo apoyó y pronto todas esas personas convencieron a las demás de que el actual emperador debía ser destronado y, en su lugar, el general debía tomar su lugar.
»El general, quien sabía lo que el erudito tramaba, aumentó más la ira de las personas al mentir diciendo que la gente contra la que peleaba había comenzado la guerra luego de que el emperador rechazara un acuerdo pacífico. Eso provocó que las personas que habían perdido a parte de su familia en el conflicto gritaran más fuerte y pidieran con vehemencia la cabeza del emperador como pago por las muertes que había ocasionado de manera innecesaria.
»El emperador intentó detener la revolución, pero sus eruditos no eran tan inteligentes y sus generales no eran tan hábiles, por lo que pronto su reino cayó y el general fue nombrado el nuevo emperador.
»La misma noche de su coronación, mientras estaban a solas, el general audazmente se acercó a su amigo, a su confidente, y le susurró—Shen Jiu sintió el aliento cálido de Binghe contra su oído—: A-Jiu, ¿aceptarías ser mi esposo?
Se congeló, girando la cabeza abruptamente por las palabras de Luo Binghe. Se había metido tanto en la historia y en la voz dulce de Binghe que la narraba, que no se había esperado que el chico hiciera esa propuesta tan repentinamente. La sorpresa y la vergüenza fue tanta, que Binghe abrió los ojos al ver a Shen Qingqiu, el Señor del Pico QingJing, completamente rojo.
Cuando Shen Jiu se dio cuenta de esto, ya era demasiado tarde, y por más que tapó su rostro, Binghe ya lo había visto.
El demonio rio al haberlo atrapado con la guardia baja e intentó quitarle las manos del rostro. Al no poder, besó divertido ambas manos con amor.
—Entonces... ¿aceptarás a este Binghe como tu esposo? ¿No quieres ser emperador del reino demoniaco junto conmigo? No es una oferta que he dado a nadie jamás.
Shen Jiu lo golpeó, todavía avergonzado, y luego de que le jalara las orejas y Binghe lo atrapara en un abrazo, respondió Sí, quiero.
Los simples recuerdos calentaban su pecho cada vez que se presentaban de manera repentina. Tenía muchas más memorias así, pero antes de poder rememorar otra, una voz se hizo presente en su cabeza.
[¿Querido usuario?]
"¿Sistema?"
Aparición estelar de Lan-er para sus fans :D Y un par de momentos de Shen Jiu con Binghe y de Shen Jiu con Fu-er
en breve subo el 8 :D
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