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Capítulo 43

La maestra Tang Huaying

La secta no era grande. El lugar que habitaban era una choza con cuatro habitaciones y un espacio decente para que sus miembros pudieran cultivar y no chocarse entre ellos mientras lo hacían. De todas maneras, además del maestro de Chen Xiaoyun y la misma Chen Xiaoyun, solo había ocho discípulos más. Una secta pequeña de diez personas difícilmente sería rastreada o encontrada siquiera. Mientras no hicieran nada que los hiciera destacar, entonces nadie sabría dónde estaban. Incluso sus túnicas eran blancas, iguales a cualquier túnica usada por otros cultivadores, entre ellos errantes. No había manera en que alguien pudiera encontrarlos fácilmente, ni siquiera el Maestro de Palacio.

Dos discípulos que estaban entrenando la espada afuera los miraron al llegar. Uno de ellos se acercó a Chen Xiaoyun y dijo algo en voz demasiado baja, ella negó con la cabeza antes de dedicarle una sonrisa para calmarlo.

—¿Laoshi está adentro?

—En el salón, tocando el guqin—informó el joven, haciéndose a un lado para dejarlos pasar.

Chen Xiaoyun caminó y ellos la siguieron, entrando a la choza de bambú desde donde escucharon una suave música de guqin. Shen Jiu reconoció la melodía, la había hecho practicarla a sus discípulos un millón de veces. Era una suave melodía básica, pero el trasfondo de la misma era lo que la hacía especial. Era una melodía que un antiguo maestro de QingJing había creado para su amada, una cultivadora que perdió la vida en una misión, luchando contra un demonio. Ella había amado la música de guqin y él trabajó en una melodía exclusiva para ella. Sin embargo, antes de mostrársela, ella perdió la vida.

En el salón, de espaldas a ellos, había una mujer pequeña y menuda. Su largo cabello acariciaba el suelo y sus dedos seguían tocando el instrumento con delicadeza y experiencia.

Chen Xiaoyun se arrodilló a su lado y se inclinó como saludo.

—Laoshi, esta Xiaoyun trajo a dos cultivadores a nuestra secta, pero esta Xiaoyun lo hizo por una buena causa.

—Xiao-mei, ¿cuántas veces debo pedirte que no seas tan formal?—la mujer suspiró dejando de tocar el instrumento, su voz dulce y como una melodía tranquilizadora—Si trajiste a dos cultivadores nuevos, entonces la secta no tiene nada que temer. Solo me gustaría saber qué te llevó a traerlos aquí.

—Ellos buscan tomar represalias contra el Viejo Maestro de Palacio.

La maestra de Xiaoyun apenas giró la cabeza hacia ella.

—¿Y quiénes son ellos?

Chen Xiaoyun los miró, para que ambos se presentaran.

—Shen Qingqiu, maestro del pico QingJing de la secta CangQiong, y mi discípulo, Luo Binghe.

Hubo una ligera tensión en el cuerpo de la mujer cuando nombró a QingJing pero desapareció tan pronto como se hizo presente. Dejó el guqin a un lado y se levantó, girándose para mirarlos.

Shen Jiu quedó asombrado por ella. La maestra de Flor de la Vida era una mujer bajita que no superaba el metro y medio, era menuda, tan frágil como el tallo de una flor en apariencia, pero si era la líder de esa secta su fuerza no podía ser considerada poca cosa. Era hermosa, demasiado hermosa. Su rostro parecía tener las medidas perfectas, con rasgos suaves y ojos redondos llenos de pestañas largas y negras. Sus labios eran finos y tenían un ligero color rojizo natural, como las flores de melocotón. Su piel era tan pálida que su cabello negro, el cual caía por los costados de su rostro, la hacía resaltar mucho más. Su belleza era inigualable, tan única que ni en diez mil vidas alguien podría llegar a parecerse a ella. Ni siquiera la belleza de la fallecida Su Xiyan, de quien Luo Binghe heredó su belleza, podría compararse con la de esta mujer.

La mujer abrió los ojos, tan sorprendida que parecía que en cualquier momento se desmayaría. Chen Xiaoyun tomó su mano, apretándola ligeramente antes de ser ella quien hablara en lugar de su sorprendida maestra.

—Ella es Tang Huaying, la líder de la secta Flor de la Vida.

Fue cuando dio ese dato que algo golpeó con fuerza en la cabeza de Shen Jiu y lo dejó mudo a él. Esta mujer ¡la recordaba de su primera vida! Nunca antes la había visto, ni había escuchado su nombre, pero sí recordaba haber escuchado una o dos veces el nombre de la secta y sus características físicas sin igual. Aunque escuchó todo eso mientras estaba preso porque ¡esta hermosa mujer formó parte del harén de Luo Binghe!

¡La amante de Sheng Qing resultó ser parte del enorme harén de Luo Binghe!

Sin embargo, había algo curioso de ella que llamó su atención. No solo se hablaba de su enorme belleza, sino también de cómo logró "domesticar" a las bellezas más obstinadas y molestas del harén de Luo Binghe y ponerlas en su lugar para que dejaran de molestarla. Era reconocida por su belleza delicada y pequeña, pero también era aún más reconocida por su astucia e inteligencia. También se decía, y que resultaba ser lo más curioso de todo, que se había acostado una sola vez con el emperador Luo y solo para cumplir con el trato de consumar el matrimonio. Pero luego de eso no volvió a relacionarse con él más que para conversar casualmente.

Saliendo de su estupor, se inclinó respetuosamente ante la mujer.

—Maestra Tang, lamentamos molestarla, pero nuestra situación es delicada y necesitamos conseguir toda la ayuda posible—dijo educadamente.

Ella salió de su sorpresa también y se acercó a ellos, bueno, solo a Shen, a quien veía detenidamente. Sí, tenía sentido, era increíblemente parecido a Sheng Qing.

—Dijiste que eres el maestro del pico QingJing. ¿Wang Mingan fue tu maestro?

—Naturalmente.

—Ya veo. Por favor, vengan y siéntense. Me interesa saber en qué podría ayudarlos una mujer como yo.

Tang Huaying los llevó a una pequeña mesa donde ambos se sentaron frente a ella.

—No sé si lo sabe ya, pero la situación de CangQiong es delicada. El Viejo Maestro de Palacio me acusó de un crimen que no cometí, pero cuando vio que no me quedaría a esperar un juicio injusto, terminó por meter a toda la secta.

—¿De qué se lo acusa, maestro Shen?

—De confabular con demonios.

—¿Y cuánto de eso es verdad? Hasta donde conozco al Maestro de Palacio Huan Hua, si bien suele hacer acusaciones injustas, siempre es con una base que él mismo modifica a su conveniencia—Tang Huaying no era tonta, una cultivadora de su edad difícilmente se llevaría solo por su odio y aceptaría ayudarlos sin escuchar toda una historia antes.

—Solo la parte en que mi alumno es demonio. Aunque solo mitad demonio—alzando una mano decidió presentar formalmente al chico a su lado—. Él es Luo Binghe, discípulo de QingJing desde los diez años, e hijo de Su Xiyan, exdiscípula principal del palacio Huan Hua y primogénito de Tianlang-jun.

Ante esa información, los ojos de la hermosa mujer se abrieron en sorpresa.

—¿Eres hijo de...?—se calló, analizando el rostro Binghe—Se dijo que Su Xiyan murió por culpa de ese demonio.

—Mi madre murió al darme a luz, sacrificando su vida para tenerme luego de tener que ser obligada a beber un veneno para matarme. En su lugar, ella decidió morir para que yo pudiera vivir—dijo Binghe.

Tang Huaying apretó los puños al escuchar eso. Algo parecía afectarle del relato, pero Shen Jiu no parecía saber qué.

Por otro lado, Shen Jiu estaba sorprendido de que Luo Binghe supiera tanto sobre el pasado de sus padres. Sospechaba que habría buscado algo de información durante su estadía en el Abismo sin Fin.

—Sé que tuviste una relación con Sheng Qing y sé también que el Maestro de Palacio lo asesinó aliándose con la secta Loto Blanco de Primavera. Por lo que entendí, tú pertenecías a esa secta, pero ahora todas están muertas. Me gustaría saber qué pasó.

Tang Huaying entrecerró los ojos, Chen Xiaoyun llevó una bandeja con té recién hecho.

—¿Cómo saben todo eso?

—Tengo una habilidad especial—dijo Binghe mientras miraba a Tang Huaying—. Me permite entrar al mundo onírico y ahí puedo ver las memorias de las personas. Así fue como lo vimos desde los recuerdos del Viejo Maestro de Palacio, la forma en que se llenó de rencor por su incompetencia hasta que lo mató.

Ante eso último, tanto Tang Huaying como Chen Xiaoyun se mostraron sombrías. La energía espiritual de ambas fluyendo a su alrededor, antes de que la líder de secta tomara la muñeca de Xiaoyun para calmarla.

Hubo un momento en silencio, donde solo se sirvió el té. Shen miró el contenido de su taza, un suave té de menta y jazmín. Se podía sentir el olor incluso sin acercar la nariz al borde de la taza.

—Mi rencor con el Viejo Maestro de Palacio va más allá de lo que le hizo a mi Sheng Qing—empezó hablando Tang Huaying—. Pero para entender eso, creo que es necesario remontarme a antes de que todo se saliera de control.—tomó un sorbo de té antes de continuar.

»Fui hija única de una familia demasiado conservadora. Como mujer, mi destino era casarme con el hombre que mi familia impusiera y brindar herederos. Odié ese destino y cuando tuve la oportunidad, escapé de casa. Fue luego de días de deambular sin rumbo y de estar al borde de morir de hambre, que una cultivadora de la secta Loto Blanco de Primavera me encontró y me ayudó. Fue en ese momento donde conocí a la líder de secta y terminé uniéndome a ellas. Tenía doce años, así que entré en la edad indicada para cultivar, por lo que no tardé demasiado en conseguir mi núcleo dorado.

»Esa historia no vale mucho la pena, lo único que hace falta recordar de todo esto era que en Loto Blanco de Primavera había una regla, una regla muy importante que ninguna mujer debía romper: se prohibía cualquier tipo de relación sentimental o carnal con un hombre. Esa era prácticamente la regla más sagrada de toda la secta. Su odio hacia los hombres era tan grande que en muchas ocasiones me hacía sentir incómoda porque no pensaba como ellas. Durante mi tiempo como cultivadora conocí todo tipo de personas y eso incluyó una gran variedad de hombres, lo que me llevó a no poder compartir ideas con ellas.

»Continuando con lo importante. Fue durante una misión en un pueblo en donde conocí a Sheng Qing. Él era conocido ya para ese momento, tanto que hasta tenía un pequeño grupo de admiradoras esperándolo en el pueblo para darle la bienvenida. Era un idiota engreído al que le gustaba presumir sus habilidades usando su energía espiritual para hacer levitar flores hacia las manos de las mujeres. Hizo levitar una hasta mí, pero lo ignoré. Mi trabajo era asesinar un demonio, no socializar con un hombre al que le gustaba la atención. Así que me enfoqué en mi misión.

»El demonio resultó ser más de lo que podía manejar y Sheng Qing me salvó—Tang Huaying sonrió dulcemente por los recuerdos—. Pensé que iba a regodearse por salvarme, por la actitud que vi de él esa mañana, pensé que lo haría. Pero no, no lo hizo. En su lugar, curó mis heridas y me ayudó a llegar a la posada donde me quedaba. Me sentí en deuda con él y le dije que, si algún día necesitaba mi ayuda, podía contactarme a través del talismán que le di. Yo atendería la llamada de inmediato. No me contactó hasta tres meses después, en un pueblo donde batallaba con un demonio. Era un hombre astuto, realmente capaz de pensar en varios planes diferentes para que la misión fuera un éxito. Yo...creo que fue eso lo que me atrajo de él en un inicio. Era algo que no había visto antes y me había gustado. Además, Sheng Qing era un hombre interesante, siempre tenía una historia nueva para contar y era un buen oyente.

»Tardé un año en reconocer que me había enamorado de él y tres meses más en confesárselo. Estaba tan nerviosa ese día, pero él fue tan dulce conmigo—los ojos de Tang Huaying se cristalizaron, tardó unos segundos en retomar el relato—. Fue una bonita relación. Él era mi alma gemela y yo era la suya. Lo sabíamos perfectamente. Nos amábamos tanto...Fue mi culpa que lo mataran.

»Sheng Qing me ofreció ir con él a QingJing, su maestro iba a aceptarme, en especial si era su alma gemela. Pero yo sentía que estaba en deuda con la mujer que me había encontrado y llevado a esa secta que no...simplemente no podía irme. Le pedí tiempo, un poco más para saldar con ellas esta deuda de vida que tenía. Y él me lo concedió—hubo una pausa más larga esta vez, Shen podía notar la tensión en el cuerpo de Tang Huaying—. Pero al final, resultó ser que no lo tuvimos.

»Seis meses después de ese acuerdo, me enteré de que estaba embarazada. Yo estaba feliz y Sheng Qing también lo estuvo, pero cuando recordé la secta en la que estaba, me asusté. Ellas no tomarían bien esto. Sheng Qing insistió entonces en que vaya a QingJing, donde tanto yo como el bebé estaríamos bien. Por mi bebé, por su bienestar, acepté. Solo debíamos encontrarnos donde siempre y él me llevaría a QingJing, donde estaría a salvo y nuestro bebé crecería a salvo. Sin embargo, fue esa noche cuando todo sucedió.

»Todas me rodearon cuando llegué al lugar de encuentro con Sheng Qing y supe que algo malo había pasado. Creí que vería malherido a Sheng Qing, tal vez golpeado y sería amenazado frente mío. No esperé que la líder de secta me arrojara su cabeza directo a mis manos. Fue tal el dolor, que estuve a nada de tener una desviación de qi. Si no fuera por mi bebé, me hubiera dejado llevar ahí mismo. Me resistí. Y ellas descubrieron mi embarazo.

»En consideración por haber sido miembro de la secta, me concedieron la oportunidad de quedarme ahí y criar a mi bebé si este resultaba ser niña. De lo contrario, mi niño y yo deberíamos irnos de la secta y jamás regresar. Fuera niño o niña, de igual manera planeaba marcharme e ir rumbo a QingJing, donde buscaría refugio y criaría a mi bebé donde mi amado deseaba que fuera criado. Sin embargo, no era la única que ocultaba sus intenciones.

»Meses después, finalmente di a luz. El primer mes del otoño, di a luz a mi pequeño bebé. Un pequeño niño. Recuerdo que prometí cuidarlo y protegerlo de todo, antes de dormirme, agotada por el parto. No fue hasta que desperté que me di cuenta de mi error. Mi niño, el bebé al que solo tuve por unos pocos minutos en mis brazos, se había ido. La líder de secta me dijo que no podía quedarse, porque era un niño, y fue entregado a alguien más para que se deshiciera de él. De esa manera, yo me quedaría en la secta sin problemas.

»Me sentí traicionada, sumamente herida, y sintiendo que ya no podía perder más, dejé que mi desviación de qi me consumiera. Perdí el conocimiento y solo volví en mí gracias a Xiao-mei. Ella buscó durante esos meses a Sheng Qing, sin creer en las palabras del perro de Huan Hua sobre su muerte. Cuando me encontró, estaba al borde de la muerte. Ella niveló mi qi y me ayudó a recuperarme. Me enteré días después, cuando pude abrir los ojos y ser consciente de mi alrededor, que había matado a cada miembro de Loto Blanco de Primavera.

»Tuve que contarle todo lo ocurrido a Xiaoyun, incluido lo sucedido con mi pequeño bebé. Ella decidió quedarse a mi lado y juntas emprendimos camino para buscar a mi hijo. Me tomó meses saber que fue el Maestro de Palacio a quien entregaron el niño y que fue él quien lo abandonó, en un pueblo donde había esclavistas. La desesperación que me consumió fue tal que quise ir de inmediato a ese pueblo y salvar a mi bebé. Pero cuando fuimos, descubrimos que había cultivadores de Huan Hua custodiando los límites, buscándonos a nosotras. Hicimos tantos intentos por entrar, por ver a mi hijo. Siempre tan cerca pero tan lejos. Quise salvarlo tantas veces, pero no pude hacer nada. El Viejo Maestro de Palacio me quitó a mi hijo y a mi alma gemela. Me arrebató mi felicidad y yo he esperado años para verlo caer. Para tener una oportunidad para preguntarle dónde está mi hijo, qué pasó con él. Pero han pasado ya cuarenta y cuatro años, han pasado tantas cosas que es difícil saber si siquiera sigue con vida...Pero no importa, no importa si lo que encuentro son sus huesos. Lo único que quiero es hallarlo, demostrarle que su madre siempre lo buscó y nunca se rindió. Incluso si ya no está aquí para recibir mi amor—las manos de Tang Huaying temblaron al dejar su taza con té—. Maestro Shen, ayudarlo en contra del Viejo Maestro de Palacio es un honor para mí, teniendo en cuenta lo que él me ha hecho. Pero me temo que el relato de una viuda no será suficiente para ayudar a CangQiong.

—Pero su relato no es un relato vacío. Con la información de Sheng Qing que encuentren en CangQiong y con los discípulos que todavía lo recuerden, no solo a él, sino también a Chen Xiaoyun, tendremos suficiente para implantar la duda en los demás—dijo Binghe, su mano sosteniendo perezosamente la taza.

—Todavía no recibimos noticias de que mis hermanos marciales hayan encontrado algo—intervino Shen—. Pero siento curiosidad respecto a Sheng Qing. Tú fuiste su shimei—Chen Xiaoyun, de pie detrás de Tang Huaying, asintió—. Lo conociste. Sé que fue el discípulo principal de QingJing y que shizun lo apreciaba demasiado, lo que no entiendo es por qué nadie de CangQiong, además de ti, salió a buscarlo.

—Porque el perro desgraciado de Huan Hua afirmó haber estado en una misión con él y no haber podido hacer nada para salvar su vida del demonio que lo atacó. Una clara mentira, pero como era el hijo del maestro de Huan Hua de ese entonces, todos le creyeron. Intenté decir algo, pero él tenía todo cubierto. No podía acercarme a la secta ni a ningún otro lado sin que él quisiera matarme antes. Tampoco me animé a decirle a shizun la verdad porque no quería que se metiera en problemas. Pero shizun era un hombre inteligente, estoy segura que él se dio cuenta de la mentira del perro desgraciado de Huan Hua. Solo que no podía hacer nada para salvar la memoria de shixiong.

Shen Jiu asintió, tenía sentido eso. También tenía sentido que nunca se hubieran mostrado tan públicamente o que hubiera escuchado sobre ellas hasta que Luo Binghe se casó con Tang Huaying.

—Está anocheciendo—dijo Tang Huaying mirando hacia una de las ventanas, las lágrimas todavía brillaban en sus ojos—. Xiao-mei, llévalos al cuarto de invitados para que se queden. No es seguro que salgan al bosque a esta hora.

—Sí, laoshi.

Tang Huaying suspiró, pero no dijo nada. Shen y Luo siguieron a Chen Xiaoyun hacia el cuarto donde se quedarían esa noche.

[*Ting*

Nuevo personaje desbloqueado: Tang Huaying.

Nuevo personaje desbloqueado: Chen Xiaoyun.

Nueva historia desbloqueada: La historia de la princesa Hua.

Este sistema se disculpa por dar tarde las notificaciones, pero me perdí en la narración de Huaying-jie ( ╥ω╥ )]

Espera...

¿La historia de la princesa Hua?

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Shen Jiu recordaba que La historia de la princesa Hua, fue una de las historias que su shizun le había pedido que leyera. Shen lo hizo, por supuesto, y se la leyó a Shen Fu, quien siempre prestaba atención a esa historia. Una historia de amor y tragedia.

Una historia que su shizun escribió, inspirado en la historia de amor de su discípulo y esta mujer. Nunca entendió por qué le pidió que la leyera. Al inicio, cuando supo de Sheng Qing y Tang Huaying a través del mundo onírico, creyó que era una forma de dar a conocer a su discípulo principal, aquel que perdió. Pero luego de escuchar la historia de Tang Huaying, su punto de vista cambió totalmente. Ya no creía que su shizun quería que leyera esa historia para que conociera a Sheng Qing, sino para que supiera la historia de sus padres.

Había demasiadas coincidencias en el relato de Tang Huaying. Ella había perdido a su hijo recién nacido el primer mes del otoño hace cuarenta y cuatro años. Shen Jiu tenía cuarenta y cuatro años y había sido encontrado por Qi-ge el primer mes del otoño, cuando era solo un bebé. Vivía en un pueblo donde había esclavistas, un hecho no muy común en otros pueblos. El hijo de Tang Huaying había sido dejado en un pueblo así, custodiado para que ellas no pudieran entrar y encontrarlo.

Además de eso estaba su gran parecido con Sheng Qing. Era tan increíblemente parecido que ambas mujeres, al verlo, se quedaron pasmadas. Incluso recordaba haber visto, en su shizun hace años, un brillo peculiar al verlo, antes de aceptarlo en QingJing. Si tenía en cuenta esto, entonces el trato de abuelo que le brindaba su shizun tenía sentido. Él debió reconocerlo como hijo de su discípulo. La edad coincidía increíblemente también. Shen Jiu ingresó a QingJing a los diecisiete años, casi la misma cantidad de tiempo que llevaba Sheng Qing muerto. Sin contar que no solo era igual a Sheng Qing en apariencia, el truco que usaba Sheng Qing era el mismo que usaba Shen Jiu desde muy corta edad, desde antes de saber lo que era la energía espiritual.

Si todo eso resultaba ser así, si sus conjeturas eran ciertas, entonces él y Luo Binghe tendrían más en común de lo que había creído. Sin embargo, habría una enorme diferencia: Shen Jiu todavía tenía una madre que lo buscaba, una madre viva que esperaba poder encontrar a su hijo para abrazarlo.

Ambas madres de Luo Binghe estaban muertas. Y lo único que tuvo en su vida para aferrarse, fue un maestro que terminó por destruirlo.

Sin embargo, todo esto podía ser mentira, una coincidencia. Y Shen Jiu solo estaría pensando de más las cosas.

—Espero no molestar—dijo Tang Huaying acercándose a él.

Shen Jiu no había podido dormir con tantas cosas en su cabeza, así que sin despertar a Luo Binghe se levantó para sentarse en el salón donde habían hablado con la maestra de Flor de la Vida. El lugar era agradable y desde donde estaba sentado podía ver la luna.

—Creí que estabas dormida—comentó Shen volteando a verla.

Ella tenía una túnica sencilla de dormir y el cabello completamente suelto. La luz lunar resaltaba su bella y pulcra piel con un brillo plateado.

—Rememorar lo ocurrido con Sheng Qing me ha desequilibrado un poco.

Shen Jiu podía entender lo que era sentirse así.

—Tocas bien el guqin—comentó volviendo a mirar la luna.

—Xiao-mei me enseñó.

Shen sabía que quiso agregar algo más, quizás relacionado a Sheng Qing, pero se abstuvo. La curiosidad picó en su pecho y tuvo que preguntar, girándose a mirarla:

—Hablaste de tu hijo antes—ella lo miró—. ¿Alguna vez lograste entrar a la ciudad de los esclavistas?

—Una vez, pero no pude rondar por mucho tiempo. La familia de ese lugar, si no recuerdo mal los Qiu, le informó a Huan Hua sobre nosotros ahí. Me enteré años después de que casi todos fueron masacrados y su vivienda se prendió fuego. Se lo merecían, no podía sentir piedad por ellos. No se lo merecían.

Shen Jiu apretó los puños, un dolor en su pecho. No podía ser coincidencia, pero ¿cómo le diría a esa mujer que posiblemente fuera su hijo? ¿Y si la ilusionaba en vano y terminaba no siendo así? Eso sería tan cruel, ver su desilusión, su corazón destrozado. ¿Era capaz? ¿Podría decirle sus pensamientos? ¿Qué él vivió en esa ciudad, encontrado desde bebé el primer mes del otoño, hace cuarenta y cuatro años? Que incluso sin saber sobre cultivación o energía espiritual era capaz de mover pequeños objetos para defenderse, igual que Sheng Qing.

¿Podía ser capaz de arriesgarse a ilusionar a una madre que llevaba más de cuarenta años buscando a su hijo?

—Tu familia debe estar orgullosa de ti—comentó Tang Huaying de repente.

—¿Qué?

—La familia Shen, los habrás llenado de orgullo cuando te convertiste en el maestro de QingJing. Es un gran honor.

Shen Jiu quiso decirle que no existía la familia Shen, que su apellido fue puesto al azar porque no tenía familia.

—¿Usted lo estaría?

Tang Huaying sonrió, se veía tan inefable y etérea a la luz de la luna.

—Si esa fue su meta, y lo logró, naturalmente estaría orgullosa de él—Tang Huaying sonrió, mirando a Shen Jiu con sus redondos ojos—. ¿A qué edad entró a la secta el maestro Shen?

—Diecisiete años.

—No es una edad conveniente para el cultivo.

—Tuve algo de práctica antes.

—Ya veo—ella asintió, volviendo a mirar a la luna—. Por lo que se dijo, fue uno de los maestros de pico con menos años en la secta antes de su nombramiento.

—La mayoría llevaba diez años o más. Yo solo tuve ocho años, un poco menos en realidad.

Fue un tema que casi hace que su shizun peleara con todos sus hermanos marciales. Nadie creía que estuviera listo para eso, menos cuando ni siquiera había tenido entrenamiento previo con las cuatro artes, algo que debía dominar perfectamente si quería ser el maestro del pico QingJing.

—Admirable—dijo ella cerrando los ojos, dejando que la luz de la luna bañe su rostro—. Yo tardé más de quince años en dominar perfectamente el guqin.

—Diría que fue más supervivencia.

Era eso o ser un discípulo más, pisoteado por un idiota que se creía mejor que él.

Tang Huaying sonrió y asintió, disfrutando de la noche mientras se quedaba en silencio. Su presencia hizo sentir más tranquilo a Shen Jiu, independientemente de si fuera su madre o no, el aura que ella tenía era pacífica y le gustaba mucho. El sueño lo invadió y se levantó.

—Buenas noches—susurró como despedida antes de dirigirse a la habitación que compartía con Luo Binghe.

—Maestro Shen—llamó ella, Shen Jiu se detuvo—, ¿existe la familia Shen?

Shen Jiu quiso irse y no responder. Pero se quedó, dándole la espalda.

—No, no existe.

[+50 puntos de afecto de Tang Huaying] 


Bueno, creo que es obvio quién es Huaying y quien es Sheng Qing, no hace falta que se confirme más uwu

La idea de poner un trasfondo así de los padres de Shen me había gustado mucho, porque no suelo verlo demasiado. Generalmente no se toca el tema y queda en la nada, así que yo quise incluirlo porque sentía que este tema era algo que había afectado de alguna manera a Shen. No saber o creer que sus padres lo abandonaron, no habrá sido algo bueno para él, un pobre niño que peleaba por sobrevivir.

Al inicio se me ocurrió que su madre fuera una princesa o una noble de una gran familia y que su padre fuera un plebeyo o algo así, una historia trágica donde la familia de ella la obligaba a abandonar al niño. Peeero me gusto mas la idea de que los padres de Shen fueran cultivadores, lo que, para mi obviamente, le daría sentido al por qué tenía talento con el cultivo a tan corta edad. Como Binghe, quien era muy fuerte y talentoso gracias a que su padre era un demonio celestial y su madre una cultivadora muy fuerte.

Habrá un especial de Sheng Qing y Huaying, algo que muestre parte de su historia.

Dentro del multiverso, hay uno donde ellos pudieron criar a Shen, pero todavía no lo he podido escribir asi que está como una de las ideas para el multiverso del Sistema del Villano Escoria -w-

Mañana Capítulo 44: En busca de aliados

Nos vemos!!! Besos :D

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