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Capítulo 34

Qiu Haitang y el Viejo Maestro de Palacio

Shen miró a todos los presentes en el estudio, una ceja levantada como si se preguntara que era lo que estaban haciendo todos ahí. Bien sabía qué hacían ahí y podía darse una idea de por qué lo habían llamado. La simple presencia de Qiu Haitang era suficiente para saber qué hacían ahí. Y el Maestro de Palacio...bueno, a ese viejo solamente le gustaba arruinarles la vida a todas las personas que se cruzaran en su camino. Su sola existencia ya era un mal augurio para el mundo.

Qiu Haitang dio un paso al frente al verlo, cruzándose de brazos y sonriendo con malicia, realmente indignada de verlo frente a ella. Se hubiera ahorrado eso no yendo, pero quién era él para meterse en la vida de los demás ¿no?

—Shen Qingqiu, ahora entiendo por qué no te pude encontrar antes. Todo este tiempo has estado disfrutando de la buena vida, muy bien escondido de todos.

¿Bien escondido? Era el maestro del segundo pico de la secta CangQiong, la secta más importante en el mundo del cultivo. Su nombre era conocido por todos, si Qiu Haitang fue tan idiota como para no encontrarlo hasta que lo vio en JianLan eso fue porque no tenía las conexiones cerebrales suficientes como para hacerlo.

Y dijo buena vida también ¿no? Shen Jiu hubiera deseado esa buena vida. Si para ella buena vida era ser odiado por sus hermanos marciales y vivir sumergido en el odio, haciendo que uno de sus discípulos le arrancara las extremidades como a un insecto, entonces sí, pasó la mejor vida de todas.

—Qiu Haitang—saludó abriendo su abanico para cubrirse parte del rostro.

A estas alturas, esto no buscaba esconder sus expresiones, ya era solo un simple hábito difícil de sacarse.

—Maestro Shen, lamentamos interrumpir sus actividades en QingJing pero requeríamos de su presencia aquí—dijo el Viejo Maestro de Palacio, con la sonrisa más desagradable que Shen había visto en alguien.

Incluso la sonrisa sádica de Luo Binghe en su primera vida era mejor que la sonrisa enferma del Viejo Maestro de Palacio. Luo Binghe mínimamente era más agradable a la vista.

—Shen shidi, lamento tener que llamarte así, pero...

Shen alzó su mano para detener las palabras de Yue Qingyuan.

—Este shidi entiende, Zhangmen shixiong no tiene que explicarme nada. Con solo ver a la señorita Qiu aquí puedo darme una idea del motivo por el cual me llamaron.

—No creo que el maestro Shen entienda todos los motivos por el cual fue solicitado, pero con mucho gusto podríamos explicarle con la señorita Qiu.

Shen miró al sembrador que el Maestro de Palacio mantenía firmemente controlado con una cuerda de unión inmortal. El viejo maestro de palacio siguió su mirada, pero antes de hablar, Yue lo hizo.

—Entiendo que crean en las palabras de ese sembrador, pero lamento decirles que es un error.

—¿Y si fuera un error como es que este sembrador sabría el nombre del maestro Shen si nunca antes lo escuchó?

—Tal vez porque soy uno de los maestros de la secta más reconocida en el mundo del cultivo—opinó Shen rodando los ojos, sin importarle que pudiera verse inapropiado—. O lo escuchó de alguien más.

—¿Sí? ¿Y por qué diría que fue el maestro Shen quien planeó el ataque a JianLan?

—Tal vez porque eso le pidieron decir—dijo Shen Jiu como si fuera lo más obvio.

—¿Y por qué alguien querría difamar al maestro Shen, un ilustre erudito de CangQiong?—preguntó el Viejo Maestro de Palacio, sonriendo como si con esa pregunta hubiera logrado dejar sin palabras a Shen.

—Maestro de Palacio, ¿en serio no está enterado de todos los rumores que corren sobre mí? Muchas personas, incluidos demonios, me odian sin muchas más razones que los rumores que escucharon sobre mí. Enemigos tengo muchos, fácilmente cualquiera podría planear esto.

Qiu Haitang rio, parecía realmente disgustada.

—¿Y acaso alguno de esos rumores se equivoca? Luego de conocer tu verdadera cara, puedo decir que los rumores seguramente no son falsos.

Shen la miró, por un momento notó que ella había temblado y consideró no ser tan cruel. Pero si ella no tuvo piedad con él, si ella se enfrascó en lo que creía que era verdad, ¿por qué él no podía ser directo y sincero? Ya había pagado su deuda con ella no dejándola quemar en la mansión Qiu, ya no le debía nada.

—¿Y podría la señorita Qiu decir frente a todos los presentes cuál es la verdadera cara de este maestro? Ilumínenos, por favor.

Qiu Haitang apretó los puños, su rostro volviéndose roja por la ira.

—¿Hace falta decir lo traicionero que fuiste? Mi familia te lo dio todo, incluso te comprometió conmigo siendo solo un esclavo, ¿y cómo les pagaste? ¡Los asesinaste a todos y luego quemaste mi hogar, escapando con ese cultivador deshonesto Wu Yanzi!

Mu Qingfan, Liu Qingge y sus dos discípulos se mostraron sorprendidos por la historia de Qiu Haitang, por el pasado del maestro de QingJing. Pero Shen no dejó que eso le importara, no era tan importante como decirle la verdad en la cara a esa niña ingenua que idolatraba hombres que no eran más que basuras.

—Si los hubiera asesinado a todos, tú no estarías aquí con vida hoy. Que recuerde, te desmayaste en mitad del pasillo, todavía dentro de la mansión Qiu. ¿Nunca te preguntaste por qué te salve de las llamas en lugar de dejarte morir junto con tu familia? Según tú soy un traidor que mató a toda tu familia. Pero hasta donde recuerdo, todas las mujeres de la casa salieron con vida.

—Claramente querías que sufriera. Al perderlo todo, mi vida no sería sencilla. Querías verme sufrir...

—¿Por qué querría verte sufrir? ¿Qué me hiciste tú como para que deseara tu sufrimiento?

Qiu Haitang lo miró enojada, a un paso de abofetearlo.

—¿Qué te hizo mi hermano para que lo mataras?—sonrió ella con burla.

Shen cerró el abanico tan fuerte que el ruido resonó en el estudio.

—¿Tu hermano? ¿En serio quieres saber lo que sufrí en sus manos? ¿En serio quieres conocer la verdadera cara de tu hermano? ¿Quieres decepcionarte tanto?—la seriedad con la que habló hizo que Haitang dudara de responder—Qiu Jianluo no era más que un enfermo, ¿a qué hombre se le ocurre darle una paliza a un niño de doce años, desnutrido y claramente en desventaja?—apretando el abanico en su mano, agregó—¿Quién en su sano juicio considera atractivo violar a un niño de doce años?

No quiso ver los gestos de sorpresa de las personas que no conocían esa parte de su pasado. En su lugar, se concentró en mirar a la ingenua Qiu Haitang.

—¿Qué?—la sonrisa de Haitang titubeó—Mi hermano...él jamás haría algo como eso.

—No seas ingenua, tú lo sabías, lo viste. ¿Cuántas veces viste sangre en mis pantalones? ¿Cuántas veces me viste tener problemas para caminar? ¿Cuántas veces viste los moretones en mi cuerpo? Solo recuerda, Qiu Haitang, recuerda las excusas baratas, recuerda las veces que me acercaba a ti cuando tu hermano estaba cerca. Solo recuerda y responde ¿en verdad tu familia fue tan buena conmigo?

El veneno en sus palabras era demasiado potente. Tanto que ni el Maestro de Palacio podía decir nada al respecto. Pero una de las cosas de las que se había arrepentido en su primera vida, fue de no haberle dicho la verdad a Qiu Haitang, de haber dejado que conservara una imagen de su hermano que no era. Ella no había sido una mala chica, había sido su única salvación cuando se sentía sofocado. Ella tenía buenas intenciones, siempre queriendo ayudar a los demás, pero era demasiado ingenua como para ver la verdadera familia en la que vivía. Las verdaderas intenciones de su hermano para casarla con él.

Qiu Jianluo simplemente no quería que su hermanita se fuera de casa. Quería tenerla para siempre con él ahí, casada con un hombre que él también controlaba.

Qiu Haitang era demasiado ingenua e inocente como para darse cuenta de la bestia que vivía con ella. Siempre conformándose con mentiras baratas, creyendo cada palabra como si fuera cierta.

Sin importarle las personas ahí presentes, Shen corrió su túnica exterior y la interior para mostrar una larga cicatriz en su hombro. Incluso luego de tantos años y de su mejora en su cultivo, Shen jamás pudo terminar de curar sus heridas. Qiu Jianluo lo había golpeado tanto que la cicatriz estaba marcada en su carne, tan profundamente que ni siquiera un siglo podría terminar de curarlo.

Haitang abrió los ojos al ver su cicatriz. Una parte de ella debía recordar, claro que lo hacía. Si tenía grabado a fuego su cara y sus momentos juntos, entonces recordaría eso.

—Fue la primera vez que me viste herido, ¿lo recuerdas? Te dije que me había caído, pero la verdad fue que tu hermano quiso divertirse y me dio veinte latigazos. Esta es una de las cicatrices que me quedaron de esos momentos. ¿Acaso te interesa ver las demás o con esta tienes suficiente?

Ella abrió los ojos, su boca intentando formular palabras para refutarle, pero ¿cómo podría refutar la verdad? Las evidencias siempre estuvieron frente a ella solo que fue demasiado ingenua como para darse cuenta de la verdad. Tan tonta, tan cegada. ¿En serio nunca pensó en el motivo que hubiera llevado a su hermano a casarla con un esclavo? Nadie es tan gentil de esa manera sin querer algo a cambio, ¿no pensó más allá de lo que su hermano le decía? Si no lo hacía, entonces podía entender por qué fue fácilmente manipulada. No estaba mal cuestionarse las decisiones ajenas, incluso las de tu propia familia. Confiar ciegamente en alguien solo porque se supone que es tu familia, es parte de la estupidez humana.

Dejándola de lado, pasó a mirar al Viejo Maestro de Palacio.

—¿Puedo saber qué fue exactamente lo que ese sembrador dijo de mí?

—¿Y por qué no le preguntamos a él y que nos responda?

Jaló bruscamente la cuerda sobre el sembrador y este cayó al suelo. De un nuevo jalón lo puso de rodillas y lo miró para que comenzara a hablar.

—Y-yo...nosotros fuimos contactados por el maestro Shen. Él nos pidió que acecháramos JianLan, no nos dijo por qué, solo nos prometió que estaríamos a salvo si lo hacíamos y que nos recompensaría con algunos secretos del Palacio Huan Hua.

[Que estupidez, ¿en serio le creyeron eso?]

"No es como que le creyeran, es solamente que nadie va a querer creer lo contrario siendo yo el acusado."

—¿Y cuándo fue que pedí eso? Me interesa saber si estoy teniendo problemas de memoria.

El Viejo Maestro de Palacio frunció el ceño y jaló bruscamente otra vez al sembrador para que hablara.

—Fue hace ocho meses, durante una de sus misiones. Nos encontró y nos propuso esto. Nosotros aceptamos su trato, maestro Shen, por favor, no deje que nos maten.

—¿Cómo responde a eso, maestro Shen?—preguntó el Viejo Maestro de Palacio con una sonrisa arrogante.

—Ridículo—respondió tranquilamente Shen—, puede tomar todos los registros de QiongDing y QingJing incluso y verá que este maestro no salió a ninguna misión. Puede averiguar y ver que mi última misión fue hace once meses y no duró más de unas cuantas horas. Incluso mis salidas de QingJing son solamente a la aldea al pie de la secta y solamente por un par de horas.

—¿Y que garantiza que en esas salidas no lo hizo? Es sospechoso.

—Tengo testigos, si tanto le interesa. Si al ilustre Maestro de Palacio Huan Hua le interesa saber, estuve en el Pabellón Rojo Cálido, conversando con mis amigas.

—No es de extrañar—comentó el Maestro de Palacio, vio de reojo a Yue Qingyuan haciendo una mueca—. ¿Y de que servirían unas cortesanas como testigo? Bien pudo haberles pagado para que no digan nada.

—Para nada, ellas son mis amigas, nada más que eso. Si quiere, el líder de secta o alguien más de CangQiong puede solicitar a madame Lin a que venga aquí. Puedo irme y fingir que el asunto no tiene que ver conmigo y ustedes juzgarán sus palabras. Madame Lin no tendrá ningún inconveniente con venir, a ella le gustará venir luciendo el Brocado de Oro y Plata de la Gran Fortuna que uno de sus clientes le regaló.

El Brocado de Oro y Plata de la Gran Fortuna era un brocado especial que solamente alguien poderoso y con demasiado dinero podía conseguir. Era un gasto innecesario y sectas como CangQiong no se molestaba en tenerlas porque realmente no servían para nada más que para demostrar la riqueza de las sectas.

Pero había una secta que realizaba ese brocado y por lo cual se había vuelto una marca destacada de ese lugar. Y solamente había un hombre que se daba el lujo de tener esos brocados para regalar.

¿Quién más que el Idiota del Palacio Huan Hua podría ser?

—Mi ida y vuelta no solo puede ser testificada por madame Lin, sino también por el hombre que barre las escaleras de la secta y también por el viejo Lang, el guardia nocturno que ronda las calles cercanas al Pabellón Rojo Cálido. Así que teniendo en cuenta eso, ¿cómo podría yo contactar con esos sembradores?

El Viejo Maestro de Palacio apretó la cuerda que sostenía al sembrador. Shen podía verlo apretar los labios con furia. El Viejo Maestro de Palacio posiblemente creyó por años que era igual que él, que iba a usar a las mujeres del Pabellón Rojo Cálido para saciar sus deseos. Cuando en realidad, mayormente iba a pasar tiempo con ellas como un hermano o un amigo. Alguien con quien se desahogaban y con quienes él se desahogaba también. Ellas eran sus amigas y habían compartido por años muchas anécdotas que incluían personas de todo tipo de puestos. Desde funcionarios políticos hasta "ilustres" maestros de sectas. Todos con situaciones de lo más horribles y sucias. Todas anécdotas que, si los demás escucharan, se desmayarían por lo escandalosas que eran. Y el Viejo Maestro de Palacio tenía una de las anécdotas más interesantes.

No hacía más de dos meses, madame Lin le confesó que, durante los momentos en los que intimaba con el Viejo Maestro de Palacio, este la llamaba Su Xiyan. Ella creía que se trataba de su enamorada, poco sabía a quién pertenecía ese nombre en realidad.

Si en esta vida volvía a caer, se aseguraría de contar todo, incluso si no le creyeran. Pero contaría todo y pondría la semilla de la duda en todas las personas que fueran a escucharlo. Si él caía, no pensaba hacerlo solo.

—Maestro de Palacio Huan Hua—intervino Yue Qingyuan dando un paso al frente—. Seguir con este interrogatorio es en vano, solamente le hacemos perder tiempo al maestro Shen. La acusación sobre los sembradores es injustificada y carece de evidencia real. Y lo ocurrido en la mansión Qiu creo que está justificado y, de no ser así, la señorita Qiu puede venir a hablar conmigo para arreglar este inconveniente. Sin embargo, el maestro Shen Qingqiu permanecerá en CangQiong.

—¿No cree que está haciendo algo incorrecto, líder de secta Yue? Proteger a una escoria como Shen Qingqiu no traerá nada bueno a CangQiong.

Cuando el Maestro de Palacio lo llamó escoria, Shen notó a sus discípulos dar un paso al frente para defenderlo. Pero alzó una mano para detenerlos. Lo mismo con Liu Qingge y Mu Qingfan quienes parecían disgustados ya con la presencia del Maestro de Palacio Huan Hua.

—Eso lo decidiré yo mismo, Maestro de Palacio—dijo amablemente Yue Qingyuan, aunque sus ojos no mostraban del todo la misma amabilidad—. Si tiene algo más para decir, tal vez podría contársela a madame Lin. Por el momento, sería bueno que se marcharan de aquí.

Shen ocultó una sonrisa detrás del abanico. Escuchar a Yue Qi decir eso solo era señal de que creía en lo que él había dicho respecto a madame Lin. Y eso era algo que en su primera vida no había pasado.

Saber que Yue Qingyuan estaba dispuesto a creerle ahora, incluso sin pruebas físicas que lo respaldaran, era un sentimiento gratificante.

Qiu Haitang y el Maestro de Palacio se marcharon, llevando con ellos al sembrador. Yue Qingyuan ordenó a un discípulo que los guiara a la salida mientras ellos permanecían ahí.

—Shizun—dijo Ming Fan acercándose a él—, lo que ese sembrador dijo es inaceptable. Si shizun quiere, este discípulo irá a quemarlo personalmente.

—Este discípulo también lo hará si shizun se lo pide—respaldó Zhang Hua.

Shen negó con la cabeza.

—No es necesario. Solo vuelvan a QingJing y descansen, esta misión ha sido más larga de lo que acostumbran.

Ambos mostraron sus respetos, no solo a Shen, sino a los otros tres maestros y se marcharon. Yue dio un paso hacia Shen.

—Lamento esto, shidi, pero no tuve más opción que llamarte. Realmente hubiera preferido evitar que te encontraras con ella, pero...

—No tenías otra opción—interrumpió Shen—. De no haberme llamado, hubiera sido más sospechoso. Era mejor enfrentarme a mi pasado de una vez de todas formas.

Yue Qi asintió, pero no se veía para nada feliz con lo ocurrido.

—Lo siento por no poder evitarlo, Xiao Jiu—susurró, sus ojos tristes mirando el suelo.

Shen suspiró y lo golpeó en la cabeza con el abanico.

—¿Has creído lo que yo he dicho?—preguntó Shen mirándolo—Sobre madame Lin y el brocado.

—¿Por qué mentirías al respecto? Yo creo en las palabras de Xiao Jiu y sé que, si alguna no es real, me lo dirías.

—Entonces eso es suficiente y compensa el hecho de haber visto de nuevo a Haitang. Ahora quita esa cara de perro apaleado, te ves ridículo—para reafirmar sus palabras, Shen lo golpeó con el abanico de nuevo.

[+50 puntos de afecto de Yue Qingyuan]

—Shixiong—dijo Mu Qingfan acercándose—, yo...no quiero ser inoportuno, pero si quieres, este shidi puede hacerte un ungüento especial para borrar esas cicatrices que la energía espiritual muchas veces no puede. Si lo deseas, claro.

Mu Qingfan vio en contadas ocasiones las cicatrices en su cuerpo, pero estaba seguro que nunca pensó que fueran cicatrices tan antiguas. Quizás por eso nunca creyó en tener que darle algo para borrarlas, pensó que con su propia energía espiritual podría hacerlo. De haberlo sabido mejor, estaba seguro de que lo hubiera ayudado antes. Pero teniendo en cuenta cómo fue Shen Qingqiu en el pasado, estaba seguro de que Mu Qingfan no hubiera podido hacer demasiado.

—Este shixiong le agradecería a Mu shidi si puede enviarme ese ungüento.

—Será un placer, iré a hacerlo de inmediato—Mu Qingfan pasó por su lado, pero se detuvo antes de seguir avanzando—. Shixiong, yo...quería que sepas que nunca creí en las difamaciones en JianLan respecto a ti.

Shen se giró a mirarlo, Mu Qingfan no lo miraba, pero sabía que estaba siendo sincero.

—Lo sé, Mu shidi.

El maestro del pico QianCao asintió y se marchó. Liu Qingge pasó por su lado sin decir más, pero antes de salir se giró.

—Si regresan, solo llámame y vendré de inmediato.

Antes de recibir respuesta, el mono bruto se marchó.

—Liu shidi tampoco creyó en las difamaciones—afirmó Yue Qingyuan—. Solo estaba indignado de que muchas otras personas sí lo hicieran. Ming shizhi y Mu shidi me contaron que tuvieron que detenerlo porque quería pelear con todos los presentes.

—Deberías ponerle correa a tu perro, se está saliendo de control—Shen ignoró el sonrojó en las orejas de Yue Qingyuan—. Me voy, tengo cosas que hacer. Fu-er todavía tiene caracteres que practicar.

—Descansa un poco de esto, Xiao Jiu.

Shen asintió y salió para montar su espada y volver cuanto antes a QingJing. Esperaba que, al llegar, Fu-er no hubiera hecho ninguna escena solo porque no estaba. Generalmente no lo hacía, pero tenía sus momentos y tenía que controlarlo para que no terminara saliéndose de control.

Tal vez tenía que dejar de mimarlo tanto.

Sabía que Fu-er y los demás estarían recibiendo a Ming Fan y Zhang Hua, escuchando la anécdota de JianLan interesados. Así que tenía un tiempo para descansar en su casita de bambú antes de tener que ayudar a Fu-er con sus caracteres de nuevo.

Ingresó a su hogar y sintió, desde la entrada, algo extraño. Una energía peculiar que envolvía cada rincón. Las alarmas sonaron naturalmente en su cabeza, como cualquier cultivador siempre debía estar preparado para cualquier cosa. XiuYa vibró, dispuesta a salir tras la orden de su amo.

Pasos se acercaban hacia donde estaba y entonces...

—Shizun.

—Binghe... 


Y por eso no quería dejar este capitulo para mañana, iban a tener que esperar hasta el lunes para ver la reaccion completa de shizun al regreso de Binghe uwu

¿Cómo creen que reaccione Binghe cuando vea a Fu-er? ¿Se enterarán los demás de que Binghe está en QingJing de nuevo? ¿Qué fue de las aventuras de Binghe en el Abismo sin Fin? 

Todo esto y más en el siguiente capítulo XD

La verdad, ahora hablando del capitulo, sinceramente consideré mejor que Shen le contara a Haitang la verdad respecto a su hermano, en lugar de guardarse todo por orgullo. Está bien que en PIDW Shen estaba siendo acusado de muchas cosas y no tenía practicamente a nadie apoyándolo o queriendo protegerlo. Liu Qingge estaba muerto y su relación con Yue y los demás miembros de CangQiong no era buena en absoluto. Era normal que no dijera nada, al fin de cuentas posiblemente nadie lo escucharía. Pero como aqui todo fue diferente, entonces claro que iban a cuidarlo, como pasó con Shen Yuan en SVSSS.

Mañana capítulo 35: El regreso del loto blanco

Nos vemos!!! besos :D

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