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Capítulo 32
El gato acorrala al hámster
Durante el segundo año sin Luo Binghe, Shen Jiu dedicó su tiempo a una cosa: planear.
Sí, desde que volvió fue lo único que hizo. Planear fue lo único que parecía salvarlo, así que fue lo que se dispuso a hacer. Pero esta vez, en lugar de planear cómo salvarse de Luo Binghe y cómo salvar a QingJing, Shen se encontró planeando cómo ayudar a sus discípulos y Luo Binghe cuando regresara del Abismo sin Fin.
Sabía que todavía tenía tres años más para planear. Luo Binghe saldría en cinco años, así que tenía tiempo para buscar evidencia que lo salvara del juicio. Aunque el juicio había sido duro teniendo a Binghe del lado de los que lo acusaban. Teniéndolo a favor con su halo de protagonista siempre ayudando, ¿no lo beneficiaría eso? Pero los problemas siempre podían ser peores que en su segunda vida. Por eso tenía que hacer segundos planes en caso de que lo acusaran de algo más y Luo Binghe no quisiera ayudarlo. Nunca sabía que podía pasar en el medio y debía estar preparado. También debía buscar una manera de mantener protegido a QingJing, el hogar de sus discípulos y Shen Fu. El pequeño niño no debía sufrir las consecuencias de sus errores. Ya había sobrevivido a un demonio, no tenía que pasar por un segundo.
—Fu-er, mira, aquí—dijo Yang Chen mientras jugaba con Shen Fu a atrapar las mariposas de tinta que Lu Song había hecho.
Shen Fu ya tenía cuatro años, aunque tuvieron que tomar la fecha en que lo encontraron como su día de nacimiento, y estaba más grande. O bueno, más grande de lo que estaba hace un año. Shen Fu seguía siendo un niño pequeño, pero tenía el peso que un niño de su edad debía tener. Tenía mejillas suaves y regordetas que, cada tanto, sus mayores pellizcaban. Sus shijie siempre lo estaban abrazando y llenando de dulces caseros, llenándolo de tanto cariño que Shen Fu terminaba corriendo lejos de ellas y se refugiaba detrás de las piernas de Shen Jiu.
Shen Fu corrió hacia él, una mariposa de tinta atrapada entre sus manitos. Al frenar la extendió hacia él y Shen se puso a su altura para verla mejor.
—Para papá—dijo Shen Fu.
—Shizun—corrigió Shen tomando la mariposa de tinta en sus manos.
Shen Fu frunció el ceño.
—Papá—insistió tomando la mariposa junto con él, como si Shen necesitara ayuda para sostenerla.
Suspiró. Desde hacía alrededor de tres meses, Shen Fu comenzó a llamarlo papá.
La primera vez que ocurrió fue cuando el niño estaba entre el sueño y la vigilia, cabeceando de sueño en el hombro de Shen Jiu luego de estar horas jugando con sus mayores. Shen lo había acostado en su cama y le había deseado buenas noches, como era la costumbre. Solo que esta vez la respuesta fue diferente.
—Buenas noches, papá.
Shen recordaba haber actuado como siempre, como si estuviera acostumbrado a ser llamado de esa manera. Pero la verdad había sido que en su mente todo era un caos. No podía asimilar que Shen Fu lo viera de esa manera, como una verdadera figura paterna. Una cosa era ser maestro, otra ser padre. Apenas sabía cómo ser maestro, ¿cómo sabría ser padre?
No durmió en toda esa noche, su mente dando vueltas alrededor de esa simple palabra. No era mucho, podría haberlo ignorado considerando que quizás Shen Fu no volvería a llamarlo así. Pero se equivocó. Al otro día, completamente despierto, Shen Fu lo llamó papá. Y por más que quiso corregirlo, el niño insistía en llamarlo así.
Al final, con el pasar de los días, sus correcciones comenzaron a perder fuerza y el niño continuó llamándolo así con más frecuencia.
—¿Por qué me la traes?—preguntó pensando que pelear sobre cómo debía ser llamado con un niño de cuatro años no era lo apropiado.
—Es linda. Me gusta—dijo Shen Fu mientras jugaba con la mariposa que Shen Jiu todavía tenía en sus manos.
—Lo es, es linda. Tu shixiong es talentoso.
—Song-ge es tonto.
La relación de Shen Fu y Lu Song era extraña. A Shen Fu le gustaba jugar con él, pero siempre que hablaba de Lu Song decía que era un gege tonto.
—Fu-er—llamó Yang Chen acercándose—, ven, tu Sheng gege volvió de su misión.
Shen Fu se olvidó de la mariposa de tinta y corrió hacia Yang Chen, sonriendo emocionado por ver a Mu Sheng. Saltó a los brazos de su gege y este lo llevó para darle la bienvenida a su otro gege.
Shen dejó ir la mariposa de tinta, pensando en la felicidad que se vivía en el pico QingJing y que no quería perderla por culpa de Qiu Haitang y el despreciable Maestro de Palacio.
Tenía que hacer algo para que esa felicidad perdure.
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Cuando Shen Jiu se refería a hacer algo, era pulir sus planes. Y para eso ¿qué mejor que ir con el desgraciado que escribió ese mundo, creyéndose Dios y terminando por convertirse en un simple sirviente? La suerte de Shang Qinghua y la suya eran muy parecidas.
Prácticamente entró al estudio de Shang Qinghua como si fuera su casa propia. No lo era y tampoco había visitado muy seguido a la rata como para que lo pareciera, pero le daba lo mismo. Conocía el secreto de la rata cobarde, lo menos que se merecía era ir y venir por su pico como se le diera la gana a él. Además, durante esos dos años, el traidor no había obtenido noticias de Luo Binghe ya que, misteriosamente, el demonio al que servía había cortado todo contacto con él por lo que estaba completamente incomunicado con el mundo demoniaco. En palabras de Shang Qinghua, eso era inaudito. En la trama que él mismo escribió, el Shang Qinghua original, aquel que Shen conoció en su primera vida, mantenía contacto con Mobei-jun e incluso había llegado a ir al palacio del rey del norte. En esta oportunidad, Shang ni siquiera había conocido ese lugar. Era extraño y, hasta cierto punto, preocupante.
—Si vienes por noticias de Luo Binghe...—empezó Shang, ahogado en papeles y archivos.
—No vengo por eso. Estoy seguro de que de saber algo ya me lo hubieras dicho. Vengo por algo más.
Shang alzó su mirada, extrañado porque no viniera a buscar información de Binghe.
—¿Por qué más viene Shen shixiong?
—Tú creaste este mundo ¿verdad?—extrañado y curioso, Shang asintió—Entonces lo conoces perfectamente.
—Bueno... ¿Sí?
—Explica.
—Shen shixiong—suspiró Shang—, transmigré a mi propia novela desde la infancia de Shang Qinghua. Eso quiere decir que hace años que estoy acá. La misma cantidad de años en la que ni siquiera fui capaz de repasar los capítulos de mi propia novela. Así que hay cosas que puede que no recuerde—al ver la mirada de Shen Jiu sombría se apresuró a corregir—. Pero puedo recordar, por supuesto, si es lo que Shen shixiong desea.
—Bien—sonrió malicioso Shen Jiu antes de ponerse serio—. Dijiste que la única posible amenaza es Tianlang-jun, pero él está sellado así que no es un problema ahora. Lo único que queda saber es si hay algo más que pueda ser perjudicial para el protagonista que es Luo Binghe. Tiene que haber algo, no siempre un demonio o cultivador. A veces hay objetos que superan el poder de los cultivadores o demonios en sí. ¿No escribiste sobre alguno además de XinMo?
Shang miró hacia el escritorio, pensativo. Shen se quedó en silencio, permitiéndole a la rata concentrarse lo suficiente como para recordar algo que le pudiera ser útil. Si tenía que proteger a Luo Binghe entonces sería bueno tener todas las herramientas posibles. No solo por él, sino también por CangQiong. No dejaría que la secta por la cual tanto luchaba se viniera abajo de nuevo por su culpa.
—La verdad no había en la novela nada más poderoso que XinMo—dijo Shang poniendo un dedo en sus labios, sus ojos perdidos en otro lado mientras pensaba—. Para que el protagonista sea el único poderoso, entonces no debía poner otras armas más poderosas.
—No las pusiste, pero ¿las pensaste?
Shang volvió a quedarse en silencio, pensativo.
—En la novela que publiqué, no existió arma más poderosa que XinMo. Pero en los borradores de la novela recuerdo haber escrito sobre dos armas especiales. Aunque como no parecía que fuera a gustarle a los lectores, me resistí a ponerlas.
—Habla. ¿Qué tipo de armas eran?
—El primero que se me ocurrió fue con la intención de que tú pudieras usarlo contra Luo Binghe para dar un poco más de batalla. Según mis borradores era un tesoro que tenías oculto incluso del líder de secta. Pero como a mis lectores no les gustaba que el villano fuera tan difícil de vencer, entonces no lo puse al final—odiaba a Shang Qinghua por hacerlo el villano de la novela, lo odiaba tanto—. Se trataba del Espejo Reflectante del Poder. Era prácticamente eso, un espejo capaz de devolver cada golpe que recibiera con la misma intensidad con la que le fue lanzado. Un espejo incapaz de romperse con la fuerza del protagonista y capaz de devolverle los golpes con la misma fuerza no era algo que le hubiera gustado a mis lectores.
—Tus lectores son unos idiotas de pocas neuronas—casi escupió con odio Shen, apretando el abanico cerrado en su mano derecha.
—Bueno...sí, pero yo tenía que comer, no tuve más opción.
—Cuál es la segunda arma—suspiró Shen.
Si algún día iba al mundo extraño de Shang Qinghua, se aseguraría de quemar a todos sus lectores idiotas.
—La segunda arma en la que había pensado había si La Espada de la Cura Eterna. La idea había sido que fuera el arma principal de Mu Qingfan, pero al final lo descarté. La espada tiene la capacidad de curar cualquier herida siempre y cuando el portador la esté tocando. No importa si envainada, por la hoja o la empuñadura. La espada siempre curara al portador sin importar la gravedad de sus heridas, es prácticamente imposible morir mientras se tiene la Espada de la Cura Eterna.
Shen asintió, nunca antes había escuchado de esas armas. El espejo y la espada no era algo que ni siquiera los registros de CangQiong tenían. Había leído cada registro sobre tesoros y armas, pero nada como el espejo o la espada había aparecido.
—¿Es posible que no existan en este mundo?
—Es probable porque solo formaban parte de un borrador, pero...—Shang pareció inseguro de decirlo hasta que decidió hacerlo—Tu vida también quedó plasmada en borradores y, sin embargo, ocurrió. Así que...es probable que esas armas existan también.
Shen lo pensó. Tenía sentido. Si su vida fue tal cual la escribió Shang, a pesar de estar en borradores, entonces con las armas debía pasar lo mismo. En algún lugar de todas formas debía haber un registro. Quizás en CangQiong no, pero en otro sitio debía existir. Si las armas existían entonces en algún lugar debía haber un registro.
—¿Eso es todo lo que recuerdas que puede ser importante?
—Por el momento, sí.
—Bien—Shen se levantó y antes de darse la vuelta para irse, regresó a mirar a Shang—, sigue pensando. Piensa en cada borrador que tuviste, cada idea, y si descubres algo más que pueda ser útil me lo envías en una carta. Si te vuelves perezoso y te niegas a pensar para ayudarme, entonces no me dejarás más opción que cortarte ambas piernas, ¿entendido?
Shang tembló en su lugar y asintió innumerables veces. Shen se sintió satisfecho antes de salir de ahí para regresar a QingJing.
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Shen había regresado a su casita de bambú, donde Yang Chen estaba cuidando de Shen Fu. O bueno, estaba evitando que Shen Fu saliera de casa con ¿qué hacía Shen Fu con una daga?
—Fu-er, por favor, dame eso te vas a lastimar—decía Yang Chen mientras Shen Fu seguía queriendo avanzar con la daga en mano.
—¡No! Iré a sacarle los dientes a Song-ge—dijo el pequeño.
¿Qué se había perdido Shen en ese corto tiempo en que se fue para hablar con la rata estúpida de Shang?
Sin que el niño lo notara se acercó por detrás y le quitó la daga sin problemas. Shen Fu hizo un puchero y se cruzó de brazos.
—¿Puedo saber qué pasa aquí? ¿Por qué te enojaste con Lu Song?
—No estoy enojado—dijo Shen Fu mirando a Shen Jiu con sus ojitos bien abiertos.
—Entonces por qué quieres sacarle los dientes.
—Estoy aburrido—dijo Shen Fu encogiéndose de hombros exageradamente.
Imitando los gestos de sus hermanos marciales solo que de manera más exagerada.
—¿Y por eso quieres sacarle los dientes a tu shixiong?
—Pero solo es jugando—dijo Shen Fu como si fuera obvio—, después Fu-er se los iba a dar de nuevo.
No era así como las cosas funcionaban.
—Nada de sacarle los dientes a nadie, Shen Fu—dijo severo, el niño bajó la mirada—. Yang Chen, gracias por cuidarlo.
—Es un placer, shizun—dijo su discípulo más tranquilo al ver que el niño ya no tenía la daga—. Me retiro, iré a traerles la cena.
Como Ming Fan y Ning Yingying estaba afuera en una misión, Yang Chen o Mu Sheng solían encargarse de llevarle la comida a Shen y el pequeño Fu-er.
Shen se encargó de guardar la daga y miró a Fu-er, quien se había ido a un rincón a jugar con un caballo de madera.
—Ve a lavar tus manos, tu shixiong traerá la comida dentro de poco.
Fu-er asintió y se subió las mangas de las túnicas para ir a la cocina, donde había un cuenco con agua. Se subió a un banquito para alcanzar bien y puso sus manos sobre el cuenco, esperando. Shen se acercó y vertió de una jarra el agua sobre sus manos para que las frotara entre sí y las limpiara.
Cuando terminó, Fu-er le mostró sus manitos y Shen asintió satisfecho antes de pasarle una pequeña toalla para que se secara. Mientras el niño batallaba por secar bien sus manos, Shen vio a Yang Chen ingresar con una bandeja en sus manos, Mu Sheng ayudándolo a llevar el té.
Fu-er se apresuró a dejar la toalla tirada y corrió hacia Mu Sheng para abrazarlo. Mu Sheng le sonrió y tras dejar el té acarició su cabello.
Shen sonrió viendo la escena antes de volver a su seriedad habitual.
Fu-er le dice papá a Shen.
Shen por fuera: (–_–)
Shen por dentro: o(>< )o (*≧m≦*) ヽ(≧Д≦)ノ(」゜ロ゜)」
La Espada y el Espejo son una mousekeherramienta que nos servirá más tarde XD
Como que Fu-er ya se adaptó bien al pico y a su nueva familia, dudo mucho que se quiera ir de QingJing ahora :v Lo que entra a QingJing jamás sale de él...a menos que sea por el Abismo JAJAJAJA
Mientras escribía los extras, se me ocurrio hacer una especie de multiverso del Sistema del Villano Escoria. La verdad, mientras escribía este fic se me ocurrieron como muchas cosas y alternativas, desde la muerte inicial de Shen hasta la manera en que tomaría sus decisiones. También esta el hecho de que el sistema pudo ser diferente y que el mundo al que lo envió podía ser diferente, con una diferente vida y vueltas de la trama. Estoy intentando trabajar en eso y, si en caso de que se me ocurra otro y lo llegue a escribir a tiempo, se los estaré trayendo también. En lo posible terminado para poder traerles capítulos diarios como estos uwu
Mañana capítulo 33: Los sembradores de JianLan
Nos vemos! besos :D
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