Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2.

Promesa.



Los años pasaban normalmente como siempre, más específicamente pasaron 2 años, no había nada nuevo desde entonces, lo único que permanecía en tu cabeza era aquella palabra “cazador de demonios” jamás te olvidaste de ese hombre y de tu pequeña charla con él, jamás lo hiciste. De hecho, la idea de convertirte en un cazador de demonios permaneció en tu cabeza, a pesar de ser un niño que prefiere ser razonable a actuar de una manera impulsiva, la idea de andar por ahí combatiendo contra criaturas sobrenaturales era algo que llenaría de ilusión y imaginación la mente de un niño, y tú no fuiste la excepción.

Sin embargo no tenías tiempo para pensar en esas cosas, y la razón era simple, tus padres. Eres solo un niño pobre en un pueblo entre el bosque, tus papás y tú son unos campesinos, y ellos solo te ven como alguien que va a cortar la leña y hacer una fogata en el futuro. Tu papá siempre te recuerda eso, que eres el hombre que se hará cargo de todas las responsabilidades del hogar y cuidar a la familia.

—Escuchá, __________, cuando seas mayor vas a hacer todo lo que yo hago. Es más, hasta tal vez me ayudes en muchas cosas.—decía tu padre mientras tiraba leña al fuego.—Ahora eres un niño pero pronto serás un hombre.

Tú no querías nada de eso, tu mente estaba enfocada en otra cosa: la katana, el demonio, el negro uniforme, la cicatriz, “cazador de demonios”, se recitaba en tu cabeza una y otra vez. Pero tu padre tenía otros planes para tí, él tenía esperanza en que te conviertas en la persona que imagina.

—Hijo—puso tu mano en tu espalda. Lo miraste.—Sé que no me decepcionaras.

Las palabras de tu padre se quedaron grabadas en tu memoria junto a la expresión en su rostro, esos ojos brillando mientras te sonreía con felicidad, se notaba que había creado grandes expectativas sobre tí. En el fondo no querías decepcionar a tu padre pero por otro lado no querías que tus padres decidieran que es lo que debes ser en tu vida, como si ellos supieran que es lo mejor para tí. Tú tienes un sueño, no está completamente claro, por ahora es ser un cazador de demonios pero enrealidad solo quieres salir de ese pueblo, irte lejos.

No es como que no te caiga bien la gente de ahí, o que odies tu estilo de vida, no se trata de eso, es que sabes que hay un mundo más grande allá afuera, un mundo oculto donde hay personas luchando por un bien en común, pero más haya de eso también, hay muchas por aprender tienes el presentimiento de eso, no quieres quedarte estancado en un pueblo donde lo mínimo que vas a hacer será talar árboles y picar piedras durante casi tu vida entera, o sembrar verduras.

Tú tienes tus propios planes.

Por ahora en tu diminuta mente solo cabe la mayoría del tiempo cazar demonios. No se lo has dicho a nadie, ni siquiera a tus padres, lo has guardado como un secreto, pero siempre que tienes tiempo vas a lo más profundo del bosque con un palo y te pones a “entrenar”, ya no juegas con tus amigos, y con entrenar eso me refiero a que empiezas a agitar esa cosa por aquí y haya sin ningún tipo de técnica, práctica o idea de como hacerlo correctamente, solo un niño dando volteretas.

Sorprendentemente te diste cuenta de que estabas haciendo las cosas mal, que así no es como se usa una espada o se pelea. Pensaste un poco sobre eso y alzaste una ceja, te sentaste a analizar con detenimiento.

Hm, no creo que así luche un cazador de demonios. Tampoco creo que así se use una katana. Si de verdad ese hombre lucha contra demonios, entonces debe de haber algo que lo ayude. ¿Será un poder?, ¿habrá algún tipo de técnica?, ¿magia?

Pensabas y pensabas pero no llegabas a nada, carcomias tus cabeza sobre eso, hasta que llegaste a una conclusión un tanto acertada.

... ¡Eso es!, ¡tal vez los demonios tengan una debilidad!, ¡por supuesto, debe ser eso!, los demonios deben ser muy fuertes, no creo que una katana sea suficiente, así que deben de tener algún punto débil. Pero, ¿qué podría ser?

Mientras estabas sumergido en tus pensamientos, no sabías que estabas siendo observando. Los amigos que tenías en el pueblo planeaban ir a darte una visita, le preguntaron a tus padres y les dijeron donde estabas, ahora mismo ellos estaban vigilandote y pensaban que estabas loco por estar ahí solo moviendo ese palo por todos lados al mismo tiempo que saltabas como un mono. Les pareció tan gracioso que prefirieron irse, te tomaron por un rarito más.

Al día siguiente cuando fuiste al pueblo por un recado que te pidió tu madre, el grupo de niños del pueblo te vieron, decidieron acercarse a tí sin que te dieras cuenta, te rodearon y comenzaron a bromear sobre tí.

—Oigan, es el chico mono.

Estabas confundido.

—Si, el que salta y baila mientras mueve un palo.

—¿Mono?, más bien saltamontes.

Ellos se burlaban de ti, por las cosas que decían dedujiste que te vieron entrenando, aunque eso es algo que ya habías decidido dejar de hacer porque creías no llegar a ningún lado con eso.

—Oh, así que... ¿Ustedes me vieron?

Ellos asintieron.

—Te vimos moverte como loco por todos lados.

—Creímos que se te iba a zafar el palo o que se te había zafado un tornillo.

—Hey, hey, no es para tanto.—dijiste sin que te afectará nada de eso.—Sólo estaba... Poniéndome en forma.

—¿En forma?, ¿para qué?

—Bueno.—pensaste en una excusa.—... Es que quiero ser un samurai.—mentiste.

—¡¿Qué?!

—¡Eso es genial!

Se emocionaron.

—Wow, esperen un momento.—interrumpió uno de ellos.—Eso es muy arriesgado.

—Lo sé.—afirmaste.—Pero es lo que quiero ser.—dijiste.—Ya déjenme en paz, que molestos.—pensaste irritado.

—¿Qué dicen tus padres de eso?

—Tonto, seguro ni le creen.—respondió otro.—No me vengas a joder, un samurai, si como no, hay que tener cojones para eso.

—Pero ________ tal vez pueda.

—Aja, si, claro.

Por decir eso, aquel que habló antes que él lo golpeó en la cabeza.

—No todos son unos pedazos de mierda como tú.—bufo.—__________, ¡mi papá se volvió un samurai y murió en una guerra!, ¡pero escuchen bien, dicen que no fue una persona que lo mató!

—Aquí vamos de nuevo.

—¡Es verdad!, ¡la historia es real!, ¿porqué mentiría sobre la muerte de propio padre?

Los niños se encogieron de hombros pero escucharon todo lo que tenía que decir.

—Dicen que fue un monstruo que salió de la nada en la noche, que los atacó a todos y comenzó a matar a muchos soldados. Era imparable.

Un demonio. Tal vez.—pensaste.

—Pero que de la nada, apareció un hombre, un tipo todo extraño con un kimono azul. ¡Los soldados dijeron que ese tipo tenía poderes de agua!

—¿Poderes?

Eso lo tomarías en cuenta.

—¡También tenía una máscara!, ¡era horrible y de color rojo!, ¡pero decapito a esa cosa como si nada!

—Eres solo un mentiroso, tu padre seguro se está revolcando en le tumba.

—¡No hables mal de mi padre, desgraciado!

Lo agarro del cuello y lo levantó. Entonces uno de los niños dijo:

—Ni siquiera te molestes, él no tiene madre. Ustedes dos son tal para cual.

Entonces los dos niños se unieron para darle una paliza a ese otro. Tú aprovechaste la conmoción para irte y seguir a lo que te mandaron.

Una máscara roja...








Aquella historia de ese chico resonaba a cada rato, no podías dejar de pensar en eso, sabías que eso tenía mucho que ver con Arataki Ittosai, era más que obvio. Miraste tus manos, cuyas tenían unos pequeños callos por haber usado ese palo durante dos años aproximadamente, los cerraste en un puño y soltaste un suspiro.

Tenía razón.

Lo supusiste y acertaste, en verdad aquellos proclamados cazadores de demonios tenían habilidades especiales o eso parece. Aquello sólo te lleno de más intriga, querías saber más, necesitabas saber más, esa información debes obtenerla de donde sea, la curiosidad te carcomia. Pero esos sería para después, porque fuiste llamado para cenar.

—¡________, ven a cenar!

—¡Voy!

Fuiste para adentro, tu madre preparo la cena para los tres. Como de costumbre, cada vez que comen o cenan juntos se mantienen en silencio por educación más que nada. Pero entonces de repente tu mamá comenzó a toser de manera muy brusca.

—Querida.—tu padre puso su mano sobre su espalda, palmeandola.—Tranquila, vamos, sacalo todo.

Ella siguió tosiendo de una forma muy violenta, tanto tú como tu papá pensaron que habrá sido algún trozo de arroz que se le quedó en la garganta, pero por la manera en como se escuchaba, terminaste creyendo que eso era más que solo eso. Y al final si lo fue, cuando ella dejó de toser, su expresión palidecio un poco, miró su mano, la cual había usado para cubrirse la boca, tenía sangre, la cara de tu padre por igual cambió de color poco a poco.

Lo que sucedió los tomó por sorpresa a los dos, resultaba que al parecer ella estaba enferma, no se sabe de que exactamente. Desde esa noche, tu madre sólo se queda en cama y tu padre trabaja más duro, llegando tarde a casa, está reuniendo dinero con la esperanza de poder hacer algo con eso. A pesar del gran susto que les dio, tu madre no se veía para nada asustada, más bien estaba tranquila, sabía que era su hora, de alguna manera, lo sabía.

A pesar de todo, jamás entraste a la habitación donde se hospedaba, sólo la mirabas desde la puerta, ella te devolvía la mirada, a veces te hacía una seña para que te acercaras y lo hacías pero sin acercarte demasiado, esas fueron ordenes del médico que la vio, ambos, tú y ella solo se quedaban en un penumbra silencio que parecía infinito, parecía que ella solo quería tenerte cerca antes de que fuese demasiado tarde.

Pero un día, un día donde el día se volvió negro por el nublado cielo y una fuerte lluvia cayó, escuchaste la dulce voz de tu madre decir:

—Ni siquiera lloras. O te sientes triste, ¿verdad?

Esas palabras te tomaron un poco por sorpresa, estabas confundido.

—... Fue así también aquella vez.

No podías comprenderlo pero ella te lo contó. Hace un tiempo, eras muy pequeño para recordarlo pero hace unos años atrás tenías una mascota, un pequeño perrito, lo seguías a todas partes y él a tí. Un día, el perrito desapareció junto contigo por casi el día entero, tus padres estaban preocupados y justo cuando tu papá te iba a buscar, apareciste, lo más extraño es que estabas cubierto de sangre, tu ropa estaba toda manchada. Pensaron que estabas herido pero no era así, no era tuya, era de alguien más, entonces vieron que el perrito no estaba contigo.

Cuando te preguntaron donde estaba, tú solo caminaste y ellos te siguieron, al llegar al lugar, encontraron al pequeño animal muerto en el suelo, algún otro animal lo había matado, tenía los colmillos grabados en la herida de su cuerpo. Aún cuando fue tu amigo y mascota, no lloraste o te sentiste mal por eso, al contrario parecía como si simplemente lo aceptaste y ya.

Esa anécdota te pareció interesante, no es como que le hayas dado mucha importancia pero fue bastante curiosa. No sabías si tu madre se sentía mal porque tú, su único hijo, no lloraras por ella o algo por el estilo, pero no te sentías triste o apenado, como aquel entonces solo lo aceptaste como es, muerte. Solo muerte.

—________.

—¿Si, madre?

—... ¿Me harías un favor?

—Claro.

Ella trago saliva, había un nudo en su garganta.

—Eres más fuerte que tu padre, ¿podrías no abandonarlo?—sozollo.

Ella se quebró, no quería morir, no quería dejarte, ni a tí ni a su marido, lo único que ella podía pedir era eso. Tú suspiraste, querías responder con sinceridad pero mejor contestaste:

—Si, me quedaré aquí con él.

Solo lo hiciste para que ella se sintiera mejor, o tal vez fue para que tú te sintieras mejor contigo mismo, no lo sabes, solo sabes que al decir aquello de repente algo en tu pecho se sintió apretado. Era casi como si hubiesen dejado caer algo muy pesado ahí dentro.

Y dolía. Demasiado.
















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro