•Capítulo 1: ¿Dónde estoy?
Ya habían pasado 4 meses desde que el Torneo del poder finalizó. La mayoría de los integrantes tanto del sexto como del Séptimo universo lograron normalizar sus vidas. Excepto cierto ser azulado que se encontraba sentado en el suelo de un callejón maldiciendose a si mismo por haber fallado por cuarta vez sus planes de escape. Esta vez intentó robar una de las naves de los patrulleros galácticos que rondaban por ahí para escapar, pero su plan falló y al subirse en una de esas naves la alarma sonó, avisando así a los demás patrulleros de que hay un intruso. Tuvo que defenderse y atacar a algunos patrulleros pero en vez de acabarse cada vez habían más. No podía con todos ya que se encontraba débil, no tenía fuerzas, estaba agotado tanto mental como físicamente, no había probado un solo bocado en semanas, no poder descansar bien por estar siempre alerta, más la falta de entrenamiento, todo eso le estaba afectando.
Al no poder con tantos, decidió salir de ahí y esconderse nuevamente. Dio un golpe al rostro de su enemigo, lo agarró de la armadura con fuerza y lo lanzó al otro que intentaba atacarlo por detrás. Ahí tuvo tiempo de escapar, dirigiéndose hacia otro callejón muy oscuro. Se quedó ahí por un tiempo hasta que los patrulleros se fueron al encontrar solo a sus compañeros tirados en el suelo y no al causante de todo eso.
Se apoyó por la pared deslizándose hasta quedar sentado en el suelo, cubriendose el rostro con frustración. Ya era el cuarto plan que fallaba, siempre había un detalle que se le escapaba, ya no podía pensar bien, pero claro era una nave de la maldita patrulla Galáctica ¿Cómo no iba a tener alarma?.
Sin perder más tiempo, comenzó a pensar en otro plan, pero esta vez intentaría que no se le escape nada, tenía que pensar en cada posible situación y armarse un plan B o C incluso, esta vez tendría que salir bien. Cerró los ojos para concentrarse mejor, pero en vez de eso terminó quedándose profundamente dormido.
[...]
Abrió los ojos con dificultad, sentía dolor en el cuello. Intentó llevar una mano en esa zona, pero algo le impedía, miró hacia abajo percatándose que tenía una esposa por ambas muñecas, Frunció el ceño,¿Qué demonios? Pensó y llevó ambas manos a la zona izquierda del cuello dándose cuenta que tenía algo clavado ahí. Lo sacó con cuidado.
Frost: ¿Qué?.. ¿Un Dardo? - Se incorporó y miró a su alrededor, percatándose recién que no se encontraba en el callejón. - ¡¿Qué demonios?!... ¡¿Dónde estoy?! - el miedo y desesperación comenzó a invadirlo . No recordaba como llegó a una celda y por que estaba esposado.
¿?: Shuuu, vas a hacer que vengan los guardias - Una voz detrás de él aumentó su miedo.
Frost: ¿Qué? - Intentó alejarse dando un salto, pero no pudo alejarse mucho, tenía un grillete con cadena conectada a la otra pierna con grillete - Qué demonios... ¡¿Quién está ahí?!
¿?: Cállate, vas a alertar a los guardias y vendrán por nosotros, o habla más despacio.
Frost: No entiendo, ¿Cómo que a los guardias?¿Qué guardias? ¡Espera!¡¿Patrulleros galácticos?! ¿Me atraparon?.
¿?: Te he dicho que bajes la voz, ¿Qué no entiendes? - Dicho esto salió de entre las sombras, un hombre de avanzada edad, y ropa toda rayada, sucia y algo vieja. - Nos van a matar si sigues gritando así.
Frost se quedó mirando al anciano sin decir nada, no entendía que es lo que estaba sucediendo.
Frost: Está bien, pero ¿Cómo llegué aquí?¿Quién es usted?¿Por qué estoy en una celda?¿Por qué tengo dos grilletes y una esposa?¿Esto es un pesadilla? ¡No! yo debería estar en un callejón planeando mi plan de escape, no aquí con usted en... no sé donde.
Anciano: Ay, haces demasiadas preguntas, mejor vete hacia allá - Apuntando a una esquina de la celda - Y deja de hacer tanto alboroto.
Frost: Pero...
Guardia: ¡Silencio!
Frost se quedó callado y cómo no entendía nada simplemente fue a una esquina como le dijo el anciano, no tenía ganas de que algún guardia viniera por él ni razón alguna para discutir con un anciano. Y si lo atraparon no podía hacer nada más ya estaba encarcelado.
Se sentó en el suelo y se puso a pensar que demonios pasaba, deseando que todo eso sea solo una pesadilla, cerró los ojos para tranquilizarse, el anciano tenía razón no conseguiría nada haciendo un alboroto.
El efecto del dardo pareciera que aún tenía efecto en él, tenía mucho sueño, a demás que estaba cansado y con hambre, así que prefirió dormir nuevamente. Quizás podría averiguar que es lo que realmente pasaba después.
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•827 Palabras.
•26/09/20
Espero que les haya gustado el primer capítulo de este extraño fanfic.
Y como siempre me disculpan si tuve algún error... Por que siempre se me escapan algunas que otras cositas...
Bueno, nos vemos en el siguiente capítulo.
💕😌.
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