21/06/2023

Duele.

Me duele.

Tú me dueles.

Me hiere saber que te perdí aún sin conocerte.

Me cala en lo más profundo del alma saber que te tuve dentro mío, y aún más que nunca llegué a sentirte.

Me arde pensar que este año y los siguientes habrá un dulce en mi ofrenda a los muertos para ti. Una calabera de azúcar más, pequeña, frágil y anónima, como tú.

No es fácil.

No es simple despertarme y seguir con mi vida cada día, sabiendo que me falta un trocito de alma.

Para todos solo fuiste él bebé que perdí sin saber que existía, un lamentable hecho, una pérdida más de las que he tenido, un simple suceso, pero para mí fuiste y seguirás siendo más que eso.

Mi niña.

Sé que no estoy bien; que en ese momento no tenía dinero; sé que echarías en falta muchas cosas, pero al menos serías un claro de luz en toda mi oscuridad, esa pequeña chispa que tanta falta me a hecho todo este tiempo para convencerme de que aún vale la pena luchar.

A veces toco mi vientre, esperando sentir otro corazón latir contra el mío o un débil movimiento que me diga que estás ahí, rezándole al Dios en el que creo porque todo haya sido una pesadilla.

Si pudiera, sería increíble poder ver el cielo, contar las estrellas y encontrarte entre ellas.

Te he visto en sueños.

Te pareces a él.

A la persona que más odio.

Aún así, eres hermosa, con tu cabello castaño oscuro y mis mismos ojos grises...

Te amo.

Siempre te llevaré conmigo a dónde vaya, Mi niña.

Atm:

Mamá.