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Capítulo Cinco.

Así, dos semanas transcurrieron y Jungkook aún seguía en aquel dormitorio. No la pasaba mal y debía admitirlo, pero era incómodo hablar con Hoseok porque aún seguía martirizándose por lo sucedido en el pasado, y era consciente de que el mayor siempre buscaba alguna forma de charlar con él pero todo terminaba en nada.

Incluso le había dado varias mudas de ropa para que no usará solamente su traje.

—Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero ¿puedo hablar por teléfono?.— susurro. —Por favor.

—Bien.— se metió la mano al bolsillo y le tendió su teléfono. —Marca.

Emocionado, le marcó a SeokJin. Apenas atendió, se encerró en el baño de la habitación y se sentó en la tapa del inodoro.

—Jin.— habló casi en susurros. —Soy yo, Jungkookie.

—¡Jungkook!.— oyó un grito. —Dios mío, ¿dónde estás? ¿Estás bien? ¿Herido?.

—No, de hecho llamaba para decirte que estaba bien y que no te veré por un tiempo indefinido.— suspiró.

—¿Qué ha pasado?.

—Hoseok me encontró y... Bueno, estoy en su mansión. Me tratan muy bien de hecho, pero no me deja ir.— rió.

—¿Pero estás bien anímicamente?.

—Si, sólo teníamos demasiado de lo que discutir.— relamió sus labios. —¿Tú estás bien?.

—Sí Kookie. Pero estaba preocupado por ti, no quise reportar tu desaparición porque podrían notar que no eras tú y todo eso... Le lloraba a Yoongi todos los días.

—Acerca de eso... Si quieres saber en dónde estoy, pregúntale a él.— rodó los ojos. —Tendrán mucho de qué hablar.

—¿Qué sucede?.— bufó. —¿Más revelaciones?.— ya se estaba preparando para mantener la compostura.

—Sí... Pero en fin, solamente quería saber cómo estaba mi único amigo. Me quedo mejor sabiendo que estás bien, tengo que dejarte ahora pero espero llamarte pronto, ¿si?.

—Bien Kookie. Lo mismo para ti y hablaré con Yoongi.— suspiró. —Sí estás en peligro sólo llámame, de alguna forma llegaré a donde estés.— dicho eso, colgó.

Luego salió del baño y cuando se sentó en la cama, le tendió su celular al pelirrojo sentado en el piso. Jungkook volvió a hablarle.

—Gracias por dejarme usar tu móvil.— tomó su sándwich y le dió un leve mordisco. —¿Cuando podré irme a mi casa?.

—No lo sé.— se encogió de hombros. —¿De qué hablaste con él? ¿Era necesario que te encerraras en el baño?.— cuestionó con un rostro serio. —¿Acaso ya tienes otra persona?.

Y la cara de Jungkook cambió en cuestión de segundos.

—¿No será que el policía aquí eres tú? Haces demasiadas preguntas.

—Te exaltaste mucho por una simple pregunta. ¿Será que estoy en lo cierto?.

Jungkook dejó su emparedado en la mesa y tomó unas mantas junto a una almohada para luego dirigirse al baño.

—Tu puta madre está en lo cierto.— seguidamente, se encerró allí.

Independientemente del pasado, las escenas de celos no eran algo que le agradasen y eso Jung lo sabía bien.

Hoseok suspiró y se abofeteó mentalmente. Esa semana completa, a pesar de todo, él trataba de poner de su parte para al menos poder conversar cinco minutos pero siempre era lo mismo.

Jungkook no podía mirarlo mucho tiempo sin largarse a llorar; entonces él se iría a su despacho y lloraría en silencio.

En un principio estuvo enojado con él, porque realmente creyó que Jungkook se había ido porque ya no lo amaba y quería más dinero.

Claro que no le dijo nada al rubio, pero ahora él tenía más poder que Marco y José, por lo que ahora ambos yacían enterrados en alguna parte de algún campo, suerte si algún día los encontraban. Ellos ya eran historia, y se encargó de que los que hirieron a Jungkook también pagaran.

Hay cosas que no se hacían, y dañar a su rubio era una de ellas.

A todo esto, eso era lo que más enojaba a Jungkook. Hoseok hablaba como si nada hubiese pasado, como si él no lo hubiese enviado a la cárcel.

Las cosas habían sucedido y eran su culpa, no entendía porque el pelirrojo no le gritaba todo lo que tenía guardado en el pecho. Porque sabía que tenía más para decirle, pero sólo se sentaba ahí como idiota para desayunar, como si lo otro fuese algo desconocido.

—Jungkook...— tocó la puerta. —No fue eso lo que quise decir...— volvió a golpear.

Estuvo parado allí al menos veinte minutos antes de darse por vencido e irse a su despacho. Jungkook salió apenas lo oyó cerrar la puerta y se tiro en la cama.

—¿Por qué dice eso?.— golpeó a la almohada. —Tengo este maldito anillo puesto y tiene que abrir su estúpida bocota... ¿Sirí qii istiy in li ciirti?.— dijo con voz chillona.

Gritó contra la almohada para luego acomodarse boca arriba en la cama. Él no podía hacer un borrón y cuenta nueva porque simplemente no era posible. No era masoquista pero realmente se sentiría mejor si Hoseok le gritase de una vez por todas lo que aún no había dicho.

Rápidamente, se sentó para poder terminar el emparedado que había dejado en la mesa y cuando lo terminó se dispuso a volver a dormir, ya se había enojado.

—Jungkook.— se oyó una voz detrás de él.

—¿Qué?.

—Ven.— lo destapó. —Sígueme.

El mencionado rodó los ojos y a regañadientes siguió al mayor, que comenzó a caminar por el largo pasillo detrás de él. Entraron en una habitación enorme con una cama matrimonial y llena de lujos, incluso había unos sillones enormes.

—De ahora en adelante quiero que duermas aquí.— se rascó la nuca. —Es mi habitación.

—No. Estoy bien durmiendo en la otra.

—No te pregunté.

—¿Y qué? No voy a compartir una cama contigo.

—¿Por qué no? Solía gustarte que hiciéramos cucharita.— rió.

—¿Puedes dejar de actuar así?.— bufó.

—¿Así como?.

—¡Cómo si nada hubiese pasado!.— su mirada se mantuvo fija en la ventana. —¿Por qué no puedes ser más honesto? Arruiné varios años de tu vida y tú solamente quieres pretender que nada pasó. ¡Habla tú, yo ya hablé demasiado!.

—¿Y qué quieres que te diga? Aunque quisiera reclamar te algo más, en este precioso momento estoy feliz, de volver a verte.— sonrió. —Apenas te vi sólo quise gritarte y hacerte sufrir como tú lo hiciste conmigo.... Curiosamente, perdí las ganas de hacerlo cuando vi el anillo en tu mano. Pensé que lo habías tirado.

—Me sentiría mejor si me gritaras.— sus ojos comenzaron a aguarse. —No hagas como si no hubiese arruinado lo nuestro, por favor.

Hoseok se acercó más a él y tomó su brazo, dejándolo contra su pecho mientras lo rodeaba con sus brazos.

—Escúchame atentamente.— le pidió. —Tú no puedes volver al pasado para no mandarme a la cárcel y yo no puedo volver para evitar todas esas veces que te hice llorar. No podemos cambiar el pasado pero si podemos vivir el presente y pensar en el futuro.— lo abrazó. —Ahora que te encontré, desafortunadamente ya no puedo ni quiero pensar en un futuro sin ti. Soy consciente de lo que pasó, pero no quiero vivir en el pasado si puedo disfrutar mi presente.

Las manitos de Jungkook se aferraron a su campera mientras sentía lágrimas mojar su remera.

—¿Podemos empezar... No, así no.— negó, puesto que no era posible empezar de nuevo. —¿Podemos continuar con lo nuestro? Pero esta vez aprendiendo de nuestros errores.— preguntó.

Jungkook no dudó en responder que sí, fundiéndose en los brazos de su amado, a quien había extrañado desde aquel maldito jueves. Él tampoco quería un futuro sin Jung.

—¿P-puedo besarte?.— preguntó el mayor, tímido.

—Sí.— rió.

Como en los viejos tiempos, Hoseok tomó su mentón y se agachó un poco para poder besarlo mientras él hacía puntitas.

Ambos dejándose llevar.

Actualización de la nada misma dkdkxd. Nos vemos pronto gente bonita. 🤧🥺

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