Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💥 12

💥

EPILOGO

Después de varios meses, después de enfrentarse con la madre de Nahir, sus hermanos menores y la prensa japonesa e italiana por fin decidió hacer feliz a quien le había salvado el culo dos veces, a quien soportaba su estresante carácter y por supuesto a quien le entregaba su amor de manera incondicional.

"Prometo hacerte feliz, fea"

Le había dicho desde que ella fue salvada por aquellas personas vestidas de blanco, justo dos minutos después de que él saliera a pedir ayuda y fuese tranquilizado por jeringas, después de varias semanas de cuidarla en el hospital y más de un año desde aquel incidente en Italia, volvían a viajar, como turistas enamorados.

Esa noche el rubio cenizo tenía algo planeado para la joven albina, quien se encontraba caminando por las bellas y hermosas calles de la isla de Santorini, ubicadas en Grecia, el joven prometido de aquella bella muchacha estaba más que ansioso por que su plan fuera bueno y no se saliera mucho de control, aunque esto último era lo que menos podía retener; pues vivir bajo el mismo techo que su novia y no tener más contacto físico que abrazos y besos lo estaban comenzando a desesperar, sin embargo no quería hacer sentir incomoda a la chica, pues eso solo provocaría que ella se negara más a sus insinuaciones.

Aunque, con ayuda de Kirishima y Momo logró elegir un hermoso lugar para tomar unas merecidas vacaciones junto a Nahir, quien aún mostraba una pequeña cicatriz en la espalda, cicatriz que para él era una especie de recordatorio de que por su culpa ella casi muere dos veces...

— ¿Katsuki?- llamó la chica mientras entraba a la habitación que compartían.

Ella llevaba puesto un vestido de tirantes blanco con flores azules y blancas en el costado derecho, junto a sus lentes de sol azules y sandalias cafés, acababa de dar un paseo por aquel precioso lugar, pues quería ver sin querer escuchar "Ella es mía, aléjate o muere" por parte de su prometido.

— ¿Has vuelto?-

— No, sigo afuera- dijo ella con diversión.

Él se acercó a ella y la abrazó, besando sus labios y ella pasó sus brazos por detrás de la nuca del contrario, el chico tomo con firmeza las caderas de la albina mientras que ella también trataba de profundizar el beso.

El rubio bajó uno de los tirantes del vestido mientras comenzaba a besar su hombro desnudo, al parecer no llevaba sujetador, eso facilitaba su trabajo; con lentitud fue midiendo con sus labios aquella parte del cuerpo de la contraria, mientras ella suspiraba y comenzaba a bajar sus manos a la orilla de la camiseta que él portaba.

— Katsuki...- suspiró ella, provocando que el más alto la mirara unos instantes — Quiero hacerlo...-

No necesitaron más palabras para continuar con lo que habían iniciado, al carajo el plan que había hecho el rubio cenizo, al carajo todas las personas ahora solo eran él y ella, nadie más.

Bajó el otro tirante y también besó aquel hombro, con una de sus manos aferraba el cuerpo de la albina al suyo mientras que con la otra recorría su cuerpo por encima de la fina tela blanquecina, tampoco ella se quedaba atrás, pues comenzaba a levantar la camiseta del chico, prenda que fue retirada en segundos por el propietario y dejando a la vista aquel torso marcado.

— ¿Te gusta lo que ves?- preguntó con arrogancia

— No exactamente- bromeo ella con una sonrisa, estar tanto tiempo con él significaba adquirir ciertas conductas.

— Te voy a quitar esa sonrisita estúpida de los labios-

— Quiero ver- retó la chica

Comenzaron a caminar con torpeza hacia la cama, chocando con algunas cosas por el camino, mientras ambos se quitaban sus calzas y una que otra prenda, los lentes de ella, el cinturón de él, aquel sombrerito, los pantalones, el vestido...

Justo cuando llegaron a la cama ambos ya estaba solo con la ropa interior que cubría sus zonas íntimas, cayeron sobre el colchón y él la miró, estaba sonrojada, su cabello blanco hacía un bonito contraste con el color beige de las sabanas y aquellos ojos azules lo incitaban a seguir con su trabajo, cosa que continuó; comenzó a masajear ambos pechos mientras que besaba en los labios a su pareja, causando suspiros profundos por parte de la chica, mientras que ella bajaba una de sus manos y comenzaba a acariciar aquel bulto creciente en la entrepierna del joven héroe.

Un suave y tímido gemido brotó de los labios de Nahir, pues Katsuki había apretado entre sus dedos los pezones de la chica, causando que éstos brindaran una agradable descarga eléctrica en el cuerpo de la fémina, por otra parte, el miembro del joven reaccionó a la voz de ella, causando en él una oleada de excitación, aunque obviamente no pararían ahí, apenas estaban comenzando.

Una de las manos de Bakugō estaba masajeando uno de los senos de la chica mientras que la otra comenzaba un recorrido lento hasta las bragas blancas que ella portaba, comenzando a masajear su zona íntima por encima de la tela, sacando un jadeo más fuerte y profundo en ella, quien también presionó con más fuerza el miembro escondido en aquel pedazo de tela anaranjado.

Katsuki comenzó a hacer círculos por encima de las bragas, provocando una lubricación en la vagina de la chica, su propio cuerpo se tensaba, ya no podría resistirlo más y mucho menos el de ella, que empezaba a proclamar por más con cada jadeo y gemido que sus labios soltaban, sin previo aviso, introdujo uno de sus dedos en la entrada vaginal de la chica, comenzando a simular las penetraciones, cosa que la hizo quejarse y pellizco un brazo de rubio, en señal de dolor.

— Du-duele...- gimoteo

— Ya... pasará...- respondió

Embestidas, círculos y pequeños masajes eras lo que los dedos del joven hacían dentro del interior de la chica, mientras que con su otra mano abandonaba el pecho y sacaba de sus piernas la última prenda que cubría a su prometida, así como ella con ayuda de sus pies bajo con torpeza los boxers del chico, quedando finalmente como habían nacido.

— ¿Lista?- jadeo mientras ella asentía.

No se preocuparon por los condones, pastillas o parches, nada de eso importaba para ellos en este momento.

Las paredes vaginales eran estrechas con su miembro en comparación con sus dedos, pues a cada segundo que pasaba, los brazos y espalda del chico eran arañados por la chica, quien sufría de dolores al tener al intruso adentrándose cada vez más en ella.

Las cejas crispadas, las pequeñas lagrimas que adornaban sus ojos y sus mejillas sonrojadas le daban a entender al rubio que se detuviera, pero aún no estaba tan dentro, él quería estar en lo más profundo de ella aun si escuchaba los quejidos de la albina, no podría parar esto aunque lo deseara, y sabía que ella no lo iba a detener.

Ambos se detuvieron, acostumbrándose al cuerpo del otro mientras juntaban sus labios en un ansiado beso, que no solo compartieron en los labios, sino en algunas partes de los hombros y clavícula, por parte del chico también en el valle de los senos.

Leves movimientos comenzaron aquella danza entre ambos cuerpos, gemidos y jadeos por parte de ambos se escuchaban en la habitación, la cual tenía ya una temperatura alta, Katsuki tomo de las manos a la chica y antes de jalarla hacia él habló con voz ronca.

— Lamento si esto te duele...-

Ella se sorprendió un poco ambos lograron estar entados en la cama, ella sobre él causando que el miembro del chico estuviera más profundo dentro de ella, quien soltó un gemido lleno de placer, mientras comenzaba a moverse arriba y abajo, con ayuda de él, pues la tomaba de las caderas, logrando dejar marcas notorias de sus dedos sobre la piel pálida de la chica.

Con algo de esfuerzo, ella empujo al chico, quedando sobre él y con movimientos torpes comenzaba a formar círculos y moverse adelante y atrás, logrando sacar más de un jadeo al de ojos carmín, quien miraba embelesado a su pareja, le gustaba que ella tomara, aunque con torpeza, las riendas de este asunto, aunque no dejaría esto así, ya que él levantaba su pelvis para penetras de manera vertical a la chica, quien aferró sus manos al pecho del chico y dejaba marcas del labial rosa sobre su torso y cuello.

Las embestidas, jadeos, gemidos y cambios de posición comenzaban a variar dentro de la habitación, pues era inevitable sentirse de esta manera cuando en realidad se habían abstenido mucho tiempo para una pareja "normal", más no para ellos porque sus fantasías ahora podrían cumplirse.

Finalmente, las paredes vaginales de la chica comenzaron a aprisionar el miembro del joven, provocando un cosquilleo en el vientre de la chica y un palpitar intenso en el cuerpo de él.

— Kat... suki...- gimió ella mientras las embestidas del mencionado comenzaban a ser más fuertes y erráticas, pronosticando que ya estaba cerca del clímax.

Tan solo un par de movimientos más y ella comenzó a jadear palabras.

— Me siento... rara...- el chico miró a los ojos de la chica, quien los cerraba por momentos y los volvía a abrir — No puedo... dejar de amarte...-

— Entonces... Vuélvete alguien rara por mí... Ya he decidido... que serás mía por el resto de esta vida...- jadeo él.

— Menos mal idiota...- jadeo ella y ambos terminaron a la vez, cayendo rendidos al sueño unos minutos después.

EXTRA:

Ambos se encontraban en la casa que compartían desde hace varios meses, mirando revistas y tratando de escoger demasiadas cosas a la vez.

— ¿Ya te decidiste?-

— Me gusta éste- señaló un pastel, leyendo los sabores de los que estaba hecho y él besó con calidez la sien de su prometida.

— No se ve tan feo-

— Agh. Mejor no me molestes, idiota-

— Tú y tus malditos cambios de humor-

— ¡Déjame, pomerania de mierda! ¡Es culpa tuya!-

— ¡¿MÍA?!-

— ¡Claro! ¡No me embaracé sola!-

Él sólo se sonrojó ante lo dicho. Si alguien hace un año y medio le hubiese dicho a Bakugō que se terminaría casando y teniendo hijos con aquella "bruja del tiempo", le habría explotado la cara.

Pero estaba feliz de que finalmente aquellos pecados que cometió en el pasado y que casi le cuentan la vida a la joven albina finalmente pudiesen disiparse en el viento, las heridas y la culpa seguirían ahí pero podría seguir contra ellas con ayuda de aquella chica de precioso ojos azules, para no sentirse como un pecador.

Aunque sus memorias siempre le recordarían sus acciones.

FIN

Dedicado a mi amiga payorla



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro