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EXPLOSIÓN DE RECUERDOS
[En un hospital de Japón]
— ¡¿Qué diablos hace él aquí?!-
— ¡Lo mismo debería decir yo!-
— Este no es un lugar para que ustedes estén gritando, Kaminari-san, Bakugō-san- reprendió Yaomomo como una madre a sus hijos.
— ¡Lo vi todo! ¡Él la atacó! ¡Por su culpa ella vuelve a estar así de grave!- señaló a gritos el rubio eléctrico mientras levantaba su celular.
Touche. Había dado en una fibra muy sensible dentro de aquel caparazón que la gente normal llamaría corazón. La gente normal y no Katsuki.
— ¡No fue mi culpa!-
— ¡Sí claro! ¡Cómo no fue culpa tuya lo de Hakone!- tan pronto terminó de gritar, se avergonzó por rebelar aquella información que sólo conocían ambos rubios y la azabache.
Eijiro, Fatgum, Best Jeanist y una recién llegada –Mina- miraron con sorpresa al dueto rubio, uno mostraba molestia y otro un extraño abatimiento, ninguno esperaba verlos con los papeles cambiados.
— ¿D-de qué hablan?- preguntó finalmente la pelirosa.
— ¡Diles, Bakugō! ¡Cuéntales como hace 3 años Nahir estuvo a punto de morir por tu culpa!-
— ¡Kaminari-san!- llamó Yaomomo
Todos se tensaron al escuchar la última frase del chico eléctrico, sabían una extraña historia del porque su antigua compañera de clases había faltado bastante tiempo al colegio, sin embargo no sabían nada más a fondo, nadie jamás preguntó nada pero todos sabían que Kaminari comenzó a tener cierto desagrado por el chico de las explosiones desde esa época.
Nezu, el encargado de cuidar a Nahir por ser parte de las docentes principiantes de U.A, miraba con tristeza a Bakugō.
— Estamos haciendo un gran alboroto en donde no se debe, son héroes y deben comportarse como tal. Hablaremos de esto más tarde- habló el roedor.
Todos guardaron silencio, mientras miraban a Denki y luego a Katsuki, definitivamente el chico eléctrico y en chico explosivo habían cambiado los roles, el primero mantenía el ceño fruncido y el segundo una cara de preocupación.
Mientras tanto, los héroes más experimentados retenían preguntas sobre aquel suceso, mirando a quien propuso la idea de juntarlos a todos: Best Jeanist.
Nadie, ni siquiera Kaminari, habían vuelto a mencionar el tema, en ese instante, apareció un doctor joven, parecía preocupado por las futuras reacciones pero era su trabajo decir lo que ocurría con la paciente.
— ¿Familiares de Iléa Nahir?-
— Soy el patrocinador de su agencia- hablo con prontitud el roedor blanco.
— Bien. La paciente ha ingresado con múltiples golpes, un sangrado interno, una severa quemadura en la espalda y posiblemente pierda la audición de un oído...-
El rubio eléctrico miró con reproche al explosivo, insinuando con la mirada que era su culpa.
— Sin embargo, logramos estabilizar la mayoría de sus heridas-
— ¿La mayoría?- cuestionó Yaomomo
— Sí. Como lo mencioné, es probable que pierda completamente la audición del oído derecho, estamos haciendo todo lo posible para que eso no pase pero es un procedimiento complicado-
— ¿El derecho? Ese oído...- mencionó la azabache
— Según un expediente médico anterior, ese mismo oído había sido lastimado, por eso digo que es posible que pierda la audición-
— No haga la operación- sentenció Nezu, sorprendiendo a todos.
— De acuerdo. Necesito que firme esta hoja en donde niega el permiso-
Minutos después de haber firmado, el doctor explicó que sólo dos personas pasarían a verla, y mientras todos se debatían entre quiénes irían, Bakugō se sentó en el suelo, mirando el piso y tratando de aclarar su mente y corazón.
— Iremos Yaomomo y yo- sentenció el pelirrojo.
Sin embargo, el pelirrojo al ver aquella escena donde su amigo parecía estar tan destrozado hizo cambiar de idea.
— Si nos explicase qué pasó en Hakone, irás a verla-
La seriedad con la que habló estremeció más el semblante del caído, pues agachó más la mirada.
— ¿Recuerdan que hace tres años a inicios del tercer grado nos mandaron a una misión por equipos?- no esperó una respuesta — Eramos Denki, Momo, Nahir y yo... En un descuido Nahir fue capturada por el enemigo, la utilizaron de escudo humano y yo... La ataque sin esperar que eso pasara... Hice explotar una roca que se entraba de su lado derecho y ahí, su oído salió lastimado...-
— Y provocaste que diera un año por ti...- dijo con enojo Kaminari
— ¿A qué te refieres, bro?- pregunto el pelirrojo
— Bakugō estaba casi muerto por el ataque del enemigo, había recibido un golpe fatal y Nahir utilizó su habilidad para sanarlo, sin embargo, al utilizar esa habilidad se restó un año de vida a nuestra amiga... ¿Todo para qué? Para que el idiota de ahí la volviera a atacar.-
— ¿Cómo saben que se restó un año de vida?- pregunto la pelirrosa
— No lo sabemos Mina, ella dijo eso. En fin, de nueva cuenta vuelve a estar en un hospital por culpa de éste- señaló con la barbilla a Katsuki
Volvieron a ponerse de acuerdo para saber si dejaban o no pasar al chico de cabezo cenizo con la albina pero en un instante él se escabulló a la habitación 142, en la cual se encontraba aquella chica que no sólo le había donado una parte de su vida, sino que ahora estaba hospitalizada con vendas y heridas por doquier.
"Esto es mi culpa"
Se sentó en silencio aun lado de la cama de la chica, evitó mirarla a la cara, no quería ver aquella cicatriz de su mejilla y mucho menos podría verla por ahora a los ojos.
Claro que él sabía que le debía mucho a la chica pero su orgullo siempre lo alejo de ella, agradeciéndole en silencio pero maldiciéndola a gritos, ¿por qué tuvo que ser ella y no cualquier otro? Era difícil para él, por supuesto y aunque nunca se lo dijo, estaba feliz de que en su equipo ella estuviera incluida, pues a pesar de todo, era una de las pocas chicas que toleraba en su clase.
"¿Por qué te aleje tanto de mí?"
Y la respuesta llegó tan raído que un pequeño mareo lo ataco, fue dos semanas después, en donde el rubio eléctrico le había dicho que se alejara de su novia...
¡Ahora lo recordaba! No se lo había dicho ella, sino Kaminari quien le dijo aquello, seguramente su sentimiento de culpa de aquella época lo hubiese confundido pero ahora estaba seguro de que fue él quien lo dijo, de cualquier manera, él se había distanciado y eso le costó dejar de verla mucho tiempo, sin agradecerle realmente.
— ¿Sabes por qué te digo Jul?... – suspiró — Es por que a ti te gustan esas cositas ridículas de amor... Y recordé que a ti te gustaba esa novela... "Romeo y Julieta"...-
La máquina que indicaba el nivel del ritmo cardiaco estaba en un sonido constante y leve, tomó la mano de la chica con timidez, como ella se fuese a despertar y de inmediato quisiera apartarla, más se aferró a su deseo y la tomo con algo de fuerza.
— Yo... no soy bueno con estas cosas de mierda... Sé cuando la he cagado bastante... Sé cuando he fallado pero... ¡Maldición! Admitirlo contigo es difícil, no sé qué diablos hiciste conmigo, estúpida... Pero... Gracias... por salvarme no una... Sino dos veces...-
La máquina se alteró un poco y pronto sintió la mano un poco fría de la chica apretar la suya con debilidad, sin recibir otra repuesta de su parte, siguió con su relato.
— Creo... que después de toda esta mierda me di cuenta de algo... Tú realmente eres mi heroína... Aquella estúpida que se arriesga el culo por salvar a idiota como yo... Así que ni se te ocurra... Morir ahora... Ni siquiera lo intentes porque tengo algo importante... que decirte...-
— ¿Qué... cosa?- escuchó el murmullo de la chica, no se atrevió a mirarla por miedo de que viera sus lágrimas.
— Por favor... Actúa como si... Me amaras y... Mírame...- Poco a poco, los ojos carmín de Katsuki dieron con los zafiros de Nahir y las lágrimas volvieron a caer, tomó con más fuerza aquella delgada mano entre las suyas y habló con voz baja.
— Yo sí te a...-
La mano de la chica cayó a la cama en donde se encontraba acostada, la maquina marcaba aquel pitido mortal, indicando que la chica no podría escuchar las palabras de aquel chico que la volvía loca y tampoco volvería a ver aquellos ojos, aquellos que no cambiaría por ningún otro.
El rubio cenizo corrió al pasillo, chocando en el proceso con la puerta y gritando a todo pulmón por ayuda, las personas vestidas de blanco le indicaban que saliera de la habitación pero él se negaba, poniendo toda su fuerza para no hacerlo, no hasta que una enfermera le inyectara un tranquilizante y un pelirrojo lo tomara para que dejara trabajar a los demás, mirando con pena a su anestesiado amigo.
Estamos cerca del final, a tan sólo un capitulo, vota y comenta qué opinas de la historia.
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