-Buen día- Ni-ki acariciaba el rostro de su menor mientras este abría los ojos lentamente.

Sunoo no habló, los recuerdos de anoche seguían tan claros en su mente, el brillo se había ido de sus ojos, su piel estaba fría.

-Yo estoy aquí... ya no tienes que tener miedo- abrazó a su omega y pronto se escucharon sollozos.

-N-no quiero volver....- cada que recordaba lo de anoche se sentía tan asqueroso -no quiero ver a mis padres...

-Está bien, ya veré qué puedo hacer ¿si?- acarició su cabello -pero te prometo que tus padres nunca volverán a dañarte, no mientras yo esté aquí.

-N-Ni-ki...- sus manos buscaron el rostro de su alfa aún en medio de sus lágrimas.

-¿Si?

Sabía lo que pasaría, Sunoo lo besó aferrándose al cuerpo contrario.

-Estoy tan feliz de que tú seas mi alfa- volvió a besarlo después de separarse por un momento para decirle aquellas palabras. 

-Yo siempre te voy a proteger.

-Te amo.

Por fin, después de tanto tiempo pudo decirlo en voz alta, los labios del alfa pararon de moverse por un momento.

-¿Ni-ki? ¿está todo bi-- pronto el alfa se abalanzó a besarlo posicionando su cuerpo encima del de Sunoo para abrazarlo y besarlo con más intensidad.

-Yo también te amo- el beso se tornó más hambriento y movido.

Las manos del alfa se pasearon por el cuerpo de Sunoo, desde su cadera hasta sus muslos.

Eran casi los mismos lugares que aquella chica había tocado anoche, pero se sentía diferente, cuando la chica lo tocó se sentía asqueroso y con náuseas, pero cuando Ni-ki lo tocaba, sentía su estómago lleno de mariposas, sentía cálidos todos los lugares que tocaba.

Y aunque ambos querían seguir en medio de ese beso, habían otras cosas que necesitaban hacer.

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-Cómo se atreve... ese reverendo hijo de perra- Su tía conducía un automóvil mientras insultaba al padre de Sunoo.

Así es, Ni-ki y Sunoo fueron a la casa de los tíos del omega a pedir ayuda y explicar todo lo que pasó anoche, Sunoo contó con detalle todo lo que sucedió después de haber llegado a casa.

-Cariño... conduce más lento o la policía nos agarrará- su tío tomó su mano intentando calmar a su esposa.

-¡Ese hombre dañó a mi sobrino!

-Entonces enójate con él, no con el auto- veía el cómo su alfa apretaba el volante con sus manos.

-Ash...- no podía decir nada, aquel lindo omega a su lado tenía razón.

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-¡¿Cómo es que pueden hacerle eso a su propio hijo?!

-¡Es su culpa por nacer así!

Esa clase de gritos se escuchaban en la sala de la casa de Sunoo, sus tíos fueron a confrontar a sus padres mientras Sunoo estaba en el patio junto con Ni-ki quien tomaba su mano.

Cuando entraron a casa Sunoo no miró a sus padres, sus tíos fueron directamente a confrontarlos.

Estuvieron al rededor de 15 minutos gritando dentro de la sala, hasta que algo se hizo resonar en medio de los gritos.

-¡Si tanto lo odian entonces se irá con nosotros! ¡Donde una familia que si lo ama!

-¡Anda, llévatelo, no queremos una alma sucia e impura en nuestra casa!

-Así será- Su tío habló saliendo al patio donde Sunoo y Ni-ki se encontraba -cariño, alista tus cosas, te llevaremos a un mejor lugar- revolvió los cabellos de Sunoo.

-¿Qué?

-Este no es un lugar seguro para ti, Ni-ki ayúdalo por favor- y sin decir más volvió adentro.

-Ni-ki... ¿Qué está pasando?

-Ya todo estará mejor, no volverán a dañarte, pero tenemos que ir a alistar tus cosas ¿si? yo te ayudaré.

-Sí...- no comprendía muy bien lo que estaba pasando, solo sabía que se iría de esa casa y de algún modo le otorgaba alguna clase de paz.

-Los de la iglesia estarán tan decepcionados de ti...- su madre miraba con negación a Sunoo que caminaba al lado de Ni-ki.

-No pienso volver ahí... madre.

-Si te vas nunca podrás volver, lo sabes muy bien.

-Eso es aún mejor- y tomando la mano de Ni-ki subió a su habitación para sacar su ropa  en cajas y bolsas, lo primero que alistó fue su caja de cosas especiales, una pequeña caja de metal donde guardaba las cosas más importantes, ahí estaba su collar de recuerdo de sus 15 años, un anillo que Jungwon le regaló por el día de la amistad y una fotografía con Ni-ki en su primera cita.

Alistó las cosas delicadas en cajas y sus ropas en bolsas.

Suspiró viendo una fotografía familiar, todos tan serios... le dio la vuelta y junto con Ni-ki bajaron sus cosas para poder acomodarlo en el auto.

Siquiera se despidió de sus padres, tan solo dejó una nota atrás de la fotografía familiar que tenía en su habitación.

-Hey... ¿Estás bien?- Ni-ki estaba sentado al lado de Sunoo esperando llegar a la casa de sus tíos.

-Muy bien- entrelazó su mano con la de Ni-ki mientras sus tíos conducían para llevarlo a un lugar mejor.

Ya no tengo miedo de lo que soy, amo ser así.

Cami~