XVI
Ustedes comentan por un capitulo donde les amenazo y al próximo se desaparecen 🤡 creo que tendré que tomar medidas drásticas jasjuas
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-Y-ya tengo que irme- de alguna manera terminaron besándose al fondo de un callejón.
-Solo uno más- levantó a Sunoo del suelo haciendo que este enrede sus piernas en la cadera de Riki para sostenerse de ahí mientras sus manos se sostenían de su nuca y las manos contrarias se paseaban por sus muslos, acariciando y pellizcando su piel, las tiras del overol eran desajustadas con su mano izquierda mientras sus labios no buscaban separarse.
-Ya tengo que ir a casa...- Sunoo habló con su voz entrecortada por la falta de aire mientras un muy fino hilo de saliva unía sus labios, pero parecía que Ni-ki no lo estaba escuchado, ya que empezó a besar su cuello, bien jugado, era el punto más sensible en Sunoo -N-Ni-ki...
Pero los movimientos pararon cuando el teléfono de Sunoo empezó a sonar.
-Papá- Sunoo habló con su voz más estable.
-¿Dónde estás?- parecía molesto, mucho.
-Ya estoy llegando a casa.
-Apúrate, tenemos que hablar contigo.
-Sí, papá, ya voy a-- y su padre colgó la llamada. -te dije que tenía que volver a casa- tomó la mano de Ni-ki quien lo bajó de sus brazos dejándolo en el suelo para ir a su casa.
-Perdón- ahora se sentía mal.
-Oww- Sunoo se derritió por el pequeño puchero que su alfa tenía en sus labios y apretando sus mejillas le brindó un beso.
-Nota mental, hacer pucheros cada que pueda- entrelazó sus manos haciendo parar un uber para que los lleve rápido a casa de Sunoo.
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-Nos vemos mañana- estaban una cuadra antes de la casa de Sunoo, para que su padre o madre no se de cuenta que están juntos.
-Hasta mañana- se colocó de puntillas y Ni-ki se agachó para poder besar sus labios cortamente.
Se despidieron rápidamente antes de que Sunoo empezara a correr para que su padre no se enoje más por lo que sea que haya estado molesto.
Tenía una sonrisa en el rostro, con esa misma sonrisa entró a su casa y a la sala, con esa misma sonrisa saludó a sus padres... pero esa sonrisa se borró de un golpe.
-Tú- su padre lo señaló con la misma mano que le había golpeado la mejilla.-tú eres un enfermo de mierda.
Sunoo estaba asustado, no comprendía nada.
-Sabíamos que en algún momento serías una completa decepción- encendió su teléfono -al principio quisimos creer que no eras tú, pero era obvio que esa es la cara de un homosexual- 9 fotos de Sunoo agarrado de la mano con Ni-ki y besándose estaban en el teléfono de su padre.
-Papá, yo--
-¡Cállate! no quiero escuchar nada de un maldito enfermo- se acercó a Sunoo -tú nunca debiste nacer así, ni siquiera debiste nacer.
-Papá, entiende un poco, que ambos seamos hombres no es--
-Sunoo...- su madre tenía una mirada tan decepcionada -nosotros te amamos tanto... pero tú lo arruinaste todo, ¡Ahora eres otro de la basura del mundo!
-Mamá...- bien, si iba a terminar así, tampoco se quedaría callado -¿Ustedes me amaban?
-Te dimos todo lo que necesitabas.
-¿Todo lo que yo necesitaba? Si yo hubiera tenido todo lo que necesitaba no buscaría la calidez de una familia en otra casa, no confiaría más en mis amigos que en ustedes, no odiaría ir a esa iglesia todos los domingos, ¡Si me hubieran dado lo que necesitaba no lloraría a diario en mi habitación esperando a la mañana donde salga de esta casa!
-¡No le grites a tu madre!- su padre lo empujó haciéndolo chocar contra la mesa del comedor.
-Que ustedes sean mis padres solo es un título, el cariño y respeto se gana, yo lo que tengo por ustedes es terror, miedo, ustedes nunca se ganaron mi cariño y si por mi fuera tampoco los llamaría padres ¡¿Qué les hice yo para que me trataran de esa manera?!
-Suficiente...- su padre se volvió a acercar a él -te enseñaré a ser hombre, de una u otra forma- lo tomó de la muñeca empujándolo y obligándolo a entrar a su movilidad.
-Papá...
-Cállate, si Dios no puede sanarte, entonces tendré que hacerlo yo- condujo hasta un lugar donde Sunoo nunca pensó ir en su vida, un prostíbulo de mujeres.
-P-papá...- Sunoo se asustó cuando su padre lo sacó a fuerza del auto y lo obligó a entrar al prostíbulo junto a él.
Todo olía a alcohol, a cigarro, era de noche, todo estaba obscuro, habían personas teniendo sexo en algunas esquinas y habitaciones personales para más privacidad.
-Papá..
Su padre habló con una de las chicas, que tenía su nombre en la poca ropa que traía aunque su nombre estaba borroso, decía que era alfa, una mujer alfa.
De su padre solo escuchó un "Es algo tímido, pero no pares, le gustará" y el miedo llenó su cuerpo, trató varias veces de zafarse del agarre de su padre en su brazo mientras por sus ojos salían lágrimas de la desesperación y terror de lo que podía pasar.
Luego su padre empezó a caminar, arrastrando consigo a Sunoo hasta una de las habitaciones privadas.
-P-papá, por favor, yo no quiero esto, yo--
-Podrías haber aprendido por las buenas- y cerró la puerta dejándolos solos.
-Fue una buena paga, talvez estemos aquí unas horas, así que ponte cómodo- habló la chica de pelo rubio, alta y complexión curvilínea.
Quiso huir, pero las feromonas de esa alfa se liberaron volviéndolo sumiso, debilitando sus brazos y piernas, impidiéndole huir, solamente se desplomó sosteniéndose de la cama sintiendo a su lobo llorar en su interior.
-¿Tienes miedo? tranquilo sé hacer esto muy bien- de un jalón lo subió a la cama empezando a quitarle el overol que tenía y esa remera violeta.
-No...- su voz tampoco era fuerte, las feromonas lo debilitaban.
La chica se desabrochó el sostén, dejando a la vista su pecho, busto que presumió ante la asustada y asqueada vista de Sunoo.
Y con esas manos con uñas falsas largas, empezó a desvestir el pequeño cuerpo del omega, a acariciar su piel, paseando sus manos por todo su cuerpo.
¿Sunoo? Sunoo lloraba en su lugar queriendo escapar, pero sin las fuerzas necesarias para hacerlo, tenía tanto asco de esas manos que quería vomitar.
-Suficiente... p-por favor... es suficiente- ya no traía su remera, el overol que traía estaba a medio quitar, se sentía tan asqueroso...
De algún modo, cuando la mano de aquella chica tocó más abajo de su cadera, su instinto de supervivencia se activó, empujándola para alejarla y poder correr hasta el baño personal que tenía esa habitación.
Ahí se encerró con llave empezando a llorar a mares, hasta que su teléfono sonó, estaba con su teléfono, aún tenía salvación.
Marcó el número de la única persona a la que quería ver en ese momento, y para su suerte, contestó a los segundos.
-Ni-ki... Ayúdame, por favor, ayúdame, estoy en la calle Hweng, el número **- pidió entre sollozos tratando de tapar su cuerpo, pues solo estaba con su overol puesto, la remera se había quedado en la habitación.
La puerta del baño era tocada, lo cual lo asustó y no pudo hablar mas ante las preguntas preocupadas de Ni-ki.
Por favor, llega pronto.
4/?
Cami~
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