IV
-Te lo voy a presentar mañana, te juro que si, pero hoy tengo que seguir en el bailongo- Jungwon se despedía felizmente de Sunoo volviendo a la fiesta.
-Bien, tal vez yo me vaya pronto, nos vemos mañana- Sunoo de igual manera se despidió.
El omega rubio se quedó sentado en aquella banca aún estando solo, pensando varias cosas.
¿Esto es lo que quiero?
Pero ¿Debería pensar en su felicidad primero antes de la de Dios? No, tiene que pensar en Dios antes que todo... pero Dios quiere que sea feliz ¿no es así?
Se quedó ahí sentado pensando en esas cosas hasta que una cercana y familiar voz lo sacó de sus pensamientos.
-¿Sunoo? ¿No estabas hablando con Jungwon?
-¡Niki!- le había dado un susto -sí, solo que acaba de irse y adentro hay mucha bulla así que me quedé aquí un momento.
-Oh, yo igual salí por eso, es divertido ir a una fiesta de vez en cuando, pero me canso rápido cuando hay mucha gente- en su mente seguía la suavidad y dulzura que los labios de Sunoo tenían.
-Yo igual... ¿Quieres ir a otro lado?- nunca dice eso, pues tiene una hora límite para llegar a casa o que lo recojan, pero hoy sus padres no dijeron nada y tampoco vendrían por él.
-¿Seguro? Tienes toque de queda a--
-Hoy no, vamos- tomó su mano saliendo de la escuela, quería probar cosas nuevas, toda su vida fue monótona sin probar cosas desconocidas, quería probar el sabor del peligro y la locura un momento, Dios nunca dijo que eso era malo.
Niki sonrió desconociendo un poco al Sunoo que estaba frente a él, Sunoo siempre decía "No puedo irme de aquí" "Vendrán a recogerme" "Dios no quiere esto" pero en ese momento no le importaban sus padres, le estaba importando él y eso hacía que le guste aún más.
-¿A dónde quieres ir?- Niki vino en su automóvil, su padre le había comprado uno hace un año, solo que no lo utilizaba todos los días.
-¿A dónde quieres llevarme?- subió a la camioneta, era más de media noche, los locales que no eran bares estaban cerrados, pero Niki conocía lugares.
-Mmm... ¿Probaste la cerveza alguna vez?
-Nop, soy menor de edad, a mi no me la venden, duh.
-Pues yo no soy menor, vamos a comprar unas- condujo hasta la primer licorería abierta y compró 3 cervezas, solo requería dos, pero si se llevaba 3 había oferta y no rechazaría la oferta.
Sunoo dudó un poco antes de aceptar la bebida.
-Si no quieres está bien, no te obligaré a hacerlo- Niki vio que el omega estaba dudoso sobre tomar aquella bebida.
-No, quiero hacerlo- y bebió de la lata, era amargo, su naricita y sus ojos se arrugaron al probarlo.
-¿Qué tal?-rió bajo ante la adorable expresión de Sunoo.
-Al principio es amargo, al final... igual, pero de alguna manera se me antoja más- tomó más de aquella lata.
Y después de haber acabado esas tres latas, Sunoo estaba totalmente ebrio.
-Wow, no resistes nada- Niki quien había bebido dos latas y Sunoo tan solo una, estaba totalmente sobrio, pero Sunoo, tenía las mejillas rojas, una sonrisa con mareados ojos en su rostro.
-Tú no resistes nada, quiero otro- apenas podía hablar bien.
-Nop, te llevaré a tu casa, entraremos por la ventana- al lado de la ventana de Sunoo, había un árbol y Niki a veces entraba por ahí cuando era tarde y charlaban un rato.
-No quiero ir a casa- estaba adormilado.
-Pues iremos, te compraré agua para que se te baje lo ebrio- paró en otra tienda comprando una botella de agua -Toma, o te dolerá mucho la cabeza en la mañana.
-Siempre eres tan cuidadoso- solo decía la verdad, nadie lo cuidaba más de lo que Niki lo hacía -Me gusta eso de ti.
Esas 5 palabras descolocaron completamente a Niki, lo pusieron nervioso y confundido.
-V-vamos a casa- tartamudeó dejando a Sunoo dormir en el asiento de copiloto.
Condujo unos pocos minutos hasta llegar a casa de Sunoo, todas las luces estaban apagadas, lo que significaba que todos estaban dormidos, salió del automóvil y despertó a Sunoo.
El omega estaba tan solo un poco más sobrio, podía ponerse de pie, pero su rostro seguía rojo y su vista mareada.
-Bien, te levantaré, te llevaré a tu habitación y me iré ¿está bien?
-Sip- levantó sus manos esperando ser cargado.
Niki se hincó un poco y dejando a Sunoo abrazar su cuello colocó sus piernas en sus caderas sujetándolo de estas.
Subió a aquel árbol con Sunoo en brazos, no fue difícil, Sunoo no era pesado.
-Bien, aquí va la parte difícil- tenía que entrar a la habitación sin hacer ruido y sin soltarlo o golpearlo con algo en el intento.
Se sujetó del marco de la ventana, sujetó la cintura del omega y de un salto entró a la habitación provocando un ruido al pisar.
Se quedó quieto unos segundos y al percatarse que nadie se despertó bajó a su lindo amigo acostándolo en su cama para que pueda dormir cómodamente.
-Niki...- Sunoo se acurrucó en su cama.
-¿Si?- lo arropó asegurándose que estaba cálido.
-Gracias por cuidarme- y cerró sus ojos para dormir.
-Mientras yo esté aquí, siempre te voy a cuidar- y no se aguantó darle un besito en su frente -buenas noches, Sunoo.
Salió de su habitación por aquel árbol y se dirigió a su vehículo para volver a su casa, pero se quedó ahí sentado en su auto un momento para procesar todo.
¿Qué había pasado hoy? Sunoo y él se habían besado, Sunoo quiso salir de la fiesta sin permiso y bebió cerveza, fue un día totalmente fuera de lo común y de alguna manera le gustaba ese Sunoo que había conocido hoy, más alocado, más libre, más... feliz.
Y dentro de aquella habitación al otro lado de la calle, estaba Sunoo en su computador investigando el porqué se sentía así cada que Niki lo miraba y porqué se puso tan nervioso cuando le besó la frente, porque aquel besito lo había dejado sin sueño, necesitaba saber porqué se estaba sintiendo así.
-No soy gay, no puedo ser gay- Sunoo se hablaba al ver que una gran mayoría de las pruebas que hacía decían que Niki le gustaba o estaba enamorado de él -No soy gay....
Cami~
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