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10

Cuándo la mañana llegó de forma apresurada – según la omega – Jennie se apresuró para realizar su rutina mañanera.

Y luego de una hora logró salir de su casa rumbo al local de comida rápida.

Ni su madre, ni abuela, ni su hermana sabían de sus vacaciones.

Ocultarles ese detalle le ahorraba mucho tiempo en el que podía estar con Lisa.

A su parecer, le es ridículo tener que ocultarles algo tan simple como eso, pero era la única manera de que no la molestarán la mayor parte del tiempo.

Jennie quería de a poco desligarse de su familia, pero no la dejaban, controlaban cada movimiento y cada acción.

Eso siempre terminaba en discusiónes por parte de ambas, pero Jennie realmente no quería seguir siendo la cenicienta de esta historia.

(...)

Al rato de llegar al local, ya se había colocado en su puesto.

Atendía con felicidad a cada cliente compraban algo para desayunar.

Charlaba con sus compañeros e incluso comentaba cosas con su supervisor.

Jennie era una omega que lograba que la quisieran, tenia una personalidad humilde y educada, cualquiera tenía la confianza como para hablar hasta de lo más mínimo con ella.

Incluso había varios alfas tanto chicas como chicos que intentaban cortejarla, su vida social era escasa, pero eso no evitaba que le pusieran los ojos encima.

A Jennie jamás le interesó formalizar algo con alguna alfa.

Con tantas responsabilidades realmente no tenia tiempo para ello.

Hasta que Rosé apareció por su puerta dándole la idea de probar suerte en Omelas.

Cosa que resultó bien a su parecer, sí bien le gustaba ser medianamente independiente, le gustaba más la idea de saber que al lado suyo había una alfa que la quería.

Querer...

Que palabra tan grande y a la vez tan pequeña, lo expresa todo y a la vez nada.

A veces, cuando descansa en la noche, se pone a pensar en si realmente Lisa la quiere sentimentalmente.

A ella no le molestaría algo meramente sexual, solo le gustaría que la alfa no jugara con sus sentimientos.

— Buen día, ¿Que desea desayunar —preguntó automáticamente la omega al sentir llegar otro cliente.

— Hola... ¿Tu eres la famosa Jennie? — preguntó la omega pelirroja.

— Oh, así es... ¿En que puedo ayudarle?

— Soy Chungha, la futura esposa de Lisa... Quiero dos cafés con leche con donas y si no es mucho pedir... Que te alejes de mi alfa.

Jennie miró a la omega frente suyo un poco confundida.

— Yo... Mm... Me gustaría que habláramos de esto en otro momento...— respondió Jennie sacando el ticket del pedido. —. Serian diecisiete dolares.

Chungha pagó moviéndose al lado donde la omega se dispuso a preparar el pedido.

— Se que estas detrás del dinero de Lisa, todas los están, incluso el hecho de que te sacara de un prostíbulo me parece horripilante. Creeme Jennie... ¿Realmente piensas que alguien como tú podría ser una figura a la cual presumir frente a sus amigas? — Chungha rió —Por favor... Tú no estas hecha para la vida que tiene Lisa. Entiendo que quiere llevarte a su cama o mejor dicho, a la cama de algún hotel lujoso para demostrar que es alguien genial.

Jennie acabó de preparar los cafés para dejárselos frente a ella cerrados y empaquetados junto a las donas.

— Que tenga un buen día señorita Chungha. — le respondió con cortesía a la omega para volver a la caja.

Chungha no conforme con el trato recibido por la omega, se acercó a la caja con los pedidos para decirle una ultima cosa.

— En donde ella trabaja eres la hazmerreír de todos, Lisa no deja de balbucear que es casi un reto para ella el tener que conquistarte, dice que te haces la difícil, que en cuanto logre llevarte a la cama, espera que valgas el tiempo que invierte ti.

Dicho aquello, la omega finalmente salio del local dejando a la castaña con una fea sensación en su pecho.

Encantadora

pensó la omega.

14:00 pm

—  Adiós, hasta mañana. — se despidió la omega saliendo del local con ropa normal.

Era la primera vez que salia del local con ropa de casa y no el uniforme del bar.

Se sentía... Bien.

Sacó la tarjeta que Lisa le había dado anteriormente para ubicarse en cuanto a la dirección.

Para su suerte, el edificio en el que trabaja Lisa estaba a cuatro cuadras del bar.

Jennie creía que la alfa tenia un puesto importante en dicha empresa... Después de todo, no se tiene todo lo que Lisa tiene por ser una simple empleada.

(...)

Al llegar al edificio entró mientras observaba todo a su alrededor. El edificio era grande y lujoso. En cuanto vio a los recepcionistas, se acercó tímidamente para hablarles.

— Hola, buenas tardes..

— ¡Hola! Bienvenida Inditex... ¿En que
puedo ayudarle?

Jennie sonrió, la chica era linda y amable.

— Busco a Lalisa Manobal.

— Claro, ¿Tiene cita previa?

— No lo se, supongo... Ella me dijo que viniera aqui.

— Ou, bien... ¿Puede darme su nombre?

— Kim Jennie.

La omega la cual estaba por teclear el nombre de la omega en la computadora, miró medio sorprendida a la castaño.

Lisa si les había mencionado que iría Jennie por la tarde, las omegas esperaban a una persona igual a las anteriores parejas de la alfa, exageradamente atractivas gracias al maquillaje y ropa de marca que solían usar. Además de la poca cortesía que tenían. Que fuera Jennie la persona que ahora caía en las redes del alfa, a Somi le sorprendía.

La omega tenia una belleza natural, no utilizaba maquillaje, su aroma era muy atrayente y sobre todo, era demasiado educada lo que más impresionó a la omega.

— ¿Ocurre algo? —preguntó Jennie al ver que la omega la miraba atentamente.

— No no, por favor suba por el ascensor hasta el ultimo piso.

—  Gracias...

Jennie hizo una pequeña reverencia para voltear y caminar hasta el ascensor.
Escuchando como los recepcionistas murmuraban a sus espaldas, seguramente juzgándola. Pidió el ascensor y cuando este llegó, se subió para tocar el botón que indicaba los pisos. En cuanto las puertas se cerraron Jennie giró para verse en el espejo del ascensor que resultó ser muy lujoso.

Su apariencia no era mala, la ropa que llevaba estaba bien, era casual. No sabia porque sentía que Chungha a lo mejor... Tenía algo de razón. Pero no, borró aquellos pensamientos de forma casi instantánea. El ascensor se detuvo en el piso quince, lo que hizo que Jennie se confundiera. Estaba segura decía 25. de que había tocado el botón que en cuanto las puertas se abrieron entró un alfa de unos veintitantos de cabello castaño y ojos muy bonitos.

El alfa al ver a la omega sonrió haciendo una reverencia, la cual fue correspondida por Jennie quien hizo lo mismo.

— ¿A que piso va? — preguntó el alfa

—  Al veinticinco...

—  Oh, yo también voy a ese piso... —dijo sonriente.

Tanto el alfa como la omega intentaron tocar al mismo tiempo, chocando sus manos en el botón.

— Lo siento de verdad... ¿Te hice daño?

— No no, no te preocupes.

El alfa asintió para tocar el botón de una vez y esperar a que el ascensor se moviera.

— Soy Seungmin, es un gusto conocerte.

— Soy Jennie... El gusto es mio.

— Alto, eres ¿Kim Jennie? — Jennie asintió — ¡Vaya! Eres muy famosa por estos lados...

— No veo porqué...

— Bueno, Lisa habla mucho y lo hace en un tono bastante alto, siempre que pasa con Seulgi por el edificio. hablan y lo hacen en voz alta. tú eres su tema favorito al parecer... Veamos cuanto dura. — dijo lo último casi en un susurro.

— Ya veo... — dijo suspirando.

— Pero no te preocupes... Supongo que sera lindo mientras dure su juego.

Jennie se sentía cada vez más idiota. Incluso en ese momento se preguntó que demonios hacia allí. Al llegar al piso 25 ambos bajaron del ascensor.

Seungmin se despidió de la omega, quien correspondió el saludo para luego dirigirse a una mesa donde había una chica escribiendo.

— Hola...

La chica subió su rostro hacia el del visitante.

— Hola buen dia. ¿En que puedo ayudarle?

— Busco a Lisa, la chica de recepción me mando hasta aquí.

— Oh bien... ¿Eres Kim Jennie? — le preguntó con una sonrisa.

— Así es...

La chica se levantó para estrechar manos con la omega.

— Soy Sohyun, secretaria de la señora Manobal... Por favor pasa. — le abrió la puerta de la oficina.

Jennie agradeció e ingresó a la gran y lujosa oficina.

— La señora Manobal esta en una reunión, en cuanto salga vendrá para aquí. Ponte cómoda.

Dicho aquello, la omega salio de la oficina dejando a Jennie mirando el lugar. Dejó su bolso en uno de los sillones y se acercó a la estantería llena de libros para agarrar uno y leerlo tranquilamente.

15:04 pm

La omega pasó la pagina del libro que tenia en sus manos. Había pasado una hora desde que llegó y Lisa no da señal de aparecer. Jennie entiende perfectamente que la mayor tiene que trabajar, por ello espera pacientemente a que acabé con su reunión.

(...)

Lisa finalmente llegó al piso 25 donde estaba su oficina y la oficina de Jaehyun a la otra punta del piso. El edificio trabaja unas dieciséis horas al día. Ocho horas trabaja Lisa y ocho horas trabaja Jaehyun. Cada uno con su propio equipo por supuesto. 

Lisa trabaja desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde, Jaehyun desde las cuatro de la tarde hasta las doce de la noche. Jaehyun llegó antes para la junta, pero aún así, hará su horario completo.

— Señora Manoban, la joven Kim llegó hace un rato, está dentro.

— Bien, gracias.

Lisa le sonrió a su secretaria para luego abrir la puerta de su oficina encontrándose con Jennie sentada en uno de los sofás leyendo un libro.

— Hola.

Con sinceridad, Lisa no sabia como saludar a Jennie. ¿Apretón de manos? No, muy de bros. ¿Abrazo? No, muy de conocidas no tan cercanas. ¿Beso en la mejilla? Puede ser... Puede ser... ¿Beso en los labios? Hm, Tal vez.

Jennie se levantó para dar un abrazo y un beso en la mejilla a Lisa, quien le correspondió sentándose en su silla frente al escritorio.

— Lamento la demora... La reunión estuvo bastante extensa.

Jennie cerró el libro que tenia en sus manos poniéndole un separador y dejándolo en la mesita frente a los sillones. Luego se colocó detrás de ella comenzando a masajear lentamente sus hombros y cuello.

La alfa soltó un suspiro aliviado al sentir las manos de la omega en esos lugares que le dolían de estar tanto tiempo encorvada.

— Tienes que mejorar tú postura... — dijo dándole un beso en el cuello. — Tienes muchos nudos y tu cuello esta muy duro.

Mi cuello no será lo único duró si vuelves a besarme alli

pensó la alfa mientras asentía.

A su parecer, el tiempo juntas hizo que se
formara una tensión sexual que la obligaba a tomar duchas extremadamente largas y frías. Esa tensión subió mucho más al momento de besarse en el coche el día anterior.

Y Lisa necesitaba bajarla de una u otra forma.

— Lo se...

— Hoy estas diciendo pocas palabras... ¿Sucede algo?

— El cansancio de ser jefa, es todo.

Jennie la miró con un puchero apenas visible. Lisa iba a decirle algo para que la omega no estuviera triste, sin embargo, dos golpes en la puerta se escucharon, interrumpiendo el momento.

— Pase.

Sohyun entró a la oficina con una carpeta abrazada a su pecho, mientras pronunciaba un permiso bajo.

— Señora Manoban, tengo su horario de la semana completa.

— Bien, dime.

Lisa se acomodó en su asiento para escuchar a su secretaria quien se colocó a su lado para mostrarle el horario. Jennie por mientras volvió al sillón a terminar de leer aquel libro.

Tratando inútilmente de no prestarle atención a la alfa y omega que conversaban a unos metros de ella.
Claramente no funcionó y los celos brotaron al escuchar como ambos bromeaban entre ellos casi en un susurro. Luego, los celos desaparecieron, dándole lugar a un sentimiento triste que brotó al recordar lo que Chungha le había dicho en la cafetería.

A lo mejor... Tenia razón...

Jennie no pertenecia ahí.

Lisa sintió en el aire las feromonas de tristeza que Jennie soltó inconscientemente. Por ello, miró a Sohyun, –quien no notó las feromonas de la castaña– para hablarle tranquilamente.

— ¿Sohyun? ¿Podrias mandarme lo que queda de horario por mail? Me gustaría conversar con mi invitada.

Sohyun asintió saliendo de la oficina haciendo una reverencia.

La alfa, dispuesto a brindarle atención a la castaña, le habló desde su asiento mientras desabrochaba la corbata.

— ¿Que lees? — le preguntó con voz gruesa.

Jennie levantó su rostro para verla con las mejillas un poco coloradas. Esa voz le había afectado.

— Mitología griega... — respondió tímida.

— No sabia que tenia esos libros aquí... Nunca leo.

— Deberías, te transporta a otra dimensión. — le dijo cerrando el libro después de haber puesto el separador.

— Acércate... Tenemos una conversación pendiente.

— Oh... Si, lo había olvidado.

La omega se levantó del sillón para tomar su bolso y sacar la carpeta en perfecto estado. Luego, con nerviosismo disimulado, se acercó a donde estaba la alfa respirando de forma errática. A Lisa, le estaba afectando tener a la omega a su disposición. Podría ser la abstinencia, desde que conoció a la omega hace unos cinco/seis meses, no estuvo con nadie.

Pero también podría ser el efecto Jennie. La cuál también le estaba afectando.

¿Quién cae en las redes de quien?

La omega se posó al lado de la alfa para extenderle la carpeta con el contrato dentro.

— Lo pensé toda la noche... Yo... Voy a aceptar el contrato.

Lisa sonrió

— Hice un par de cambios, agregué algunas cosas, quité otras... Rellené con mis datos... Justo cómo lo querías.

Lisa pasó su mirada primero por los brazos de la omega, segundo por su cintura y tercero por su rostro.

— Me parece bien... Mañana lo tendré listo para firmar, además, haremos las pruebas médicas para tu seguridad, y la mía.

— ¿Tengo que llevar algo? — preguntó apoyándose sobre el escritorio, mirando a la alfa.

— Documentación... Y tu hermosa presencia. — Jennie rió.

— ¿Hermosa presencia?

— ¿Preferirías que dijera candente?

— Candente... Mejor nos quedamos con hermosa... ¿No creés?

Lisa asintió viendo cómo la omega se acercaba a su anatomía para sentarse en sus muslos con una pierna en cada lado.

— ¿Puedo besarte? — preguntó Jennie pasando sus brazos por el cuello contrario.

La alfa por mientras, pasó sus brazos por la pequeña cintura de la omega acercándolo más a ella.

A su punto.

— No tienes que preguntarme, sólo tienes que hacerlo si quieres.

Yo lo haré

dijo la rubia mentalmente.

Jennie pasó su lengua por sus labios haciéndolo ver muy erótico a vista de Lisa. Luego de eso, estampó sus labios con los de la alfa, quien correspondió inmediatamente. A decir verdad, Lisa no estaba estaba muy segura de como proceder con la situación.

No quería iniciar algo que probablemente no termine, no quería hacer ningún avance sexual con la omega sin antes realizar exámenes médicos que indique que todo esta en orden.

Pero... ¿Por qué la tenia prácticamente pegada a su cuerpo mientras se besaban de forma descontrolada? La oficina era un lugar hundido en feromonas de la alfa y de la omega, los chasquidos no se hicieron esperar.

Jennie había clavado sus uñas en el cuello de Lisa mientras intensificaba el beso, con el cual ahora compartían saliva. Lisa no se quedaba atrás amasando a su antojo los glúteos redondos y bien formados de la omega.

— Debemos... Debemos parar Jen. —dijo la alfa rompiendo el beso con mucha dificultad.

Jennie pasó sus labios por el cuello de la alfa para besar esa zona mientras movía su cadera sobre el miembro bien despierto de la alfa.

— Jen... — le rogó suspirando de placer.

Con sus manos en la cadera de la omega, movió rudamente su cintura haciendo el contacto aun más intenso.
Jennie mordió el cuello contrario acallando de esa forma los gemidos que amenazaban con salir de sus labios.

Le gustaba, le encantaba estar sintiendo placer sin quitar ningúna prenda de sus cuerpos.

— Joder... —exclamó Lisa por los
movimientos de la omega.

Jennie volvió a juntar sus labios con los de la alfa siendo correspondida instantáneamente.

Lisa hecho su cabeza para atrás al sentir como la omega subía y bajaba lentamente sobre su miembro ya muy despierto y ansioso por continuar.

En eso, tocan la puerta deteniendo abruptamente los movimientos de ambas.

— Señora Manoban... El director de diseño quiere hablar con usted... — le dijo Sohyun desde el otro lado de la puerta.

Jennie sin darle importancia continuó con sus movimientos añorando llegar al famoso clímax.

— Dile que se vaya... Por favor... — le rogó la omega haciendo un chupetón en el cuello de la alfa.

— Después lo atiendo... Ahora estoy muy ocupada. —le dijo la alfa a su secretaria quien le respondió rápidamente.

Lisa tomó fuertemente la cintura de la castaña para moverla a su semejanza.

— Ah~... Lili... Voy a... Voy... Hm...

— Sh... Disfruta... —le dijo la alfa seduciendo a la castaña.

Siguió con los movimientos rudos hasta que la castaña gimió sobre su cuello mordiendo la zona para acallar cualquier ruido.

Había tenido un orgasmo.

Lisa, quien no estando muy lejos de ese final, movió nuevamente la cintura contraria, de adelante a atrás y en círculos. Provocando con una diferencia de segundos, que se corriera con un gruñido.

Ambas recuperándose por el pasado orgasmo, se quedaron en la misma posición hasta que sus respiraciones estuvieron un poco más tranquilas.

La rubia rubia por mientras, escondió su rostro en el cuello de la omega para dejar besos pequeños y mimos en su cintura, en lo que la omega calmaba sus espasmos por el reciente orgasmo.

La idea era no pasarse de los besos.

Sin embargo, había disfrutado como nunca aquel momento.

Incluso se había quedado con ganas de más, pero eso tendría que esperar hasta que tenga los estudios en sus manos.

La alfa quiere asegurarse de que ma omega este cómoda con la situación.

Porque Lisa cuidaría de Jennie.

16:00 pm

Jennie se encontraba sentada nuevamente en el sofá de la oficina leyendo el libro de antes en lo que Lisa acababa con su trabajo.

La omega siempre llevaba en su bolso ropa de respuesto por si ocurría algún accidente.  Por lo que se limpió en el baño que Lisa tenia en su oficina. Omega prevenida, vale por dos.

Lisa a su vez, al ser dueña de una empresa de ropa, en su oficina tenía una que otra prenda, por lo que no se le hizo difícil asearse y cambiarse de atuendo.

Una vez que ella terminara con el papeleo que tanto odiaba, iría a cenar con Jennie a un restaurante que había cerca. Para pasar tiempo de pareja no formal como le decía Jennie en algunas ocasiones.

En eso, la alfa ve como Jennie se levanta del sillón, acercándose a la biblioteca deja el libro en el estante y revisa el resto para ver cual es su siguiente víctima.

Entonces Lisa cae en cuenta que se quedó mirándola como una idiota, otra vez. Últimamente es algo que le pasaba a menudo. Estaba haciendo algo medianamente importante, Jennie real o en foto se cruza por su camino y deja lo que hace para prestarle total atención.

Como en ese momento.

Señora Manoban, el papeleo esta terminado.

Se escuchó la voz de Sohyun a través del aparatito que conectaba su oficina con el espacio de su secretaria.

— Gracias Sohyun, puedes retirarte si quieres.

Que tenga una linda noche señor.

— Igualmente. — miró a la omega —. Jennie... ¿Vamos?

Jennie volteó a verla con una sonrisa para acercarse a su mesa.

— Claro. ― le respondió con un sonrisa.

Lisa devolvió el gesto de igual forma, tomando su saco, ambas saliendo de la oficina cerrando con llave.

— Bien... — dijo Lisa una vez fuera del edificio. — ¿Qué opinas de un romántico paseó por el parque hasta la hora de la cena?

— Acepto. — sonrió Jennie.

Y dicho y hecho.

Luego del paseó fueron a un restaurante, donde cenaron tranquilamente.

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