Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

05

22:30 pm

— ¿Vendrá? — le preguntó Rosé a Beomgyu mientras estaba sentada a su lado.

Rosé le prometió a la castaña traerla y esperar a que su cita llegara.

Normalmente después de una primera cita, el Sugar suele llevar a su cita en su casa de forma de agradecimiento.

Sin embargo, se estaba preocupando por su amiga y seguramente cita fallida.

— A estás alturas no lo sé... — le respondió a la rubia — Puedo jurarte que Lisa estaba muy emocionada por la cita, no sé que pudo hacer que se retrasara tanto...

Rosé asintió viendo su celular.

Mommy

¿Ya estás en casa?

No, aún no.

Acompañé a una amiga a Omelas, tendrá su primera cita y le prometí traerla al bar y esperar a que su cita llegara.

Siempre tan considerada.

Por favor no te desveles mucho.

Si Mommy, descanse.

Rosé guardó el móvil para dirigir su vista nuevamente en la puerta. Se mordió el labio nerviosa y poco preocupada.

— ¿Puedo ir con ella? Debe estar entrando en pánico.

— Claro, ve, está en la mesa 12

Rosé agradeció y entró en el restaurante en el que alguna vez estuvo.

Eso le traía tantos recuerdos, hace mucho que no entraba allí.

Ya lleva un año con su Mommy después de todo.

Realmente le había mentido un poco a Jennie cuando le contó acerca del bar.

Ella no conocía a sus padres y tampoco tenía hermanos, creció en un orfanato hasta los dieciséis que escapó.

Conoció a una chica llamada Suran en un parque.

Ella le contó sobre el bar cuando Rosé le contó que literalmente no sabía que hacer con su vida.

Además de eso le ofreció techo y comida hasta que alguien le había pedido una cita.

Esto funcionaba así, mayormente cuando se pide una cita con algún chico o chica que deja su carpeta, es para formalizar algo con esa persona, era como un Tinder versión Real Life.

Rara vez ocurría que una persona ponía su carpeta luego de una primera cita, ya que normalmente las personas se terminan gustando.

Beomgyu ya había asistido a dos bodas oficiales y a unas cuantas fiestas de aniversario.

Por eso, cuando aquel pelinegro vió a Rosé entrar al bar acompañada de una chica que ya conocía, supo al instante que ella, estaba destinada para alguien que la querría con un amor puro y verdadero.

Rosé dejó su carpeta y la entregó tímidamente al alfa.

A los tres días, una mujer alta entro al bar por una lluvia intensa que se había presentado de la nada.

Aprovechó para pedir un late de vainilla mientras apreciaba el arte abstracto del bar.

Beomgyu la vio de reojo y por su mente pasó la imagen de la Omega tímida que había conocido recientemente.

Cuando la extravagante alfa se estaba por ir, hecho un vistazo a muchas carpetas de diferentes colores que había, pregunto a Beomgyu por mera curiosidad de que se trataba y este amablemente le explicó.

La alfa quedó fascinada por esa grandiosa manera de conocer personas, incluso podría decir que le encantaba la idea.

Alguien de su edad buscaba en que gastar el dinero, y que mejor que hacerlo con una persona con la que podría compartir tiempo.

Leyó con intriga algunas carpetas, sin convencerse del todo.

Todas las omegas que había visto eran preciosas y muy talentosas por como se describían, sin embargo, ninguna le llamaba la atención.

Fue hasta después de unos minutos que esa alfa agarró la carpeta rosada, hojeandola curiosa, Beomgyu comenzó a buscar en su calendario un espacio para una cita que seguramente pediría.

La alfa de cabello azabache quedó más que fascinada con la Omega a la que había visto en esa carpeta. Sin dudarlo se acercó calmadamente.

— ¿Quiere una cita? — le preguntó Beomgyu al alfa.

— Primero me gustaría saber cómo funciona esto, quiero decir lo de las citas y demás.— Pues es simple, pide una cita con alguna Omega de su agrado, yo la agendo y le doy a ese o esa Omega los datos.

— Pero... ¿Tengo que pagar aparte un servicio extra?

— Lo único que tendrá que tendría que pagar es lo que comen en el día de la cita, es un restaurante después de todo...

— Hum...

— El amor no tiene precio, esto nació de mí manera de ver al mundo, al mundo le falta más amor, le hace falta pareja felices... Los y las omegas no son olbligados a poner la carpeta, si ellos quieren conseguir una pareja o simplemente pasar un rato divertido, en todos los sentidos. Pero al mismo tiempo no confían en aplicaciones como Tinder, match.com, etc. Luego, si ambas partes quieren seguir adelante, pueden formalizar y comenzar con su propia historia, Omelas solo les da el material para hacer el camino, ya depende de ustedes cómo hacerlo.

— Entiendo.

— ¿Está bien para usted está noche? Tenemos libre a las ocho.

La alfa vió su reloj para luego asentir a la respuesta.

— No hay problema.

— Exelente. Entonces la Omega estará aquí a esa hora o unos minutos más tardes en su defecto.

— Bien, gracias y hasta la noche.

Hasta la noche.

luego de ese día, al pasar las semanas, Roseanne apareció nuevamente en el bar.

Sin embargo, este era una Roseanne completamente nueva, una más colorida, más feliz.

Ahora estaba rubia y pidió que sacarán su carpeta mientras agradecía a Beomgyu por haberlo aceptado.

Beomgyu preguntó por Suran y ella le había dicho que tuvo que irse por trabajo, pero que le dijo que ella tenía que prometer que en un futuro, si alguien lo necesitaba, le recomendaría el lugar.

Dicho y hecho.

— No creo que venga. — dijo Jennie de la nada haciendo un puchero.

— Tranquila, que si no viene, vendrá alguien más. Eres linda, puedo apostarte que conseguirás pareja más pronto de lo que crees.

— ¿Tú cuánto llevas saliendo oficialmente con ese alguien?

— Un año, de hecho lo nuestro fue tan extravagante y fuerte, que no pudimos evitar simplemente enamorarnos... O no lo sé, yo lo siento así... Algún día la conocerás..

Jennie sonrió feliz por su amiga.

— Lo siento linda, se fue hace veinte minutos — Dijo Beomgyu a la alfa frente suyo.

— Joder... Bueno, no puedo decirle nada, pobre, seguro esperó mucho tiempo...

Beomgyu casi se ríe en su cara, Lisa parecía una niña al que le quitaron un dulce de las manos.

— Es mentira, está abajo en la mesa 12

Los ojos de Lisa brillaron intensamente al escuchar eso, además, en su rostro apareció una sonrisa muy encantadora.

— Mierda, que emoción — dijo bastante emocionada.

— Espera espera, tenemos reglas, nada de toques indicentes ni propuestas fuera de lugar, la primera cita es para conocerse, la segunda cita si es que ambas quieren será también aquí y allí ya pueden entrar más en detalle sobre su posible futura relación, ya después, depende de ustedes. Ahora ve, chinchulina.

Se dirigió a la planta baja y cuando llegó a la mesa doce notando que había dos chicas, una rubia que reconoció como la que había llevado a la castaña la primera vez y a la castaña de espaldas, conversaban tranquilamente y Lisa la verdad no sabía si huir o interrumpir.

Obviamente iba a interrumpir.

— Mmm... Disculpen ¿Kim Jennie? — preguntó acercándose despacio a la mesa.

Rosé la miró de arriba a abajo con un claro gesto de disconformidad.

Sin embargo, a Lisa no le importó aquello cuando la castaña giró su cabeza, sonriéndole aliviada.

— Soy yo... Lalisa Manoban ¿Verdad? — preguntó la castaña.

Y Lisa casi se desvanece al escuchar esa melodiosa voz y además, esos ojitos tan tiernos que la menor tenía.

— Bueno, Jen... ¿Quieres que te espere?

— Oh, no es necesario, vaya y descanse Unnie, gracias por esperar conmigo — le sonrió la menor.

Rosé asintió levantándose del asiento para hacer una reverencia y irse del lugar.

— Es un gusto al fin conocerte... Lamento mucho la tardanza, tuve... Algunos inconvenientes.

— No sé preocupe, me alegro que haya podido venir de todos modos.

Okey, Lisa estaba derritiéndose.

Ambas conversaron conociéndose un poco más, la carta llegó y cada una eligió un plato distinto.

Luego siguieron conversando pacíficamente, para luego comer entre risas y anécdotas.

La confianza había llegado demasiado rápido, y eso, era perfecto.

— Entonces ¿estudias y trabajas? — preguntó la alfa

— Así es, mi único día libre es el domingo, ocupo todo mi tiempo en ambas cosas...

— Eres responsable, eso es admirable.

Cuando menos se dieron cuenta ya era de madrugada.

Alfa y Omega iban a seguir conversando un largo tiempo más, sin embargo. El celular de Jennie había sonado.

Su madre le había dicho que era un poco tarde y que mejor regresara a casa, de esa forma dormiría un poco más y no se descompondría nuevamente en la escuela, así no perdería otra semana de trabajo.

Lisa entendió que la menor tenía que irse, por lo que, pagó la cuenta, saliendo ambas de la parte del restaurante de Omelas.

Le explicó que le encantaría llevarla a su casa, pero que su coche se había averiado y no podría hacerlo, Jennie entendió y le sonrió calmandola.

Y entonces, solo entonces. Lisa creyó que había hecho una buena elección está vez.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro