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04

Domingo, 15:45

Jennie tenía su día de descanso, sin embargo, sus tareas del hogar seguían iguales.

Irene había vuelto a salir, por lo que Jennie se quedó nuevamente al cuidado del menor y las mayores.

En ese momento jugaba con Felix junto a los pocos juguetes que el menor tenía.

Jennie recuerda que para comprar esos juguetes tuvo que olvidarse de algunas cosas que quería.

Sin embargo, a ella no le molestaba, Felix llegó en un momento no muy bueno, pero aún así recibe todo el amor de la Omega.

Algunos dirán que ese es el instinto protector que tienen todos los omegas con los más pequeños.

Otros pueden decir que es humanidad.

No obstante, solo Jennie sabe porque lo cuida como si fuese su hijo, al pequeño que nació de una relación no formal de su hermana.

La castaña fue llamada por su madre desde la habitación, ella, con el pequeño en sus brazos para no dejarlo solo, fue a la habitación donde su madre y abuela se encontraban conversando.

— ¿Necesitan algo? — preguntó Jennie dejando a el menor jugando en el dormitorio.

— Ayer mientras trabajabas me levanté para ir al baño y encontré unos folletos de universidades — le dijo la beta sentándose en la cama.

— Oh, si estoy viendo algunas becas para el año entrando.... Tienen muy buen-

— No creo correcto que vayas a la universidad, una universitaria necesita tiempo, con tres trabajos no creo que los tengas, además es un gasto innecesario.

— No es inecesario, si estudio aunque sea una carrera correcta corta tendré un título y conseguiré un trabajo que dé más dinero por menos tiempo, algo fijo y que no sea agotador... Y de hecho, tenía pensado renunciar a uno de los trabajos, para tener un poco de más tiempo.

— No, no como hermana mayor tienes la obligación de aportar dinero a esta casa, como madre me preocupo por el bienestar de esta familia, incluso la escuela es un gasto muy grande, deberías pensar en dejarla.

— Mamá, estoy literalmente a un mes de terminar la escuela, no puedo dejarla ahora. — objetó la menor comenzando a preocuparse —. Incluso estoy viendo en comenzar un nuevo trabajo que dé más dinero.

— Kim Jennie, no contradigas a tu madre — gritó la abuela desde la cama. — Tienes que ser menos egoísta y pensar en esta familia que pasaría si tú no trabajas.

— De acuerdo... — dijo sin ánimos de pelear —. No universidad, ya entendí.

— Muy bien pequeña, verás que lo hacemos por tu bien, ahora se buena y prepara la merienda.

Jennie asintió saliendo del dormitorio para ir a la cocina/comedor y preparar té para sus mayores.

En eso, tocan el timbre de su casa.

Jennie camina lento hacia la puerta viendo por el rabillo de la puerta que era Rosé quien estaba con algunas bolsas.

La Omega abrió inmediatamente acordándose de golpe que hoy tenía una cita.

— Hola... había olvidado por completo que hoy venías.

— No te preocupes cariño, lo importante es que ya lo recordaste.

Jennie la invitó a pasar para seguidamente ofrecerle un té con galletas que había preparado a la mañana.

— realmente cocinas delicioso — dijo comiendo una galleta.

— Gracias — sonrió la menor — Iré a llevarle esto a mi madre y abuela... Enseguida vuelvo — aclaró llevando consigo una bandeja con dos tazas de té, cucharas, azúcar y galletas.

En el dormitorio, cuando la Omega dejó las tazas en sus respectivos sitios, la beta mayor le habló.

— ¿Quién vino, Jennie?

— Es una amiga, hoy saldré por cierto.

— ¿Saldrás? ¿Por qué?

— Porque tengo ganas de divertirme un rato, ya mañana comenzaré nuevamente con la escuela y los trabajos...

— Estaba pensando que deberías buscar un alfa que pueda mantenerte, pero luego que apenas y puedes mantener una casa a flote, no serás una buena esposa.

Tanto la madre como la abuela fueron por el "chiste" de la Omega, Jennie rodó los ojos y salió del dormitorio después de decirles provecho, volviendo con Rosé quien disfrutaba de su merienda mientras que se sacaba fotos con Felix.

— Escucha Jennie, ve a bañarte y ponte lo que hay en esta bolsa — le entrega la ropa —. No preguntes, solo hazlo, yo cuido al pequeño.

Jennie asintió confundida para ir al baño y ducharse.

(...)

20:34 pm

Jennie y Rosé reían mientras la rubia peinaba a la menor de las dos.

— Listo, te ves espectacular — le dijo alentándola.

Jennie agradeció mirándose en el espejo, Rosé no solo la había vestido, también ls había peinado y ahora la estaba por maquillar.

El outfit que Rosé había escogido era un pantalón negro un poco ajustado, una camiseta blanca junto a una chaqueta negra y zapatillas tradicionales.

— cierra los ojos — le ordenó la mayor y Jennie obedeció y dejó que el rubor pasara por sus ojos.

21:30 pm

Ahora ambas amigas se encontraban en el dormitorio de la menor, Felix se había dormido pacíficamente por lo que Jennie estaba tapándolo con las sábanas de la cama de su hermana.

Cuando Feliz nació, Irene lo había rechazado totalmente, no lo quería porque decía que por culpa de él, su pareja la había dejado.

Se había negado a darle leche de su pecho e incluso se negó a dormir con él.

Jennie le pidió a su madre que hablara con ella para que entrara en razón, pero su madre solo le dijo que Irene tenía derecho a negarse a ser madre, que había sido culpa de Jennie todo, por no trabajar más y así obtener dinero para que Irene pudiera abortar.

Jennie se había sentido mal por mucho tiempo, pero eso no le impidió cuidar al pequeño Fefi, dormía con él, le daba leche formula, cambiaba sus pañales y cuidaba enteramente.

Hasta que las clases comenzaron, sus vacaciones de trabajo acabaron y la libertad de Jennie había terminado.

La Omega rogó a Irene que lo cuidara, ella pareció entrar en razón logrando que la castaña se pusiera feliz.

No obstante, cuando Jennie llegaba a la dos o tres de la madrugada de sus trabajos, se encontraba al pequeño solo en el sillón de la sala, todo sucio y descuidado.

Jennie podía jurar, que en su vida había llorando tanto como esa primera noche, había llorado tanto por el pobre bebé que no tenía la culpa de haber nacido en una familia así, de haber nacido de una omega que no lo quería y tener una tía que apenas y podía respirar tranquila por una hora al día.

A pesar de ello, Jennie cuidó y cuida a el pequeño Fefi como si hubiese salido de ella.

— Listo, ya podemos irnos. — dijo Jennie después de verificar que el pequeño no se golpeara con nada.

Ambas omegas salieron del departamento dirigiéndose al coche de Rosé y subieron en sus respectivos asientos.

Rosé condució con calma hasta llegar al parking de Omelas, estacionó tranquila y con calma, para poder salir de una vez.

— ¿Cómo me veo? ¿Me veo bien? — preguntó nerviosa la castaña.

— Te vez espectacular, estoy segura que está noche conseguirás una Sugar.

Jennie sonrió agradecida, suspiró quitando todo rastro de nerviosismo y entro al bar junto a Rosé.

Ambas omegas miraron el reloj que colgaba de la pared.

22:02 pm

Estaba bien, ni tan tarde, ni tan temprano.

— Hola... — saludó Jennie a cupido, quien leía una revista mientras masticaba un chicle.

— Hey hola — saludó contento —. Y hola Rosé — miró con una sonrisa a la rubia.

— ¿Cómo estás? ¿Ya llegó?

Beomgyu negó.

— Aún no llega, pero no te preocupes — le dijo mirando a Jennie — Hey Emily, lleva a Jendeukie a su mesa. — le dijo a una de las empleadas —. Ella te llevará a la mesa, hasta que llegue puedes hojear el menú o calmar los nervios.

Jennie asintió caminando junto a Emily por una puerta doble tapada con cortinas rojas.

Al ingresar las recibió una escalera daban hacia abajo, ambas bajaron lentamente Jennie notando la cantidad de personas que había ocupando las mesas, además de lo grande que era el lugar.

Omelas no paraba de sorprenderle.

— ¿Todos ellos están en citas? — preguntó bajito la Omega.

— Algunos si, otros no. — respondió sonriendo.

Cuando ambas llegaron abajo, caminaron lentamente hasta una de las mesas, un poco alejada y separada por una pared.

Emily educadamente corrió la silla para que Jennie se sentara, quién sonrió y agradeció a la mayor.

— En cuánto llegue su cita vendrá directamente para aquí. La dejo.

— Gracias — le sonrió tímida mientras hojeando el lugar disimuladamente.

Finalmente el domingo había llegado.

Lisa estaba más que emocionada, esa noche tendría una cita con aquella chica que la había flechado de primera.

La alfa admite que jamás, ninguna de sus anteriores citas, la había hecho estar tan emocionada.

Por ello, escogió uno de sus mejores vestuarios.

Su indecisión la hizo dudar.

El primero era un pantalón de vestir color negro, con un top negro y una chaqueta negra. El segundo un traje azul y la pollera era tableada.

Su tercera opción era un traje extravagante, creado especialmente por quién era el diseñador líder de su empresa.

— Nana, ¿Tú qué opinas? — le mostró ambos vestuarios a la mujer mayor que tejía tranquilamente en un sofá de la casa.

“Nana” era la encargada de hacer que los empleados trabajasen en su casa, que los cocineros hagan bien su trabajo, que los que limpian dejen todo impecable, etc.

También es gran amiga de la familia, y Lisa la considera su segunda abuela, ya que la primera, con la que convivió mucho tiempo, ya había fallecido, un dolor muy fuerte para ella que supo superar con su familia.

Nana miró acomodánse los lentes al mirar ambos vestuarios.

— El negro es precioso pero el azul le quedaría hermoso — dijo pensativa — Sin embargo el traje que Seulgi diseño sin duda es el indicado.

— Gracias Nana — dijo volviendo a su dormitorio para bañarse y prepararse.

20:00 pm

La alfa se miraba al espejo mientras acomodaba su cabello de diferentes maneras, buscando el look adecuado.

Cuando lo encontró, sonrió feliz para buscar entre todos sus relojes, uno adecuado que combinaria con su ropa.

Y una vez estuvo lista, bajó las escaleras de su casa, dónde su Nana seguía tejiendo en el sillón.

— ¿Qué opinas?

La mujer mayor la miró sonriendo feliz.

— Bendita sea la dueña de tu felicidad hija, te vez muy bien.

Lisa agradeció contenta a la beta mayor, para sentarse junto a ella y conversar sobre lo que tendría y no tendría que hacer durante la cita.

En eso, su celular de trabajo suena interrumpiendo la charla.

— ¿Hola?

¿Señora Manoban? Se que ya no está en horario de trabajo, pero se necesita de su presencia en el edificio...

— ¿Porque? Chaeryeong está allí, ¿No? Saben perfectamente que ella, cómo segunda al mando tiene poder cuando yo no estoy.

Lo se señora. Pero hubo un problema con todo el sistema eléctrico del edificio y la señora Chaeryeong se quedó atascada en la bóveda de la oficina de la joven Kang, por ende no puede firmar el permiso que exigen para solucionar el problema.

— ¿No pueden firmarlo después?

Le dije eso, pero dicen que así trabaja su jefe y que necesitan un permiso antes de tocar cualquier cosa, para evitar futuros problemas...

— Joder voy enseguida...

Cuando la llamada finalizó, la alfa miró la hora.

Bien, 20:40 pm

Llegará al edificio a eso de las nueve y cuarto, firmará y correra al bar.

No hay problema, todo saldrá bien ¿verdad?

Definitivamente no, todo sale espantosamente mal.

Al llegar al edificio estacionó el coche en un lugar en donde claramente decía prohibido estacionar, la alfa sin darse cuenta claramente.

Entró al edificio apresurada y bajó las escaleras de emergencia hasta el gran sótano del edificio.

Allí estaban cuatro personas que supuso que eran los que arreglaban la electricidad. Haerin, su asistente y Hyunjin el asistente de Chaeryeong.

Saludó a todos rápidamente para hablar con los hombres que arreglarían el problema.

Estos le dijieron que habían hecho cortocircuito la caja de electricidad principal del edificio lo que provocó que todos se quedarán sin luz.

Firmó los papeles necesarios y se quedó a que terminaran de arreglar.

Una hora y media después toda la luz volvió al edificio, todo volviendo a su normalidad.

— Esto es provisorio, es solo para que pueda salir de la bóveda la señora Seulgi y para que puedan cerrar todo, vendremos mañana con más equipo y herramientas para poder arreglar no solo la caja principal, sino también las secundarias, así evitamos estos problemas en un futuro.

Lisa les agradeció diciéndole a Haerin que agendara todo.

Luego de eso la alfa los acompaño hasta la entrada del edificio para que puedan irse tranquilamente, luego de agradecerles por supuesto.

Vio su reloj un poco preocupada... 22:15 bueno eran quince minutos tarde, no pasa nada. Llegaría en diez minutos y todo resuelto.

— Disculpe lo sucedido señora Manoban — le dijo su asistente

— No te preocupes, tengo que irme pero revisa que Chaeryeong este bien y discúlpate de mi parte, tengo cosas que hacer.

— Si señora.

Dicho aquello Lisa fue hasta donde dejó el coche estacionado encontrándose con una gran grúa levantándolo dispuesto a llevarlo.

— Esperen esperen, ya estoy aquí, lo siento tuve problemas en el edificio y era necesaria mi presencia — le dijo a los betas que se llevaban el coche.

— Oh, en ese caso, le dejamos el coche pero una multa por estacionarse de mala manera — le entrega un papel.

— Gracias y disculpen las molestias.

Los betas asintieron y se marcharon despidiéndose de la alfa.

Lisa se subió rápidamente para escender el coche y partir.

Omelas quedaba medianamente cerca de su casa, sin embargo quedaba bastante lejos de su trabajo, por lo que el recorrido sería largo y tortuoso.

22:34 pm

El tráfico era una mierda, sin embargo no estaba atascada cómo en otra ocasiones.

No obstante, lo que si era impedimiento, era las cuatro ruedas pinchadas.

Cómo iba pensado en cuanto tardaría llegar, obviamente no vio unas mierdecitas que obstruían el camino, las pasó por encima y se pincharon las ruedas.

Golpeó su cara con el volante del coche de pura frustración.

Se hizo a un lado del camino como pudo y salió del coche para ver los daños.

Mierda

pensó la alfa.

Sacó su móvil y llamó al seguro, le dijieron que estarían ahí con una grúa en veinte minutos máximo.

Entonces solo quedó esperar mientras veía el tiempo pasar.

Cuando la grúa con el logo de su seguro llegó, ellos subieron al coche y lo aseguraron que no se moviera.

— Buenas noches señorita Manoban — saludó cordial la chica a la alfa. — El coche está en buenas manos y podrá buscarlo al taller mañana por la tarde. Que tenga una linda noche — se fue dejándole un papel con la información.

Suspiro y miró nuevamente el reloj, 22:50 pm

Comenzó a caminar mientras veía si llegaba algún taxi, sin muchos resultados.

Luego de minutos caminando sintió como un fuerte viento se levantó junto a la tierra y basura.

Eso le podría decir una cosa, en cualquier momento llovería.

En cuanto vio un taxi disponible, le hizo una seña, este paro, la alfa le dió la dirección del bar y comenzó a conducir a dicho lugar.

23:05 pm

Tuvo que bajar una cuadra antes ya que el bar quedaba en el sentido contrario de la cuadra y Lisa no tenía tiempo para dar vueltas a las grandes calles de Seúl.

Cuando bajó del coche ya estaba lloviendo, por lo que sin más, caminó inmediatamente rápido hasta llegar a la puerta del bar.

Entró llamando la atención de pocas personas que habían tomado un café o resguardándose de la lluvia.

Sin darle importancia se dirigió hacia donde estaba sentado cupido leyendo otra revista.

— Hey... — la saludó Beomgyu mirando la ropa que traía.

— Sé que no son las mejores pintas pero realmente estoy teniendo una noche terrible... Por favor dame buenas noticias  — casi rogó al pelinegro.

— Lo siento linda, se fue hace veinte minutos.

Lisa quería llorar, pero no iba a culpar a la pobre chica, después de todo, si se fue hace veinte minutos, la esperó por más de cuarenta minutos.

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