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01

La castaña abrió los ojos teniendo como primera vista a su mejor amiga Tzuyu, la enfermera escolar y el director de la escuela.

— ¿Qué sucedió? — Preguntó la menor.

— Colapsaste... — Respondió la enfermera — Tu cuerpo llegó al límite, necesitas descansar, comer más y no esforzarte tanto.

— Ugh... ¿Qué hora es?

— Son las tres de la tarde — Jennie abrió sus ojos de sobremanera para intentar levantarse rápidamente, sin embargo, Tzuyu la volvió a acostar en la camilla —, Ni se te ocurra, llamé a tus trabajos para notificar que no irías, también llamamos a tu madre, pero obviamente no puede venir...

— Joder, necesito ir al bar... Sabes que no son muy permisivos

— Es lo mejor joven — Habló el director —. Llevas inconsciente casi tres horas, su compañera se ofreció a llevarla a casa.

Jennie asintió a regañadientes para luego de levantarse ir junto su amiga hacia su casa.

Cuando Jennie tenía ocho años su padre las dejó por una mujer mucho más Joven -O eso es lo que le había dicho su madre-.

Ella, como madre soltera trabajaba en dos lugares distintos durante toda la semana, trabajando en otros dos lugares los fin de semana para poder mantener a sus dos hijas, Jennie la mayor y Irene, la menor por solo un año.

A causa de esos sobreesfuerzos terminó por enfermar cuando Jennie cumplió catorce años.

Cómo no podía darse el lujo de descansar, quería a toda costa trabajar un poco más para poder seguir pagando los útiles escolares que sus hijas seguramente necesitaban.

Jennie tomó el papel de hermana mayor cuando notó que su madre simplemente no podía levantarse de la cama sin sufrir ningún dolor.

Comenzó a trabajar por las tardes luego del colegio en un restaurante donde le pagaban lo suficiente para pagar los remedios y útiles escolares que necesitaban.

Al cumplir los quince tuvieron que vender la casa al no poder mantenerla como se debía, se mandaron a un pequeño departamento justo al lado de la zona escolar.

Cuándo cumplió los dieciséis su pobre abuela se enfermo, por lo que, al saber que estaba sola, decidieron llevarla a vivir al departamento para que vivieran todas juntas, cuando el dinero del despido de su madre se acabó, y el dinero por parte del gobierno comenzó a disminuir, Jennie comenzó a trabajar por la noche también, en un pequeño bar, con ese dinero lograba pagar los medicamentos de su abuela y la comida que consumían.

Cuando cumplió diecisiete los gastos comenzaron a ser mucho más, puesto que su hermana había quedado embarazada.

Comenzó a trabajar los sábados durante todo el día en un sitio de comida rápida. En ese local le pagaban el día a los empleados que trabajasen los sábados, ya que ese día específicamente, nadie quería trabajar.

Así que, con dieciocho años, una abuela y una madre enfermas, un sobrino bastante energético, una hermana que no estudiaba ni trabajaba, tres empleos y una vida escolar que debía llevar.

Jennie por fin tendría un descanso. Obligadamente, pero descanso después de todo.

Cuando ambas llegaron a la casa de la menor, Tzuyu se despidió para luego irse rumbo a su casa.

La castaña ingresó a su hogar, siendo recibida por un montón de harina regada por el sueño, junto a su sobrino haciendo desastre en la cocina.

— Oye pequeño diablo ¿Qué haces?

El menor con balbuceos le mostró lo que hacía, para luego reírse e irse del lugar.

Jennie dejó sus pertenencias en la mesa, agarró la escoba y comenzó a barrer la harina que había regada por el suelo.

Demonios, tendré que reponer esto

Pensó Jennie, mientras tiraba la harina a la basura.

Limpió con un trapo húmedo para que quedara limpio.

Finalmente logró ir al dormitorio que compartia con su hermana y sobrino, para dejar sus pertenencias y vestirse con ropa más cómoda, reviso su móvil viendo los mensajes de su jefe y compañeros deseándole una pronta recuperación, su jefe aclarando que podía tomarse toda la semana para su recuperación.

Se preguntaba que le habría dicho Tzuyu para que su jefe se comportará tan amable.

Oh, hablando de Tzuyu.

Ella era su mejor amiga desde hace bastante, si no la viese como una amiga, podría jurar que esa alfa sería la novia perfecta.

Hasta el momento no encontró a la persona indicada, nunca tuvo novia o novio de hecho, las alfas tendían a orbitar en otro tipo de planetas.

La semana que viene a sabiendas que le dieron
permiso desde el instituto para recuperarse en casa, optó por atender a su familia.

Preparó el desayuno, seguidamente se los llevó a cada una en la cama.

Limpió todo el departamento, sacó la basura.

Cuando acabó sus labores se duchó y vistió para andar en casa.

Entonces, por primera vez en casi tres años, logró echarse en su cama y flojear con su celular.

Respondía los mensajes de Tzuyu, compañeros de trabajo, amigos, etc.

Y en algún momento de esa tranquilidad se quedó dormida.

La castaña se despertó sobresaltada al escuchar su puerta ser tocada con insistencia.

Se levantó rápidamente de la cama para ir hacia la puerta y abrir de golpe.

Encontrándose con una chica que asistía a su misma escuela, iban al mismo curso solo que diferente división, mientras que Jennie iba al C, Roseanne -quien la visitaba- era del B.

— Mmm.... ¿Hola?

— ¡Hola! seguramente no me conoces, soy Park Roseanne o Chaeyoung, asistimos al mismo colegio y curso, voy al B.

— Oh si, te conozco — Sonrió la castaña —, ¿Quieres pasar? puedo ofrecerte té o café.

Rosé asintió pasando junto a la menor quien cerró la puerta detrás suyo.

— ¿A qué debo tu visita? — Preguntó la castaña poniendo agua a calentar.

— Bueno verás, me enteré de tu situación y quería darte una mano con eso. Cómo jóvenes futuras adultas tenemos como única responsabilidad estudiar... Sin embargo tú lograste mantener un hogar a flote, eso es muy admirable.

— Pues te lo agradezco, cuéntame tu idea...

— Bien... Esto sonará raro y seguramente me tacharas de todo, pero esto fue una solución a muchos problemas de mi vida. —  Le entrega
una carpeta con papeles.

Jennie ojeo la carpeta y las hojas leyendo cada párrafo, que parecían ser... Reglas.

— ¿Qué es específicamente esto? — Cuestionó la castaña teniendo una leve idea de lo que pudiera tratarse.

— Verás, hay un bar un poco alejado de la zona céntrica la cuál te ayuda a conocer Sugar Daddy's o Sugar Mommy's... Todo es completamente legal ya que los hombres y las mujeres que van a esos lugares son personas poderosas e influyentes en Corea y el mundo.

— Ya veo... Es interesante pero creo que te equivocas de persona yo no...

— Por favor escucha, solo quiero decirte los beneficios que te puede traer una o un Sugar contigo. — Insiste. — Yo era igual a ti, trabajaba, estudiaba, cuidaba de mi hermano mientras mi papá no estaba, apenas y tenía tiempo para respirar, mi madre prefirió seguir viviendo
como una mujer soltera, cómo soy la mayor quería encargarme de ayudar a mi padre, quien destrozado por el abandono de mi madre, casi se quita la vida... Fueron tiempos bastantes obscuros. Luego me recomendaron está página y sinceramente me salvó la vida.

Jennie dejó los papeles en la mesa para servir el café y sentarse nuevamente frente a la rubia.

— Te escucho.

Rosé sonrió primero mostrando una de las tantas hojas.

— Está es una ficha que te dan para que rellenes, al momento de ir a buscar un Sugar, te piden que lleves cinco fotos, sin filtros, cómo tu estilo y que sean obviamente tuyas, no puede llevarlas alguien más... Luego de rellenar la ficha, crean una ficha con tus fotos y datos. — Sigue mostrando —. Luego exhiben tu carpeta y las de otros jóvenes tanto mujeres como hombres, los Sugar's que entran revisan esas carpetas y si están interesados en alguno, piden que lo contacten. La primera cita siempre es en el bar, de esa forma saben que tanto el Sugar como el baby, son reales y no intento de estafadores.

— Entonces es todo completamente legal... Tienen seguridad y demás, joder — Rosé asintió
y río para luego continuar.

— Luego de la primera cita, si ambas partes están interesadas, hacen una segunda cita, posteriormente a las citas, y solo si ambas partes están de acuerdo, comienza una relación entre ambas. El bar ya no participa en eso pero si llegas a formar un lazo tienes que pedir que saquen tu carpeta de entre todas así se evitan problemas.

— ¿Y en qué momento de la historia se aclara que el hombre o mujer millonario se acuesta con los baby's?

— A eso voy, un Sugar no siempre busca una persona para satisfacerse sexualmente, te sorprenderá la cantidad de personas que solo busca alguien con quién compartir una copa, unos buenos chismes, etc. Claramente hay excepciones en la cuál ambas partes firman un acuerdo en dónde lo sexual está incluído pero si no quieres nada sexual lo aclaras en tu carpeta y listo. Además... Se que estás pensando que todos son hombres mayores, pues no, mi Sugar tiene 28.

— Bien, ¿Cuáles son los beneficios?

— Por empezar, un Sugar te da mensualmente dinero y como extra te mima con muchos regalos, luego tenemos que son bastantes flexibles con tu horario de estudio, sin embargo, no les gusta que trabajes, tendrás más tiempo, podrás dormir más de tres horas al día, pasarás más tiempo con tu familia ¡y ellos también se beneficiaran! Con el dinero que te da podés hacer lo que gustes, ellos no te pedirán explicaciones...

— Es sorprendente como estás haciendo que cambie de opinión con respecto a este tema...

— ¿Verdad? — Responde Rosé riendo —. Oh, casi lo olvido, si llegas a tener un lazo/relación con una o un Sugar, ambas firmarán un contrato de exclusividad la una con la otra... Prácticamente serían como una pareja común y corriente.

Pasado un tiempo desde esa conversación con Rosé, Jennie volvió a su rutina de siempre.

Cómo se había tomado varios días -sin cumplir la semana- la hicieron trabajar bastante y llegaba a casa hecha un saco basura.

Entonces y solo entonces se planteó la posibilidad de conseguir una Sugar Mommy.

Sería dinero medianamente fácil, incluso si conseguía una podía firmar un contrato con clausulas puestas por ambas.

Mmm.... Ser o no ser

Pensó la castaña mientras se veía frente al espejo de cuerpo completo.

Era atractiva, tenía buen cuerpo, lindo rostro, modales...

Sin pensarlo mucho más, tomó su móvil marcó un número con el que chateaba seguido para llamarlo.

Tres tonos y atendió.

— ¿Jennie? ¿Todo bien?

— Rosé decidí ir al bar del que hablaste... Bueno, de hecho iba a preguntarte si querías acompañarme.

— Oh, claro que sí... ¿Está noche?

— No no, está noche trabajo... Tengo libre el domingo ¿podría ser?

— Claro, por mi está bien, iré el domingo a la mañana para sacar las fotos y demás...

— Muchas gracias...

— No hay de que

Luego de un saludo ambas colgaron.

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