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07

Domingo, 16:05 pm

Jennie ingresó con una sonrisa al bar y se acercó a la barra donde cupido estaba revisando una lista de cosas.

— Hola... — saludó tímidamente.

Beomgyu subió la vista viéndola con una sonrisa.

— Hola, te ves increíble. — la halagó.

— Gracias — le sonrió de vuelta.

— Tu guapetona está justo allí — señaló con dos dedos una mesa.

Jennie giró su rostro y sonrió al ver que efectivamente su cita estaba sentada con su móvil, bastante entretenida a su parecer.

Lisa subió la vista al escuchar ruidos hechos a propósitos por cupido.

Al sacar la vista del móvil se encontró con Jennie caminando hacia ella, entonces el rostro de la alfa se tornó un poco rojo en las mejillas.

Vió de reojo como Beomgyu le hacía señas de que se levantara para saludarla.

Ella, entendiendo el mensaje se levantó rápidamente.

— Hola — saludó la menor con una sonrisa

— H-hola... ¿Cómo estás?

— Muy bien, gracias... ¿Tú? Por cierto, te ves muy bien.

Lisa sonrió y le agradeció por el cumplido

Vió nuevamente de reojo viendo cómo Beomgyu le hacía señas, está vez diciéndole que corra la silla para que la menor pudiera sentarse.

— Permíteme — le dijo empujando levemente la silla para que la Omega pudiera sentarse cómodamente.

— Gracias. — respondió una vez que estuvo sentada.

Lisa se sentó frente suyo para bloquear el móvil y guardarlo.

— ¿Cómo te fue está semana? — preguntó la alfa tratando de sacar tema de conversación.

— Muy bien. ¿Y a tí? ¿Cómo te va en tu vida?

— Bastante ajetreada diría yo, pero nada que no pueda solucionarse.

Lisa Pov

Siendo sincera teniéndola enfrente es una sesión extraña... En el buen sentido claro.

Mis emociones revoloteaban intensas dentro mío.

Sus ojos son café obscuro, sin embargo tienen un gran parecido a los ojos de un gato, lo que la hace aún más tierna a mi parecer.

Justo ahora estamos conversando sobre nuestras semanas, ella realmente es atenta y me escucha cuando le hablo.

Iba a recordarle lo linda que se veía, sin embargo, Emily, quien es mesera por hoy, nos dejó sobre la mesa el menú para luego retirarse.

Mis ojos nuevamente volvieron a moverse hacia donde estaba la castaña leyendo el menú tranquilamente.

— ¿Probaste algo de aquí? — pregunta sin mirarme.

— Mmm, sí — respondí — Las tartas son deliciosas.

Ella sonrió dejando el menú sobre la mesa para mirarme.

— ¿Vienes de seguido?

Oh, oh.

Era una pregunta trampra.

— Sí... Es decir, Beomgyu es mi amigo, por ello vengo de seguido. — contesté nerviosa.

Emily volvió para tomar nuestra orden.

— Yo quiero un batido de fresa y tarta... Muchas gracias.

Emily sonrió anotó para luego mirarme a mí.

— Mmm... Yo quiero café y tarta de chocolate... Gracias.

— Enseguida lo traigo.

Emily se alejó junto a los menús.

— ¿Puedo saber cuántas personas hubieron antes que yo? — preguntó la castaña mirándome.

— De Omelas eres la segunda, la primera cita no salió bien y dejamos de vernos — dije —. Si estamos hablando de otros sitios pues... No sería una linda conversación — reí.

Jennie rió.

— Eres la primera cita de toda mi vida...

— Es un honor que me cedas ese puesto... Espero estar haciéndolo bien.

— Me siento muy cómoda contigo, Lo siento. Eso sonó muy extraño.

— Sonó lindo — dije

Jennie rió

Emily volvió con una bandeja, con dos vasos de plástico y dos porciones de tarta.

En lo que Emily dejaba las cosas, yo miré disimuladamente al frente donde Beomgyu se encontraba hablando con una chica.

La reconocí como Jessi, la cuál en cuanto me vió, corrió hacia mí.

— Buen provecho — dijo Emily volviendo a alejarse

— Gracias — dijo Jennie con una sonrisa probando la tarta — Tienes razón... Es deliciosa.

Yo volví a mirarla sacando a Jessi de mi vista, solo pido que no haga nada extraño.

— Lo es ¿Verdad? Supuse que te gustaría, tienes cara de que te gusta lo dulce.

— ¿Estás bien? — preguntó al notar mi vista pérdida en Jessi quien ahora sí venía hacia nosotras.

— Lisa... — me dijo Jessi abrazándome —. Cuando me dijiste que no podíamos vernos por qué ya no volverías a Omelas me mentiste... Estás aquí de nuevo y con una nueva conquista... — dijo mirando a Jennie —. Pero te perdono solo porque ella es linda —  Estiró la mano hacia Jennie —. Un gusto soy Jessi.

Jennie a pesar de estar incómoda, estrechó su mano con la de Jessi saludándole amablemente.

— Soy Jennie, es un gusto.

Jessi se puso a conversar conmigo, sin embargo yo no le prestaba atención porque estaba más ocupada mirando a la castaña.

Ella bebía de su batido en silencio mirando por el ventanal pacíficamente.

— ¿Lalisa? ¿Estás escuchandome?

— Jessi — le dije mirándola — Estoy en una cita con ella, te pido por favor que me dejes disfrutar el tiempo con mi acompañante.

— Oh si, lo siento... Discúlpame.

Dicho aquello, Jessi hizo una reverencia a ambas saliendo del lugar rápidamente.

— Lo siento... — dije mirando a Jennie quien ahora dibujaba con su dedo sobre el mantel.

— No te preocupes, entiendo que debe ser difícil llevar una vida siendo tú. — bromeó.

Reí con ella, es increíble que saque un buen lado a todo.

Minutos más tarde, Jennie trató de alivianar el ambiente contando anécdotas, Lisa sonrió, uniéndose y contando algunos también.

(...)

19:45 pm

Jennie había recibido un mensaje de su madre preguntando si ya volvía.

La Omega se disculpó con la alfa frente suyo y contestó que ya casi iba.

Luego de eso, le explicó a Lisa que tenía que irse, la alfa entendió y pidió la cuenta.

No obstante, cuando estuvo apunto de sacar una de sus tarjetas, vió como Jennie le daba la suya propia a Emily para que se lo cobrara.

Cuando el ticket salió Emily le devolvió la tarjeta junto al papel para que firmara, Jennie así lo hizo devolviéndole luego el bolígrafo y el papel.

— Y-yo iba a pagar...

La castaña miró sonriente a la alfa.

— Tú pagaste la cena de la primera cita... Lo justo sería que yo pagara esto.

Lisa sonrió mientras que Jennie buscaba su billetera, dejando dos billetes sobre la mesa junto a los batidos.

Al notar la mirada de al alfa, Jennie preguntó si ocurría algo.

— No, es solo que... Es sorprendente que seas tan bondadosa.

— Créeme, es lindo cuando te dejan propinas, es una manera de decirte que hiciste tu trabajo bien.

Lisa asintió sonriendo, pero no había entendido con exactitud lo que había dicho la Omega.

Cuando juntaron sus cosas ambas salieron del bar despidiéndose de Beomgyu.

— Te llevaré a casa, te lo debo después de todo...

— No voy a casa.

— Oh... ¿Tienes otro compromiso? — preguntó rascándose la nuca.

— Tengo que ir al mercado con una amiga, compras para el hogar.

— Entonces déjame llevarte hasta allí...¿Por favor?

Jennie sonrió accediendo.

(...)

Durante el trayecto cantaban una vieja canción que pasaron por la radio.

Al acabar la canción ambas rieron, Lisa estacionando el coche en el parking del supermercado.

— Gracias por traerme... Fue una linda tarde — dijo la castaña mirando a la rubia tiernamente.

— No fue nada, yo también la pasé bien

Jennie sonrió para abrir la puerta del coche dispuesta a salir.

— Adiós...

— Adiós — dijo Lisa viéndola bajar —. ¡Espera! — la detuvo antes de que cerrara la puerta —. Cómo en Omelas solo se pueden hacer dos citas... Estaba pensando en que podríamos tener otra fuera del bar... ¿Aceptas?

— Me encantaría.

— Entonces... ¿Cuando quieres que sea? Dame tu número de celular para mantenernos en contacto y tú dirección para pasar a buscarte.

Jennie le dió su número telefónico para agendarse mutuamente.

— El domingo a la hora que quieras, podemos encontrarnos en el parque centrar... ¿Lo conoces?

— Hm, si entonces... Estamos en contacto.

Jennie asintió sonriendo mientras metía medio cuerpo en el coche para alcanzar el rostro de la alfa y dejar un beso en su mejilla.

— Adiós.

Dicho aquello finalmente salió del vehículo cerrando la puerta detrás suyo.

— Hasta el domingo — se despidió Lisa sonrojada por el acto anterior.

Jennie con su mano y una sonrisa en el rostro volvió a despedirse viendo como el auto arrancaba y desaparecía entre los demás.

— Finalmente... Creí que se quedarían charlando un poco más — dijo Rosé detrás de Jennie.

— ¿Vamos? — le dijo a Rosé con una sonrisa y un sonrojo en el rostro.

Sonrojo que Rosé notó, preguntándose internamente si ambas ya habían hecho el famoso click.

Lisa conducía bastante feliz hasta llegar a casa, dejó el coche estacionado y se adentró dirigiéndose directamente a su habitación para echarse a la cama y mirar al techo sonriente.

Sin embargo, habían pequeñas dudas que recorría su cuerpo.

¿Por qué Jennie no quería que ella fuera a su casa? O ¿Por qué Jennie y ella solo podían verse los domingos? ¿Le ocultaba algo?

Pensamientos muy deprimentes llegaron a su mente.

No obstante, eran pensamientos que estaban muy lejos de la realidad.

Jennie no quería llevar a Lisa a su casa por dos motivos, el primero; no sé avergonzaba de su hogar, es solo que odia la pena ajena y temía que Lisa la sentiría al ver cómo vivían.

Dos; su hermana nunca está en casa, pero siempre aparece en momentos no muy oportunos.

Conociendola como la conoce, puede decir que si Irene ve a Lisa, montando en su coche de último modelo, con la ropa de marca que le vio usar en ambas citas, con su forma de peinar su cabello y belleza... Irene se lanzaría de cabeza para intentar conquistarla.

No pensaría mal de Lisa, pero Jennie vivía con una constante carga en sus hombros, inseguridad... Ella, desde el primer día que la vió tuvo un crush instantáneo por la alfa, un crush que le hacía querer verse bien para ella... Y aún así, sabía que no podía competir con su hermana si de coquetería estamos hablando –no en vano tiene un hijo– ella es linda, sabe utilizar los dones concedidos por alguien arriba para obtener lo que quiere.

Jennie no dudaba de que si Irene le echaba el ojo a la alfa, la alfa no dudaría en caer.

Además, su hermana contaba con el apoyo incondicional de su madre y abuela, si Irene le decía a Jennie que interfería en los planes de un futuro noviazgo con una alfa, su madre no tardaría ni dudaría en obligar a Jennie a alejarse de ella para que su hermana pueda ser feliz.

Y Jennie jamás desobedecía a su madre.

Lo de verse solo los domingos, Jennie sabía que era una piedra en el camino que tendría que solucionar si quería estar en una relación con la alfa.

Las novias necesitan tiempo, tiempo que Jennie no puede darle si sigue trabajando y estudiando como una burra de lunes a sábados durante veitiún horas al día.

Cosa que a Lisa aún no le contó, porque Jennie no quería que Lisa la dejara.

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