Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8 -"Delete" a los malos recuerdos.

Me puse el sombrero de cocinero y lo apreté con fuerza a mi cabeza para que no se me cayera. Una vez hecho, nos pusimos en marcha otra vez para empezar la costosa tarea de nuevo. Estaba francamente cansado de haber estado trabajando durante toda la semana de esta forma, pero las señoras no se veían reacias a hacer que volviera a la rutina que realmente me tocaba.

-Buenos días -Entró Taehyung a la cocina saludando a todos como lo era costumbre-. Tú, ya ni me saludas -Me susurró a propósito pasando a mi lado.

No sabía si era miedo o a qué se debía realmente que cada vez que se acercaba de esa forma, me hacía sentir confuso y me paralizaba. Me encogí de hombros: desde el día del pacto ya no le había vuelto a hablar, sinceramente pensé que quizás me dejaba en paz.

Por otro lado, un nuevo consumidor acudía a diario a la cafetería. El chico de pelo azul, Evans, venía todos los días a hacer encargos tan pequeños como estúpidos. Cada menos de dos horas, venía por un paquete de rosquilletas o una bolsa de frituras; pero esa no era la peor parte: cada vez que lo hacía se acercaba a mí para tratar de entablar conversación conmigo.

Y estaba más que claro que yo no era estúpido. Él era el chico que me besó en la fiesta, y cada vez que lo veía trataba de evitarlo a toda costa. Ese era uno de los motivos por los que también me había alejado de Taehyung; por la mirada que le dirigió al pelo azul en la fiesta. No me hacía ni pizca de gracia el comportamiento de ninguno de los dos.

Pero a decir verdad, tenía más miedo de encontrarme con Evans que con el otro estúpido. Evans causaba sobre mí cierto temor, por la posesividad con la que me había tratado en la fiesta. Y no era algo que se notara fácilmente, pero yo veía algo en sus ojos cada vez que se me acercaba que me irradiaba desconfianza.

 Sin embargo, con Taehyung era diferente. Sí, era un gran estúpido y no me gustaba pasar más de cinco minutos seguidos con él pero... habían momentos que no eran tan malos. También me había acostumbrado a sus bromas y demás. Y es que a pesar de ser pesado, no era un mal compañero.

La diferencia estaba ahí; con uno me sentía seguro y con el otro no.

Me até el delantal blanco y el día empezó como lo solía hacer siempre. Bandejas de aquí para allá, gritos por falta de tiempo y por supuesto, estrés. Mucho estrés. El problema era que la gente se dedicaba a pasar todo su tiempo libre encerrados aquí, pidiendo comida y bebida todo el tiempo.

Cuando por fin llegó la hora del patio, tan solo nos concedieron quince minutos de descanso. ¡Quince míseros minutos con todo el trabajo realizado! Pero no podíamos quejarnos ni argumentar nada, pues esto daría como resultado graves problemas. Salí de la cocina con un pequeño bocadillo hacia el patio trasero, donde de costumbre solía encontrarme con Yoongi.

Y ahí estaba, fumando un cigarro mientras su vista se mantenía fija en el cielo.

-He conseguido quitármelo de encima.

Me acerqué más a él mientras limpiaba con la manga de mi uniforme algunas gotas de sudor que bañaban mi frente. Era invierno pero después del esfuerzo que había estado haciendo durante toda la mañana, para mí hacía mucha calor.

-¿Quitártelo? ¿El qué?

-El qué no, a quién -Corrigió-. Park Jimin. Ayer le dije que me dejara en paz.

Abrí la boca y los ojos de par en par. ¿Le había mandado a la mierd-

-Y no, no lo he mandado a la mierda -Dijo leyéndome la mente mientras le daba una calada a su cigarrillo-. Bueno, en verdad sí.

-Asombroso.

-Y que lo digas,  ¿Quieres?

En su mano sostenía la colilla casi terminada de su cigarro. Lo pensé un par de veces, y lo hubiera pensado una tercera si no fuera porque mi mano se adelantó y cogió el cigarrillo. En un pestañeo ya tenía el mismo royo entre los labios. Y en verdad no quería, no quería volver a aquella rutina y a aquellos pensamientos; pero era inevitable.

Para una persona que había vivido en un vicio, era casi imposible salir de él. No era tan fácil como prometer "este año dejo el tabaco", o "ese año ya no más comida basura". Aquello se trataba de algo más que un simple cigarrillo, se trataba de todos los recuerdos que quería que se quemaran en él.

Y todos tenemos esos recuerdos que aunque queramos borrar, nuestro cerebro no nos lo permite. Tratas de empezar de cero, de hacer cuenta nueva; pero simplemente están ahí. No los olvidas pero simplemente te acostumbras a vivir con el sufrimiento que ellos te generan.

Cerré los ojos y dejé escapar el humo.

-Si que lo has pillado rápido -Rio y yo reí con él, solo que no de la misma forma.

Cuando abrí los ojos, recordé aquello. Mi padre fumando en el sillón de nuestra casa antes de que pasara todo aquello.  Metiéndose nicotina hasta en las pestañas, importándole menos que una mierda lo que a los demás les sucediera.

-¿Por qué fumas, Yoongi?

-No lo sé. Quizás es porque me gusta el hecho de meter sustancias dañinas a mi cuerpo, o por el morbo que proporciona el hacerlo a escondidas de toda esta sociedad -Explicó-. Y porque te despeja la mente y engancha, ¿Y tú?

-Supongo que por lo mismo.

Nadie de los dos decía totalmente la verdad, pero tampoco mentía. Quizás eran verdades a medias para no desvelar lo que tanto nos amargaba.

Volví a la cocina.







Tras terminar al fin la jornada, colgué mi uniforme y mi gorro y salí de la cocina. El día ya había terminado y supuestamente nadie debía de encontrarse en los pasillos a aquellas horas. Esperé a que todos los demás se marcharan y luego lo hice yo mientras silbaba una cancioncilla. 

Los pasillos ahora estaban sumidos en una oscuridad algo molesta. Podía sonar tonto, pero a pesar de que ser niñerías, todavía me seguía dando miedo la oscuridad. Ese era el motivo por el que silbaba, porque hacía que mi mente se centrara en otras cosas que no fueran el miedo.

-Hey, Jungkook.

Volteé al oír la voz de Evans tras mí.

-¡Evans! ¿Qué tal est-

Lo siguiente sucedió muy rápido. Él se acercó a mí y me empujó con algo de fuerza, estampándome contra la pared. Hice una mueca de dolor por el impacto y la bolsa de plástico que estaba sujetando se me cayó al suelo, pero no me dio tiempo a reaccionar cuando Evans puso una mano posesivamente sobre la pared  a mi lado.

Su mirada no era nada parecida a la de los últimos días. Sus ojos me miraban con algo más que furia; con desesperación, mientras que yo lo observaba con miedo.

-¿Qué haces? -Pregunté con un hilo de voz, sorprendido.

Él sonrió ladino y sin más, me agarró del mentón y acercó mi boca a la suya. Me besó de nuevo con la misma fuer con la que lo había hecho durante la fiesta. Y es que no sabía cómo oponer resistencia, él no deja buscar mi boca a la fuerza y era algo que me estaba dejando sin aire.

-Evans, para-

Y no paró. Su mano buscó con urgencia mi brazo y, al encontrarlo; lo agarró con una fuerza desmesurada para que yo no pudiera oponer resistencia. Lo peor era que no había nadie en los pasillos, que los guardias no estaban pasando en ese momento. Y a mí me estaban dando arcadas. No quería, realmente no quería.

Y continuó hasta que algo dentro de mí se volvió a activar y con un par de patadas, conseguí apartarlo. Al principio, él me miró anonadado con los ojos abiertos; pero antes de que hiciera algo más cogí la bolsa que se me había caído al suelo y eché a correr. Y nunca había corrido tan rápido en mi vida, nunca.

-¡Jungkook!

Corrí todavía más. Me dolía el brazo, me ardía; pero lo que más me dolía era el ardor que creía en mi estómago. Recordé esa mirada posesiva, sus respiraciones mientras me estaba forzando a besarlo y esa aura. Esa aura que desde el principio noté, que incitaba peligro. Y no me gustaba nada.

¿Por qué después de saber que no quieres, las personas te siguen forzando?

Esa noche, cuando llegué a mi habitación, no pude dormir nada. Tiré con rabia todo lo que se encontraba a mi alrededor y a mí mismo sobre la cama. No sentía nada más que ese dolor tan agonizante creciendo dentro de mí, como si fuera un mounstruo. Me encogí entre las sábanas mientras lágrimas rodaban sin descanso sobre mis mejillas. Estaba herido, estaba deshecho; ya no quedaba nada de lo que era Jeon Jungkook infantil.

Ese que sonreía de verdad, ese que reía todo el tiempo. Ya era otra era. Y es que cuando los recuerdos que se mezclaban con tu presente azotaban tu mente y esta no  por enfrentarlos: lo sentías. Sentías como te estabas quebrando.

Y eso de que cuando lloraras siempre habría alguien ahí, era totalmente falso. Ni mi madre, ni nadie acudió aquella noche a las cinco de la mañana a consolar mi llanto. A calmarme, a cualquier cosa. Pero la verdad es que aunque algo de eso hubiera sucedido, nada podría haberme ayudado porque me estaba rompiendo. Estaba perdiendo cada parte sana que quedaba de mí.

Porque los recuerdos estaban resurgiendo, y cada vez con más fuerza.







-¡Enano! ¿Se puede saber qué mierdas has estado haciendo que no has venido a la cafetería? -Hubo una pausa- ¿Jungkook?

De un momento a otro, sentí que se alguien estaba respirando en mi cara. Abrí los ojos de golpe e hice una mueca cuando me dio un pinchazo en la cabeza.

-Ah, pero si estás bien. Anda quita -Dijo y me pegó empujón que me hizo caer al piso, él se tiró a la cama haciéndola crujir -. Ahora quiero descansar yo.

-¿Por qué estás aquí?

-Despierta. Son las cinco de la tarde pasadas, ¿Qué has estado haciendo todo el día? ¿Dormir? -Rio.

Entonces recordé lo de anoche. Un nudo involuntario se instaló en mi estómago y me vi obligado a dirigirme hacia otro lugar de la habitación para que él no notara la cara que había puesto. No quería tener que dar explicaciones, odiaba las explicaciones y eran molestas.

-Hoy quiero ir a un lugar contigo. Te lo prometí -Habló queriendo sacar el silencio incómodo que se había instalado, pero mi mente estaba en otro plano en ese momento-. ¿Quieres contestarme? ¡Jungkook! ¿Qué demonios te sucede?

Se levantó y caminó hacia mí dando pasos fuertes y decididos. Me miró de arriba a abajo mientras yo me mantenía de lado para que no me viera el rostro. No quería que me viera en ese momento, no.

-¡Jeon Jungkook!  -Me cogió el hombro e instintivamente di un par de pasos hacia atrás y me estampé contra la pared.

Abrí los ojos con cierta sorpresa, pero sobre todo, miedo. Por un momento vi a Evans besándome ayer y no a Taehyung hablándome.

-No me pasa nada -Él se acercó más- ¡Apártate! ¡No te acerques!

La escena era un caos. Estaba dejando en evidencia que algo me sucedía, pero no podía verlo tan cerca. Estaba recordando las escenas de ayer y eso era algo que no quería. Taehyung me miró con confusión tratando de encontrar algo en mi rostro que lo llevara a alguna deducción, pero lo único que este trasmitía era miedo. Decidí disimular cambiando de tema, aunque en mi voz se notaba a millas mis intenciones.

-¿Decías de salir? -Me rasqué la nuca- Ahora busco ropa, eh...¿Dónde tenías planeado ir?

-Vamos al campo -Habló con sequedad mientras su mirada no dejaba de buscar la mía intencionalmente.

-Voy a darme una ducha.

Perfecto Jungkook. Maravillosa jugada.







































Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro