Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5 -Entre oscuros pasillos.

No podía ser. Realmente eso no debía estar sucediendo. Miré mi brazo otra vez para comprobar que aquello era real: la quemadura había tomado un color demasiado extraño y anormal para una piel. Me mordí la parte interna de las mejillas mientras mataba de una y mil maneras posibles a Kim Taehyung mentalmente.

Eran las nueve y media. ¡Nueve y media! ¡No podía estar todavía en este estado! A pesar de estar vestido, no había arreglado ni mi pelo ni mi aspecto superficial. Y como si fuera poco, la herida parecía haberse extendido todavía más y se notaba demasiado si me ponía una camisa blanca. Estúpido Taehyung. Estúpido.

Cogí una palangana y la llené con agua, haciendo que esta misma salpicara en mi ropa y la mojara.

-¡Venga ya! ¿Qué falta ahora?

-¡Ding dong! ¡Taehyung el más hermoso al lado de la puerta!

Cuando dije: "qué falta ahora", era una pregunta retórica, no un reto.

Me quedé de piedra mientras trataba de no hacer el mínimo ruido que delatara que había alguien dentro del cuarto. Tal vez, sólo tal vez, podía escapar de esta. Y todavía me acordaba de la maravillosa oferta que me había hecho, pero tras llegar a mi habitación y pensarlo con la cabeza fría, vi que era una estupidez. Él jamás arriesgaría un solo pelo por nadie, mucho menos por mí. Era el chico de quien se reía, su diversión, ¿Qué tan iluso fui?

Quizás era otro de sus juegos. Lo más probable sería que lo único que quería de mí era burlarse otra vez, dejarme en ridículo mientras se mofaba con alguno de sus amiguitos ricos. Todavía podía visualizar esa estúpida sonrisa triunfal, de victoria. No quería que ese ser sintiera satisfacción mientras me veía sufriendo; no.

-¡Jungkookieee! -Caturreó.

¿Jungkookie? ¿Qué rayos le sucedía? Temí de moverme un solo centímetro, mientras que podía oír al otro casi destrozando la puerta para que lo dejara entrar. ¿Me veía la cara de estúpido? Mantuve las manos sobre el lavamanos y mi vista clavada en ellos, era imposible que él me oyera o que algo le hiciera sospechar. Quizás simplemente se iba al ver que no había nadie, sí.

-Bueno... que sepas que puedo entrar quieras o no. Ya te he dado la oportunidad de salir por tu cuenta.

¿Qué? Fruncí el ceño y mis manos empezaron a sudar y sin motivo alguno un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Estaba echándose un farol, era lo más probable. Aun así... Kim Taehyung siempre terminaba saliéndose con la suya. Mis ojos se pasearon por todo el cuarto de baño en busca de ayuda.

Un chasquido producido al abrir una puerta hizo que diera un salto. Empecé a escuchar pasos provinentes de la habitación.

-Sé que estás en el baño.

Esa frase fue más que suficiente para activar mi cuerpo más rápido de lo que nunca lo había hecho. Sin poder evitarlo,  un pequeño salto y la palangana se cayó al suelo, aterrizando en mi pie y mojando todo lo que me quedaba de ropa.

-¡Joder! ¡Inútil! -Me tapé lo boca cual ladrón a punto de ser descubierto.

Corrí a cerrar con pestillo la puerta del cuarto de baño, pero entonces alguien con el triple de fuerza de la que yo poseía la empujó con tal fuerza que terminó empujándome y haciendo que yo terminara en el suelo, mojándome con toda el agua que anteriormente se me había caído. Genial. Ahora todo se había ido a la mierda por culpa de Taehyung.

Me quedé en el suelo sentado como si fuera un niño pequeño, solo que no poseía ese puchero característico. Mi mirada estaba perdida en un punto del suelo y mis brazos a los lados de mi cuerpo. Estaba completamente mojado, mi traje ya no iba a servir para esa  noche. No quería hablar, sabía que él estaría mofándose de mí y no quería tan siquier mirarlo. Estaba harto de él y de todas sus estupideces.

-Lárgate. Ya.

Soltó una risita graciosa.

-Estás hecho un desastre.

Entonces lo miré. Lo miré con quizás todo el odio que se merecía recibir por mi parte.

-¿Acaso no me has oído? ¡Deja de jugar! ¿O acaso eres un niño que busca atención? -Me levanté, todo mi cuerpo chorrando de agua.

-Sólo bromeaba. No hace falta que te pongas as-

No llegó a terminar la frase cuando le giré la cara de una bofetada. No sabía ni de donde había salido el valor para hacer semejante cosa, más a ese chico. ¿Acaso había perdido mi cordura? Pero la verdad, no me arrepentí en lo absoluto. Me sentí mejor, desahogado.

-Sólo bromeaba -Le respondí.

Pasaron unos segundos en silencio. Nos miramos fijamente sin saber muy bien qué decir, por mi parte me sentía incómodo pero realizado: le había pegado al chico que me molestaba. A decir verdad, no estaba demasiado orgulloso con ello, pero se lo merecía ¿No? ¿Por qué lo seguía mirando? Quizás era porque era incapaz de reaccionar, por eso le mantenía la mirada.

Me aparté y con ello mismo lo aparté a él para irme a mi cuarto a estar solo. De todas formas, cualquier oportunidad de haber asistido esa noche al "pacto" se había visto destrozada por Kim Taehyung. Ya no valía la pena ir, no tenía las mismas ganas. Con el brazo hecho un desastre y con la ropa en ese estado, no.

Me senté en la cama sin nada más que decir. No fue mucho el tiempo que pasó cuando oí la puerta del baño cerrarse, pasos dirigiéndose hacia mí. Ya no me importaba lo que hiciera, de todas formas, había contribuído a que me quedara aquí y como si no fuera poco, había entrado a mi habitación sin permiso alguno. Estaba harto.

El viejo colchón crujió cuando él sentó a mi lado. Lo ignoré, era completamente inútil tratar de hablar o conversar con él. No tenía ganas, estaba cansado.

-Está bien. Si no quieres ir, está bien -Dijo en un suspiro, como si él hubiera salido afectado en algo-. Pero debes saber que tenía ropa ti y que lo de la salida iba en serio. Pero no se puede hacer nada si un enano como tú-

-Sal de mi habitación y deja la ropa.

Él pareció no entenderme, pues alzó las cejas con una clara mueca de confusión.

-Ya me has oído. Sal de la habitación y deja la ropa, en quince minutos salgo -Me levanté de la cama y cogí la ropa que Taehyung sostenía con la mano-. No creas que me estoy vendiendo, pero más te vale llevarme a un buen lugar.

-Eso es lo mismo que venderse, estúpido.

-No si te llevas dos por uno -Dije.

-¿Dos por uno?

-Una salida y tu traje. Por dejarme el brazo para el arrastre y por haberme hecho perder tiempo. Ahora, sal.









Una siesta reparadora después de haber invertido toda la tarde haciendo tareas. Nada en el mundo proporcionaba más satisfacción que eso, esa sensación de relax... siempre que no se viera interrumpida. Si se daba el caso, de lo único que me entraban ganas era de ver cadáveres.

Eran las nueve y media pasadas cuando me encontraba tirado sobre la cama disfrutando de la paz del silencio. El aire fresco entraba desde la vieja ventana que había abierto hasta el máximo. Ahora que lo pensaba, no sabía cómo era tener un compañero de habitación, pues tampoco había compartido demasiado con Jeon Jungkook.

Cerré los ojos y me concentré en el silencio hasta que... hasta que empezaron a aporrear la puerta. No hice ni caso, no tenía porqué mover músculos innecesariamente para ir abrirle la puerta a alguien. No podía ser nada demasiado importante, pero los golpes no cesaron. Fue tal el punto en el que me molesté, que me levanté de la cama con una notable molestia y me dirigí a abrir la puerta.

Giré con una fuerza -quizás- desmesurada el paño de la puerta y la abrí de golpe.

-Hola Yoongi.

No. Ni de broma podía estar sucediendo esto ahora.

Se me ocurrió la maravillosa idea de cerrar la puerta en la cara de Park Jimin, que este actuó antes y entró en la habitación con una sonrisilla que solo me indicaba problemas. ¿Acaso podía entrar en mi habitación así como así? Lo dudaba demasiado teniendo en cuenta las normas de las señoras, pero a este chico parecía darle igual absolutamente todo.

-¿Qué haces así? Me avergüenzas -Soltó mirándome de arriba a abajo como si fuera mal. El problema era suyo por no apreciar el arte que una sudadera podía representar-. Anda, cámbiate.

Alcé una ceja. ¿Qué acababa de decir? ¿Qué me cambiara?

-No.

-No puedes venir al pacto así. Estás horrible.

-Mira, voy a decirte un par de cosas -Inspiré-: primera, no pienso cambiarme de ropa. Segunda; si asisto a tal desperdicio de horas de sueño, será con MIS condiciones.

Jimin me miró como si lo que le estaba proponiendo fuera imposible, pero de un momento a otro, su expresión facial cambió completamente. Me quedé anonadado cuando una sonrisa -al parecer sincera- poco usual se dibujó en sus labios.

-Está bien. Vamos.




-¿Vamos?

Al salir del baño pude ver a Taehyung tirado en la cama mirando hacia el techo. Después de haber estado casi media hora tratando de arreglar mi aspecto y vistiéndome con el traje que él mismo me había dejado pude verme medio decente frente al espejo. Tenía el pelo semirizado y todos los pendientes puestos a propósito, mientras que mi ropa brillaba impecablemente. Me gustaba, no lo iba a negar, era ese el motivo por el que también le robaría el traje a Kim Taehyung.

Este se levantó de la cama rápidamente. A parte de la marca que le había dejado al darle anteriormente una bofetada, él tampoco parecía presentar ningún fallo, ningún error. Tenía el pelo echado hacia atrás y un traje que pese a ser similar al mío, parecía ser de otro rango.

-Tardabas demasiado.

Rodé los ojos. Mi intención no era exactamente pasármelo bien a su lado esa noche, tenía otros planes muy diferentes.

Eran las diez y algo de la noche. Todas las señoras y demás personal debían estar en sus respectivas habitaciones, excepto el par de guardias de seguridad que rondaba siempre por los pasillos por si las moscas.

Salí yo primero, él pisándome los talones. Las luces estaba apagadas, de modo que no veía absolutamente nada. De pronto la luz de una especie de linterna alumbró el pasillo. Me di la vuelta  para encontrarme a Taehyung con un móvil. ¿Un móvil? ¿Cómo demonios lo había conseguido?

-¿Qué? ¿Me vas a pegar por tener un móvil? -Dijo con un tonito de suficiencia.

Rodé los ojos y chisté.

-Claro que no, ¿De dónde lo has sacado?

-Contactos.

-Quiero uno -Dije por lo bajo y seguimos caminando por el pasillo.

Estaba terminantemente prohibido salir por la noche, de modo que los guardias apagaban las luces para que los residentes no pudieran ver y fuera más fácil encontrarlos si salían a escondidas. Esto era lo más parecido a una cárcel. No hacía falta decir que el hecho de que mi agradable compañero poseyera un móvil todavía añadía más peso al supuesto castigo que podíamos ganarnos.

-Deja de hacer tanto ruido, nos van a descubrir por tu culpa -Recriminé a Taehyung, quien a cada paso que daba parecía querer hundir aquellas tablas envejecidas del suelo.

-¿Ruido? ¿Te refieres a... esto?

Caminó aplicando más fuerza con cada paso. Las tablas de madera que cubrían el suelo empezaron a crujir emitiendo un ruido demasiado fuerte. Nos iban a descubrir, y con ello todo se iría a la mierda.

-¡Para de una jodida vez! -Le grité en susurros pero este pareció no oírme.

Solo sonreía. Parecía un niño pequeño, y odiaba  a los mismos por hacer actos tan infantiles. No me gustaba, me molestaba, me estresaba y me ponía nervioso. Quería mutilarlo.

Estábamos a punto de girar el pasillo cuando una nueva luz de otra linterna se hizo presente en el pasillo. Al ser el que iba delante, pude verla primero y por tanto actuar primero.

-¿Hay alguien ahí?

Era el guardia.

Por algún motivo mis pies  quedaron anclados al suelo. El miedo me paralizó por completo, me giré lentamente  para pedir ayuda a Taehyung, quien para mi sorpresa ya no mostraba ninguna muestra de burla en su rostro, sino todo lo contrario. Su cara reflejaba completamente lo que era el espanto.

-Corre -Susurró y sin más, empezó a correr pasillo abajo.

Yo no podía seguirlo. Mi cerebro se dedicó a pasarme una mala jugada y en vez de correr,  me quedé quieto.

Los recuerdos vividos con mi familia empezaron a marearme como si estuviera en una ruleta rusa. Sentía el sudor frío rodando sobre mi frente, mis labios comenzaron a temblar. El tiempo pasaba a cámara lenta mientras no me podía mover: me estaba dando un ataque de ansiedad.

Cerré los ojos con fuerza y sin poder evitarlo estaba temblando de pies a cabeza. Mis brazos se movían por sí solos y no podía hacer nada, mi respiración se tornó agitada a su vez. Los gritos, los lamentos y las pesadillas que a pesar de querer no había podido superar atrancaron mi mente.

Entonces, el apretón de una mano me hizo volver a la realidad. Abrí los ojos y solté todo aire -que sin saberlo había retenido- de golpe. No me encontraba totalmente consciente, pero pude ver que Taehyung estaba tirando de mí y corriendo demasiado rápido. Me estaba ahogando todavía sin poder procesar nada, todavía mantenía todos los pensamientos negativos atropellados en mi mente.

Me asusté todavía más cuando el chico de seguridad trató de apuntarnos con la linterna, pero mi compañero fue más rápido y de un momento a otro nos coló en una habitación de esas que se usaban para guardar los útiles de limpieza y poco más.

Nomás hacerlo, cerró la puerta con una llave que tenía -para mi sorpresa- entre un amplio manojo de llaves.

Me dejé caer al suelo y me tapé la cara con las manos. Estaba en pleno ataque de ansiedad todavía y mi pierna no dejaba de repicar contra el suelo, estaba en shock. No era yo quien estaba controlando mis pensamientos en ese momento, más bien ellos me controlaban a mí. Me sentí estúpidamente incómodo y sofocado por la falta de espacio, necesitaba hacer algo pero tampoco podía levantarme ya que si lo hacía probablemente caería.

Lo que sentía en ese momento sobrepasaba notablemente el miedo. No quería que me echaran de este lugar o que me hicieran lo mismo que... que les hicieron a unos cuantos alumnos. En verdad nadie sabía nada pero todos sabíamos que cuando inflingías las normas de aquel lugar, serías sancionado gravemente. Aunque nadie sabía lo que les pasaba a esos alumnos-

No sabía que era peor en ese momento: el hecho de no tener conciencia sobre algo o tenerla al completo. Ambas podían suponer armas de doble filo que se podían usar en tu contra.

-Mierda -Maldició Taehyung por lo bajo.

Lo único que se podía oír en ese lugar eran las respiraciones desiguales por mi parte. Abracé mis rodillas y hundí mi cabeza en estas. No quería que me viera llorar, no ahora. Estaba cansado de todo, y cuanto más lo pensaba, más grande se hacía esa bola que me aplastaba poco a poco. Me estaba destruyendo poco a poco y no sabía qué hacer para detener ese sentimiento.

-Deja de llorar, mocoso. No te lamentes por todo.

No te lamentes por todo. Todo en esa frase estaba mal, ¿Que no me lamentara por todo? ¿Acaso él o nadie conocía las situaciones que había pasado? No podías juzgar a alguien así porque sí, menos sin conocer sus condiciones.

Oí un peso muerto cayendo a mi lado, pero no podía responder. Estaba hipando y respirando como si la vida me fuera en ello.

Pero, entonces, sus brazos envolvieron mi cuerpo y me atrajeron a él. Sentí una especie de escalofrío extraño y repentino cruzándose por todo mi cuerpo. Me di cuenta de que sus brazos me daban calor. Me atrajo todavía más a él y comenzó a acariciarme el pelo como si fuera un niño pequeño, pero estaba en mitad de un ataque.

-Suéltame.

-No.

-¡Suéltame! ¡Déjame solo, maldita sea!

-No.

-Te odio -Murmuré mientras lágrimas se deslizaban sobre mis mejillas.

-Lo sé.

Y lo pude sentir. Ese "lo sé"; era dirigido más hacia él mismo que hacia mí. Como si se estuviera diciendo a él mismo que se odiaba, como si lo tuviera muy interiorizado. Y lo supe porque yo también sentía exactamente lo mismo. 

No sé durante cuanto tiempo nos mantuvimos así. Quizás durante cinco minutos, quizás durante diez o incluso más. No lo pensé. Poco a poco me tranquilicé, las manos de Taehyung pasándose por mi pelo con paciencia mientras me abrazaba. No lo entendía, ni a él ni mucho menos su comportamiento.

Fue un momento en el que realmente sentí paz. Donde todo se detuvo por un maldito instante y por fin pude estar en tranquilidad. Y, a pesar de sonar extraño, me gustó tener tan cerca a esa faceta de Taehyung. Esa que no se reía de mí, esa que era tranquila y que me proporcionaba serenidad. Lo sabía, podía ser que me gustara esa faceta de él, pero era la única. No me gustaba el niñato que se dedicaba a bromear sobre absolutamente todo.

Después de unos segundos, cuando ya tomé aire dije:

-Vamos.

Él dejó de acariciarme el pelo de repente. Traté de levantarme pero sus brazos se zafaron con más fuerza alrededor de mi cintura.

-¿Vamos? ¿Y eso?

-Quiero respirar, no volver a encerrarme en la estúpida habitación para ver como desperdicio mi vida -Ahora sí, me levanté.

-Está bien.

Abrimos la puerta con cuidado, después de todo el tiempo que había pasado el guardia ya no se encontraba por allí. Salimos despacio y esta vez fue el de pelo naranja quien caminó delante de mí. Mientras él vigilaba que nadie fuera por allí, yo no dejaba de girarme con nerviosismo e inquietud de encontrar a alguien.

-Enano.

Ya volvíamos con el Taehyung habitual.

Lo miré fulminantemente. ¿Acaso tenía que ser estúpido siempre? ¿No podía controlar... ese impulso de idiotez? Él se rio, y sin previo aviso me tomó mano.

-¿Qué haces?  -Lo miré raro-  No me cojas la mano.

-Es solo para que no te descubran. No pienses nada raro -Avanzamos a paso rápido hacia una puerta de color oscuro que daba al exterior del edificio.

-Suélt-

No me dio tiempo a terminar la frase cuando después de guiñarme el ojo y hacer que me sonrojara violentamente, abriera la puerta y tirara de mi mano para empezar a correr como si nuestras vidas dependieran de ello -que, en verdad, ese era el caso-.

Nos alejamos rápidamente del edificio, mi mirada viendo como corríamos a toda velocidad pisando el barro de los campos del lugar. Nos alejamos unos cien metros del edificio y entonces empezamos a caminar, recuperando la respiración. Estábamos en medio de un bosque en plena noche de invierno, las ramas crujían bajo nuestros pies y se podían oír más chasquidos.

-Ahora no me sueltas la mano, eh.

Inmediatamente dirigí la mirada hacia nuestras manos que por algún extraño motivo estaban entrelazadas.

 Solté la mía y volteé mi cabeza hacia otro lado para que este no pudiera ver que me estaba sonrojando de nuevo.






















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro