Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10- Cuando los estereotipos son de más.

Me encontraba escribiendo en el puente del lago mientras pensaba diversas formas de continuar los versos que estaba creando. No me venía la inspiración y eso me irritaba; pues quería sacar todo el partido posible al poco tiempo libre que teníamos por las tardes.

Enfoqué mi vista al cuaderno de nuevo cuando algo cayó encima de las hojas que estaba leyendo.

-¿No te gustaba el rap? -Inquirió una vocecita tras de mí.

¿Qué? Observé el disco más de dos veces para comprobar que aquello era real. Abrí los ojos, giré varias veces el mismo y me levanté de pie de golpe: aquello era un disco de mi rapero favorito. Jimin, que se encontraba detrás de mí, tenía las manos metidas en lo bolsillos mientras me miraba sin ninguna expresión. Boqueé como un idiota y señalé al disco:

-¿Esto?

-¿Qué? ¿Quieres que me lo quede? -Dijo mientras me miraba algo confundido.

-¡Ni se te ocurra! -Un par de lagrimitas se escaparon de mis ojos- Oh, Dios mío.

Apreté el disco con mis dos manos mientras lo veía estupefacto y asombrado, ¿Me lo había comprado Jimin? Una felicidad inundó todo mi cuerpo instantáneamente. Estaba perplejo hasta el punto en el que las manos me temblaban. No me lo podía creer.

-Lo siento por haber leído tu libreta... pero debo admitir que escribes muy bien. Realmente pienso que deberías dedicarte a ello.

-No importa. Vamos a mi habitación, escuchemos esto juntos -Dije casi sin pensar.

Y caí en cuenta de lo que había dicho cuando el rubio sonrió de oreja a oreja y se me adelantó en camino al edificio. Me palmeé la frente: ¿Por qué no podía pensar un poco antes de hablar? Era demasiado estúpido, acababa de volver a debilitarme ante el chico, pero... no importaba. Quizás así podía enseñarle algo de cultura musical.



La noche había caído y la poca luz que daba la luna entraba por las rendijas de mi ventana cuando abrí la puerta de mi habitación. La ilusión me carcomía por dentro mientras me dirigía al interior de la misma en busca de un radiocasset para poder poner el disco.

-Esto es una pasada, Yoongi -Admitió el rubio cuando entró a la habitación.

-¡Ni se te ocurra tocar nada!

Y es que claro, me había costado días poder encontrar algunas figuras y discos envejecidos para poder decorar la habitación para hacerla mía como para que ahora viniera él a desteclarlo o romperlo todo. Lo mejor era que él mismo se quedara ahí quieto sin hacer nada, capaz y daba un paso y... mejor no quería imaginármelo.

Jimin alzó las manos en señal de paz y yo le lancé una mirada asesina. No me fiaba ni un pelo de él, y la verdad era que no sabía porqué demonios le había invitado a mi habitación a pasar el rato escuchando música. Me sentía estúpido.

Cuando por fin encontré el pequeño casset, lo tomé con cuidado y le saqué el compartimiento de las pilas casi de un puñetazo.

-Y luego me dice que este quieto para no romper las cosas -Dijo sarcásticamente Jimin.

Lo miré de refilón mientras colocaba unas nuevas pilas y volvía a cerrar el copartimento con la misma fuerza que había usado antes. Agarré el disco de rap como si fuera oro en paño y lo introduje en el casset con sumo cuidado. Me acerqué a la cama y me senté al lado de Jimin con el casset entre mis manos. Me sentía todo un privilegio al poder estar reproduciendo música de el mejor rapero del mundo.

Y así, la voz del chico inundó la habitación.

-Suena muy fuerte.

-Es lo que es -Expliqué-. Críticas sociales a gritos y versos.

-¿Eso es lo que tú quieres hacer?

Volteé la vista hacia él tragando en seco. Él me miraba con un puchero de niño pequeño en su cara que era poco habitual viniendo de la personalidad que poseía. Por un momento me perdí en su mirada olvidando por completo lo que me acababa de decir.

-Yoongi -Me dijo mientras su mirada se dirigía a mis labios-... lo siento -Murmuró.

Y quizás me hubiera resistido. Pero no lo hice. El tomó cara con sus manos pequeñas y a una velocidad extremadamente lenta acercó su cara la mía. Nos separaba a penas un milímetro cuando podía ver sus ojos cerrados y sus mejillas teñidas de un rosa leve. Su flequillo me hacía cosquillas en las mejillas, y yo ya sabía que iba a pasar, pero no pude evitar paralizarme cuando él juntó nuestros labios.

Era extraño. Se sentía como besar a un algodón de azúcar, tan suave, dulce y tierno a la vez. Él se apoyó un poco sobre mí mientras me acorralaba con la pared. No movía sus labios, solo se mantenía ahí sin hacer nada. Un amasijo de emociones se revolvieron en mi estómago mientras empezaba a notar el calor de las palmas de sus manos sobre mi cara.

Y no lo aparté. No sé que demonios era lo que me estaba pasando, pero no lo aparté.

El rubio se separó un poco de mí, lo suficiente como para verme a los ojos. No entendía nada, era como si sus ojos fueran lo único que yo necesitaba ver en aquel momento, pero no sabía porqué.

Un trueno hizo retumbar la habitación y así hacernos despertar de nuestra pequeña ensoñación. Nos alejamos el uno del otro como si nos repeliéramos y me llevé las manos a la cara sin poder evitarlo mientras se oía perfectamente cómo las gotas de la lluvia golpeaban con fuerza los cristales.

-¿Qué acaba de pasar? -Dije en un susurro a penas audible.

-Nosotros. Nosotros acabamos de pasar -Respondió en casi un gemido de dolor-. Y eso no es nada bueno.







--

No me di cuenta de lo que estaba sucediendo hasta que un par de gotas -que después se transformaron en una lluvia torrencial- chispearon mi cara. Abrí los ojos y vi como Taehyung me miraba con esa mirada que... que me ponía nervioso. Esa mirada que indicaba anhelo lejano, la que tenía cierto brillo en los ojos.

-Entremos a casa -Se levantó como si nada y empezó a caminar hacia las escaleras por las que yo anteriormente había subido hasta el tejado.

No le contesté nada y tan solo lo seguí. Un par de escalofríos recorrieron mi cuerpo y me sacudí. Al bajar las escaleras anduvimos hasta entrar a la casa de nuevo, siendo recibidos por el cálido aire que venía de la misma. Nomás entrar pude ver a Carmina, la abuela de Taehyung, tirando leña a una estufa.

-¡Oh, ya tardabais! ¿Acaso no veis la que está cayendo?

No me había percatado, pero teníamos el pelo prácticamente mojado al igual que nuestra ropa. ¿Cómo no me había dado cuenta de esto? Miré a Taehyung sobre mi hombro, quién sonreía tan despreocupadamente.

-No importa. Ahora le daré ropa a Jungkook -Me tomó del hombro y prácticamente me empujó hasta llegar a una habitación -¡Buenas noches, abuela!

-¡Buenas noches! -Le gritó esta desde el salón.

-¿Eh? No -Me resistí por un momento-. ¿No hay más habitaciones?

Miré casi con súplica al pelo teñido, pero éste solo me dedicó una media sonrisa y me terminó de empujar al interior de la habitación, cerrando la puerta tras él. Me quedé casi de piedra al encontrarme totalmente a solas con él dentro de la habitación. Y, es que claro, había estado a solas con él muchas veces pero... estar rodeados de cuatro paredes hacía más que asfixiante el asunto.

-Oye ahora no te pongas nervioso -Habló con los brazos cruzados mientras me miraba con diversión-. Debería de darte otra ropa.

-Supongo -Me encogí de hombros y él me dio un leve empujoncito en el hombro (pero de buenas).

Un trueno sonó demasiado fuerte entre toda la lluvia e iluminó toda la habitación, haciendo que me encogiera sobre mí mismo cubriéndome la cabeza sin siquiera pensarlo.

-¿Te dan miedo los truenos? -Inquirió de repente Taehyung.

-Negativo-.

-¿Te das cuenta? Los truenos resuenan entre toda la lluvia y aun así tú les temes. Quizás es como tú y yo, ¿No? Mientras yo trato de llamar tu atención y protegerte tú te escondes diciendo que no me necesitas. Pero en verdad te gusto, aquí hay algo, ¿Verdad? Porque tú a mí sí que me gustas.

---

Nosotros. Nosotros acabamos de suceder. Eso era lo que Jimin había dicho antes de que nos sumiéramos en un silencio demasiado incómodo y asfixiante para ambos, dejando que la voz del rapero fuera lo único que se escuchara.

-Jimin -Lo llamé-. ¿Puedo volver a besarte?

Y quizás esa fue la mayor estupidez que jamás hubiera podido decir. Pero lo había dicho, esas palabras acababan de salir de mi boca aun así quisiera retirarlas, el daño ya estaba hecho. Y la cosa es que siempre hay un poco de verdad en una mentira, que por algún motivo quería volver a tener contacto con los labios de Jimin. No tenía motivo alguno, simplemente quería su cercanía aun así supiera que era tóxica. Pero, ¿Por qué? No era nadie mejor que cualquier otro. Pero había algo dentro de mí que me estaba gritando: Hazlo. Todo eso sin pensar en las consecuencias que pudiera llegar a llevarme.

-Podemos... intentarlo -Se pasó las manos por los pantalones, simulando que se limpiaba sudor-. Pero esto no es bueno. Somos chicos, los dos.

-Tú pareces una chica.

Él rio y se acercó de nuevo a í y yo a él. Lo único que recuerdo de esa noche son sus labios pegados a los míos al igual que nuestros cuerpos, nuestras caras a simples milímetros. Recuerdo a la perfección la montaña de emociones que sentí por segundo aquella noche, pero ninguna que yo conociera.

Lo único que se repetía en mi mente era lo mismo: Jimin era un chico. No era natural ver a dos chicos juntos, pero... Jimin no se parecía taaanto a un chico. Tenía los mofletes, la forma de hablar y del cuerpo similares a los de una chica, de modo que no estaba cometiendo un error tan grande. Porque mientras lo besaba lo único que mi mente podía pensar era: "Deberías de ser una chica".

Pero Park Jimin era un chico. Era un hecho tan obvio como irreal para mí. Era tan obvio que dolía hasta la célula, porque estaba más que seguro que nadie podría tener una personalidad tan bipolar y unos labios como los suyos; ni una chica ni un chico.

Y es que lo que la sociedad debía entender era que la cosa no se trataba de chicos o chicas; no se trataba del sexo. Se trataba de a quien amabas, a quien querías a tu lado. Las personas son únicas e irremplazables, de modo que nunca podría encontrar a "Jimin en versión chica". Él era él, y eso formaba un nosotros. Toda la toxidad incluída y ligada al término.

---

Trataba pero no podía comprender a Kim Taehyung. Era tan complicado a la par que simple a la hora de decir u hacer las cosas que me confundía. ¿En qué momento estaba sucediendo todo aquello? Me sentía mareado a la par que con una sensación de vértigo que no se iba.

Me acomodé en la cama para dormir y él simplemente se acomodó a mi lado y pasó sus brazos alrededor de mi cuerpo y me atrajo hacia él. Y yo no opuse resistencia. Me habría negado si fuera otra persona, pero no era así.

Aunque es extraño, hay personas que son capaces de hacerte sentir completo. Es esa sensación de que todo está bien a pesar de no estarlo, de que estás en casa a pesar de no tenerla en forma física. Porque cuando el sentimiento es mutuo, encontrar a esa persona que te hace feliz es quizás de las mejores cosas. Pero yo y el...amor, no éramos compatibles. Nunca en mi vida había crecido en un entorno en el que me inculcaran el mismo, siempre había estado rodeado de odio insano.

¿Pero qué era esto entonces? ¿Sería que lo que sentía era solo por alguna especie de bajón emocional? ¿O era...amor?

-Buenas noches -Susurró en mi oído.

-Lo mismo -Un pequeño temblor adornó mis palabras, y al parecer él lo notó; porque hizo un poco de presión en el agarre que nos mantenía unidos y hundió su cabeza en mi pelo.



El amor es así: cuando crees que tienes algún sentimiento claro, se te desbaraja todo por completo.





























































































Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro