SONFONÍA MALDITA
El crujir de aquella madera lo hizo despegar sus párpados, aquellos hermosos orbes azul eléctrico salieron a la luz, o al menos uno de ellos, ya que el otro tenía una venda obstruyéndole la vista, después de tantos golpes, imposible no saliese dañado su ojo. Su mirada cansada viajó por toda su habitación intentando averiguar de dónde había venido aquel ruido. Sus labios rosados se fruncían por la baja temperatura del lugar, soltando vaho con cada respiración que daba. Sus pequeños pies descalzos y fríos como la nieve no hacían el más mínimo sonido al caminar. Dando pequeños pasos, cortos y curiosos, buscando la llegada de aquella azabache de orbes grises.
Allí estaba, la mujer de cabellos negros, con el alcohol recorriendo su cuerpo cansado de fiestar, caminaba haciendo zigzag, aguantándose de las paredes. Su mirada se posó sobre aquel pequeño cuerpo que la veía desde una esquina, temiendo de cuál sería sus reacciones al verlo despierto tan tarde, un nudo de nervios recorriendo su estómago.
—Mamá, ¿Estás bien?— preguntó con voz suave e infantil, colocando una mano cerca de su boca, para después morder sus uñitas.
—Levi...— lo vió con vista ida, recuerda haber dejado a su hijo durmiendo en su habitación —¡¿Qué haces despierto?! ¡¿No te he dicho que debes obedecerme?!— alzó la voz corriendo hacia él.
El pequeño la vió horrorizado, dando cortos pasos hacia atrás, pero para su desgracia, la pared no estaba de su lado.
Aquella frías y pequeñas manos temblaban al sentir la fuerte presión sobre su cuello, sin poder respirar correctamente balanceaba sus pies que ahora no tocaban el suelo. Sus lágrimas rodaban como diamantes brillantes desde sus ojos hasta sus mejillas ya acostumbradas a aquel trato. Tenía miedo, estaba aterrado.
Mirando la ventana, ya crecido, recordando aquellos horribles sucesos de ya hace 12 años, cuando solo tenía 7, pero que aún seguían presentes. Observaba las gotas de agua que jugaban con el transparente y sólido cristal. Aquellos ojos, los únicos que sabían que esa sonrisa que mostraba detrás de las cámaras era una de dolor y agonia. Con ojeras por tanto madrugar y escribir esas canciones que parecían interminables, las mismas que le obligaba a escribir su tío Kenny y su madre Kuchel, solo para vivir del dinero que le daba ser parte de la famosa banda No Name, de la cual él era su vocalista y pianista a la vez. A pesar de que ya fuese una costumbre le resultaba extraño que siempre hubiese alguien cerca o tocando a su puerta intentando hablar con él o hacer quien sabe Dios que cosa, era algo que no lo dejaba tranquilo, pero lo más raro es que últimamente los extraños lo querían más que su propia familia, si es que le tenían algo de cariño. Con millones en su cuenta bancaria y sin poder disfrutar de ellos solo para su seguridad... era infeliz, y la persona que podía hacer de su vida un sueño ya no estaba.
Arrastró un poco hacia adelante el banquillo negro con detalles plateados. Observó ahora aquel hermoso instrumento que le traía los más bellos pero a la vez horribles recuerdos de toda su vida. Pasó sus finos y delgados dedos sobre las teclas blancas perfectamente barnizadas y relucientes al igual que las demás partes del piano, acariciando su frialdad y dureza, luego los dirigió hacia aquel filoso objeto, aquella cuchilla con la que intentaba desahogarse todas las noches. Suspiró captando el aroma de humedad que inundaba el cuarto, pues la lluvia parecía incrementar con cada segundo que marcaba aquel pequeño reloj sobre la mesita de noche al lado de su cama. Todo estaba oscuro, solo la luna iluminaba aquel líquido escencial para nuestra existencia, el que era rojo vino. Este manchó sin compasión el color puro de las teclas blancas, en las cuales se reflejaba la cuchilla de metal frío, que ahora comenzaba a desgarrar con rapidez en un corte fino la muñeca izquierda del pálido chico de ojos azulados.
El objeto cayó al suelo al ser lanzado allí, dejándolo de lado, restándole importancia.
Pensó que seguramente él lo regañaría por hacer eso, pero si no lo hacía tal vez preferiría suicidarse, era poco para lo que sus ganas pedían, su muerte fue sencillamente demasiado, solo se mantenía con vida para hacer lo que hacía todas las noches y ahora mismo. Solo se setaba en el piano, recordando uno por uno los sucesos que se presentaron desde que lo conoció, todo era bello, hermoso, eufórico... hasta el final, cuando vió la luz de sus ojos apagarse y el agua ensangrentada de aquella tina.
Colocó sus blancas y finas manos sobre el teclado, comenzando a hundir sus dedos en él mientras la sangre caía de su mano hasta sus muslos, marchando allí su pantalón negro.
Su mirada lo decía todo, sinceramente odiaba, aborrecía, era incapaz de no sentirse triste y con ganas de morir o quitarse la vida al pensar en aquel castaño de ojos verdes que alguna vez lo hizo la persona más feliz del mundo.
Pero como todos saben...
No hay luz sin oscuridad...
Y eso fue algo que Levi Ackerman aprendió pagando un costo muy alto... verdaderamente alto.
La melodía del piano era suave, sin trinos o adornos, simplemente limpia. Recordó cuando se conocieron y una sonrisa boba se plasmó en su rostro... Después de uno minutos sus manos se movían más rápido, dándole algo de más dramaticismo a la canción sin vocalista. Un nudo grueso se hace presente en su garganta, recordando sus últimas palabras.
Te amo, Levi
Su vida no fue fácil, el destino parecía estar en su contra, fue tan compleja su aventura de amor que el ojiverde terminó clavándose aquel chuchillo en su corazón.
Aún lo recuerda...
Sonriendo...
Diciéndole lo mucho que lo amaba y que se cuidase, que siguiese con su vida y se olvidaste de él. En ese momento Levi no entendía a lo que se refería con esas palabras, no hasta que vió como su mano salía del agua y se enterraba ese maldito objeto filoso en su pecho. Solo pudo llorar, pidiéndole a Dios si es que había uno, que eso no estuviese pasando, que fuese a abrir los ojos y todo hubiese sido un sueño, una pesadilla. Pero para su desgracia todo era real, aquel líquido rojizo mezclándose con el agua cristalina lo hizo volver en sí y supo que era el final de su aventura... de su amor... de Eren... de su vida...
Se escuchó el "crack" de una de sus uñas romperse, de inmediato la sinfonía de detuvo y el chico cerró sus ojos aguantando el dolor. Era la uña del dedo índice de su mano izquierda, ya eran dos heridas en esa extremidad. La sangre comenzó a correr por allí y de casi al instante llevó su dedo a su boca, mientras con su otra mano secaba las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos anteriormente.
Todo en silencio, el holor pétrico, los relámpagos retumbando en el fondo y alumbrando de vez en cuando la sombría habitación...
De la nada...
Aquella melodía...
Aquella que recordaba haberla escuchado como si hubiese sido ayer...
A lo lejos, en el fondo, aquel violín de cuerdas finas siendo tocado por quién sabe quién.
Sus ojos se abrieron de par en par sorprendidos, escuchando la hermosa canción instrumental.
Muy fina y lejana, como si no viniese de este mundo.
Estaba shockeado, sin duda era esa, la canción que los unió en su primer encuentro, cuando el castaño tocaba su violín para una pequeña audiencia sonriéndole a las cámaras con sinceridad... fue por eso, por eso Levi se fijó en él, porque ese chico podía sonreirle a las camaras desde el fondo de su corazón cuando el azabache no podía ni llegarle a los tobillos en ese aspecto.
Sus ojos perdieron el brillo y se levantó del piano. Sus pasos, recorriendo ahora la tierra húmeda después de que había dejado de llover. Su mente en blanco, sus ojos llorando, la nostalgia, tristeza y agonía recorriendo su cuerpo.
Aquel llanto, aquella sangre, aquellas cuerdas frotadas por aquel arco de madera pulida. Notas al aire, acordes cifrados, trinos, escalas, ascendentes y descendentes, viendo el caminar de aquel castaño de ojos verdes.
Su mente seguía al tanto de todo y en sus cinco sentidos, en cambio su cuerpo lo desobedeció totalmente, sumergiéndose en aquella canción, aquella melodía, aquella sinfonía maldita.
Aún así sus ojos parpadearon varias veces, y aunque su vista se nublaba por las lágrimas que le provocaba aquella triste canción, pudo divisar a aquel chico, vestido de traje negro completo, perfectamente peinado y con aquel violín delicadamente colocado sobre el espacio entre su hombro y cuello. Se le acercaba, con pasos indetectables y aquella sonrisa que veía en sus sueños todas las noches. Los árboles rodeándolos, ya en el medio del bosque, Levi comenzó a correr en dirección a aquella "persona", pero era inútil, mientras más corría más se alejaba de aquel que parecía no tocar el suelo con sus pies, caminaba flotando, levitando en aquella sinfonía de aires de otro mundo y otra vida.
De repente, lo tenía ahí, frente a él, aún sin dejar de tocar aquel hermoso violín. Abrió sus ojos dejando ver sus iris verdes como las mismas esmeraldas. Tal vez fue por el hecho de que no podía moverse, pero no quizo decir algo o siquiera sacar un gemido de sorpresa, las lágrimas en sus ojos se detuvieron, el lo sabía, quien lo había llevado a su perdición había sido nadie más que él mismo, por el castaño intentar proteger la carrera de Levi fue que terminaron como ahora y el lo tenía presente en ese momento.
Una mueca comenzó a formarse en su rostro, los laterales de sus labios se levantaron suavemente y sus mejillas se tornaron rojas a la vez que curveaba su entrecejo hacia arriba, demostrándole la más hermosa sonrisa que era capaz de hacer con su rostro.
El tenía que recordarlo de igual forma, sonriendo...
—Te amo, Eren—
...diciéndole lo mucho que lo amaba.
La melodía del violín se detuvo al escuchar aquellas palabras, sonrió sin siquiera abrir sus labios para formular alguna palabra y volvió a colocar el arco sobre las cuerdas y frotarlas.
Seguido de esto...
Todo se volvió negro...
Sumergiéndose en el amor que transmitían sus ojos verdes...
Eso fue lo último que vió y quiso haber visto...
Una última vez...
Su más sincera sonrisa...
Todo regido por aquella canción...
Aquella Sinfonía Maldita.
FIN
Holis! Les gustó? Cómo ven es una historia muy corta, espero haya transmitido los sentimientos plasmados en la obra y se hayan deleitado con ella.
Muchas gracias por leer, dejen su voto y comenten si tienen alguna duda, lo agradecería muchísimo!
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