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Fanfare for the Common Man (Fanfarria para el Hombre Común)


Una vez más muchas, muchas gracias por continuar aquí y tomarse el tiempo de dejar sus sus comentarios, realmente alegran mi día, los leo todos a pesar de que no he podido contestar cómo se debe DaianaVelazquez, MaryPlaza8, Mkijud, RebeFernandez5, JessyHdl, AngelicaArrazolaHern, MaraGilMartnez, JennyR-73, crisalecbloom, GladysElizabethGrego, kari890212, ElizabethHernande381, BiancaCarrillo1, Marialuli66, iAkasha, SamanthaAndy1807, AliceKaeru, VanyMa3, WeiYingGusuLan, montirroch, IlmrTolkien, alba830404, CiomyBane, SoledadReyes709, Vany5ita, akumaquee, GrisslyMarquez, Mara_pudin, user30239949, Malecmine99, YilingLaozuLan, Beautiful-die, no_ytumama, Emmasagre, yolixluz, kaliope98, DianaMartel451, mamademia💜💛💜

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Y mil gracias a quienes continúan por aquí leyendo y dejando un voto. Igual que a los nuevos lectores 💛💚💛

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-"Espera, ¿a casa?"- preguntó Alec, las palabras de su madre lo sorprendieron por completo.

-"Sí mi amor, ¡hogar dulce hogar! Los médicos decidieron que tu cuidado postoperatorio y rehabilitación pueden realizarse en Nueva York con la misma facilidad que aquí. Ya hemos hecho los arreglos para contratar una enfermera privada y un fisioterapeuta mientras te recuperas en la comodidad de tu propia habitación. Yo tomaré una licencia médica familiar para poder supervisar todo, y tu padre está totalmente de acuerdo en que tu salud es nuestra prioridad número uno a partir de ahora. ¿No es así, Robert?"-preguntó Maryse deliberadamente.

-"Por supuesto, sí, nuestra prioridad número uno"- respondió Robert, en el momento justo.

-"Incluso ha pedido algunos favores para conseguirnos un avión privado con equipo médico para hacer que el viaje a casa sea lo más seguro y tranquilo posible"- proclamó Maryse con una sonrisa radiante y orgullosa- "Todo va a estar bien y nos aseguraremos de que estés como nuevo en poco tiempo"

La mandíbula de Alec se aflojó mientras miraba a sus padres excesivamente protectores, preguntándose cómo demonios sucedió esto- "Yo... ahm... no sé qué decir"- tartamudeó, incapaz de expresar cómo se sentía acerca de su plan tan cuidadosamente diseñado.

-"No tienes que decir nada querido, sólo descansa y déjanos manejar todo. Tu único trabajo ahora es recuperarte"- instruyó su madre, dándole palmaditas en la pierna con simpatía.

-"Pero no puedo irme así nada más, hay cosas aquí que uhhh... de las que necesito encargarme"- respondió Alec, tropezando verbalmente con su excusa pensando en su conversación con Magnus y en cómo le había dicho que quería quedarse hasta encontrar una manera de hacer que Sebastian pagara por lo que había hecho. Si se iba a casa ahora, entonces Sebastian ganaría.

-"No te preocupes, tu padre ya se ha comunicado con el festival, les informamos que enviaremos a alguien a la Casa Hendel para que recoja tus cosas. Prometo que tu chelo y artículos personales estarán en las manos más confiables"- le informó Maryse, parecían haber pensado en cada detalle.

Alec sintió una oleada de pánico moverse a través de su cuerpo. Todos sus artículos personales, incluida Stella, estaban en la casa de Magnus. Apenas había quedado algo en su antigua habitación. Si sus padres enviaban a alguien a empacar, no habría suficiente ni para llenar una maleta. Sintiéndose indefenso, sus ojos se posaron en Jace y le dirigió una mirada que decía: 'Si quieres ayudarme, ¡ahora es tu oportunidad!'

-"Señora Lightwood"- interrumpió Jace, después de haber interpretado rápidamente la petición de ayuda de Alec- "Sería un placer ir a por las cosas de Alec. Mi habitación está justo al lado de la suya y puedo traer todo antes de mañana por la mañana, no hay problema"

Maryse se giró hacia Jace, notándolo por primera vez- "Bueno, eso sería muy amable de tu parte... Lo siento, ¿cómo te llamas?"

-"Soy Jace, Jace Wayland. Yo fui quien los llamó el lunes por la noche. Soy amigo de Alec"- dijo Jace con nerviosismo, extendiendo una mano para presentarse.

-"¡Ah, sí, ya reconocí tu voz!"- exclamó Maryse como si acabara de desentrañar un gran misterio- "Gracias por llamarnos y por estar aquí para apoyar a Alec esta semana. Pareces un muy buen amigo"

Jace miró a Alec justo a tiempo para atraparlo rodando los ojos. Pero al parecer, estaba dispuesto a dejarlo desempeñar el papel de mejor amigo si eso significaba mantener a los extraños fuera de su habitación en Casa Hendel.

-"Mamá, ¿puedo hablar con Jace a solas, antes de que se vaya?"- le pidió Alec con un toque de molestia- "Necesito decirle algunas cosas en privado"

Robert tomó suavemente a Maryse por el codo- "Vamos a llamar a Max, son casi las 10:00 pm en Londres, creo que podemos alcanzarlo antes de que se vaya a dormir"

Maryse pareció dudar en marcharse, miró a Alec y Jace con escepticismo por un momento antes de que una divertida expresión apareciera en su rostro- "Oh, está bien, creo que hay algunos asuntos que no son adecuados para los oídos de una madre"- canturreó, dirigiéndoles una sonrisa de complicidad.

Alec se sonrojó, imaginando que su madre probablemente estaba pensando que había guardado condones y pornografía debajo de su colchón. Pero lo que fuera necesario para sacarla de la habitación valía la pena en este caso.

-"De acuerdo, escucha"- le susurró Alec a Jace después de que sus padres finalmente se marcharon-"Se supone que Magnus está trabajando en una historia para contarle a mis padres por qué necesito quedarme aquí. Así que debes ir a buscarlo ahora mismo y decirle que se apure. No hay manera de que salga de Colorado hasta que Morgenstern sea arrestado o lo encuentren boca abajo en un río"

Jace hizo una mueca al escuchar esas últimas palabras y lentamente se acercó para sentarse en el borde de la cama de Alec. Se dio cuenta de que había llegado el momento de decirle la verdad, aunque no sabía cómo- "Algo pasó"- murmuró Jace, mirando las mantas tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarle- "Y no estoy seguro de cómo decirte esto"

-"¿Decirme qué?"- preguntó Alec nervioso, sintiendo el repentino y muy serio cambio en el tono y comportamiento de Jace.

-"Magnus tuvo que dejar el hospital"- dijo Jace con gravedad- "Necesitaba volver a Aspen"

-"¿Se fue? ¿Por qué?" estalló Alec, sintiéndose conmocionado y traicionado. No podía entender por qué Magnus se iría sin decírselo. No ahora, no después de haber estado a su lado todo este tiempo, y especialmente no después de la conversación que habían tenido hace menos de una hora.

Jace odiaba alterar a Alec después de todo lo que acababa de pasar. La decepción que se extendió por su rostro al darse cuenta de que Magnus se había ido era desgarradora. Pero sabía que esta era la única manera- "Escucha, Alec, no sé cuánto tiempo tenemos antes de que tus padres regresen, así que voy a decir esto rápido"- dijo Jace en voz baja, sus ojos enfocados en acero- "Sebastian Morgenstern está muerto"

-"¿Muerto?"- jadeó Alec, las palabras de Jace le cayeron de sorpresa, lesionando sus costillas rotas mientras se contraían dolorosamente contra sus pulmones. La rápida respuesta causó un dolor abrasador que le atravesó el pecho.

Jace asintió- "Alguien le disparó, eso es todo lo que sé. Y Magnus tuvo que irse para hablar con la policía. Estoy seguro de que no quería dejarte, pero sintió que no tenía otra opción"

-"¿Lo asesinaron?"- conjeturó Alec, sus ojos se abrieron de par en par por el asombro.

-"Sí, así parece"

-"¿Pero quién?"- preguntó Alec, mirando a Jace en busca de respuestas.

-"No lo sé hombre"- respondió Jace, sacudiendo la cabeza- "Aunque no puedo decir que ese bastardo no se lo mereciera"

El rostro de Alec era una mueca de asombro, sus ojos aturdidos mientras trataba de entender lo que acababa de escuchar- "No puedo creerlo. De verdad, no puedo creerlo. ¿Qué dijo Magnus? ¿Está bien?"

-"Se veía bastante conmocionado"- confesó Jace, recordando cómo la ira de Magnus se había convertido en una mirada de absoluta devastación- "Quiero decir, él era su maestro, así que supongo que parte de él probablemente se siente mal. No lo sé, realmente no hablamos mucho con él. Acababa de oír la noticia y se fue"

-"Sí, su maestro"- murmuró Alec, dándose cuenta de que Jace no tenía idea de que Sebastian y Magnus eran hermanos. Magnus no le había dicho la verdad.

-"Me hizo prometerle que cuidaría de ti mientras él iba a encargarse de todo. Seguro que eras lo más importante en su mente"- agregó Jace, esperando aliviar un poco el dolor de Alec- "Así que cualquier cosa que necesites hombre, estoy aquí"

-"Simplemente no puedo creer que esté muerto"

Jace asintió de nuevo, su mente regresó al cuerpo de Sebastian, sin vida en el piso de la ducha, rodeado por un charco de sangre, con los ojos abiertos y fijos. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda- "Yo tampoco, parece que finalmente se cruzó con la persona equivocada. Ya sabes lo que dicen, el karma es una perra. No voy a pretender sentir pena por el chico. No después de lo que te hizo"- admitió Jace, sin arrepentirse de ninguna palabra. Quería que Alec supiera exactamente cómo se sentía- "Supongo que lo bueno es que alguien me salvó de ser yo quien ajustara cuentas con él. No había forma de que lo dejara escapar después de lastimarte"

Alec asintió sin decir nada, medio escuchando a Jace, pero principalmente pensando en Magnus y preguntándose cómo había tomado las noticias.

Jace se dio cuenta de la preocupación de Alec- "Oye, ¿estás bien?"

-"Sí"- murmuró Alec- "Supongo que debería sentirme aliviado. Quiero decir, no creo que pudiera haberlo hecho, ya sabes, matarlo yo mismo. No importa cuánto lo deseara"

Jace negó con la cabeza- "Clary dijo lo mismo de mí, y tal vez tiene razón. Pero supongo que ahora nunca lo sabremos"

Alec se sentó en silencio por un momento, dejando que todo el peso de la verdad se asentara sobre él. Sebastian había hecho de su vida un infierno durante dos meses. Lo había amenazado innumerables veces, lo había tratado como una completa basura y disfrutó de todas las oportunidades para hacerlo sentir miserable. Le había dado una paliza, su mano se había destrozado, probablemente terminó con toda su carrera, y todo porque era demasiado celoso y egoísta como para preocuparse por la felicidad de su propio hermano. Pero ahora estaba muerto, y Magnus se había ido, y Alec sabía en su corazón que todo había terminado. Un vacío comenzó a asentarse en el lugar donde había estado la rabia. No habría una compensación, ni una venganza, Sebastian había pagado el precio final y Alec finalmente podía dejarlo ir- "Jace, quiero que vayas a buscar mis cosas a casa de Magnus. Especialmente mi chelo, lo necesito"

-"Sí, por supuesto, hombre, como le dije a tu madre, estoy feliz de ir a buscar tus cosas. Puedo irme ahora mismo y volver antes de la mañana"- le aseguró Jace, ansioso por ayudar- "Pero tengo que preguntar, ¿significa que has decidido volver a casa?"

La expresión de Alec se había transformado lentamente de una mirada de asombro y duda a una calma pacífica y resuelta- "No hay nada para mí aquí"

Jace asintió solemnemente. Él entendió la decisión de Alec, pero no fue menos desgarradora- "Te voy a extrañar, ¿sabes?"- resopló Jace, luchando contra las ganas de llorar- "En serio, eres la mejor persona que he tenido el privilegio de llamar amigo, aunque sólo sea por un rato"

La boca de Alec se curvó ligeramente en una esquina, odiando admitir lo mismo. En muchos sentidos, echaría de menos a Jace. Extrañaría su humor, su arrogancia y su confianza audaz. A pesar de cómo habían resultado las cosas entre ellos, y la confianza que se había roto, no podía odiarlo, no en realidad. Sabía que habían compartido algo especial- "Tal vez si terminas mudándote a Nueva York como dijiste, ya sabes para estar con Clary, tal vez pueda verte por ahí"

Esa pequeña esperanza causó que una brillante sonrisa iluminara su rostro- "¡Eso sería genial! Quiero decir, sin presiones, pero si alguna vez quieres una competencia de shots de tequila a mitad del día, soy tu hombre"- Jace golpeó juguetonamente la pierna de Alec y le guiñó un ojo, mostrando su famosa arrogancia.

Alec sonrió, sin poder ocultar el hecho de que la idea sonaba bastante bien. Le gustaba pensar que algún día, en el futuro, podría dejar todo esto atrás. Todo lo que había sucedido, las mentiras, los secretos, la violencia, todo. No había garantía de que el tiempo curara todas las heridas, pero era algo que esperar- "No estoy seguro de que sea la mitad de entretenido sin un mesero que quiera arrancarte la cara"- bromeó Alec, incapaz de resistirse a la oportunidad de molestar a Jace.

-"Sí, dale tiempo"- se burló Jace- "Estoy seguro de que puedo hacer muchos nuevos enemigos"

Los dos se echaron a reír y Alec sintió un poco de paz al poder separarse de Jace en una buena nota. Tal vez un día él aceptaría esa oferta para tomar algo.

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Los picos de las montañas se recortaban contra el suave brillo anaranjado de la puesta del sol cuando Magnus conducía los últimos kilómetros hacia la ciudad de Aspen. El largo y solitario viaje había sido uno de los más difíciles de su vida. Cada kilómetro que ponía entre él y Alec era otro tirón del anzuelo metafórico que estaba enterrado profundamente en su corazón. El dolor físico de su separación, junto con su confusión sobre la muerte de Sebastian, era más de lo que podía soportar. Trató de calmar su cerebro con su lista de reproducción habitual de los clásicos de los 70, luego cambió a otra lista de reproducción que era pura música clásica, pero ni siquiera la música era un consuelo para él ahora. Nada podía hacer que dejara de pensar en las lesiones de Alec y la incertidumbre de su futuro como músico. Y nada podía sofocar el temor a que lo hubiera perdido para siempre. La sola idea de intentar vivir el resto de su vida sin Alec a su lado era inimaginable.

En cuanto a su hermano, incluso después de que pudo sobreponerse a la sorpresa inicial, todavía se sentía adormecido e incapaz de procesar lo que había sucedido. Desde un punto de vista lógico, no tenía sentido. El círculo de personas con las que Sebastián estuvo en contacto durante el verano era reducido. Los sospechosos más probables de quererlo muerto serían Alec y él mismo, pero, por supuesto, sabía que ambos eran inocentes. Los siguientes serían Jace y Clary, principalmente Jace, ya que antes había tenido encuentros con Sebastian y estaba igualmente devastado por el ataque de Alec. Pero él había jurado ser inocente del crimen, y Clary había respondido por él. La única persona que le venía a la mente era Ragnor, Magnus recordó su extraño comportamiento en el hospital y cómo se había ido sin despedirse. ¿Pero por qué motivo lo mataría? Apenas conocía a Alec y había prometido una lealtad de por vida a todos los miembros de la familia Morgenstern. No podía imaginar que traicionara a su padre asesinando a su hijo menor.

Con el ceño fruncido y la mandíbula tensa, Magnus condujo en silencio, reflexionando sobre los acontecimientos de los últimos dos meses. Parecía una eternidad desde que llegó por primera vez a este pequeño paraíso montañoso con la esperanza de tener un relajante verano. Pero ahora, deseaba más que nada encontrar una manera de reparar el daño que había hecho. Si no hubiera alentado a su hermano a asistir al festival, y si se hubiera negado a ayudarlo con su plan para crear el cuarteto perfecto, entonces Alec no habría sido herido y Sebastian seguiría vivo.

Esos eran hechos indiscutibles, y Magnus sabía que en el fondo no había nadie más a quien culpar. Su costumbre de ver todo color de rosa cuando se trataba de su hermano, en lugar de aceptar el monstruo que realmente era había puesto en peligro el amor de su vida. La abrumadora culpa sofocó sus pensamientos hasta el punto de que no podía salir de la desesperada situación en la que se encontraba. Fue un asalto implacable del que no pudo encontrar indulto, y temió que la vergüenza lo tragara por completo.

Al pasar por el aeropuerto del condado de Aspen-Pitkin, Magnus supo que sólo quedaban unos cinco kilómetros más para la estación de policía. Nunca había estado allí antes, pero la había pasado en muchas ocasiones conduciendo para entrar o salir de la ciudad. Había meditado si debería llamar primero para avisarles que estaba en camino, especialmente después de escuchar alrededor de media docena de mensajes de voz urgentes que le habían dejado. Pero al final, había decidido llegar sin previo aviso con la esperanza de que este signo de buena fe ayudara a eliminar cualquier sospecha que pudieran tener sobre su participación. Gracias a la televisión en la cafetería del hospital, sabía el nombre del jefe de policía, por lo que sería un buen lugar para comenzar.

Al entrar en el estacionamiento del Departamento de Policía de Aspen, Magnus notó que varias furgonetas de noticias de varias ciudades a los alrededores estaban estacionadas frente al edificio. Luego recordó que el reportero en la televisión había dicho que el jefe daría una conferencia de prensa hoy más tarde, supuso que estaría ocurriendo aquí en la estación. Al encontrar un lugar de estacionamiento fuera del camino, Magnus apagó el motor y se tomó un momento para respirar, lentamente, inhalar y exhalar, como un intento de calmarse antes de entrar. Sabía que era muy importante permanecer tranquilo y relajado mientras hablaba con la policía. Definitivamente querrían interrogarlo, pero tenía una coartada sólida para su paradero en los últimos días. Un sinnúmero de médicos y enfermeras podían verificar que su ubicación había estado justo al lado de Alec, mañana, tarde y noche. Su relación con la víctima, por otro lado, siempre había sido su secreto mejor guardado. Magnus no tenía intención de revelar a la policía, ni a nadie más, que era el hermano de Sebastian. Ese era un hecho que pretendía mantener enterrado.

Cuando Magnus se dirigió a la entrada principal de la estación, pasó por delante de varios miembros de los medios de comunicación que salían por las mismas puertas, cada uno de los cuales llevaba una carga de equipos y suministros de cámara. Escuchó atentamente mientras hablaban entre ellos.

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'Eso fue anticlimático'

'¿Qué esperabas de esta pequeña ciudad dormida?'

'¿Dónde puedo recoger una copia del informe del juez de instrucción?'

'Paul sacó algunas extra'

'¿Alguien quiere ir a cenar?'

'Sí, me muero de hambre'

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Magnus fingió que no estaba escuchando sus conversaciones a pesar de que estaba pendiente de cada palabra. Parecía que se había perdido la conferencia de prensa del jefe de la policía y, al parecer, la actualización no era lo que los miembros de la prensa esperaban escuchar. Nada realmente tenía sentido, pero la imagen que Magnus había estado esbozando en su mente estaba empezando a tomar forma.

Había una oficial sentada en un escritorio justo al lado de la puerta con aspecto cansado y con exceso de trabajo- "¿Puedo ayudarlo, señor?"- preguntó gruñona, habiendo visto a Magnus cuando entró.

-"Sí, estoy aquí para hablar con el Jefe Garroway"- pidió Magnus con toda la amabilidad que pudo, aunque su voz temblaba un poco por los nervios.

-"¿Quién es usted y en relación a qué?"- preguntó el oficial, mirándolo con escepticismo.

-"Mi nombre es Magnus Bane y estoy aquí para hablar con él sobre mi estudiante"- Magnus se detuvo un momento para tragar contra su garganta cerrada- "Sebastian Morgenstern"

La espalda de la oficial se enderezó como si alguien la hubiera atado por detrás- "¿Usted es el maestro del Sr. Morgenstern?"- preguntó ella mientras sus ojos lo miraban con incredulidad.

-"Sí, y creo que el jefe Garroway está ansioso por hablar conmigo"

La mujer se levantó bruscamente de su asiento, enviando la silla de su escritorio rodando hacia la pared detrás de ella. Hizo impacto con un ruido fuerte- "Le avisaré al jefe que estás aquí, por favor, siéntate, sólo será un momento"

Magnus realmente no tenía ganas de sentarse, había estado sentado en el automóvil durante tres horas y se sentía bien levantarse. Así que en lugar de eso, caminó hacia un tablón de anuncios en el pasillo que estaba lleno de informes de personas desaparecidas y de volantes de los más buscados. Escaneó las caras de los muchos extraños notando que la mayoría eran excursionistas desaparecidos. Por un momento se preguntó si alguno de ellos podría estar vivo, simplemente vagando por el desierto, perdido durante días y viviendo de la tierra. Se imaginó si una persona era lo suficientemente inteligente como para mantenerse caliente y encontrar agua fresca para poder sobrevivir durante mucho tiempo. Pero generalmente las personas perdidas en las montañas morirían de exposición a los elementos, no de inanición o ataques de osos, como algunos podrían suponer.

-"¿Señor Bane?"- preguntó una voz detrás de Magnus, causando que girara rápidamente- "Soy el jefe Garroway"- dijo el hombre, ofreciendo una mano a Magnus- "Gracias por venir, tuvimos oficiales intentando comunicarse con usted todo el día, pero no sabíamos si recibió alguno de nuestros mensajes"

El jefe Garroway asintió y continuó apretando la mano de Magnus con mucha fuerza- "Bueno, le agradezco que haya venido, si me sigue a mi oficina, podemos seguir hablando allí"

Magnus siguió al hombre alto y de hombros anchos a través de un laberinto de cubículos y oficinas hasta que llegaron a lo que parecía ser la oficina más grande que estaba completamente amurallada en vidrio.

-"Por aquí, señor Bane"- dijo el jefe, sosteniendo la puerta de su oficina abierta para Magnus.

Una vez dentro, el jefe cerró la puerta y se sentó detrás de su escritorio. Magnus siguió su ejemplo y se sentó en una silla vacía justo delante de él. Su corazón latía salvajemente en su pecho.

-"Primero que nada, Sr. Bane, ¿asumo que sabe la razón de nuestras llamadas?"

-"¿Algo le ha pasado a Sebastian?"- ofreció Magnus, tratando de sonar como si no estuviera seguro.

-"Sí, lamento confirmar que el Sr. Morgenstern falleció hoy por la mañana. Los representantes del festival nos dieron su nombre, nos dijeron que usted había sido maestro del Sr. Morgenstern durante bastante tiempo"

-"Sí, es correcto, desde que era un niño"- admitió Magnus, sintiéndose intimidado por la penetrante mirada y el tono autoritario del jefe. Definitivamente no era un hombre con el que quisieras cruzarte de malas y Magnus no tenía intención de esquivar sus preguntas.

-"Ya veo"- respondió el jefe Garroway, sacando una pequeña libreta del bolsillo delantero de la camisa para comenzar a tomar notas- "¿Y cuándo y dónde escuchó las noticias?"

-"Estaba en Denver, visitando a un amigo en el hospital, y vi el informe en la televisión. No dieron su nombre, por supuesto, pero reconocí su residencia en el fondo, fue cuando volví a ver los muchos mensajes de voz que recibí de su departamento y creo que simplemente sume dos más dos"- Magnus sintió que una sola gota de sudor viajaba a lo largo de su rostro mientras el jefe escribía las notas con diligencia.

-"Lamento su pérdida"

Magnus asintió y le devolvió una pequeña sonrisa apreciativa- "Gracias"

El jefe Garroway se aclaró la garganta y se incorporó un poco más en su silla. Parecía estar absorto en sus pensamientos mientras golpeaba su pluma rítmicamente contra su escritorio- "¿Cuándo fue la última vez que vio al Sr. Morgenstern?"- preguntó el jefe con franqueza, sin levantar la vista de su libreta.

Magnus se frotó nerviosamente las palmas de las manos sudorosas en la parte delantera de las piernas del pantalón- "Lo vi en el concierto del cuatro de julio el lunes por la noche, estaba actuando como solista"

-"¿Y cuál dirías que era su estado de ánimo esa noche?"- preguntó el jefe, levantando los ojos para encontrarse con Magnus, todavía tocando su pluma.

-"¿Su estado de ánimo, señor?"- preguntó Magnus, pensando que era algo extraño preguntar.

-"Sí, ¿lo encontraste agitado o molesto por algo? ¿Hubo algún problema familiar o personal que pesara mucho en su mente?"

Magnus parpadeó rápidamente, sus labios haciendo pucheros mientras su cabeza retrocedía con sorpresa- "No, no que yo sepa. Estaba muy emocionado de actuar y parecía normal"- Por supuesto, Magnus omitió la parte de que el ser normal de su hermano era en realidad un sociópata asesino. Esa parte la dejaría fuera.

-"Siento las preguntas intrusivas, sólo estoy tratando de establecer un motivo"- agregó el jefe, aún tomando notas furiosamente- "No sé si tuvo la oportunidad de escuchar la conferencia de prensa antes de llegar"

-"No, me fue imposible"- respondió Magnus con sinceridad- "Estaba conduciendo en ese momento"

-"Bueno, sólo para informarle sobre los aspectos más importantes, el forense del condado dictaminó que la muerte del Sr. Morgenstern fue un suicidio"

-"¿Suicidio?"- pronunció Magnus en shock- "¿Pero los noticieros dijeron que fue asesinado?"

-"Los oficiales que respondieron originalmente a la escena informaron el incidente como un tiroteo algo que fue escuchado por varias fuentes en los escáneres de la policía. Pero después de una investigación más detallada, se comprobó que la herida de bala era autoinfligida y el arma de fuego se recuperó de la escena sin signos visibles de un robo. El apartamento estaba asegurado, todas las ventanas estaban cerradas con llave y las puertas estaban cerradas con cerrojo desde el interior"

-"Ya veo"- reflexionó Magnus, sintiendo en su corazón que no había absolutamente ninguna manera posible de que Sebastian se hubiera disparado. Quienquiera que hubiera realizado esto había hecho un trabajo profesional. Se habían tomado muchas molestias para que pareciera un suicidio.

El jefe continuó- "Se encontraron residuos de pólvora en la mano del Sr. Morgenstern que coincidían con el arma que se encontraba a su lado, así como sus huellas digitales en el gatillo y el cañón"

Magnus asintió mientras su mente se tambaleaba a través de cada uno de estos hechos imposibles. No había manera de que nada de esto pudiera ser verdad. La policía había sido engañada, de eso estaba seguro.

-"También recuperamos una nota de la víctima, en lo que parece ser su letra por otras muestras que encontramos en el apartamento" --continuó el jefe para explicar.

-"¿Una nota?"- intervino Magnus, sintiendo que sus pulmones se apretaban mientras el miedo cortaba su respiración. Él no estaba preparado para esto. Lo que sea que estuviera en esa nota podría ser muy perjudicial para él. De hecho ya podrían haberlo atrapado en una mentira. Luchando contra el creciente pánico, Magnus se aferró a la parte inferior de su silla obligándose a permanecer indiferente- "¿Qué decía?"

-"El señor Morgenstern expresó profunda tristeza por el alejamiento de su familia. También confesó haber arreglado un ataque contra un compañero músico en la escuela. Un violonchelista llamado Alec Lightwood. Nuestro departamento había estado investigando este crimen durante los últimos días. ¿Tengo razón al suponer que ese es el amigo que ha estado visitando en el hospital?"- preguntó el jefe de inmediato, con los ojos entornados e inmóviles.

Magnus estaba anonadado. Su bien ensayado plan de parecer completamente honesto con la policía repentinamente dio un giro drástico. Necesitaba salir con algún tipo de historia, y rápidamente- "Si eso es correcto. He estado con él desde el lunes por la noche"

-"Ya veo"- reconoció el jefe, agregando más garabatos a su libreta- "Nuestros investigadores no lo tiene en la lista de testigos en la escena"

-"Me fui con el helicóptero al hospital... fue antes de que llegara la policía, y he estado allí desde entonces. No he tenido oportunidad de hablar con nadie, lo siento"- Magnus sintió que había cometido un error al venir a la estación. Jace había tenido razón, debió haber esperado hasta que el polvo se asentara.

El jefe asintió y siguió mostrándose escéptico- "Tengo que preguntarle, señor Bane, ¿cuáles cree que fueron las posibles razones para que el señor Morgenstern quisiera hacerle daño al señor Lightwood?"- los ojos del jefe se enfocaron con atención, esperando una respuesta.

-"Bueno, no puedo estar seguro"- respondió Magnus, tratando de mantener su fachada inocente- "Pero supongo que podrían haber sido celos, lo cual es bastante común entre los músicos"

El jefe se dirigió a una nueva página de papel, aparentemente anotando cada palabra que decía Magnus- "¿Sospechó que el señor Morgenstern pudiera estar involucrado cuando llegó por primera vez a la escena?"

-"Yo... en realidad no lo pensé"- tartamudeó Magnus, odiando el hecho estarle mintiendo en la cara a este hombre.

-"¿No pensó en quién querría lastimar a su amigo?"- preguntó el jefe con suspicacia.

Magnus se dio cuenta de que se estaba acorralando a sí mismo. Sus ojos se movieron rápidamente de un lado a otro mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas- "Supongo que asumí que fue un asalto, o un acto aleatorio de violencia"

El jefe Garroway colocó su libreta en el escritorio frente a él, luego se inclinó sobre sus codos y juntó los dedos- "Señor Bane, estoy aquí para ayudarle y la única forma en que puedo hacerlo es establecer cuáles son los hechos en este caso. Si tiene información sobre por qué el Sr. Morgenstern querría que el Sr. Lightwood fuera atacado o por qué se quitaría la vida, es imperativo que me lo diga. He hablado con la familia del Sr. Lightwood, así como con el padre del Sr. Morgenstern, y puedo asegurarles que la verdad saldrá a la luz"

La mente de Magnus se agitaba contra la información que el jefe le estaba transmitiendo con total incredulidad. Al llegar, pensó que sería el único al tanto de estos hechos y que podría elegir divulgarlos cuando lo considerara oportuno. Ahora las cartas habían cambiado por completo y él estaba tratando frenéticamente de reunir una especie de historia legítima de lo que había ocurrido sin parecer un completo mentiroso- "Pido disculpas si mis acciones en los últimos días parecen ilógicas. El Sr. Lightwood es mucho más que un amigo para mí, es alguien que amo profundamente. Así que me he centrado en su condición y en el tratamiento de sus lesiones. Admito que no he estado pensando en otra cosa"

El jefe recogió su libreta y comenzó a escribir de nuevo- "¿Así que no tenía ninguna inclinación a creer que el señor Morgenstern hubiera estado involucrado en el ataque de su novio?"

Magnus sintió que su corazón daba un vuelco al escuchar al jefe usar la palabra novio. Oh, cómo deseaba que eso fuera cierto. Pero ahora mismo sentía que Alec era alguien que apenas le daría la hora, y mucho menos lo consideraría su novio. Luchó contra la emoción cruda asociada a la palabra y luchó por continuar- "Sabía que mi estudiante estaba en el escenario cuando Alec fue atacado, por lo que nunca lo consideré un posible sospechoso. Pero realmente no he estado pensando con claridad en los últimos días"- Magnus se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano. No sabía si estaba más nervioso por las preguntas o por el pensamiento de que el jefe ya había hablado con su padre.

El jefe dejó de escribir y dio vuelta a varias páginas en su cuaderno, claramente buscando algo-"¿Tiene idea del paradero actual del Sr Jonathan Wayland o la Srta Clarissa Fray? Entiendo que estuvieron en un cuarteto este verano con las dos víctimas y me gustaría mucho hablar con ellos"

-"Sí, Jace y Clary son buenos amigos míos, y de Alec, han estado en el hospital justo a mi lado toda la semana. Están allí ahora mismo mientras hablamos"

-"Ya veo"- suspiró el jefe, luciendo cansado y un poco exasperado- "Bueno, parece que los cabos sueltos se atan cuidadosamente. Eso no suele ocurrir en casos como este"

-"Señor, si puedo preguntar, ¿dijo que habló con la familia de Alec?"- Magnus estaba muy interesado en saber exactamente lo que los Lightwood sabían.

-"Sí, los contacté personalmente hace unas horas para informarles que el autor del ataque de su hijo había sido encontrado y que ya había fallecido. Parecían muy aliviados y dijeron que se llevarían a su hijo de vuelta a casa en Nueva York"

-"¿A casa?"- Magnus se quedó perplejo, preguntándose cómo habían logrado arreglar eso cuando Alec salió de cirugía hace apenas unas horas.

-"Sí, creo que ella dijo a primera hora de la mañana"

El corazón de Magnus se hundió. Sabía que había una gran posibilidad de que Alec se fuera a casa pronto, pero pensó que tendría más tiempo con él mientras se recuperaba. Más posibilidades de explicar las cosas y estar bien- "¿Y también habló con el padre de Sebastian?"

-"Sí, su número estaba enlistado como contacto de emergencia en la escuela. Hablé con él esta tarde, justo después de que un representante del festival identificara positivamente su cuerpo. Le enviamos por fax el informe inicial del juez de instrucción y él no consideró necesario realizar una autopsia completa. Está enviando un avión privado para transportar el cuerpo del Sr. Morgenstern de regreso a California para su entierro. Una funeraria local está manejando los detalles"

Magnus se sintió aliviado. No realizar la autopsia significaba el final de las investigaciones, lo que significaba que ya no podría meterse en problemas por mentir- "Gracias, me aseguraré de ponerme en contacto con él de inmediato para ver si puedo ser de alguna ayuda"

-"Sí, parecía un buen hombre, aunque su acento británico me confundió"

Magnus se congeló, fue en ese preciso momento en que recordó que Sebastian había puesto el número de Ragnor como contacto de emergencia, no a su verdadero padre. Eso quería decir que fue él quien había recibido la llamada y se había hecho pasar por Valentine. Repentinamente, Magnus tuvo la certeza de que Ragnor sabía cómo había muerto Sebastian.

El jefe Garroway se tomó un largo momento para mirar a Magnus como si estuviera contemplando lo que iba a decir a continuación. Magnus sintió que estaba bajo el calor de una lupa mientras intentaba mantener la calma a pesar de que estaba completamente aterrorizado por dentro.

-"Bueno, creo que eso es todo por ahora, señor Bane"- dijo el jefe, levantándose y extendiendo un brazo para estrechar la mano de Magnus- "En estos casos claros de suicidio, tratamos de respetar la privacidad de la familia tanto como podamos. Por lo tanto, no preveo ninguna conferencia de prensa o atención policial adicional sobre el tema"

-"Gracias"- dijo Magnus, estrechando su mano y sintiendo que había esquivado una bala.

-"Si tenemos más preguntas, nos pondremos en contacto con usted"

Cuando Magnus se alejó rápidamente de la estación de policía y regresó al estacionamiento, su mente repasó con más tranquilidad todo lo que había descubierto. Él estaba oscilando a través de un millón de emociones diferentes. Confusión, incredulidad, conmoción e incluso miedo. No sabía qué pensar. Tan pronto como llegó a su automóvil, sacó su teléfono e inmediatamente llamó a Jace, quien afortunadamente contestó al primer timbre.

-"Magnus, ¿cómo te fue?"

-"No muy bien, ¿cómo está Alec?"

-"Está bien, pero ocurrieron algunas mierdas aquí después de que te fueras y tuve que decirle lo que pasó"

-"¿Cómo lo tomó?"- suspiró Magnus, deseando haber podido estar allí para decírselo personalmente.

-"Honestamente, parecía más preocupado por ti"

Magnus sintió que su corazón se agitaba al pensar que Alec estaba preocupado por él- "Por favor, dale las gracias y dile que estoy bien. El jefe me dijo que habló con los Lightwood y... ¿qué estaban planeando volver con Alec a casa?"

-"Sí, yo estaba allí cuando le dijeron. Estaba preguntando por ti, así que tuve que explicarte por qué te fuiste"

-"Está bien, él necesitaba saber la verdad"

-"Además, y probablemente no te va a gustar esto, me dirijo a tu casa ahora mismo"

-"¿A mi casa? ¿Aquí? ¿Por qué?"

-"Alec me pidió que fuera a buscar sus cosas"

Magnus sintió que el peso de las palabras de Jace aplastaba su alma como un martillo. Alec quería sus cosas, su ruptura realmente estaba sucediendo.

-"Magnus, no podía negarme"

-"Sí, por supuesto. Lo ccomprendo"- La dolorosa comprensión de que Alec lo estaba dejando irradió por todo su cuerpo provocando una reacción física tan intensa que se dobló contra el volante en agonía. La mano que sostenía su teléfono se derrumbó sin vida en su regazo y cerró los ojos con fuerza, rezando para poder despertar de esta pesadilla.

-"¿Magnus? ¿Magnus? ¿Sigues ahí?"

Magnus podía escuchar la voz de Jace desde el teléfono en su regazo. Dejó escapar un largo suspiro y volvió a llevar el teléfono a la oreja- "Sí, estoy aquí"

-"Dejé a Clary en el hospital con Alec, para vigilar las cosas. Ella me llamará si pasa algo. Yo debería estar en tu casa dentro de una hora, tal vez menos"

Magnus asintió con la cabeza contra el volante, aún con los ojos cerrados, deseando más que nada que tuviera más tiempo- "Está bien, te veré allí"

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-"Lo siento, las horas de visita han terminado y creo que el Sr. Lightwood necesitara dormir bien antes de su gran viaje mañana"- informó la enfermera a Clary, Maryse y Robert desde la puerta- "Todos son bienvenidos a primera hora de la mañana, por supuesto, estoy seguro de que también les vendría bien dormir un poco"

Clary se frotó los ojos con el dorso de las manos al darse cuenta de que había estado dormitando en la silla junto a la cama de Alec. Maryse Lightwood había estado hablando sin parar durante horas sobre sus planes para el cuidado de Alec y, afortunadamente, se había quedado dormida, evitando la tortura. Sentándose para mirar alrededor, notó que Robert Lightwood se había hecho una cama improvisada en el asiento junto a la ventana y parecía que también se había dormido.

Cuando los tres visitantes recogieron sus cosas y salieron de la habitación, la enfermera de Alec se ocupó de atender a su paciente. Colgó una nueva bolsa de solución salina en su soporte intravenoso y emparejó las mantas que se habían agrupado alrededor de sus pies.

-"Gracias"- suspiró Alec en el silencio, apreciando a su enfermera ahora más que nunca.

-"De nada, cariño. Tu madre, que Dios la bendiga, tiene una voz como la del conejito Energizer. Ella sigue, sigue y sigue"- bromeó la enfermera, riendo silenciosamente para sí misma.

Alec se rió junto con ella a través de su agotamiento, sus párpados se volvieron más pesados ​​cuando la habitación ahora tranquila comenzó a calmarlo "Ella tiene buenas intenciones"- murmuró Alec ya medio dormido.

-"Tu amigo que estuvo aquí antes, el joven de aspecto agradable con los ojos hermosos, era silencioso como un ratón por las noches. Por eso siempre lo dejaba quedarse. Era muy dulce y estaba tan preocupado por ti, no tuve corazón para sacarlo"- le informó a Alec alegremente mientras enderezaba las almohadas detrás de su cabeza.

Alec sabía, por supuesto, que estaba hablando de Magnus. A través de sus párpados caídos, podía ver su amable sonrisa mientras hablaba de él y eso hizo que su corazón se acelerará al pensar que él estuvo a su lado todo ese tiempo.

-"He sido enfermera durante más de 40 años, y he visto a muchas personas ir y venir. Algunos con finales felices, otros tristes. Nunca se vuelve más fácil, pero me encanta mi trabajo"

-"Y eres muy buena en ello"- murmuró Alec, sintiendo las cálidas mantas, que había levantado sobre él, comenzar a relajar su adolorido cuerpo.

-"Realmente te has conseguido uno de los buenos, según vi. No suelo ser testigo de un amor tan fuerte y desinteresado. Por la forma en que sostuvo tu mano, como si fuera tan preciosa como el oro y tan delicada como una flor, me recordó a una de esas viejas películas de guerra en blanco y negro. Ya sabes, donde el soldado está inconsciente, mientras que su lloroso amante muere de pena junto a su cama. Se preocupaba tanto por ti que los pobres técnicos de laboratorio apenas podían pasar junto él para extraer sangre sin que los atosigue con preguntas"

Alec sintió un nudo en su garganta imaginando a Magnus tal como ella lo describió. Montando guardia a su lado interrogando a todos los que entraban por la puerta, preocupado e inquieto como siempre se ponía cuando estaba nervioso. Y todas esas largas horas sentado aquí mirando a su cuerpo en coma, probablemente hablándole y disculpándose y una y otra vez. Torturándose por todo lo que había sucedido, culpándose a sí mismo por todo. Incluso después de sólo dos meses juntos, conocía a Magnus tan bien que podía verlo todo perfectamente en su mente.

-"Finalmente, al segundo día lo convencí de que por lo menos se cambiara la ropa sucia y tomara un vaso de agua. ¡Estaba preocupada de que tuviéramos que traer otra cama de hospital!"

Eso fue todo, la gota que derramó el vaso. Alec no pudo evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos al pensar que Magnus se negaba a dejarlo, ni siquiera para cuidar de sí mismo. Realmente no debería sorprenderle, después de todas las cosas maravillosas que había hecho por él desde el primer día en que se conocieron. Alec nunca se había sentido tan querido y valioso en su vida. El tiempo que pasaron juntos había sido una gran bendición, había sido todo lo que siempre había querido pero creía que nunca lo podría encontrar.

-"Lo siento mucho hijo, no quise hacerte llorar"- dijo la enfermera, notando las lágrimas que habían comenzado a derramarse por las mejillas de Alec.

-"No, está bien, me alegra que me lo haya dicho. De lo contrario no me habría enterado"- respondió Alec, con la voz quebrada y ronca.

-"Bueno, yo también me alegro. Eres un hombre muy afortunado de encontrar a alguien tan especial. Un amor así sólo se da una vez en la vida"

Con una tierna sonrisa, la enfermera apagó la luz de la cama de Alec y salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. En la oscuridad, con tan sólo el constante pitido del monitor cardíaco se permitió llorar. Soltando jadeos entrecortados, su pecho temblando contra sus vendadas costillas rotas, Alec lloró de la forma en que sólo se puede llorar cuando se sabe que estás completamente solo. Lloró por Magnus, y por la horrible pesadilla que habían pasado. Lloró por el amor perfecto que les arrebató un hombre que no tenía conciencia. Lloró por Stella, y sus ansias de abrazarla, por sentir la presión de sus cuerdas contra las puntas de sus dedos. Lloró por todo lo que había trabajado durante su vida y ahora lo había perdido. El dolor y el vacío lo abrumaron. Sentía que estaba cayendo de extremo a extremo en un profundo y negro pozo de desesperación. Literalmente, podía sentir su corazón rompiéndose en mil pedazos astillados, sus fragmentos irregulares cortándolo en lo profundo. Era el peor sentimiento del mundo. Una completa desesperanza. A través de sus fuertes sollozos, habló desesperadamente en voz alta a la habitación vacía, su voz era gruesa y temblorosa- "No sé qué hacer"- gritó- "No puedo soportar esto... simplemente no puedo"

En la oscuridad, esperando una respuesta que sabía que nunca llegaría, la mente de Alec estaba girando como una peonza, incapaz de aferrarse a algo que tuviera sentido. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y pasaron por sus orejas, empapando la funda de almohada debajo de él. Nunca se había sentido tan perdido y solo. Era el mismo sentimiento que tenías cuando intentabas imaginar el universo profundo e interminable. Ese miedo en la boca del estómago para el que su cerebro no tenía respuesta, cómo tratar de comprender el concepto del infinito o cómo el tiempo se alargaba sin fin. Era algo que no podía explicarse. Alec sabía que no podía quedarse en Colorado, pero tampoco quería irse. Sabía que sus padres querían lo mejor para él, pero ¿cómo podría algo volver a ser bueno sin Magnus? Era lo mismo que sentía por su música. La sensación del arco cuando lo pasaba a través de las cuerdas de Stella, ¿cómo podría la vida volver a estar completa sin él? No había respuestas a estas preguntas, porque no podía ver un futuro sin las dos piezas más importantes de él mismo. La música era, por definición, su corazón palpitante y el amor de Magnus la sangre que fluía a través de éste.

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Magnus giró la llave para abrir la puerta de su casa grande y vacía, sintiéndose extraño al estar de vuelta en casa. El entorno no le era familiar ahora, especialmente desde que estaba solo. Arrojó las llaves en un recipiente vacío junto a la puerta y de repente sintió una especie de déjà vu. Al mirar dentro de ese tazón pequeño, pensó en otro juego de llaves que usualmente tintineaba contra el suyo y se preguntó dónde podrían estar. Imaginó que la billetera, las llaves, el teléfono y los objetos personales de Alec que tenía en el momento de su llegada al hospital probablemente habían sido recogidos y guardados en algún lugar seguro. Pensando en el pequeño llavero con forma de violonchelo que le había regalado a Alec, deseó haber pensado en preguntarle a la enfermera dónde habían guardado sus cosas. Le hubiera gustado guardarlo como un recuerdo, dándose cuenta de que en realidad no tenía nada tangible para recordar a Alec. Por supuesto que tenía los recuerdos, se imaginó que se quedarían con él durante mucho tiempo. Pero después de haberlo llevado consigo durante varios días antes de dárselo a Alec, había algo atractivo sobre el peso del pequeño Chelo en su mano. La idea de sostenerlo ahora parecía reconfortante.

Encendiendo las luces de la cocina, Magnus se dirigió silenciosamente hacia el refrigerador. Después de la larga y estresante conversación en la estación de policía, su garganta estaba reseca. Mientras agarraba una botella de agua del estante superior, Magnus creyó escuchar voces que provenían de la habitación de al lado. Se detuvo en seco, esforzándose por identificar quién podría estar dentro de su casa. Estaba bastante seguro de que no debería haber nadie ahí, entró en pánico y sacó un cuchillo de cocina del bloque justo al lado de la tostadora. Las voces parecían provenir de la sala de estar, por lo que Magnus avanzó un poco, de puntillas, con el cuchillo extendido frente a él a la defensiva. Una vez que estuvo lo suficientemente cerca de la puerta, se asomó valientemente por la esquina para ver quién estaba allí. A la luz tenue de la luna, se encontró con un descubrimiento sorprendente.

-"¡Mi muchacho!"- exclamó Valentine, con una sonrisa asquerosamente dulce en su rostro- "¿Qué modos de saludar a tu viejo son esos? ¡Baja ese ridículo cuchillo  y ven a darme un abrazo!"

Magnus miró a su padre, parado audazmente en medio de su sala, y bajó el brazo- "¿Qué demonios estás haciendo aquí?"- murmuró horrorizado mientras una fría ola de miedo se deslizaba por su columna vertebral.

-"Vine a verte, por supuesto- declaró Valentine, separando los brazos, como si realmente creyera que Magnus iría corriendo hacia ellos- "Después de todo lo que ha pasado, quería asegurarme de que estuvieras a salvo"

Magnus captó un movimiento por el rabillo del ojo y se volvió para encontrar a Ragnor, que estaba junto a la barra, con el rostro pálido y una expresión grave- "¿Tú lo dejaste entrar aquí?"- le preguntó Magnus, sintiéndose traicionado.

-"Tu padre estaba bastante decidido a verte"- balbuceó Ragnor- "No aceptaría un no por respuesta"

Magnus tensó la mandíbula y también su agarre en el cuchillo cuando se volvió para enfrentar a Valentine una vez más- "Fuiste tú, ¿verdad?"- acusó Magnus, levantando el cuchillo con audacia, apuntando hacia el pecho de su padre.

-"¿Yo qué?"- exclamó Valentine, sus ojos brillaban alegremente como si encontrara toda la situación divertida.

-"Tú fuiste quién lo mató, ¿verdad?"- rugió Magnus, su brazo temblaba cuando enfrentó a su padre con lo que él sentía era la verdad obvia- "¡Asesinaste a tu propio hijo!"

La sonrisa de Valentine se transformó en un resplandor diabólico haciendo que a Magnus se le erizara la piel- "Ten cuidado con tus acusaciones, muchacho, me parece que alguien te hizo un favor hoy. Y deberías estar agradecido"

-"¿Un favor? ¿En serio? ¿Es eso lo que crees que fue?"

-"Magnus, no"- dijo Ragnor, en una advertencia temerosa, su cabeza se movió imperceptiblemente de lado a lado- "No hagas esto"

-"No Ragnor, está vez ha ido demasiado lejos. Asesinar a mi hermano, sin importar cuán enfermo y retorcido fuera, no me hizo un favor. ¡Este hombre es pura maldad"

Magnus se volvió de nuevo hacia su padre, el cuchillo todavía levantado- "Él no fue más que un títere para ti. Un experimento que salió mal. Abusaste de él, lo manipulaste, trataste de enseñarle a odiar sin conciencia. Querías que él siguiera tus pasos, ¿Y luego qué? ¿Te diste cuenta de que no podías controlar al monstruo que habías creado? ¿Hizo algo que no esperabas, así que era hora de deshacerse de él? ¿Fue asi?"

-"¡Ten cuidado con esa lengua, pequeño bastardo, mimado y maleducado!"- exigió Valentine, avanzando hacia Magnus, cerrando la pequeña distancia entre ellos.

-"¡No, no lo haré! ¡Ya he tenido suficiente de esto! No seguiré viviendo con miedo, encogiéndome como un niño bajo tu brutalidad por el resto de mi vida, ¡he terminado! Acabé con esta supuesta familia tóxica y destructiva de la que nunca quise formar parte en primer lugar. ¡Destruiste a mi hermano, y arruinaste mi vida! ¡Te odio!"- escupió Magnus, finalmente desatando los verdaderos sentimientos que había embotellado durante tantos años.

-"¿Tu vida?"- Valentine se rió- "¿Te refieres a la vida que tan gentilmente te di? ¡Toda esta riqueza y privilegio, todo lo que siempre quisiste desde que tenías 9 años, todo con tan sólo chasquear los dedos!"- exclamó enfurecido, gesticulando salvajemente hacia el lujo que los rodeaba- "¡No serías nada sin mí!"

-"¡No me importa tu dinero ni nada de esto!"- gritó Magnus, su odio ardía dentro de él con una furia incontrolada- "¡Prefiero vivir en las calles que recibir un centavo tuyo!"

El rostro de Valentine se contorsionó con un gesto de triunfo diabólico- "Oh, no lo creo, hay varios modos en que puedo mantenerte exactamente donde quiero. Comenzando con lo que queda de tu sucio juguetito"

-"¡No te atrevas a amenazar a Alec!"- gritó Magnus, cargando hacia adelante con el cuchillo en una furia cegadora, listo para hacer lo que fuera necesario para proteger al hombre que amaba.

Sin embargo, Valentine fue demasiado rápido, extendió la mano y agarró la muñeca de Magnus forzando el cuchillo hacia arriba hasta que la hoja de acero se colocó exactamente entre sus caras –"¡Tonto!"- gruñó Valentine, sus cuerpos enfrascados en una lucha mientras el cuchillo temblaba en su mutuo agarre- "¿Crees que puedes derrotarme? Eres tan ingenuo y patético como tu hermano"

-"¡Bien!"- gritó Magrit- "¡Entonces también puedes matarme, y hacer que parezca un suicidio! ¡Esa parece ser tu especialidad!"

Cuando las últimas palabras que pronunció se hicieron eco a través de las vigas de la cavernosa sala, Magnus se vio afectado por una espantosa comprensión. Sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa mientras miraba fijamente la expresión casi demoníaca del hombre frente a él- "Esta no es la primera vez... ¿verdad?"- la voz de Magnus temblaba mientras intentaba con todas sus fuerzas no soltar el cuchillo mientras su mente comenzaba a colapsar sobre sí misma como una casa de naipes- "Has hecho esto antes"

Un destello de fuego infernal se reflejó en la mirada de Valentine mientras su sonrisa maníaca se retorcía alegremente con la epifanía de Magnus- "Y voy a disfrutarlo mucho más esta vez"- confesó, agarrando la empuñadura del cuchillo con su otra mano soltándolo del ahora débil agarre de Magnus- "Así que puedes decirle a tu madre hola por mí ¡y los veré a ambos en el infierno!"

Levantó el cuchillo sobre su hombro derecho para golpear a Magnus justo donde estaba, cuando un disparo sonó por detrás de ellos, congelando el rostro de Valentine en un ceño fruncido.

Magnus se tambaleó hacia atrás, tropezando con sus propios pies y cayendo al suelo.

-"¡Magnus!"- exclamó una voz desde algún lugar de la habitación cuando Valentine se dobló sobre sí mismo, sus rodillas cedieron mientras caía al suelo. Por un momento sus ojos se fijaron en los de Magnus, mirándolo con incredulidad cuando una flor carmesí brotó del centro de su pecho, extendiéndose sobre la tela blanca como una rosa roja que abría sus pétalos. Se balanceó sobre sus rodillas, como si estuviera en equilibrio sobre un precipicio, y luego se derrumbó sin vida, su cabeza golpeando el suelo con un fuerte chasquido.

En el aire detrás de donde había estado Valentine había giros de humo que se disipaban rápidamente para revelar a Ragnor de pie, con el brazo extendido y una pistola en la mano.

-"¡No le dispares!"- la misma voz gritó de nuevo, corriendo desde detrás de Magnus, poniéndose frente a él, protegiéndolo con su cuerpo y los brazos extendidos.

Ragnor bajó su arma y la colocó en el suelo, luego retrocedió lentamente, con expresión aterrorizada.

Jace se volvió rápidamente- "Magnus, ¿estás bien?"- preguntó suplicante cuando notó el creciente charco de sangre que saturaba la gruesa alfombra blanca- "¿Estás herido?"- continuó mientras lo revisaba frenéticamente.

-"Estoy bien"- respondió Magnus débilmente cuando se desplomó contra los brazos de Jace- "No es mi sangre"

Ragnor levantó ambas palmas frente a él como señal de rendición mientras caminaba con cautela hacia donde Jace y Magnus estaban apiñados en el suelo- "Está bien, se acabó, ya no puede lastimar a nadie"- murmuró en voz baja, tan sorprendido como cualquiera al ver a Valentine tendido en el suelo.

-"Me salvaste"- balbuceó Magnus, mirando a Ragnor con asombro- "Le disparaste y me salvaste la vida"

El gesto de Ragnor se suavizó cuando se arrodilló junto a Magnus y le puso una mano en el hombro- "Lo siento, me tomó mucho tiempo. He sido un cobarde Magnus... por favor, perdóname"

Magnus se lanzó hacia adelante y rodeó a Ragnor con los brazos, apretándolo con todas sus fuerzas- "No hay nada que perdonar"- murmuró contra su hombro con aprecio, sabiendo que no había manera de agradecerle lo suficiente por lo que hizo. Este hombre había estado a su lado durante más de dos décadas y había dado su vida al servicio de una familia que no había hecho nada más que abusar de él, había sacrificado todo para liberar a Magnus del infierno. Nunca tendría manera de pagarle.

-"Ahora escucha"- dijo Ragnor, saliendo del abrazo de Magnus y agarrando con firmeza ambos brazos- "¡Ustedes dos necesitan salir de aquí, ya! Toma tu coche y el de Jace. Vuelvan al hospital y finge que nunca estuviste en la casa"

-"¿Qué? ¿por qué?"- preguntó Magnus, sin comprender cómo podría irse dejando el cadáver de su padre tendido en medio de su sala.

-"No sé cuánto tiempo tenemos, un vecino podría haber escuchado el disparo. La policía podría estar en camino. Los dos necesitan irse rápido, déjenme aquí para ocuparme de esto.

-"No, de ninguna manera"- Magnus negó con la cabeza en desacuerdo- "No puedo permitir que te culpen por todo esto. Él estaba enojado conmigo, este es mi desastre"

-"No, Magnus, créeme, esto cae sobre mis hombros. Todos estos años ignoré su villanía y corrupción. Tu hermosa madre, ella era tan inocente. Me culpo por lo que le hizo. Fui un tonto al confiar en él, su sangre está tanto en mis manos como en las suyas"

-"Pero irás a la cárcel, o peor. No puedo dejar que hagas eso"

-"Por favor, Magnus, déjame hacer esto, de lo contrario no podré vivir conmigo mismo"- suplicó Ragnor, sus ojos anegados con emoción y dolor.

Jace se levantó y caminó hacia la ventana, mirando hacia afuera para ver si había señales de la policía- "Si vamos a hacerlo, tenemos que irnos ahora"

Ragnor se puso de pie y levantó a Magnus. Luego los dos giraron simultáneamente hacia el cuerpo de Valentine, mirándolo con incredulidad.

-"La familia no se trata de la sangre, sabes, se trata de amor"- afirmó Ragnor, dándole a Magnus una suave palmada en la espalda- "Y te he querido como el hijo que nunca tuve. Tú eres mi familia Magnus, ahora y siempre"

Magnus se volvió y abrazó a Ragnor por última vez, las lágrimas corrían libremente por su rostro afligido- "Yo también te quiero"

Jace seguía mirando por la ventana. Manteniendo su mirada fija en el largo camino de montaña que conducía hacia la casa de Magnus.

-"Toma, llévate esto"- agregó Ragnor, agachándose para recoger el cuchillo de cocina del suelo y dárselo a Magnus- "Tíralo en el cañón en tu camino de regreso a Denver"

Magnus tomó el cuchillo, pensando en cómo Valentine lo había sostenido sobre su cabeza, listo para hundir la hoja en su pecho. Su propio padre, su estómago dio un vuelco al recordar.

-"Ahora vete, por favor"- imploró Ragnor, dándole a Magnus una sonrisa tranquilizadora- "Prometo que estaré bien"

Jace se apartó de la ventana y se acercó a Magnus en forma de apoyo. Los dos se retiraron, Jace regresó por la puerta principal y Magnus salió al garaje, ambos a sus respectivos autos, sin decir una palabra.

Ragnor se quedó en silencio, mirando a Valentine, su sangre ahora empapaba profundamente la alfombra haciéndola lucir casi negra a la pálida luz de la luna llena- "Tenías razón, viejo amigo, nunca hay suficiente espacio en la cima para dos reyes. Así que espero que ardas en el infierno toda la eternidad sabiendo que te gané en tu propio juego"

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Notas Finales del Capítulo por DownworldShadow:

¡Bueno, los villanos finalmente se han ido! ¡Gracias a Dios!

Ahora la pregunta es, ¿qué va a pasar entre Magnus y Alec? ¿Volverá Alec a Nueva York? ¿Se quedará Magnus en Aspen o volverá a California? ¡Tendrás que esperar hasta el último capítulo para averiguarlo!

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¿Qué les ha parecido? Espero les haya gustado. Este es técnicamente el último capítulo de la historia. Aunque hay un bonus al final así que serían dos capítulos para el final.

De nuevo mil gracias por leer y toda su paciencia. Que tengan buen fin de semana 😘🙂

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