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Eine kleine Nachtmusik (Un poco de música nocturna)

¡Hola!

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Y también muchísimas gracias quienes dejan su voto y siguen leyendo💜💛💜🎵

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Muchas dudas por las actitudes de Magnus, cuál creen que sea la razón, alguna teoría 🤔

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Un regalo para Alec. ¡Llego la gala!

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-"Te estás convirtiendo en un gran barista, Alexander"- elogió Magnus cuando Alec remató su café con una gruesa capa de espuma humeante.

-"Sí, una vez que descubrí que la mitad de los artilugios de esta maldita cosa eran inútiles, fue un paseo en el parque"- se quejó Alec mientras caminaba cautelosamente por la cocina con la taza de Magnus, tratando de no derramar su contenido.

-"Podría acostumbrarme a este tipo de servicio personal"- respondió Magnus, insinuante, mientras se estiraba para tomar la taza con ambas manos- "Me brinda la oportunidad de sentarme, relajarme y mirar tu hermoso trasero"

-"Eres tan superficial"

-"Y te encanta"- dijo Magnus con un guiño- "Ahora, siéntate y come algo, ¡hoy tienes un gran día!"

-"Ugh, ni me lo recuerdes"- gimió Alec, jalando una silla. Hoy era más que un gran día, era la primera actuación del cuarteto. Una lujosa reunión para recaudar fondos en beneficio del festival y la escuela, repleto de los residentes más ricos de Aspen. Incluso Jace, que normalmente era el miembro más relajado y confiado del grupo, quiso ensayar unas horas más la noche anterior para pulir las cosas hasta la perfección.

-"No te preocupes, querido, sé que estarán fabulosos. Ustedes cuatro son músicos brillantes y han pasado muchas horas ensayando esta semana. No tengo ninguna duda de que a esos vejestorios les encantará"- declaró Magnus con una sonrisa radiante.

Alec quería responder con un comentario sarcástico, algo acerca de tres músicos y un psicópata, pero logró mantener la calma. Trabajar junto a Sebastian durante dos semanas había sido una tortura, pero lo peor era saber que tenía esta profunda conexión con Magnus. Alec se sentía consumido por ello. Quería hacer un millón de preguntas, quería averiguar toda su historia... y tal vez, solo tal vez podría comenzar a entender todo.

Magnus estaba bebiendo lentamente su café latte mientras Alec permanecía sentado en silencio tratando de pensar en una forma de sacar el tema sin preguntar de verdad. No era muy bueno con este tipo de cosas, ser astuto o manipulador, pero tal vez había una puerta trasera.

-"Creo que quizás tuviste que hacer este mismo tipo de cosas, ¿cuando eras más joven?"- le preguntó Alec mientras agitaba un poco de azúcar en su café negro, sin atreverse a hacer contacto visual.

-"¿Qué tipo de cosas?"- preguntó Magnus, dejando su taza con suspicacia.

-"Oh, ya sabes, tocar en conciertos para vejestorios. Como galas benéficas y esas cosas"- Alec no levantó la vista, sólo se removió y contuvo la respiración, esperando que no se viera como demasiado entrometido.

-"Bueno, en realidad no. Principalmente fui solista. Excepto por mi breve paso por la filarmónica de Chicago. Pero eso ya lo sabes"- Magnus estaba empezando a contestar el interrogatorio. Miró a Alec ahora, tratando de obligarlo a levantar la mirada, pero Alec no se atrevió a moverse.

-"Sí, pero ya estabas tomando estudiantes, entonces. ¿Eso dijiste, verdad? Así que pensé que tal vez había cosas... que no sabía"- Alec realmente estaba presionando su suerte ahora. Podía sentir los ojos de Magnus fijos en la parte superior de su cabeza y no tuvo más remedio que dejar la cuchara y mirar hacia arriba para encontrarse con su mirada. La tensión era palpable.

-"¿Cosas que no sabías?"- cuestionó Magnus, levantando una ceja.

-"Bueno, me refiero a cosas que tal vez no eran de conocimiento común para la mayoría de las personas"- Alec trató de restarle importancia, pero Magnus era demasiado inteligente. Se miraron el uno al otro a través de la mesa, sin retroceder desde su postura.

-"Estoy seguro de que hay muchas cosas sobre mi vida personal que no eran de conocimiento común, Alexander. ¿Hay algo en particular que quisieras preguntarme?"- los ojos oscuros de Magnus estaban fijos en él y Alec sintió que empezaba a sudar. Estaba demasiado comprometido para volver atrás ahora. Magnus estaba definitivamente poniéndole atención, pero si retrocedía no sabía si tendría el valor de probar esta línea de interrogación nuevamente.

-"Bueno, supongo que tenía curiosidad por el momento"- Alec sintió que las palabras casi se detenían en su garganta. Se quedaron suspendidas en el aire durante un momento dolorosamente silencioso antes de que Magnus respondiera.

-"¿El momento de que?"- Magnus no iba a hacer que esto fuera fácil para él.

-"De... la enseñanza"- Alec no quería decir su nombre, pero estaba seguro de que Magnus ya sabía exactamente en qué estudiante estaba interesado. Habían estado evitando el problema toda la semana.

Magnus dejó escapar un profundo suspiro. Sus ojos se volvieron hacia la ventana como si estuviera examinando algo en la distancia- "Sí, yo era muy joven, eso es cierto. Pero acababa de graduarme en una de las escuelas de música más prestigiosas del país. No es difícil imaginar que haya un interés en mi conocimiento como instructor. De hecho, comúnmente estaba rechazando a los estudiantes que no parecían preparados para mi intensa ética de trabajo"

Alec podía sentir la aprensión en la voz de Magnus, pero su curiosidad estaba superando su inquietud- "Supongo que eso es lo que no tiene ningún sentido para mí"- continuó presionando Alec- "Por qué alguien con tu talento y fama perdería el tiempo enseñando a un niño pequeño que probablemente tenía apenas la suficiente edad para sostener un 1/16. ¡No me cuadra!"

La voz de Alec estaba empezando a elevar su tono, como solía hacerlo cuando sus emociones lo superaban- "¡Solo quiero saber por qué parece pensar que tiene algún tipo de poder sobre ti! ¿Y por qué no me dices la razón?"

Las pestañas de Magnus revolotearon cuando su mirada bajó de la ventana hacia su café con latte. Ahora estaba visiblemente molesto.

El corazón de Alec dio un vuelco. Sabía que en este momento lo había llevado demasiado lejos. Había pasado de ser inquisitivo a ser acusatorio. Que era exactamente lo contrario de lo que él había querido.

-"Mierda, lo siento Magnus. Estoy siendo un idiota. Honestamente, sólo dime que me calle"- dijo Alec en tono de disculpa, sintiendo una oleada de culpa atravesar su estómago.

Una pizca de una sonrisa parpadeó en las comisuras de la boca de Magnus cuando se giró y colocó sus dos palmas abiertas sobre las rodillas de Alec- "Alexander, escucha. Prometo que responderé todas tus preguntas. Quiero responderlas. Pero en este momento, esta no es una conversación para tener apresuradamente durante el desayuno. Tienes un gran día y yo necesito llegar a la escuela. ¿Podemos por favor hablar de esto en otro momento?"

Los ojos de Magnus eran hipnóticos. Alec sintió que la gravedad cambiaba mientras su cuerpo entero estaba siendo empujado lentamente hacia el oscuro y arremolinado iris-"Um, sí, está bien"- murmuró, sintiéndose fascinado. Su mente se nubló cuando Magnus se inclinó tan cerca que podía sentir su respiración.

-"Te prometo mi amor, hablaremos de todo. Tal vez este fin de semana podamos irnos. Salir de la ciudad por un par de días. ¿Cómo suena eso?"

Alec miró los labios de Magnus, estudiando cada inmersión y canto, la plenitud justo en el centro de su labio inferior, que era un poco más grande que el superior. Curvándose en una sonrisa perfecta, húmeda y acogedora. Alec se lamió los labios con anticipación- "Sí, eso suena bien"

-"¡Perfecto! Haré todos los arreglos. Podemos celebrar lo que sin duda será la recaudación de fondos más exitosa que haya visto esta escuela en años"

Alec no estaba tan seguro de eso. Pero con algo de tiempo lejos, sólo los dos... sin ensayos, sin Jace, sin Sebastian, sin distracciones, tal vez eso era lo que necesitaban. Tal vez entonces Magnus se sentiría más cómodo y finalmente se abriría sobre su pasado. Si no, Alec no sabía cuánto más paciente podría ser. La irritación diaria de las constantes bromas e insinuaciones de Sebastian sobre su conexión con Magnus estaban volviendo loco a Alec. Sentía que había un gran secreto en el que no estaba. Incluso Jace parecía apagado. Desde que había visto que él y Magnus tuvieron esa discusión en el auto el fin de semana pasado, todas estas pequeñas cosas se estaban acumulando y hacían que Alec se sintiera estresado. Aún peor que eso, sentía que las personas le ocultaban cosas.

-"Hablando de la recaudación de fondos, tengo que ir a reunirme con Jace en la ciudad alrededor del mediodía. Clary ha decidido que todos nuestros trajes tienen que ser iguales, algo sobre telas combinadas, no lo sé. Así que me preguntaba si podría dejarte en la escuela primero. ¿Si eso está bien? ¿Entonces tal vez podría prestar tu coche?"

Magnus sonrió como si Alec hubiera dicho algo absolutamente maravilloso- "Es gracioso que menciones eso, realmente tengo un favor que pedirte"- la voz de Magnus flotó con una seductora inclinación, saturando el aire a su alrededor con dulzura. Se inclinó acercando sus labios a una pulgada de los de Alec.

-"¿Necesitas un favor?"- respondió Alec en un susurro.

-"De hecho, sí. Vamos, déjame mostrarte algo"- Magnus rápidamente soltó las rodillas de Alec para ponerse de pie, dejando a Alec un poco aturdido.

-"¡Por aquí!"- Magnus extendió una mano para ayudar a Alec a levantarse.

Alec negó con la cabeza para salir de su momentánea desorientación y permitió que Magnus lo ayudara a levantarse. Lo siguió de vuelta a través de la cocina y cruzó el vestíbulo hasta otra sala estrecha que se separaba a la izquierda hacia el garaje. Magnus estaba unos pasos más adelante mientras avanzaban por el pasillo. Una vez que llegaron al final, sacó algo de un cuenco que había junto a la puerta y luego la abrió de par en par cuando Alec se acercó por detrás.

-"¡Wow!"- exclamó Alec mientras observaba la inesperada visión de un nuevo Range Rover color brillante negro metálico estacionado al lado de Maserati de Magnus. Era tan grande que hacía que el auto deportivo rojo pareciera un auto de payasos.

-"Sí, es una bestia, ¿no? El vendedor me dijo que era la mejor opción para conducir estas empinadas carreteras montañosas cubiertas de nieve en el invierno, pero admito que no es realmente mi estilo. De hecho, ni siquiera lo he conducido todavía"- dijo Magnus con toda naturalidad.

-"¡Es una locura!"- respondió Alec asombrado mientras caminaba hacia adelante para mirar más de cerca. Mirando a través de la ventana pudo ver que el suave interior de cuero gris claro todavía estaba cubierto de plástico protector- "¿Cuándo compraste esto?"

-"Ah, me aburrí ayer mientras estabas en el ensayo, así que fui a Glenwood Springs para comprar un poco"- confesó Magnus mientras cruzaba el lado del pasajero de la gran camioneta y abría la puerta- "Luego, anoche, mientras estabas fuera, decidí que quería comprarlo. Así que envié a Ragnor a buscarlo temprano esta mañana. ¡Entra y échale un vistazo!"

Alec abrió cautelosamente la puerta del conductor y fue golpeado de inmediato con el abrumador olor a auto nuevo. 'Este auto probablemente vale más que todo lo que tengo combinado'. Cuando se sentó en el asiento del conductor, notó la inesperada cantidad de espacio para las piernas. Normalmente, sus rodillas rasparían contra el tablero- "Vaya, genial"

-"El vendedor recomendó la distancia entre ejes extra larga para más comodidad"- dijo Magnus con orgullo.

-"Para tus piernas extra largas, ¿verdad?"- Alec puso los ojos en blanco y cerró la puerta. Se acomodó en el asiento, se relajó un poco y apoyó las manos en el volante. Estaba empezando a sumar dos y dos, pero no quería saltar a conclusiones por el momento.

-"Está bien, ¿no? ¿Te gusta?"- Magnus estaba sonriendo desde el asiento del pasajero como el gato que se tragó el canario.

-"Es muy bonito, sí"- dijo Alec lentamente- "Pero, ¿qué importa si me gusta? Es tu coche"

-"Bueno, como dije, tengo un pequeño favor que pedirte"- Magnus se movió en su asiento para inclinar su cuerpo hacia Alec, la expresión de su rostro ya confirmaba lo que temía que viniera después- "Realmente me estarías ayudando si pudieras... ya sabes... conducirlo un poco por mí"

-"¡Magnus!"- gimió Alec ruidosamente con molestia.

-"¿Qué? Sería de gran ayuda si pudieras estrenarlo, ya sabes, ¡estrenarlo! Asegurarte de que tengo el valor de mi dinero"

-"¿Estrenarlo? ¡No es un par de zapatos nuevos por el amor de Dios!"- exclamó Alec, golpeando sus manos contra el volante.

-"¡Podrían haberme vendido una chatarra! Y para cuando llegue el invierno, será demasiado tarde para reclamarlo"

Alec estaba estupefacto, sus manos gesticulando salvajemente frente a él- "¿Esperas que crea que compraste este auto gigante con espacio extra largo para tus piernas? ¿Y ahora quieres que yo lo conduzca como un favor? ¡Vamos! ¡Ni siquiera estarás aquí en el invierno!"

-"¡Podría!"- dijo Magnus a la defensiva- "¡Tal vez voy a empezar a esquiar! ¡O hacer skateboard! ¡O lo que sea que estén haciendo los chicos estos días!"

Alec se giró para mirar hacia adelante, cruzando los brazos con un suspiro- "¡No me vas a dar este auto!"

-"¿No me harás este pequeño favor?"- Magnus frunció el ceño dramáticamente.

-"Regar tus plantas es un favor. ¡Esto es ridículo!"- Alec se mantuvo firme.

-"¿Por favor?"- rogó Magnus usando su tono dulce más meloso.

La boca de Alec se abrió, no estaba preparado para ser golpeado con una mirada tan lamentable- "¿En serio me estás poniendo ojos de cachorrito ahora?"

-"¿Por favorcito?"- arrulló Magnus, batiendo las pestañas y poniendo morritos.

-"No juegas limpio"

-"Significaría mucho para mí si lo manejaras. Sólo piensa, no más rogarle a Jace que te lleve a los ensayos, puedes ir y venir cuando quieras. Además, hay mucho espacio para Stella en la parte de atrás"- Magnus realmente se la estaba poniendo difícil.

-"Puedo alquilar un auto"- dijo Alec como un último intento de disuadirlo.

-"Eso es una tontería, ¿por qué alquilar un auto cuando hay uno perfectamente bueno aquí?"- respondió Magnus, con los brazos separados como un presentador de juegos.

-"¡Es tan... extravagante!"- insistió Alec.

-"¿Me conoces?"- respondió Magnus con ambas cejas levantadas.

Alec volvió a poner los ojos en blanco- "¡Es demasiado!"

Magnus extendió la mano y tomó las dos manos de Alec, tirando de ellas hacia su pecho. Sus ojos se encontraron- "Primero que nada, no hay nada en esta Tierra demasiado bueno para el hombre que amo"- dijo Magnus, levantando las manos de Alec para besar dulcemente la parte superior de cada una- "Y en segundo lugar, te mereces esto, mi amor. Esto y mucho más"

Alec exhaló profundamente, encontrando imposible mantenerse fuerte cuando Magnus lo miraba con tanto amor y devoción.

-"¿Por favor déjame consentirte un poco? Me haría muy feliz"- rogó Magnus, sus ojos brillaban.

-"¿Ahora me estás haciendo sentir culpable?"

Una sonrisa astuta se extendió lentamente por el rostro de Magnus- "¿Está funcionando?"

Alec dejó caer su cabeza hacia atrás en derrota- "No puedo creer que me hayas comprado un coche. Esto es una locura"

Magnus aprovechó el colapso de las defensas de Alec para llevar el punto a casa- "Solo piensa, ¡podemos usarlo este fin de semana! Hay un montón de espacio para equipo de camping... o bolsas de compras. ¡Oh! ¡Podríamos ir a comprar antigüedades! ¡O podríamos conseguir kayaks! ¡O bicicletas de montaña!"

Alec levantó sus manos para frotar vigorosamente su cara cansada. Luego se enroscó los dedos en la parte superior de su cabello y lo apretó con fuerza, completamente exasperado- "¡De acuerdo, de acuerdo, bien! ¡Capto el punto!"- Alec no podía aguantar más las tácticas de alta presión de Magnus. Sabía que no había manera de ganarle, ni en esto, ni en nada- "Manejaré tu auto, como un favor para ayudarte. Pero recuerda, ¡este es tu auto, no el mío! ¿Está bien? De lo contrario no hay trato"

-"Ves, no fue tan difícil"- declaró Magnus mientras metía la mano en el bolsillo y sacaba algo brillante, luego lo empujó contra el pecho de Alec- "Ten, algo para endulzar el trato"

Alec tomó la ofrenda. Era una sola llave de automóvil junto a otra que parecía ser la llave de una casa, ambas en un aro resistente que, al inspeccionar más de cerca, tenía un diminuto chelo plateado colgado.

-"Noté que tu llavero era solo un anillo de metal terriblemente barato, así que te conseguí uno nuevo"- Magnus sonrió, su rostro irradiaba alegría.

Alec sintió que se le formaba un nudo en la garganta cuando le dio la vuelta al diminuto violonchelo y vio que Stella estaba grabado en la parte de atrás. Pasó el pulgar por las letras cursivas y tragó saliva. Sin duda era el gesto más dulce, y probablemente la cosa más preciosa que alguien le haya dado en su vida. Mucho más significativo que incluso un automóvil.

-"Mags"- Alec se atragantó, casi al borde de las lágrimas.

-"Shhh, no digas otra palabra. Sé que soy maravilloso"- bromeó Magnus mientras se inclinaba sobre la consola y encontraba los labios de Alec en un beso- "Y es mejor que te acostumbres, porque planeo regalarte regalos, felicitaciones, muestras de afecto y cualquier otra cosa que pueda darte tan a menudo como pueda. Hasta que nunca sientas un solo momento de duda en mi amor por ti"

Alec sonrió con su propia sonrisa torcida, el más leve sonrojo adornando sus mejillas. Se sentía abrumado por el derramamiento de amor de Magnus, especialmente porque no hace cinco minutos, Alec básicamente lo había acusado de mentir sobre su pasado.

-"Me encanta"- admitió Alec suavemente, presionando su frente contra Magnus- "Y tú también"

Sus labios se encontraron con un apasionado beso que hizo que Magnus se inclinara aún más, prácticamente subiéndose al asiento de Alec.

-"Puedo pensar en otra razón por la que todo este espacio adicional para las piernas podría ser útil"- murmuró Magnus contra la boca abierta de Alec enviando un hormigueo de corriente eléctrica a través de su cuerpo.

Alec sintió que su ritmo cardíaco aumentaba cuando Magnus presionó su pecho aún más cerca, su calor lo rodeaba- "¿Pensé que tenías prisa por llegar a la escuela?"

-"Pero te ves tan sexy al volante de tu auto nuevo"- ronroneó Magnus mientras deslizaba su mano entre los muslos de Alec.

-"¡Te refieres a tu auto nuevo!"- lo corrigió Alec, moviendo sus manos hacia arriba colándose debajo de la camisa de Magnus sintiendo la suave y sedosa piel de su espalda.

Magnus no pudo resistirse a arrastrarse el resto del camino sobre la consola y se sentó a horcajadas sobre el regazo de Alec- "Hmm, ahora todo lo que quiero hacer es bautizar este auto correctamente"- sugirió, posicionado sobre Alec con las manos entrelazadas en la parte posterior de su cabello, sujetándolo firmemente con ambos puños.

-"¿Es por eso que dejaste el plástico en los asientos?"- preguntó Alec sin aliento y jadeando cuando Magnus comenzó a besar su cuello y apretar sus caderas contra él.

-"Siempre me gusta estar preparado"- susurró Magnus contra la fuerte línea de la mandíbula de Alec, forzando su cabeza hacia arriba para exponer toda la longitud de su cuello. Cubrió la tierna carne con besos, arrastrando su lengua a lo largo de la clavícula de Alec y detrás de su oreja. Luego, soltando su cabello, Magnus pasó una mano por la parte delantera de la camisa de Alec para ahondar detrás de la cintura de sus pantalones cortos. Ansioso por ver qué le esperaba.

Alec tomó una fuerte inhalación cuando Magnus agarró su ya firme erección.

-"Mmmm, alguien está listo para jugar"- ronroneó Magnus contra la piel caliente de Alec, tirando de él y apretándolo con fuerza en su mano experta.

Alec movió involuntariamente sus caderas, empujándose contra el toque de Magnus. Inclinó su cabeza hacia adelante para encontrar su boca de nuevo, atacando con avidez los labios separados de Magnus, mordiéndolos con sus dientes antes de hundir su lengua profundamente en su interior.

Magnus devolvió los profundos y apasionados besos de Alec con fervor mientras deslizaba su mano arriba y abajo de su eje con movimientos largos y constantes. La presión hizo que Alec respondiera vocalmente con gemidos placenteros.

-"Me encanta cuando te pones ruidoso, cariño, no te detengas"- Magnus suplicó entre jadeos para respirar. Alec obedeció dándole un quejido agudo a cambio, lo que hizo que todo el cuerpo de Magnus se pusiera rígido- "Mmm, sí, me estás matando ahora mismo"

Alec sonrió pecaminosamente, amando el hecho de que podía hacer algo para desquiciar a su novio mucho más experimentado. Alcanzó el cinturón de Magnus y comenzó a sacarlo ansiosamente de su hebilla- "Si ya llegas tarde podríamos hacer que valga la pena"- declaró Alec, y rápidamente tenía los pantalones de Magnus desabotonados para igualar el campo de juego.

Magnus se alzó sobre sus fuertes y musculosos brazos, llevando sus piernas entre las de Alec para que ambos pudieran bajarse los pantalones y bóxers hasta el piso. Una vez desnudos de cintura para abajo, Magnus levantó con entusiasmo las piernas de Alec presionando firmemente contra la parte posterior de sus muslos. Esta posición hizo que una de las largas piernas de Alec se extendiera hacia el descapotable, con el pie atrapado en el pestillo. La otra pierna se extendió por la ventanilla del lado del conductor, dejando que su pie descansara en el tablero.

-"Ahora te tengo justo donde te quiero"- gruñó Magnus mientras observaba a Alec debajo de él, listo y esperando. Sus ojos ardían de lujuria cuando se llevó tres de sus propios dedos a la boca y comenzó a chuparlos con seriedad. Alec miró, sus ojos fijos en la boca de Magnus, retorciéndose con anticipación.

-"¿Es esto lo que quieres?"- preguntó Magnus con una sonrisa diabólica mientras colocaba sus dedos húmedos contra el apretado anillo de músculos de Alec.

-"Sí"- gimió Alec empujándose contra la mano de Magnus, deseando sentir sus dedos dentro de él.

Magnus se retiró de nuevo, agregando más humedad, luego hundió su dedo medio profundamente en Alec, enviando su cabeza volando hacia atrás contra el reposacabezas, sus manos apretadas desesperadamente contra el fondo del asiento.

-"Joder"- gritó Alec. Su cuerpo se retorcía.

-"¿Me quieres?"- ronroneó Magnus.

-"¡Dios sí!"- rogó Alec.

-"¿Cuánto?"- lo provocó Magnus.

-"Demasiado... por favor"- suplicó Alec, su voz temblaba.

Magnus apartó la mano y buscó a tientas debajo del asiento hasta que sacó su billetera del bolsillo de sus pantalones. Luego lo abrió y extrajo un pequeño paquete del interior. Llevó el paquete a los dientes y lo abrió con un gesto elegante, luego comenzó a apretar el contenido en sus dedos.

-"¿Tienes lubricante en tu billetera?"- preguntó Alec, sorprendido.

-"Como dije Alexander, siempre me gusta estar preparado"

Pronto Alec sintió que la frialdad se extendía a través de su abertura, su corazón latía fuera de su pecho- "Apresúrate"- gimió, su cuerpo incapaz de aguantar un minuto más del tormento.

A los pocos segundos, Magnus los había preparado a ambos, sus manos volvieron a presionar firmemente en la parte posterior de los muslos de Alec una vez más. Separando suavemente a su amante, la penetración llegó por fin, y fue exquisita. Los ojos de Alec se volvieron hacia atrás y su boca se aflojó cuando Magnus lo llevó a ese lugar de éxtasis en su mente donde el resto del mundo desaparecía.

-"Mi ángel"- suspiró Magnus mientras observaba el estado de felicidad de Alec. Su boca abierta, sus ojos cerrados, y su cabello ya cubierto de sudor. Su cara generalmente pálida se sonrojó de color carmesí, Magnus no pudo resistirse a llevarse más profundo solo para ver su reacción- "Te sientes tan bien, cariño... eres tan jodidamente perfecto"

El interior del auto era como una sauna, Alec podía sentir el sudor corriendo por su cara y cuello. Los sonidos provenientes de ambos cuerpos encendidos llenaron el pequeño espacio, envolviéndolos en una rapsodia de gemidos apasionados. El ángulo inclinado del asiento del automóvil intensificaba los arrebatadores golpes contra el punto g de Alec, su cuerpo temblaba con cada uno de los empujes de Magnus. Él movió sus manos desde la parte inferior del asiento y las llevó al rostro de Magnus, acercándolo a él. Sus bocas jadeantes luchaban por conectarse cuando las caderas de Magnus chocaron contra Alec una y otra vez, como las olas del océano hacia una costa rocosa. Cada vez que sus labios lograban rozar los de Alec, sus músculos se apretaban alrededor de su pene, lo que hacía que se enterrara aún más profundamente en su interior.

El intenso calor y la fricción, junto con la adrenalina del juego improvisado en el automóvil, estaban llevando a Magnus más rápido de lo normal. Alec podía sentir su cuerpo tensándose entre sus piernas mientras su aliento llegaba en cortas ráfagas entre los dientes apretados. Sabía que estaba cerca. Alec abrió los ojos justo a tiempo para ver la mirada eufórica cubrir el rostro de Magnus, lo que a su vez hizo que cediera a su propia liberación. Los dos hombres se juntaron gritando mutuamente sus nombres y luego se derrumbaron en una pila de extremidades sudorosas y pechos agitados.

-"Jesús"- exclamó Alec- "Eso fue jodidamente increíble"

-"Definitivamente conservaremos este auto" gimió Magnus, con el rostro hundido en el cuello de Alec.

-"Odio decirlo, pero creo que oficialmente llegarás muy, muy tarde"- murmuró Alec contra la oreja de Magnus. Su cuerpo era una pila deshuesada de gelatina sobre su pecho.

-"A la mierda, no me importa"- gimió Magnus, apenas capaz de recuperar el aliento.

-"Además, creo que hemos agotado todo el oxígeno dentro de este auto"- admitió Alec con una risita ahogada- "Tenemos que salir de aquí o vamos a morir"

Magnus se despegó lentamente de Alec y extendió la mano para abrir la puerta del auto, enviando una brisa agradable a ambos cuerpos. Se las arreglaron para salir, agarrando sus pantalones de la maraña en el suelo a medida que avanzaban, y se dieron cuenta rápidamente de que ambos necesitarían duchas y ropa nueva antes de que cualquiera de ellos pudiera ir a cualquier parte.

-"Entras, yo me encargaré de esto"- dijo Alec, haciendo un gesto hacia el asiento del automóvil, ahora hecho un desastre.

-"Calentaré la ducha"- dijo Magnus con un guiño mientras se daba la vuelta y se dirigía a la casa.

Alec se quedó solo en el garaje, su mente finalmente fue capaz de despejarse de la niebla inducida sexualmente que siempre creaba estar alrededor de Magnus. Se dio la vuelta y comenzó a retirar lentamente lo que quedaba de la cubierta de plástico en el asiento, dejando que los eventos que simplemente tuvieron lugar se repitieran en su mente. Magnus no solo había evitado sus preguntas en el desayuno, haciéndolo sentirse culpable por siquiera haber preguntado, sino que también había redirigido la conversación por completo y, de alguna manera, había logrado convencerlo de que aceptara un auto nuevo ridículamente caro.

¡Vamos, Lightwood, no eres tan ingenuo!

Enojado arrugó el plástico en una bola apretada y la arrojó al contenedor de basura. La frustración regresó a su mente junto con todas las dudas y temores que había olvidado momentáneamente durante su increíble sexo.

Ahora Alec tenía tantas preguntas corriendo por su cabeza como antes, si no es que más, y no tenía un camino claro para ninguna respuesta. Una parte de él quería seguir ciegamente a Magnus en esta historia de amor de cuento de hadas donde el pasado no importaba y todo iba a ser perfecto. Pero en el fondo no sentía que fuera posible. El pasado si le importaba, y también la verdad. En este momento solo le quedaba un sentimiento y le formó un nudo en el estómago mientras caminaba lentamente hacia la casa, un bulto de nervios y pesimismo.

Alec se sentía como un tonto.

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Había una larga fila de luces traseras mientras Alec hacía el último giro hacia Elk Mountain Lodge, el complejo de 82 acres de William Koch, donde se llevaría a cabo la recaudación de fondos esta noche. Jace le había dicho ese mismo día, cuando estaban fuera de compras, que la finca valía fácilmente más de 100 millones de dólares. Cuando la extensa granja apareció a la vista, Alec pudo ver por qué. Era enorme, e impresionante.

El tráfico se abría paso lentamente a través de las grandes puertas de entrada de madera y Alec se sintió repentinamente muy contento de estar conduciendo un nuevo Range Rover. Encajaba en el desfile de autos de lujo, algunos de los cuales ni siquiera había oído hablar. Él y Magnus habían decidido conducir por separado ya que venían de diferentes partes de la ciudad. Magnus ya se había perdido a sus dos primeros estudiantes del día y no estaba seguro de que llegara a tiempo para la recaudación de fondos. A Alec no le importó, le dio la oportunidad de poner su cara de póker... por así decirlo.

El albergue principal estaba ubicado detrás de un hermoso estanque de aguas cristalinas, enmarcado por majestuosas montañas que se avecinaban en el fondo. Parecía algo sacado de una película, casi imposible de creer que en realidad era la casa de alguien.

-"Ya casi estamos allí, Stells"- dijo Alec hacia la parte trasera del auto donde Stella estaba segura y con un amplio espacio. Él podría fácilmente haber metido una sección completa de viento de madera, probablemente el bronce también. No era una realidad a la que estaría acostumbrado en un corto plazo.

Cuando Alec se acercó a la enorme casa vio a un frenético grupo de aparcacoches corriendo de un lado a otro, ayudando a la gente a salir de sus autos y luego llevándose cada vehículo a un destino desconocido. De repente, hubo un golpe en la ventanilla del coche de Alec que lo sobresaltó. Saltó hacia atrás, sorprendido, luego se volvió para ver el rostro sonriente de alguien que reconoció y le devolvió el saludo con entusiasmo a través de la ventana. Alec bajó el vidrio unos centímetros.

-"Hola... tú"- dijo Alec tentativamente, el nombre de la persona se le escapa por completo- "No soy un invitado, sólo estoy aquí para actuar"- Alec no estaba seguro de dónde se suponía que debía estacionar, o si tal vez había una entrada de servicio en la parte de atrás.

-"¡Hey señor Lightwood! Soy yo, simon ¿Recuerda? Bueno, en realidad me llamaste Samuel, y todavía puedes hacerlo, si quieres, ¡responderé a cualquier cosa!"

Por supuesto, pensó Alec, ¿cómo pudo olvidarlo?- "Hey, Simon... me alegro de verte"- Alec estaba nervioso por el exceso de atención de Simon. Notó que varias personas se giraban para mirarlos- "¿Qué estás haciendo aquí?"

-"La profesora Penhallow reclutó a un grupo de nosotros para ayudar con la recaudación de fondos. Algunos están trabajando adentro, sirviendo bebidas y cosas, pero tuve la suerte de que me enviaran aquí. ¡Este Range Rover es dulce! Es el V8 sobrealimentado de 5 litros, ¿no es así? ¿Lo condujiste desde Nueva York? ¡Se ve completamente nuevo!"- los ojos de Simon repasaban el auto mientras Alec trataba de contener su humillación.

-"Sí, sobre eso, no estaba seguro de dónde se suponía que debo estacionarme?"- Alec estaba desesperado por cambiar la dirección de su conversación.

-"¡Bueno, has venido al lugar correcto! Estoy feliz de estacionar su vehículo para usted y puede entrar a través de la entrada principal justo allí"- señaló, señalando a la puerta.

-"Um, está bien, gracias"- respondió Alec cuando Simon abrió la puerta del auto de Alec e hizo una reverencia.

Alec se sonrojó, sintiéndose avergonzado por este inesperado gesto. Se apresuró hacia la parte trasera para sacar a Stella antes de sentirse aún más incómodo por su intercambio.

-"Cuidaré mucho tu auto, no te preocupes"- dijo Simon con una sonrisa. Afortunadamente, Alec tenía un billete de cinco dólares en el bolsillo que había colocado antes, por si acaso. Se lo entregó a Simon.

-"De ninguna manera, no es necesaria la propina. Me siento honrado de ser su valet. ¡Y buena suerte esta noche! ¡Estoy seguro de que ustedes lo bordaran"- Simon hizo una profunda reverencia de nuevo cuando Alec se colocó a Stella en la espalda y se giró para caminar hacia la puerta principal, ansioso por entrar- "Uh, gracias Simon"

Justo cuando Alec comenzó a alejarse, otro automóvil se detuvo junto a él, deteniéndose a escasos centímetros de las piernas de Alec, casi golpeándolo. Alec saltó hacia atrás, casi cayéndose, luego miró por el parabrisas y vio la cara retorcida y alegre de Sebastian que lo miraba fijamente.

Jodidamente perfecto.

Obviamente, se había detenido en seco sólo por su propio entretenimiento.

-"¡Lightwood!"- exclamó Sebastian mientras salía de su auto. Él ignoró por completo al valet, sin molestarse en devolverle el saludo o incluso darle una propina- "¡Es un gran automóvil el que tienes ahí!"

La piel de Alec se erizó mientras se daba la vuelta y comenzó a caminar hacia adelante tan rápido como pudo. Estaba desesperado por escapar de lo que sin duda iba a ser una dosis de lo peor de Sebastian. Solo tenía que cruzar unos 10 metros antes de estar a salvo dentro de la puerta. Desafortunadamente Sebastian estaba justo en sus talones. Pronto él igualó los pasos de Alec paso a paso, caminando tan cerca de él que sus hombros casi se rozaban.

-"Probablemente te sientes muy especial en este momento, ¿no es así, Lightwood?"- se burló Sebastian, su voz asquerosamente alegre. "Un juguete tan nuevo. Oh, el trabajo que debes haber hecho para ganar un premio así"

Alec siguió caminando a paso ligero, con los ojos fijos en la puerta, rogando que pudiera llegar allí antes de que las cosas se salieran de control.

-"¿No eres el primero sabes?"- la voz de Sebastian rebosaba de desprecio- "Siempre es un auto nuevo y brillante para los chicos, joyas de brillantes diamantes para las chicas y también una llave de la casa, ¿verdad? Es la misma rutina cada vez que tiene una nueva mascota"- Sebastian enfatizó la última palabra asegurándose de que Alec sintiera el aguijón del insulto.

La furia cegadora estaba hirviendo dentro de Alec ahora. Él no necesitaba esto esta noche, no cuando ya se sentía vulnerable.

Sebastian podía decir que sus palabras venenosas estaban funcionando por la expresión de Alec- "Se cansará de ti eventualmente, él siempre lo hace. Un mes o dos, tal vez seis si tienes suerte. No es nada más que predecible"

Alec sabía que no debía comprometerse, pero no pudo evitar responder- "Parece que estás celoso"- respondió con voz ronca y agitada.

Sebastian reaccionó con fuerza, agarrando a Alec por el brazo y tirándolo hacia atrás- "¡Ja! ¿Celoso? ¿Celoso de qué? ¡No eres más que una puta glorificada! He visto a docenas de tu tipo ir y venir a lo largo de los años. Joven y estúpido, una cara bonita, tan fácilmente manipulable y controlado. ¡Casi sentiría pena por ti si no fueras tan patéticamente arrogante!"- se inclinó hacia la oreja de Alec, el agarre en su brazo era tan apretado que irradiaba dolor en todo el cuerpo de Alec- "Recuerda mis palabras, él estará sobre su próxima conquista pronto"

Alec se quebró, su ira finalmente burbujeando. Agarró el frente de la camisa de Sebastian, apretándolo con fuerza en su puño- "¡Cierra la boca, Morgenstern, o te juro por Dios que lo lamentarás!"

La cara de Sebastian se rompió en una sonrisa enfermiza- "Por favor, no me hagas reír. ¡Ahora suenas tan ridículo como Wayland! Ustedes dos son tan indistinguibles como un viejo matrimonio"- Sebastian se liberó del agarre de Alec, se alisó la camisa y se la volvió a meter en los pantalones- "No tengo miedo de tus amenazas vacías"

Alec se movió nerviosamente sobre las puntas de sus pies, mirando a izquierda y derecha para ver si alguien estaba mirando. En este momento, todo lo que quería hacer era golpear a Sebastian directamente en la boca. En realidad, él quería hacer algo peor que eso. Deseó poder estrangularle con sus propias manos, apuñalarlo cincuenta veces con un cuchillo sin filo, dispararle en la cara, empujarlo por un precipicio, atropellarlo con su auto. Las fantasías asesinas pasaron por su mente cuando se quedó congelado, dándose cuenta de que no podía hacer nada.

Sebastian podía sentir la aprehensión de Alec, y sabía que tenía la ventaja- "Esta es una advertencia amistosa, la próxima vez que decidas follar con Magnus durante mi lección personal, ¡no voy a ser tan amable! Así que te sugiero que realices tus servicios durante tu propio tiempo. Algunos de nosotros tenemos carreras legítimas para preparar"

Alec sintió que su estómago se sacudía, la bilis le picaba en la garganta. Sebastian sonrió con sadismo, luego se dio la vuelta y se alejó, dejando a Alec parado afuera del lugar, sin aliento y echando humo. Le dio la espalda en un vano intento de recuperar la compostura, incapaz de verlo escapar.

No había forma. Magnus no le habría dicho eso. Él nunca diría nada. No, no había manera.

Pero Alec ya no sabía qué creer. La ira estaba rodando por su cuerpo, meciéndolo hasta su centro con olas de intenso dolor. Se sentía mal del estómago, la furia superaba a cada molécula de su ser. Iluminándolo como una vela romana.

De repente, una mano le agarró el hombro de Alec por detrás y él giró violentamente con el puño hacia preparado sólo para descubrir que era Jace.

-"Jesús, Alec, ¿qué demonios te pasa?"- preguntó Jace, con los ojos muy abiertos por la sorpresa- "¡Te he estado buscando adentro por todas partes!"

-"Nada"- respondió Alec, bajando el puño- "Me asustaste, eso es todo"

-"Sí, ya lo veo. ¿Qué diablos acaba de pasar? ¡Parece que has visto un fantasma!"

Alec levantó a Stella de nuevo sobre su hombro y murmuró- "Morgenstern"- en voz baja mientras giraba su cuerpo tembloroso y se dirigía hacia la casa.

-"¡Oh, mierda! ¿Qué hizo ahora?"- Jace lo siguió, trotando para seguir las largas zancadas de Alec.

-"No quiero hablar de eso"- dijo Alec mientras cruzaba el umbral hacia la entrada cavernosa, las venenosas palabras de Sebastian hacían eco en su mente.

-"¡Ese enfermo hijo de puta! ¿Por dónde se fue? ¡Ya he tenido suficiente, carajo!"- Jace estaba que echaba humo. Cruzó frente a Alec como si se estuviera dirigiendo a un alboroto. Alec lo agarró por el codo para detenerlo.

-"No"- murmuró Alec, con la voz quebrada- "Tenemos que prepararnos para actuar"

-"¡Al carajo con la actuación, Alec! ¡Estoy cansado de esto!"

Alec negó con la cabeza, dejando escapar un profundo suspiro- "Si dejo que me afecte, entonces él gana. Y el cuarteto es demasiado importante para todos"

-"¡A la mierda el cuarteto!"- exclamó Jace, causando que varios invitados se giraran y los miraran con expresión de asombro.

Alec guio a Jace a través de la multitud, hacia la esquina de la habitación. Lejos de miradas indiscretas. Escucha, esto es entre él y yo. No te involucra a ti, ni a Clary, ¡así que mantente al margen! Sólo hagamos lo que vinimos a hacer y terminemos con esto"

Por el rabillo del ojo, la atención de Alec se dirigió a un rubio alto que se encontraba a unos pocos pies de distancia. Era Sebastian, rodeado por un grupo de hombres importantes. Tenía una amplia sonrisa plasmada en su rostro presumido y justo a su lado, palmeando su espalda con aprobación, estaba Magnus. Estaban dándole la mano graciosamente a los hombres mayores, con el rostro de Magnus lleno de orgullo. Las rodillas de Alec flaquearon.

-"¿Qué pasa?"- preguntó Jace mientras seguía la mirada de Alec hacia el grupo. "Oh, mierda," murmuró, viendo lo que había llamado la atención de Alec. Dio un paso delante de su vista para bloquearlos.

-"¡Muévete, Jace!"- insistió Alec, pero Jace solo cuadró los hombros desafiante.

-"Escucha Alec, podemos salir por la puerta ahora mismo. ¡Podemos dejar este estúpido grupo de gilipollas y nunca regresar! ¡No tienes que hacer esto! ¡No tienes que estar aquí!"

Alec era más alto que Jace, por lo que todavía podía ver la sonrisa satisfecha de Sebastian. Se alzó de puntillas para tener una visión más clara justo cuando Magnus colocó su mano en el hombro de Sebastian, sin duda, elogiando sus méritos para los acaudalados espectadores. Alec fue superado por este pequeño gesto de solidaridad.

-"Señor Wayland y Señor Lightwood! ¡Ahí están!"- era el profesor Penhallow, ataviada con todo su esplendor- "Vengan, acompáñenme a saludar al Sr. Koch y al consejo de administración. ¡Todos se mueren por conocerles!"- Ella rápidamente condujo a Jace y Alec a salir de su tranquilo rincón antes de que pudieran expresar una objeción y los llevó directamente al grupo donde se encontraban Magnus y Sebastian. Todo el cuerpo de Alec quedó entumecido. Nunca había estado tan contento de tener a Jace a su lado cuando fueron empujados directamente a su apiñada conversación.

-"¡Alexander!"- intervino Magnus, su rostro floreciendo en una mirada de puro deleite- "¡Me he estado preguntando dónde estabas!"- Todos los ojos se vieron inmediatamente atraídos hacia Jace y Alec cuando el grupo se separó para acomodar su llegada. En ese momento, Alec estaba casi seguro de que su corazón oficialmente dejó de latir- "Bill, Doug, Larry, este es Alexander Lightwood, un violonchelista absolutamente brillante que tendrán el placer de escuchar esta noche"

-"¿Otro estudiante tuyo?"- preguntó uno de los hombres.

-"No, no es mi alumno, sólo alguien muy querido para mi corazón"- dijo Magnus con un guiño enganchando a Alec a través de su brazo y apretándolo fuerte contra su flanco.

Alec no pudo evitar mirar el rostro de Sebastian para ver una reacción, y su instinto había sido correcto. Su cara se transformó como la cera que se derrite sobre una llama abierta, estaba verdaderamente ofendido. Alec sonrió triunfalmente.

-"Un placer, señor Lightwood", dijo uno de los hombres, extendiendo su brazo para estrechar su mano. Alec devolvió firmemente el apretón de manos e inmediatamente se unió a la conversación respondiendo preguntas sobre su educación y su historial de desempeño. Presentó a Jace también y pronto todos estaban hablando entre ellos. Sebastián se quedó inmóvil en el perímetro. En silencio.

Pronto llegó Clary, se veía impresionante con un vestido largo verde esmeralda. Jace prácticamente se cayó sobre sus propios pies apresurándose a pararse a su lado, su rostro irradiaba devoción.

Mientras Alec escuchaba a los hombres hablar de los fracasos de Estados Unidos en apoyar las Artes, su mente volvió a las palabras de Sebastian y la ira que tan fácilmente había provocado en él. ¿Cómo pudo haber dudado por un momento de las verdaderas intenciones de Magnus al escuchar un discurso tan odioso? Era obvio en realidad, Sebastian estaba apelando a las inseguridades de Alec. Atacando sus debilidades sólo para aumentar su ataque contra su carrera y su felicidad. Alec lo estaba dejando meterse en si cabeza, sus palabras estaban devorando su alma como un cáncer. Miró de nuevo a Sebastian, forzando el contacto visual. Cuando sus ojos se encontraron, Alec le devolvió la mirada con una nueva confianza, quería que supiera que no lo había golpeado. Con una mirada audaz y valiente, quería que Sebastian supiera que no iba a ganar esta vez.

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La cena y el espectáculo habían ido sin problemas. Alec, Jace y Clary estaban en el pequeño pasillo detrás del salón de baile abrazándose y felicitándose mientras Sebastian, que estaba a varios pies de distancia, permanecía estoicamente tranquilo.

-"¡Realmente lo hicimos chicos! ¡Eso fue perfecto!"- se jactó Clary, sintiéndose tan aliviada de haber completado todo su programa sin ningún error evidente- "¡Los Brahms, los Mozart, todos, perfectos! ¿Vieron la cara de la profesora Penhallow? ¡Estaba tan feliz que pensé que iba a saltar de su asiento!"

-"Sí, ya estaba contando el dinero en su mente"- respondió Jace con sarcasmo- "Sus focas bien entrenadas tocaron cada bocina"

-"Estoy contento de que haya terminado"- agregó Alec, ansioso por salir de su traje y tan lejos de Sebastian como sea posible.

-"¡Eso fue fantástico!"- dijo una voz detrás de ellos. Era Víctor, su rostro radiante de orgullo- "Realmente superó las expectativas de todos, chicos. Un tremendo esfuerzo, realmente algo fenomenal de presenciar. Todos deberían estar muy orgullosos"

Alec sonrió cuando Victor le dio una palmada en la espalda. Hicieron muchos avances en los últimos días, lidiando con las consecuencias de la cena de la semana pasada. Alec estaba contento de ver a su profesor tan complacido con su desempeño, sin mencionar que le quitó algo de presión saber que no era probable que la junta lo echara ahora. Sin importar las mentiras que tuviera que contar Sebastián.

-"Ustedes, los niños, son libres de irse y celebrar. Definitivamente se lo han ganado. Este evento ahora se convertirá en cigarros y política, alégrense de no tener que quedarse"- agregó Víctor y Jace inmediatamente tiró de su pajarita para aflojar el nudo.

-"¡Gracias a Dios, salgamos de estos trajes de mono y tomemos algunas bebidas! ¿Vienes?"- preguntó Jace mientras metía su corbatín en el bolsillo de su chaqueta.

-"Gracias, pero realmente sólo quiero llegar a casa"- respondió Alec, sacando su teléfono de su bolsillo para enviarle un mensaje de texto a Magnus con la esperanza de que pudiera escabullirse y acompañarle.

-"Haz lo que quieras, pero la invitación es válida si cambias de opinión"- le dijo Jace mientras tomaba la mano de Clary y se dirigía hacia el vestíbulo.

-"Tengo que apresurarme a regresar"- agregó Víctor- "Felicitaciones a todos, otra vez"

Alec se quedó mirando a los tres desaparecer de la vista, sabiendo que Sebastian estaba justo detrás de él. Podía sentir sus ojos clavados en él, como láseres disparando en su espalda. Luchó por mantener su respiración firme y su ritmo cardíaco lento. Él no iba a reaccionar esta vez, no iba a darle la satisfacción.

-"Hogar, dulce hogar, ¿eh, Lightwood? ¿Ansioso por volver al trabajo?"

Alec cerró los ojos y respiró hondo, luego se giró lentamente para enfrentar a Sebastian, sintiéndose valiente en su nueva determinación- "Sospecho que es mejor que a dónde tú vas. ¿Fiesta para uno? ¿Volver a la pizarra para intentar crear una nueva forma de insertarte en la vida de Magnus? Cuando claramente no está interesado en no ser otra cosa más que tu profesor"- Alec se acercó lentamente, cerrando la distancia entre ellos- "Y no importa lo que me hagas, eso no va a cambiar, ¿verdad? Independientemente de las mentiras que digas o las acusaciones que arrojes, todavía estarás solo. Y no puedes soportar eso"

Los ojos de Sebastian parpadearon y Alec sabía que finalmente había golpeado un nervio. Hubo un largo silencio, ninguno de los dos se movió ni pareció respirar. El tiempo mismo pareció detenerse cuando los dos hombres se quedaron solos en el oscuro pasillo. Entonces, de repente, los ojos de Sebastian se apagaron, como si se hubieran vuelto negros por dentro. Su rostro era inexpresivo, sin regalar una sola emoción. Se metió las manos en los bolsillos y dio un paso hacia Alec para hablar.

-"Acabas de convertir mi próximo movimiento en algo muy fácil, Alexander"- dijo Sebastian rotundamente. Luego giró sobre sus talones y se alejó, caminando tranquilamente por el pasillo como si estuviera dando un paseo dominical por Central Park. Cuando casi se perdió de vista, Alec lo oyó comenzó a silbar una melodía que juró que sonaba como una versión demente de las Variaciones Goldberg de Bach. Alec sintió que todo el vello en sus brazos se erizaba.

Este loco imbécil va a intentar matarme.

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Notas Finales del Capítulo por DownworldShadow:

¿Qué puedo decir? Sebastian es un enfermo, retorcido, hijo de puta. Las Variaciones Goldberg que se mencionan al final fueron mi pequeño saludo a Hannibal Lecter, quien siempre me recuerda a Sebastian en la forma en que mantiene su actitud calmada y fresca cuando está siendo extremadamente asesino.

Este capítulo es un poco incómodo porque estamos conduciendo a un gran momento del que no puedo hablar. El siguiente capítulo comienza con otro flashback que realmente explicará muchos más detalles sobre lo que está sucediendo. Creo que se sorprenderán al escuchar toda la historia. Además, Magnus y Alec se irán de la ciudad por un par de días, lo que finalmente les dará la oportunidad de hablar.

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Espero les haya gustado el capítulo, nos leemos en la siguiente😘🤗

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