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Capítulo Extra - Soñando con una Blanca Navidad (Dreaming of a White Christmas)

Hola!!

Ahora si el último capítulo de la historia. La autora lo escribio para la Navidad, asi que estaremos un poco desfasados de tiempo 😅

Como siempre muchísimas gracias por acompañarme todo este tiempo en esta historia. Espero que la hayan disfrutado mucho y nos seguimos leyendo 💚💜💚

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Resumen por DownworldShadow:

¡¡Sorpresa!! :) Este es un capítulo de especial como una forma de decir FELIZ NAVIDAD y FELICES FIESTAS

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Nochebuena 2017

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Una helada puesta de sol invernal caía sobre la Montaña Roja, proyectando una larga sombra vespertina sobre la ciudad de Aspen. El cielo, bañado en tonos rosados y púrpuras, se reflejaba en la gruesa capa de nieve fresca haciendo que brillara de color blanco azulado como si estuviera iluminado desde abajo por un aura celestial oculta. El aire estaba quieto, sin un soplo de viento, y los copos de nieve descendían lentamente del cielo como las alas de un ángel sobre el paisaje pálido e invernal. Alec estaba solo en la ventana de la sala viendo nevar mientras el dulce sonido del Oratorio de Navidad de Bach flotaba en lo alto del techo abovedado. A su izquierda, el imponente árbol de Navidad de doce pies, adornado con un exuberante rojo y dorado brillante, se elevaba hasta las vigas. Mientras el resplandor radiante de una gran chimenea de piedra bañaba la habitación con un resplandor anaranjado, manteniendo el aire caliente.

Bebiendo distraídamente una taza de ponche que Magnus le había dado, Alec miró su reloj y vio la hora, las 5:15 pm. Los invitados a la cena llegarían pronto, y sintió el familiar aleteo de alas de mariposa comenzar a latir furiosamente dentro de su estómago. Sintiéndose nervioso por la anticipación esperanzadora de lo que seguramente sería una velada inolvidable, Alec se permitió un trago generoso de la bebida caliente, con la esperanza de calmar sus nervios.

-"¿Alexander? ¡Apártate de la ventana y ayúdame a terminar de atar estas ramas de acebo!"- llamó Magnus frenéticamente a Alec desde la cocina. Había estado preocupado por las decoraciones de último minuto durante todo el día y su hogar en Aspen seguramente rivalizaba incluso con el Polo Norte en su abundante esplendor navideño. La decisión de abandonar San Francisco y regresar a Colorado para las vacaciones había sido fácil por muchas razones, sobre todo la blanca Navidad por excelencia que serviría como telón de fondo rodeando su hermosa finca de montaña.

-"Cariño, bájate de allí antes de que rompas algo"- se burló Alec, al doblar la esquina hacia la cocina para encontrar a Magnus tambaleándose en el borde de un taburete tratando de atar ramas de acebo a la iluminación que colgaba sobre la isla.

-"Ya casi lo tengo"- Magnus se tensó mientras se inclinaba peligrosamente sobre el tambaleante taburete tratando de alcanzar la última luz.

-"¡Hey, aquí, dámelo!"- insistió Alec, acercándose rápidamente al lado de Magnus para tomar la rama y el lazo verde de sus manos, salvándolo de lo que sin duda iba a ser una terrible caída.

-"¡Gracias, mi amor, eres mi increíblemente alto caballero con brillante armadura! Ahora asegúrate de alinear la rama correctamente, de modo que el lado más completo quede hacia afuera. Sí, así, eso está bien. ¡Ah, y asegúrate de doblar la cinta detrás del nudo y meterla debajo para que no se vea!"- le ordenó Magnus, levantando la taza de Alec para que pudiera beber mientras gritaba instrucciones.

-"Por favor, dime que esto es lo último"- se quejó Alec mientras ataba la rama- "Realmente, has hecho lo suficiente. Más que suficiente"

-"Sólo quiero que todo sea perfecto"- suspiró Magnus antes de gastarse lo último del ponche de Alec. La ansiedad que había estado experimentando en los últimos días superó incluso su debut en el Salón Carnegie, y los preparativos finales para esta noche en realidad lo ayudaban a lidiar con el hecho de que sus futuros suegros tocarían a su puerta. en cualquier momento.

-"Es perfecto, así que deja de estresarte ¿de acuerdo?"- insistió Alec, mirando sospechosamente su taza de ponche ahora vacía- "¡Y tómate tu propia bebida!"

Magnus sonrió y se inclinó cerca- "Los esposos comparten todo mi amor, ¿no lo sabías? Lo que mío es tuyo y lo tuyo es mío. Por lo tanto, bien podrías comenzar a acostumbrarte a ello"

Alec mostró su característica sonrisa torcida y luego estiró la mano para agarrar a Magnus por la cintura entre sus brazos- "Bien, entonces eso significa que estos labios son míos"- bromeó, inclinándose para robar un beso con sabor a ponche, sus cuerpos presionados bajo un nuevo ramo de acebo y muérdago.

Disfrutando de unos pocos minutos de tiempo a solas, sus bocas se quedaron cerca, respirándose en silencio. Ambos sabían, incluso sin decir una palabra, que necesitaban la fuerza del otro para pasar esta noche difícil. Eran un equipo unido en el amor y enfocados a unir a todos para las vacaciones, ¡ya sea que les guste, o no! Pero también había un miedo tácito y una necesidad desesperada de hacer, más que nunca. esta Nochebuena un éxito. Reuniendo todo su coraje, los dos se quedaron quietos con la frente unida mientras el solo de violín de Schließe, mein Herze, die selige Wunder tejió un tapiz de música hermosa a su alrededor.

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* ding dong *

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-"¡Ah! ¡Ya están aquí!"- exclamó Magnus, saliendo del abrazo relajante de Alec para tocar nerviosamente su cabello y luego alisar la parte delantera de su camisa de nuevo- "¿Cómo me veo? ¿Soy un desastre? ¡Ugh, debí esperar hasta después de terminar con el acebo para ponerme esta camisa!"

Alec contuvo una risa al ver a Magnus enloquecer innecesariamente. Era una visión deslumbrante del glamour de las fiestas vestido en una camisa de seda de color rojo oscuro, que probablemente costaba una fortuna, metida en un par de pantalones de vestir negros bien confeccionados con una franja de satén negro que corría por el dobladillo. Sus uñas estaban pintadas del mismo tono rojo delicioso que su camisa, y por un momento Alec imaginó la sensación de esas uñas brillantes contra su piel desnuda y se le puso la piel de gallina- "Te ves hermoso como siempre"

Magnus se detuvo inmediatamente y se encontró con los ojos de Alec, su rostro se relajó instantáneamente en una sonrisa pacífica- "¿Útil en la cocina y dando cumplidos? Hmm, creo que alguien recibirá un regalo de Navidad por adelantado más tarde esta noche"- susurró travieso, dándole a Alec un guiño burlón y luego extendiéndose para agarrarlo por la corbata.

-"Basta de coqueteo, ve a la puerta ya"- le recordó Alec sarcásticamente, sacando a Magnus de su fantasía sexual momentánea.

-"¡Vayamos juntos a la puerta! Después de todo, este es nuestro hogar y nuestra cena de Nochebuena"- declaró Magnus, enganchando a Alec del brazo y llevándolos a ambos hacia la puerta principal.

Una vez que llegaron a la entrada, pudieron escuchar la frenética ráfaga de voces al otro lado de la puerta cerrada- "No pasa nada"- murmuró Alec, dejando escapar una exhalación profunda, y luego extendió la mano para colocarla en el pomo de la puerta.

-"Podemos hacerlo"- respondió Magnus, apretando la otra mano de Alec con tranquilidad mientras abría valientemente la puerta.

-"¡Alec!"- gritó Max Lightwood, corriendo a través del umbral y agarrando a Alec en un fuerte abrazo.

-"Hola, camarada"- dijo Alec ahogadamente, abrumado por una avalancha de emoción al ver a su hermano pequeño nuevamente después de tanto tiempo- "Es bueno verte. ¡Dios, te estás tan alto!"

-"¡Mags!"- chilló Isabelle Lightwood, corriendo por detrás de Max para abrazar a Magnus, aplastándolo en un fuerte apretón- "¡Te ves como un millón de dólares! ¿Es Valentino? ¡Oh, dios, espera, no! ¡Es Hermes! ¡Ahh! ¡No puedo esperar para entrar en tu armario!"

-"Izzy, querida"- dijo Magnus, besando a Isabelle en cada mejilla- "¡Solo espera hasta que veas lo que traje de París!"

-"¡No digas ni una palabra más o juro que voy a morir de celos!"- anunció Isabelle dramáticamente, alzando la muñeca a la frente para fingir desmayarse en el acto.

-"También podría haber algo para ti, si has sido una buena chica este año"- bromeó Magnus, dándole un guiño juguetón.

-"¡Cállate! ¿En serio? Ahhhh eres el mejor! ¡EL MEJOR!"- proclamó Izzy moviéndose para abrazar a Alec a continuación- "¡Tu prometido es el hombre más genial del mundo!"- continuó delirando, apretando a Alec con fuerza mientras burbujeaba de felicidad.

Maryse y Robert Lightwood se quedaron congelados en el porche delantero, con los brazos cargados de regalos, viendo a sus hijos inundar a Alec y Magnus con abrazos y besos. Intercambiaron miradas nerviosas el uno al otro como si esperaran que uno de ellos hablara primero.

-"Mamá, papá, adelante"- les saludó Alec, extendiendo un brazo hacia sus padres, dándoles la bienvenida.

-"Feliz Navidad"- respondió Robert tímidamente, moviéndose primero para dejar a su esposa sola en el porche- "Max, sujeta estos regalos para que pueda abrazar a tu hermano correctamente"

Max obedeció, apresurándose para tomar todos los regalos de su papá, liberando sus brazos para abrazar a su hijo mayor.

-"Gracias por venir papá, sé que es un viaje largo"- le agradeció Alec, sintiéndose emocionado por la rara muestra de afecto de su padre.

-"No quisiéramos estar en ningún otro lugar"- respondió Robert, dándole a Alec tres palmadas firmes en la espalda y luego alejándose para extender una mano amistosa a Magnus a continuación- "Es bueno verte de nuevo, Magnus"

-"Bienvenido, Robert"- declaró Magnus con sinceridad genuina- "Es un honor tenerlos aquí para Navidad"

El último de la familia, Maryse entró silenciosamente detrás de su esposo, luciendo incómoda. Izzy le lanzó una mirada fulminante que decía claramente: '¡di algo agradable o verás! Y ella se aclaró la garganta con ansiedad para hablar- "Alec, Magnus, hola. Gracias por enviar al Sr. Fell para que nos recogiera en nuestro hotel, aunque realmente no era necesario que llevara una limusina"

-"¡Me encantó!"- exclamó Max con entusiasmo cuando regresó con las manos vacías- "¡Fue totalmente rudo!"

-"¡Max!"- lo amonestó Maryse, su rostro se volvió de un tono rojo brillante.

-"Pero, sí lo fue"- respondió Max- "La única vez que llegamos a viajar en limusina es cuando alguien muere"

Alec contuvo la risa ante el comentario honesto y sin censura de su hermano y Maryse puso los ojos en blanco con molestia- "Maxwell Joseph, ¿dónde están tus modales? Ten, toma estos regalos también"- le indicó, y él tomó los regalos restantes para ponerlos debajo del árbol- "Alec, te ves delgado. ¿Estás comiendo bien? No puedes pasar cada momento despierto en una sala de práctica. ¡Siempre se te olvida comer!"

-"Sí, mamá, por supuesto que estoy comiendo"- gimió Alec, aceptando el fuerte y breve abrazo de su madre- "Y no he perdido peso"

-"Hmm, bueno, te ves cansado. Probablemente sean todos esos viajes que has estado haciendo. ¡Yendo y viniendo de California prácticamente cada dos semanas! Agotándote al extremo, sin duda"- declaró Maryse, luego se volvió hacia Magnus y ladeó la cabeza. –"Magnus"- dijo claramente, sin ofrecer un abrazo o un apretón de manos.

-"Maryse, bienvenida a nuestra casa"- respondió Magnus, poniendo énfasis en la palabra 'nuestra', solo para revolver sus plumas. Le había prometido a Alec que no pelearían esta noche, pero no pudo evitar picarla un poco.

-"¡Algo huele increíble!"- intervino Robert, terminando el dolorosamente desagradable intercambio entre los dos.

-"Magnus cocinó!"- les informó Alec con orgullo mientras el grupo se dirigía a la sala de estar- "Estoy seguro de que les va a encantar"

Magnus puso una mano sobre la espalda de Alec y sonrió con aprecio, sabía que su prometido iba a ir hasta los extremos para alabarlo esta noche, y no pudo evitar amarlo por eso.

-"Bueno, no tenía que molestarse por nada, el restaurante de nuestro hotel estaba ofreciendo una cena navideña de siete platos"- intervino Maryse, que siempre intervenía cuando Alec intentaba presumir a su futuro esposo.

-"¡Bah! ¡Aquí tenemos al mejor chef de este lado del Atlántico!"- se jactó Ragnor, ingresando inesperadamente desde la cocina, después de estacionar la limusina había vuelto al interior desde el garaje- "¡Esos aspirantes a estrellas Michelin en la ciudad ni siquiera podían imaginar una obra maestra culinaria tan festiva!"

La expresión de Magnus se iluminó al escuchar a su amigo más viejo y querido elogiar sus esfuerzos. Era tan bueno tenerlo de regreso por las vacaciones, había extrañado su compañía y especialmente su oído dispuesto. Después del funeral de su padre la primavera pasada, Ragnor se quedó hasta que se vendió la propiedad de Morgenstern y la compañía se disolvió y liquidó. Había sido un regalo del cielo durante uno de los momentos más estresantes en la vida de Magnus y, sinceramente, no sabía dónde estaría ahora sin su ayuda. Magnus le había dado una gran parte de la ganancia financiera de la venta y Ragnor la había usado para retirarse anticipadamente en Inglaterra. Pero había accedido a regresar a los Estados Unidos para Navidad a petición de Magnus, sin tener otra familia con quien pasar las vacaciones.

-"¿Qué tal una copa de champán para comenzar la noche?"- sugirió Magnus, dirigiéndose al bar en la esquina de la sala donde tenía varias botellas enfriándose.

-"¡Oh, sí!"- intervino Izzy- "Brindemos oficialmente por su compromiso ya que finalmente estamos todos juntos en la misma habitación"

-"¡Solo si puedo tomar algo también!"- exclamó Max, corriendo hacia el bar donde Magnus había comenzado a servir su mejor botella de Dom Perignon en siete copas altas de cristal.

-"Si tus padres están de acuerdo"- le dijo Magnus, intentando ganar puntos con Maryse pensando primero en su autoridad, a pesar de que ya lo había contado en la cantidad total de copas.

-"Supongo que una copa no hará daño"- acordó Maryse, dándole a su hijo de quince años un pequeño respiro.

-"¿Puedo hacer el brindis?"- pidió Izzy con vehemencia, dejando pocas dudas de que ella haría el brindis estuvieran de acuerdo o no.

-"Eso sería maravilloso"- respondió Magnus, colocando suavemente una mano sobre su brazo mientras le entregaba una copa, apreciando su apoyo esta noche más que nunca.

-"¡Por mi increíblemente talentoso hermano mayor y su guapo e igual de talentoso futuro esposo, que pronto se casarán el próximo Día de San Valentín!"- proclamó Izzy alegremente a un coro de entusiastas yuhuuus- "Magnus, eres una persona increíble, me siento realmente honrada de darte la bienvenida a nuestra pequeña y loca familia. Nunca pensé que estaría tan feliz de tener un tercer hermano en mi vida, pero has sido una sorpresa muy bienvenida y una verdadera bendición, honestamente tu presencia es el mejor regalo que podría recibir. No puedo imaginar mi vida ahora sin ti"- Izzy hizo una pausa por un momento para contener las lágrimas, la habitación estaba tan silenciosa que se podía oír caer un alfiler- "Estoy muy orgullosa de ustedes dos, y los amo con todo mi corazón. ¡No puedo esperar a estar allí el día de su boda, sonriendo y llorando, y luciendo fabulosa con mi vestido Carolina Herrera!"- Alec puso los ojos en blanco- "Pero en serio chicos, no puedo imaginar un día más romántico y apropiado para que ustedes dos se conviertan en uno. Su amor me inspira todos los días y llena mi corazón cínico con la esperanza de que el verdadero amor pueda existir para cada uno de nosotros. Les deseo toda la alegría que este mundo puede dar. ¡Que ambos compartan una eternidad de felicidad juntos!"

-"¡Salud!"- bramó Ragnor, y las siete copas se levantaron simultáneamente para brindar por la feliz pareja.

-"Isabelle, eso fue simplemente hermoso. Ni siquiera sé qué decir, fue tan hermoso que mi corazón se aceleró. Gracias, querida, gracias"- dijo Magnus, rodeando a Izzy con un brazo para apretarla con fuerza.

-"Gracias Iz"- agregó Alec, un sonrojo floreció en sus mejillas mientras le dirigía una sonrisa radiante- "Eso fue realmente genial"

Mientras Magnus e Izzy se sumergían en sus primeras discusiones sobre los próximos planes de boda, Alec se volvió para mirar a sus padres. Se dio cuenta de que su madre había puesto su copa de champán en la mesa de café, y todavía estaba llena. Ni siquiera había tomado un sorbo para brindar por él y Magnus, incluso después de las hermosas palabras de Isabelle. Su corazón dolió y la alegría se esfumó de su rostro al darse cuenta de que su madre aún no aprobaba su relación.

Robert vio la expresión abatida de Alec y se interpuso frente a su mirada abatida para comenzar una conversación- "La casa realmente se ve muy bien hijo, ¡y este árbol es increíble!"

-"Oh, tuvimos una gran aventura buscando esa bestia"- interrumpió Magnus, al haber escuchado el cumplido de Robert- "¡Creo que tu hijo perdió su verdadera vocación, empuñar una sierra de arco para ganarse la vida!"

-"¿En serio?"- vaciló Robert, sin saber si Alec tenía alguna habilidad como amante de la naturaleza.

-"Arco de violonchelo, sierra de arco prácticamente lo mismo"- reflexionó Alec, estirando el cuello para atrapar a Izzy regañando en voz baja a su madre cerca de la ventana. Deseó poder escuchar su conversación, y supuso que probablemente se debía a su negativa a beber durante el brindis de compromiso de Izzy, cuya idea hizo que la sangre de Alec hirviera. ¿Cómo podría su madre seguir aferrándose a su sueño después de que él y Magnus llevaban juntos dos años? Sin mencionar que estaban a punto de casarse en poco más de un mes. Odiaba admitir que también lo ponía increíblemente triste y deseaba que su opinión no significara tanto para él.

-"¡Vayamos todos al comedor!"- anunció Magnus, sacando a Alec de su aturdimiento- "¡Busquen su nombre, hay tarjetas de lugar en cada asiento!"

Izzy le dio a su madre algunas reprimendas más mientras los Lightwood se dirigían al comedor. Ragnor se acercó detrás de ellos muy obviamente escuchando su argumento.

Magnus había pensado muchas horas en la disposición de los asientos para la cena, haciendo todo lo posible para eliminar cualquier posible altercado o pausas incómodas en la conversación. Había puesto a Alec y Robert en ambos extremos con él y Maryse a sus izquierdas inmediatas, asegurándose de que estuvieran lo más separados posible. Luego había puesto a Izzy entre él y Ragnor, y Max entre Alec y su madre, garantizando el mejor resultado posible para una comida agradable.

La mesa del comedor con su hermoso centro de mesa de acebo y piñas entremezclado con flores de pascua frescas y velas parpadeantes y globosas habría avergonzado a Martha Stewart. Cada lugar tenía una servilleta de lino verde que había sido doblada en forma de árbol de Navidad y una ramita de acebo atado a un racimo de palitos de canela espolvoreados con purpurina dorada. La porcelana antigua estaba adornada con cintas de color rojo y verde encima de brillantes placas doradas de oro. Sobre la mesa colgaban guirnaldas de pino fresco y de abeto, atados con brillantes lazos rojos, que llenaban el aire con un aroma celestial.

-"Magnus, ¡esto es increíble!"- se maravilló Izzy, con los ojos muy abiertos de asombro- "¡Es la mesa más hermosa que he visto!"

Magnus sonrió con orgullo mientras observaba a todos los Lightwood tomar asiento- "Si nos disculpan un momento, Alec y yo volveremos enseguida con nuestro festín navideño"

Alec siguió a Magnus a la cocina, donde rápidamente comenzaron a sacar tazones y bandejas de los cajones calientes.

-"¿Cómo crees que va?"- preguntó Magnus mientras metía ramitas de romero en su cordero.

-"Mi madre está siendo su yo habitual"- se quejó Alec, arrojando enojado rollos en una gran canasta tejida- "¿La mataría aunque sea fingir por una noche? ¡Solo una!"

-"Alexander, no te enfades, creo que ella está manejando las cosas mucho mejor que en nuestra última visita. Está entendiéndolo lentamente, ten fe"

-"No voy a contener la respiración mientras sucede"- murmuró Alec con amargura, deseando poder decirle algo directamente- "¡Juro que si ella arruina esta noche, nunca la perdonaré!2

-"Shhh, tranquilo, ni siquiera lo digas, todo va a ser maravilloso, lo prometo"- le aseguró Magnus mientras quitaba pesadas hojas de papel de aluminio de múltiples platos humeantes.

-"Mas le vale, o la arrojaré desde la cima de esta montaña, ¡así que, Dios nos ayude!"

-"Respira hondo, cariño, en unas pocas horas todos volverán a su hotel con visiones de ciruelas de azúcar bailando en sus cabezas"

Alec puso los ojos en blanco mientras levantaba el plato gigante de cordero del mostrador y se dirigía hacia el comedor- "No puedo esperar"- murmuró, reduciendo su ira por el bien del resto de la familia.

-"La cena está servida"- anunció Magnus cuando él y Alec comenzaron a colocar la comida de arriba a abajo a lo largo de la enorme mesa del comedor. Los ojos de todos estaban aturdidos al ver el delicioso banquete de Magnus.

-"Esto se ve excepcional"- declaró Robert alegremente, inclinándose hacia delante para inhalar los deliciosos aromas.

-"Ya puedo sentir los diez kilos que voy a subir y ni siquiera me enoja"- bromeó Izzy mientras extendía su servilleta sobre su regazo.

-"Bueno, hay más de dónde vino esto, así que come todo lo que quieras"- agregó Magnus, colocando cucharones y cucharas con ranuras entre cada plato para servir.

-"Magnus cocinó lo suficiente como para alimentar a un ejército"- les dijo Alec, colocando su silla en la cabecera de la mesa.

-"No sería día de Navidad sin un montón de sobras"- dijo Magnus felizmente, ya planeando alimentar a los Lightwood nuevamente mañana cuando vinieran a abrir sus regalos.

-"Sí, bueno, en nuestra familia nadie puede siquiera hervir agua, así que las únicas sobras que tenemos en Navidad son pizza fría y comida china para llevar"- soltó Max, siempre diciendo exactamente lo que se le ocurría sin importar quién se ofendiera en el proceso. .

-"¡Max!"- lo reprendió Robert, viendo la expresión de pura humillación en el rostro de su esposa- "¡Suficiente de tu grosería!"

-"¡Pero es verdad!"- insistió Max, sin preocuparse por la vergüenza de su madre.

-"Magnus aún no ha experimentado la alegría de tener un hermano pequeño molesto"- señaló Izzy, riéndose del momento perfecto de Max para darle a su madre una probada de su propia medicina- "¡Te llevarán al borde de la locura, pero son demasiado lindos para deshacerte de ellos!"

Alec dejó caer su tenedor y este golpeó ruidosamente contra su plato. Se volvió hacia Magnus y vio una sombra de oscuridad pasar por su rostro, haciendo que sus párpados revoloteen rápidamente como un intento de alejar sus mórbidos pensamientos. Alec, por supuesto, sabía que Magnus estaba pensando en su propio hermano pequeño, que había sido mucho peor que molesto, y se dio cuenta de lo difícil que debía ser sentarse y cenar con la bulliciosa familia Lightwood sabiendo que todos los miembros de su familia estaban muertos. Alec había estado tan ocupado estresado por el drama con su madre y el estrés de tener a toda su familia aquí por Navidad, que no se había detenido a pensar en cómo se sentiría Magnus. Se alegró de que Ragnor hubiera llegado a estar allí como el único representante del pasado de Magnus, pero nada podía borrar el hecho de que sus padres y su hermano se habían ido. A Alec le dolió el corazón y deseó poder abrazar a Magnus. Levantando el tenedor de nuevo, planeó hablar con él sobre todo eso tan pronto como terminara la Navidad.

-"Y, Alec, ¿cómo estuvieron los finales?"-preguntó Robert antes de llenarse la boca con un gran trozo de cordero.

-"Uhh, estuvieron bien. Todavía sigo en camino a terminar mi maestría el próximo diciembre"- respondió Alec, pensar en el próximo año aceleraba su ritmo cardiaco.

-"Terminar en tres semestres es toda una hazaña, ¿tienes planes de postularte a su programa de doctorado?"- continuó Robert, masticando vigorosamente con entusiasmo.

-"No, no lo creo. Ya casi tengo un trabajo con la SFS apenas me gradúe. Gracias a Magnus"- se jactó Alec, sonriendo a Magnus con aprecio.

-"Amigos en lugares importantes, ¿eh, Magnus?"- concluyó Robert, sabiendo que tenía muchas conexiones.

-"Alexander es un músico brillante, cualquier sinfónica en el mundo sería afortunada de tenerlo"- respondió Magnus, devolviendo la sonrisa de Alec.

-"¿Dónde estás trabajando ahora Magnus?"- intervino Maryse, viendo la oportunidad de entrometerse.

Alec dejó caer su tenedor nuevamente, sorprendido por la audacia de su madre- "Magnus no necesita trabajar, madre, actúa regularmente. Además, comenzó su propia organización benéfica para ayudar a los niños abandonados en el Área de la Bahía a encontrar hogares permanentes. Además, está en el consejo administrativo de al menos otras tres grandes organizaciones filantrópicas. ¡Es una de las personas más trabajadoras que he conocido!"- El temperamento de Alec había comenzado a elevarse y todos alrededor de la mesa dejaron de comer y los miraron, esperando ver la respuesta de Maryse.

-"Bueno, eso suena muy noble"- respondió su madre con un tono condescendiente y Magnus extendió la mano debajo de la mesa para colocarla sobre la rodilla izquierda de Alec, esperando que lo dejara así.

-"¿Hay más de estas papas asadas?"- interrumpió Izzy, sosteniendo el tazón vacío- "¡Estaban tan deliciosas que definitivamente voy a necesitar más!"

Magnus sonrió y tomó el tazón de sus manos, levantándose para dirigirse hacia la cocina. Alec inhaló profundamente y reprimió su impulso de pelear con su madre, pensando en asuntos mucho más importantes por los que sin duda estarían peleando más tarde.

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Después de la cena, los siete comensales muy llenos y satisfechos, caminaron hacia la sala de estar y se desplomaron en los lujosos muebles sintiéndose peligrosamente abarrotados.

-"Esa fue la mejor comida que he tenido"- gimió Max desde el sofá doble donde había apoyado sus pies para estirarse perezosamente.

-"Voy a recordar esa tarta de manzana por el resto de mi vida"- suspiró Izzy, quitándose los tacones y dejándolos caer al suelo frente a la chimenea.

-"Y mañana volverás a comerlo todo"- bromeó Magnus, contento de haber preparado y horneado toda su comida navideña.

La conversación posterior a la cena continuó hasta la noche, evitando cualquier tema candente o razones obvias para pelear. Ragnor entretuvo a todos con cuentos sobre su vida en Londres, completa con una versión de la vida real de Ebenezer Scrooge que pronto hizo reír a todos. Parecía que el breve momento desagradable en la cena había pasado e incluso Maryse se reía y sonreía junto con la familia.

Poco después de que el reloj de manto marcara las 9:00, sonó el timbre y Alec se puso de pie de inmediato- "¡Yo iré!"- anunció mientras intercambiaba miradas nerviosas con Magnus antes de dirigirse a la puerta principal.

-"¿Estamos esperando a alguien más?"- preguntó Izzy con curiosidad sobre quién tocaría el timbre a las nueve en la víspera de Navidad.

-"¡Tal vez es Santa!"- se burló Max cómicamente cuando Magnus se levantó del sofá inquieto, luego se sentó de nuevo.

En la puerta de entrada, Alec hizo pasar a su recién llegado, le ayudo a quitarse el abrigo y el gorro.

-"Lo siento, llegué tarde, Raphael realmente necesitaba que me quedara hasta el cierre, todos los demás tenían familia esperando que vuelvan a casa"- se disculpó Maia mientras quitaba la nieve de sus botas altas y negras.

-"Está bien, no hay problema. ¿Cómo estaban las carreteras?"- le preguntó Alec mientras colgaba sus cosas en el armario del pasillo.

-"Una completa mierda, por supuesto, todavía está nevando y el viento está empeorando"

-"¡Pudimos haber enviado a Ragnor para que vaya a buscarte!"- comentó Alec, no le gustaba la idea de que Maia condujera sola por los caminos resbaladizos de la montaña. Ya era bastante difícil subir la Montaña Roja en un día despejado.

-"He vivido aquí toda mi vida, Alec, sé conducir en la nieve"- protestó Maia, claramente segura de su capacidad para manejar las carreteras cubiertas de nieve, sin importar lo que pensara Alec- "¿Cómo estuvo la cena?"

-"Soportable. ¿Tienes hambre? ¿Ya comiste?"- preguntó Alec ansiosamente.

-"Sí, tuvimos una cena en el trabajo, así que estoy bien. He estado comiendo como cerdo todo el día. ¡Jesús Alec, estás temblando! ¿Estás bien?"- le preguntó Maia, notando el estado demasiado nervioso de Alec.

-"Sí, estoy bien, es mi mamá, ella me vuelve loco, y no estoy seguro de cómo ira el resto de la noche. Ni siquiera puedo lidiar con su basura en este momento"

-"Oh, Dios, ahora me estás poniendo nerviosa"- gimió Maia, sacudiéndose el pelo y alisándose la ropa.

-"No, lo siento, no te pongas nerviosa. Sólo estoy siendo un cobarde. Vamos, te presentaré a todos"

Alec y Maia entraron en la sala de estar y la cabeza de todos se giró hacia ellos, con los ojos muy abiertos y curiosos. Magnus se levantó rápidamente del sofá para abrazar a Maia y besarla en la mejilla mientras los Lightwoods miraban boquiabiertos.

-"Todos, ella es Maia"- anunció Alec con su brazo sobre su hombro- "Maia, estos son todos"

-"Hola Maia"- el grupo respondió lentamente en coro, aún sin saber quién era o por qué estaba allí.

-"Hola"- respondió Maia nerviosamente, sintiendo que todos los ojos de la habitación taladrándola. Tiró del borde de su holgado suéter verde preguntándose si debería haberse puesto algo más.

-"Hola, soy la hermana de Alec, Isabelle, pero puedes llamarme Izzy. ¡Me encantan tus botas, y tu cabello es hermoso!"- canturreó Izzy, levantándose para darle una cálida bienvenida a Maia.

-"Uh, gracias"- respondió Maia un poco aprensiva, sorprendida al descubrir que la hermana de Alec era un polo opuesto a sus formas tímidas y distantes.

-"¿Te gustaría probar un poco del ponche de Magnus? ¡Es súper delicioso! ¡O creo que todavía tenemos algo de champán!"- ofreció Izzy amablemente.

-"Oh, um no... gracias. Solo tomaré un agua. Eso sería genial"- tartamudeó Maia casi sin palabras.

-"Iré a buscar el agua"- dijo Magnus- "Toma ese asiento vacío allí en el gran sillón junto a la chimenea, querida Maia, para que puedas levantar los pies"

-"Buena idea"- acordó Alec, guiando a Maia hacia el sillón grande y mullido.

-"¡Y puedo calentarte un plato!"- agregó Magnus, dirigiéndose hacia la cocina a un ritmo acelerado.

-"¡Ella ya comió!"- exclamó Alec, ayudando a Maia.

-"¡Tal vez todavía tiene hambre!"- gritó Magnus desde la cocina, el sonido de platos resonando en la habitación.

-"Estoy bien, ¡gracias!"- lo llamó Maia sintiéndose terriblemente cohibida y expuesta, mientras Alec permanecía preocupado junto a su sillón.

-"Entonces, ¿quién eres?"- le preguntó Max a Maia, claramente el único lo suficientemente descarado de los Lightwood como para ir directamente al grano- "¿Y cómo conoces a mi hermano?"- normalmente, esta habría sido la señal para que alguien de la familia corrigiera sus modales, pero todos tenían demasiada curiosidad por saber la respuesta para molestarse en castigarlo nuevamente.

-"Oh, bueno, yo uhhh, conocí a Alec hace dos veranos. En la ciudad, donde trabajo, en el Hotel Jerome. Y hemos sido buenos amigos desde entonces"- respondió tímidamente Maia, encogiéndose bajo las miradas de cuatro pares de ojos críticos.

-"¿Qué haces allí?"- preguntó Izzy a continuación, contribuyendo a la línea invasiva de preguntas.

-"Soy bartender"- respondió Maia, bajando la mirada sobre su regazo.

Robert y Maryse intercambiaron miradas extrañadas, sin saber por qué su hijo habría invitado a un cantinero a la celebración personal de la Nochebuena de su familia. Claramente esto no cuadraba.

-"Pero eso es sólo un trabajo momentáneo"- agregó Maia- "No es lo que quiero hacer permanentemente ni nada. En realidad, soy pintor"

-"Maia es una artista increíble"- dijo Alec, tirando de la otomana cerca de su silla, obligando a Maia a poner los pies en alto- "Deberían ver su trabajo, ¡es tan increíble que juro que rivaliza con todo lo que verías en el MoMA!"

-"Alec está exagerando, por supuesto, porque eso sería ridículo"- lo corrigió Maia, sintiendo su cara arder de vergüenza.

Maryse miró de un lado a otro entre su hijo mayor y esta misteriosa extraña, captando un brillo en sus ojos que de repente hizo que su corazón se acelerara- "Bueno, mi hijo parece bastante con encantado contigo y tu trabajo, jovencita, debes ser realmente especial. Talentosa, hermosa y honesta, hmmm, qué combinación perfecta"

Robert fulminó con la mirada a su esposa, percibiendo al instante su expresión de esperanza rezando para que no estuviera a punto de avergonzarlos a ambos.

Magnus regresó con un vaso de agua y una rebanada de su tarta casera de manzana- "Siempre hay espacio para el postre"- insistió mientras le entregaba el plato. Maia estiró la mano para tomar el postre de su mano y las puntas de sus dedos rozaron su piel- "¡Tus manos son como el hielo! ¡Alec, ve y toma la manta de la habitación de invitados para Maia!"

-"Estoy bien, Magnus, no necesito una manta, tengo las manos frías por estar afuera"- le aseguró Maia, tomando el vaso de agua y mirándolo mal.

-"Deberías usar guantes en este clima, puedes tomar un par extra de los míos cuando te vayas"- declaró Magnus, sin preguntar.

Isabelle miró de un lado a otro entre Magnus y Alec mirándolos adular y preocuparse por Maia, sintiendo que había algo inusual en su forma de actuar. Pero no podía identificar qué. Su intuición le decía que estaba pasando algo aquí, y la respuesta estaba justo en la punta de su cerebro.

-"¿Dónde estudiaste?"- le preguntó Robert a Maia, con la esperanza de dirigir la conversación hacia un tema más adecuado mientras los locos engranes de su esposa giraban ruidosamente en su cabeza delirante.

-"Soy autodidacta en este momento, pero asistiré a RISD en el otoño. Magnus me conectó con un viejo amigo suyo en la facultad allí, y por algún milagro fui aceptada"

-"Wow, la Escuela de Diseño de Rhode Island, eso es impresionante"- asintió Robert, familiarizado con una de las mejores escuelas de arte del país.

-"Bueno, en realidad es todo gracias a Magnus"- respondió Maia, no dispuesta a tomar ningún crédito por la aceptación, ya que sentía que había tenido una ventaja injusta.

-"No seas tonta, simplemente te señalé en la dirección correcta, la aceptación de su programa de grado fue totalmente tuya"- corrigió Magnus- "Si no hubieras tenido el talento, nada de lo que pudiera haber dicho habría cambiado las cosas"

-"¿Tienes novio?"- exclamó Maryse, habiendo retenido su curiosidad por el mayor tiempo posible.

-"¿Un novio? Ja, no, no hay novio"- se rió Maia, conteniendo una carcajada como si Maryse acabara de contar una broma muy divertida- "Me estoy centrando en asuntos más importantes en este momento, primero la escuela y luego me gustaría viajar mucho. Tengo muchas ganas de ver el mundo. Así que salir... bueno, simplemente no está en la mesa por ahora"

-"¡Hora de los regalos!"- declaró Magnus, cortando de raíz la incómoda conversación entre Maryse y Maia antes de que Maryse dijera alguna otra tontería.

-"¿Ahora?"- jadeó Alec, pensando que tal vez tenían más tiempo antes de soltar toda la sopa.

-"¿Pensé que estaríamos intercambiando regalos mañana?"- preguntó Izzy, confundida.

-"Sólo un regalo especial esta noche, y el resto mañana"- le informó Magnus cuando Alec se acercó al árbol de Navidad y se inclinó para agarrar algo de debajo. Era una pequeña pila de sobres rojos atados con un solo hilo de cinta dorada. Tirando de un extremo de la cinta, desató la pila y comenzó a pasar los sobres, uno para cada uno de los Lightwood y también uno para Ragnor.

-"¡Ahora no los abran hasta que digamos!"- les ordenó Magnus, observando de cerca para asegurarse de que nadie estaba mirando dentro. Una vez que Alec terminó de distribuir los sobres a todos menos a Maia, regresó para pararse junto a Magnus, se tomaron de la mano preparándose para lo que vendría después.

-"¡Oooohhh, qué podrá ser!"- sonrió Izzy alegremente, apretando su sobre contra su pecho- "¿Entradas para un concierto? ¿Boletos de avión? ¿Un crucero por el Mediterráneo?"

-"Todas buenas suposiciones"- sonrió Alec con aire de suficiencia, sabiendo que nunca adivinaría, sin importar cuántas oportunidades le den.

-"Ugh, espero que no sea una tonta donación a una organización benéfica en mi nombre"- se quejó Max, sosteniendo su sobre al fuego intentando ver a través del sobre.

-"¡Max!"- le regañó Robert- "No importa cuál sea el regalo, mostraremos nuestra gratitud"

-"Sí, sí, claro"- dijo Max, sintiendo que este sobre no iba a contener nada que le importara- "A menos que fuera efectivo"

-"Muy bien amigos, a la cuenta de tres"- dirigió Magnus, mirando a Alec con una enorme sonrisa cursi en su rostro y apretando su mano con fuerza. Juntos, los dos contaron en voz alta, sin apartar la vista del otro por un segundo- "¡1... 2... 3!"

Con una ráfaga de papel rasgado y desgarros frenéticos, uno por uno, los Lightwood y Ragnor abrieron sus sobres rojos brillantes y sacaron su sorpresa navideña.

-"OH. POR. ¡DIOS!"- Izzy fue la primera en gritar- "¡No puedo creerlo!"

-"Santo cielo"- murmuró Ragnor, apretando una mano temblorosa sobre su boca.

-"¿Esto es lo que creo que es?"- preguntó Max volteando el contenido y de lado a lado entrecerrando los ojos con la nariz arrugada.

-"¿Alec?"- jadeó Robert, dejando caer sus brazos sobre su regazo, su rostro palideció de sorpresa.

Alec dio un paso adelante, aun agarrándose con fuerza a la mano de Magnus y levantó la barbilla con orgullo para hablar- "Mamá y papá, Iz, Max y Ragnor, ¡estoy feliz de anunciar que Magnus y yo vamos a tener un bebé!"

-"¡AHHHHH!"- gritó Izzy, poniéndose de pie y corriendo para agarrar a Alec y Magnus en sus brazos, apretándolos con fuerza- "¡Dios mío, estoy tan feliz por ustedes! ¡No puedo creerlo! ¡Voy a ser tía! ¡Ustedes van a ser padres! ¡¡Esto es increíble!!"

-"No entiendo"- murmuró Robert sin aliento, como si fuera a desmayarse- "¿Cómo?"

-"Bueno"- respondió Magnus, respirando profundamente y dando un paso adelante para pararse al lado de Alec- "Es por eso que Maia ha venido aquí esta noche para conocerlos a todos ustedes. Ella aceptó ser nuestra madre sustituta y esa es la imagen de ultrasonido de su cita de ayer por la mañana"

-"¡OH, DIOS MÍO! ¡Sabía que ustedes estaban preocupados por ella como si estuviera a punto de romperse! ¡Felicidades, Maia!"- chilló Izzy inclinándose para agarrar a Maia en un suave abrazo, llorando lágrimas de felicidad por ella.

-"Sorpresa"- suspiró Maia nerviosamente, sintiéndose incómoda e insegura acerca de cómo los Lightwood estaban tomando las noticias- "Llevo unas diez semanas y media, nacerá el 4 de julio. Todo va muy bien, sin problemas ni náuseas ni nada, básicamente me siento genial"

-"¡Un bebe del cuatro de julio!"- exclamó Izzy casi llegando a la histeria. Ella era ahora un desastre, levantándose para abrazar a Magnus y Alec nuevamente.

-"¿Quién es el papá?"- preguntó Max, continuando con sus preguntas intrépidas y sin filtro, a pesar de haber sido advertido una y otra vez.

-"¡Max!"- lo reprendió Isabelle, golpeando a su hermano pequeño en el hombro, mortificada por su comportamiento irreflexivo- "Ambos son los padres, ¡no seas grosero! ¡Probablemente ni siquiera quieran saberlo!"

-"En realidad, sabemos quién es el padre biológico"- la corrigió Magnus mientras Alec miraba tímidamente al suelo- "Debido a algunas anormalidades genéticas preocupantes en mi historia familiar, insistí en que Alec fuera el donante"- Magnus tiró de la mano de Alec hasta que volvió a levantar la cabeza e intercambiaron una mirada de complicidad- "Además, quién perdería la oportunidad de transmitir su talento tan brillante y su belleza encantadora"- bromeó Magnus- "Quiero que mi hijo sea lo más hermoso y perfecto posible"

El famoso sonrojo de Alec estalló en sus mejillas, haciéndolas arder de color carmesí brillante mientras se inclinaba para besar dulcemente a Magnus en respuesta. Por supuesto, sabía la verdadera razón por la que Magnus había insistido en que fuera el donante, tenía demasiado miedo de que algún mal inherente de la línea de sangre Morgenstern se transmitiera a su hijo, a pesar de que Alec le había asegurado una y otra vez que no creía que eso fuera posible. Pero Magnus había sido inflexible, completamente reacio a correr el menor riesgo, después de ver a su propio hermano convertirse en un monstruo. Quería que el linaje de Valentine muriera con él.

-"Pero eres tan joven"- Maryse finalmente rompió su silencio, dirigiéndose a Alec.

Él rápidamente se volvió hacia su madre, listo para manejar cualquier cosa negativa que pudiera decir- "Soy tres años mayor que tú cuando me tuviste, madre"- respondió con calma, rezando para que esto no fuera una guerra.

-"Era un momento diferente, Alec; solo tienes 24 años, todavía estás en la escuela, ¿por qué te apresuras en esto?"

-"No nos estamos apresurando en absoluto. Hemos estado hablando de eso durante meses. Pronto tendré 25 años y Magnus acaba de cumplir 36, tal vez a él le gustaría tener hijos antes de ser demasiado viejo para jugar con ellos"

Magnus se volvió hacia Alec con fingida indignación, alzando ambas cejas con la boca abierta- "Vaya, gracias, cariño"- se burló- "Haré todo lo posible para no babear sobre el bebé"

Alec puso los ojos en blanco, poco dispuesto a dejar que el sentido del humor de Magnus le impidiera enderezar a su madre- "Escucha, los detalles ya han sido resueltos. En mayo, cuando termine el semestre, volveremos aquí para el verano. Luego, una vez que nazca el bebé, Maia irá a la escuela y volveremos a San Francisco. Magnus estará en casa de tiempo completo mientras terminó el último semestre de mi Maestría, terminaré el próximo diciembre antes de que el bebé tenga incluso seis meses. No va a ser un problema. Tenemos todos los recursos que necesitamos, y Magnus está encantado de quedarse en casa porque todavía puede mantenerse al día con todo su trabajo benéfico. ¡Todo saldrá bien!"

Maia notó las miradas preocupadas en los rostros de Maryse y Robert y sabía que se sentían escépticos sobre todo esto. Pensó que tal vez sabía la verdadera razón por la que se sentían inseguros y quiso tranquilizarlos- "Escuchen, sé que su primera reacción probablemente es pensar que es una idea terrible, además de que soy una completa desconocida en quien no tienes motivos para confiar. Pero honestamente, Magnus y Alec son dos de las personas más amables y generosas que he conocido en mi vida y sé que serán los padres más increíbles. Han estado a mi lado cada minuto, en cada cita, y ya están asfixiando a este bebé con amor interminable"- les dijo Maia mientras se pasaba una mano por el estómago- "No quiero que pienses que me están sobornando con una elegante universidad de la costa este o tratando de comprarme, porque con mucho gusto habría hecho esto por ellos incluso sin las conexiones para la escuela. Realmente todo este plan fue principalmente idea mía, sentí que era una forma de ayudarlos y aceptar su ayuda a cambio, sin sentirme culpable. Fui criada por una madre soltera muy trabajadora y no está en mi naturaleza aceptar limosnas. Si no pudiera tener este bebé para ellos, estaría atrapada aquí viviendo una existencia miserable. Entonces, en realidad, me están salvando la vida"

Maryse negó con la cabeza. Sintió que sabía mucho más que cualquiera de los jóvenes en la habitación- "No sabes cómo te sentirás una vez que tengas al bebé, créeme, lo hice tres veces y no hay forma de estar preparada para las emociones por las que pasarás. ¿Qué pasa si cambias de opinión?"

Maia miró a Maryse valientemente a los ojos y no retrocedió- "Sé que va a ser difícil, pero no hay nada que quiera más que ir a la escuela y seguir mis sueños. He estado parada detrás de un bar durante los últimos seis años rezando para que de alguna manera pueda encontrar una salida de esta ciudad. Ni siquiera me atreví a soñar que podría ir a una escuela como RISD, y sin la ayuda de Magnus nunca hubiera llegado allí. No puede ver que con este bebé ambos estamos haciendo realidad nuestros sueños"

Maryse sintió que las lágrimas picaban en el fondo de sus ojos mientras se mantenía rígida. Robert, Isabelle y Max la observaron de cerca sin decir una palabra.

-"Mamá, esto es algo bueno, lo prometo"- dijo Alec desde el corazón, deseando que su madre lo entendiera- "¿No puedes estar feliz por nosotros?"

-"¿Feliz?"- se atragantó Maryse, sus emociones cortaron su voz. Se puso de pie y dejó caer los brazos sin vida a los costados- "Voy a ser abuela... eso me convierte en la persona más feliz del mundo en este momento"- visiblemente vencida, se precipitó hacia adelante y agarró a Alec en un fuerte abrazo, agarrándolo tan fuerte como pudo mientras sus sollozos finalmente escapaban. Había estado conteniéndose no solo esta noche, sino durante los últimos dos años, tan asustada de que su hijo estuviera cometiendo un error. Temerosa de que estuviera eligiendo a la pareja equivocada y se apresurara a una relación que no era lo suficientemente maduro para manejar. Pero ahora finalmente podía ver su camino claramente expuesto ante él, y por mucho que él todavía fuera su bebé, era un hombre adulto a punto de casarse con la persona que más amaba en el mundo y convertirse en padre. Era realmente todo lo que había esperado para cualquiera de sus hijos y el orgullo que sentía al ver en qué persona increíble se había convertido era abrumador.

-"Gracias mamá"- sollozó Alec en los brazos de su madre, sintiéndose más cerca de ella que en años. Magnus tenía razón, estaba progresando y había recorrido un largo camino. Tal vez había esperanza de que no fuera demasiado vieja para cambiar y que los dos pudieran comenzar de nuevo y generar confianza donde se había roto tanto.

-"Te quiero mucho"- exclamó contra el hombro de Alec, apretándolo con fuerza en sus brazos- "Y a ti también Magnus"- agregó, levantando un brazo hacia él para agarrar su mano.

Alec liberó a su madre y la dejó abrazar a Magnus por primera vez desde que lo conocía, y verlo lo hizo derrumbarse. Era el milagro por el que había estado orando, que dos de las personas más importantes en su vida pudieran encontrar una manera de aceptarse mutuamente, y se sintió como el mejor regalo que había recibido.

-"Cuida de mi chico"- susurró Maryse suavemente contra la oreja de Magnus mientras acariciaba suavemente su espalda.

-"Prometo que lo haré"- susurró Magnus a cambio- "Por el resto de mis días"

-"¡Bueno, creo que esto requiere otro brindis!"- dijo Robert con orgullo, alzando su vaso en el aire- "Felicitaciones a los futuros padres y a la hermosa Maia por darles este increíble regalo. ¡No puedo esperar para conocer a mi nieto, así puedo malcriarlo o malcriarla"

-"Salud, salud"- respondió Ragnor, sintiendo tanta alegría al ver a Magnus amado y aceptado por su nueva familia. Una que tanto merecía.

-"En realidad, tengo una sorpresa propia"- agregó Maia, de pie con su vaso de agua para enfrentar a la familia de Lightwood- "Los resultados preliminares de las pruebas genéticas volvieron hoy. ¡Y es una niña!"

Alec y Magnus, completamente sorprendidos por la noticia, se volvieron el uno al otro con lágrimas de alegría y se abrazaron con entusiasmo, mientras Maryse no podía evitar cruzar frente a ellos, con los brazos extendidos, para envolver a Maia en un cálido y maternal abrazo.

-"¡Una niña!"- estalló Izzy, incapaz de contener su emoción- "¡No puedo esperar para empezar a comprar!"

La familia continuó entusiasmada y celebrando hasta la noche con más champaña y sinceras ofertas de apoyo y felicitaciones. El estado de ánimo se había elevado a un máximo eufórico que no tenía paralelo en ninguna Navidad anterior que hayan experimentado o experimentarían en los próximos años. Cuando el reloj marcó las doce fue hora de decir buenas noches y Ragnor felizmente llevó a los Lightwoods de regreso a su hotel, con Maia siguiéndolo de cerca en su automóvil. Todos estaban emocionados de volver mañana para intercambiar regalos y especialmente para disfrutar más de la deliciosa comida de Magnus.

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Magnus y Alec habían terminado de limpiar el último de los platos y finalmente estaban relajados solos en su sofá en la sala ahora oscura y vacía, iluminada sólo por las luces del árbol de Navidad. Con el fuego extinguiéndose en brasas, viendo caer la nieve por la ventana, los copos brillaban como diamantes en el haz de las luces al aire libre.

-"Estoy tan increíblemente lleno que no puedo moverme"- murmuró Alec, recostándose contra los mullidos y profundos cojines del sofá con Magnus envuelto bajo el brazo- "Realmente no necesitaba ese tercer trozo de tarta, siento que estoy en coma de comida"

-"Hmm, es un déjà vu"- reflexionó Magnus, su cara presionada contra el pecho de Alec, escuchando los latidos de su corazón- "¿Recuerdas la primera vez que cocine para ti?"

-"Por supuesto que recuerdo, fue la noche que me enamoré... ¡de tu cocina!"- bromeó Alec, apretando juguetonamente los hombros de Magnus.

-"Bueno, sabía que la forma más rápida de llegar al corazón de un hombre era a través de su estómago, por eso te traje de regreso para las sobras al día siguiente, sólo para sellar el trato"- respondió Magnus, envolviendo sus brazos alrededor del torso de Alec para acariciarlo.

-"Y luego nos acurrucamos en este sofá así"- agregó Alec, moviéndose para acercar a Magnus aún más.

-"Hasta que me atacaste"

-"¿Qué?"- jadeó Alec en falsa sorpresa- "Me parece recordar que fuiste quien hizo el ataque. Atrapándome con tu cocina elegante para que puedas tenerme de postre"

-"No recuerdo que hayas peleado mucho"- murmuró Magnus, levantando la cabeza para besar la parte inferior de la mandíbula de Alec, acurrucándose en su cálido cuello.

-"Como dije, ya estaba enamorado"- admitió Alec, inclinándose para encontrar los labios de Magnus y besarlos dulcemente con ternura.

-"Esperemos que nuestra hija no sea tan ingenua como su viejo"- dijo Magnus con una sonrisa traviesa en las comisuras de sus labios- "Enamorarse fácilmente con trucos tan obvios, por qué podía confiar en la primera persona que la cautive con una bearnesa francesa"

Alec resopló enojado ante la mera sugerencia, todo su cuerpo se puso rígido ante la idea- "¡Eso nunca va a pasar! ¡Porque a nuestra hija no se le permitirá salir hasta que tenga 40 años!"

Magnus estalló en una carcajada, siempre encantado con cualquier oportunidad de molestar a Alec- "Cuidado cariño, comenzarás a sonar como tu madre"

-"Ahora si estás muerto"- gruñó Alec, quitando a Magnus de su pecho y arrojándolo sobre el sofá antes de caer encima de él, con su rostro a pocos centímetros de distancia- "Retráctate, o juro que me las vas a pagar"

-"Ooooh, eso suena intrigante"- bromeó Magnus, lamiéndose los labios a propósito. Sus ojos oscuros brillaron con el reflejo de las luces de Navidad mientras envolvía sus piernas alrededor de las caderas de Alec y las apretaba contra él- "¿Qué tienes en mente?"

Sin un momento de vacilación, la boca de Alec cayó ávidamente sobre los húmedos labios de Magnus, hundiéndose en su cálida suavidad para un beso profundo y apasionado. Después de la larga noche en la montaña rusa emocional, sus cuerpos se fundieron agradecidos, deleitándose con su amor y buena fortuna. Había sido una Nochebuena perfecta, llena de familiares, amigos, amor y risas. Una noche para renovar la esperanza y la creencia en el futuro, ya que sus dos mundos se unieron como uno solo.

-"Te amo tanto"- murmuró Alec en voz baja, deteniéndose para poner su mano izquierda contra el rostro de Magnus, deslizando el borde de su pulgar sobre la piel suave y sedosa de su mejilla- "Gracias por hacer de esta la mejor Navidad de todas"

Magnus se apoyó contra la cálida palma de Alec, amando la forma en que le acariciaba y especialmente la sensación de sus dedos callosos- "Yo también te amo Alexander, más de lo que las palabras podrían explicar. Gracias por amarme y estar a mi lado en los momentos más difíciles de nuestras vidas. Pero, sobre todo, gracias por darme lo que siempre quise para Navidad..."

Alec estaba confundido, sabiendo que Magnus aún no había abierto su regalo este año- "¿Yo? ¿Y qué era?"

-"Me diste una familia"

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Gracias por leer!! Por ahora solo tengo un par de historias para traducir. Asi que... Acepto sugerencias, alguna historia que les guste o un tema en especial?

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Nos leemos en la próxima historia....

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